I
— ¿Qué haces aquí?— Preguntó Steve cuando Fury y yo entramos a la segunda sede S.H.I.E.L.D.
Estaba deseando que el alfa le borrara esa expresión, aunque la reemplazaría por una peor. Me senté al lado de Steve y sólo para molestarlo me quedé viendolo unos segundos hasta que sentí la penetrante mirada de Natasha, podía leer en ella que me decía que lo dejara en paz, así que lo hice con una sonrisa chulesca.
— ¿Para qué nos citaron? — Consultó Clint cuando todos nos acomodamos en las sillas.
— Falta Iron Woman. — Habló Steve cuando el moreno estaba a punto de hablar.
— No vendrá. — Me apresuré a responder y Natasha junto con Clint se cruzaron de brazos, al parecer no sólo la alfa sabía de mi identidad, ahora también lo sabia el omega.
— ¿Tú cómo lo sabes? — Formuló a la defensiva el rubio.
— Siempre tan inocente. — Susurré para mi. — Debe estar muy ocupada llevando una vida disoluta.
— Ella es una heroína, no puedes catalogarla de esa forma.
— Ni siquiera la conoces.
— No tengo que hacerlo, se nota que es diferente a ti.
— No estamos aquí para discutir la vida personal de Iron Woman... ni la de Toni. — Interrumpió el pirata.
— Para empezar, ¿Qué hace ella aquí? — Se molestó Steve.
Bruce soltó el aire contenido por las feromonas que el rubio había comenzado a soltar.
— Yo los financío, así que me verás en todas sus reuniones.
— No tienes nada que hacer en ellas.
— Claro que sí, quiero ver como gastan mi dinero.
— Ese tema se acabó. — Estableció el mayor. — Toni, estará aquí lea guste o no y ella me hizo una propuesta. — Dijo con un tono de voz más moderado. — Ofreció Torre como vivienda para todos, así que los quiero lo más pronto posible en la nueva base de los Vengadores.
Se notaba que Steve estaba realmente sorpendido por la información, sabía que no me quería cerca, pero yo a él si, por eso había presionado tanto a Fury haciéndole ver las ventajas de que todos estuviéramos juntos. Terminó cediendo al decirle que si nos encontrábamos en otra emergencia, los Vengadores acudiríamos más rápido al estar en un mismo punto.
No había estado suficiente tiempo con mi omega, pues sólo se había quedado un par de días, y en ese tiempo no hubo mucha interacción, además de que todos mis acercamientos fueron ignorados. Él rápidamente había huido a su apartamento para ignorar el lazo que teníamos. Los que se quedaron una semana completa fueron Natasha y Clint. Bruce aún estaba quedándose conmigo, y ya le había ofrecido irse conmigo a la Torre, pues las reparaciones ya habían concluido, el pobrecito estaba a la deriva después de que S.H.I.E.L.D. lo trajera del medio de la nada a una ciudad tan poblada.
— Me niego. — Expresó mi omega.
— Es una orden. — Respondió el alfa.
— No puede estar hablando en serio.
— Mira. — Dije pasándole mi tableta para ver en tiempo real el momento que el logo de la Torre era descubierto. — Ahora es nuestro cuartel.
— De los Vengadores. — Me corrigió deslizando el dispositivo por la mesa.
— Es mi Torre, lo diré como quiera.
Sus labios se convirtieron en una fina línea, muestra de la furia contenida.
— ¿Ahora seremos sus juguetes? — Alegó hacía Fury.
— Si tu quieres ser mi juguete yo estaré encantada.
— Jamás.
— Yo que tu no diría eso, sabiendo que...
El chirrido de la silla del rubio cortó mis palabras, parecía dispuesto a irse.
— Toni les mostrará el piso y las habitaciones. — Completó Fury antes de que el rubio abriera la puerta.
— Es un piso para cada uno.
—Si serán una manada tienen que establecer los lazos juntos.
— No voy a compartir mi piso. — Dije al pensar en lo incómodo que sería tener cuatro desconocidos tocando mis cosas.
— Es una lástima, es lo que querías. — Acotó Steve, al parecer sacaría provecho de la situación que no agradaba.
●●
Me daba tristeza no poder recordar el cosquilleo que se siente en la piel cuando se imprime el nombre de tu soulmate en la piel, había escuchado a mis conocidos decir que era una sensación placentera y que te hacía sentir completo, pero yo no sentí nada de eso y cuando busqué a el omega que tenía mi nombre me rechazó, así que me hizo sentir más sola que como me sentía antes de tener mi piel limpia.
Mi hermano Arno me había consolado diciendo que le diera tiempo, pues el había tenido que adaptarse de la noche a la mañana a un nuevo siglo y que leer sobre mi en los periódicos le debería haber sorprendido, ya que en su época las alfas eran marginadas al igual que los omega macho por lo que al leer sobre mi desvergonzada vida con los de su casta lo debió sorprender, pero ya habían pasado casi tres meses.
Le había dado varios meses para pensarlo y justo hace unas semanas Fury me había pedido que formaramos una manada lo más pronto posible. De manera indirecta me ayudaría a poder conquistar a mi soulmate.
Estaba aplicándome corrector sobre el nombre de Steve Rogers un día después de que apareciera cree una fórmula muy potente para cubrirlo y le dí una copia a él, no lo hice por mi, sino por Steve, si por mi fuera lo diría a todo el mundo, lastimosamente eso no le agradaría al omega. La mayoría usaba una simple muñequera, pero nosotros no podíamos usar una porque sería muy sospechoso que ambos comenzaramos a usar una el mismo día, cuando por la mañana nos vieron la piel sin ninguna marca.
Ya estaba lista para recibir a mi omega en la Torre, había sido el último en mudarse. Bruce se había mudado conmigo el mismo día que regresé, la siguiente fue Natasha y hace unas semanas se nos unió Clint.
— Señorita Stark, el auto en el que viene el Capitán Rogers está a punto de llegar.
Salí emocionada de mi habitación para ayudar al rubio con su equipaje, no había nadie más en la Torre, así que tendría que aceptar mi ayuda.
—Hola Rogers.
— No necesito tu ayuda — Exclamó el omega arrebatandome la maleta que acaba de tomar. Su acción me dejó congelada, no sabía como reaccionar, no me esperé que rechazara tan bruscamente mi gesto de educación, me quedé ahí parada, frente al baúl del auto. — No me estorbes. — Dijo y yo automáticamente di varios pasos hacia atrás para darle espacio, desvíe mi mirada hacia la entrada y vi a Natasha viéndonos sorprendida y fue cuando me digné a comportarme como una Stark y fingir que nada había pasado.
Entré a el ascensor y gracias al cielo Jarvis cerró las puertas antes de que Natasha o Steve llegarán para hacer mi viaje más incómodo. Me dirigí a mi taller y bloqueé el acceso, para poder llamar a mi hermanito en paz.
—¿Me extraño la mejor alfa del mundo? — Preguntó el omega aleteando con coquetería sus pestañas frente a la cámara.
—Es imposible no extrañar tu carita de ángel.
- Basta, que me vas a subir demasiado el ego.—Dijo mientras ambos reíamos — Te tengo malas noticias, tengo unos atrasos con los proyectos y no creo que pueda visitarte el próximo mes.
—Lo prometiste — Le recordé mientras hacía un puchero.
—Toni, sabes que en serio quisiera ir, pero estamos muy cerca de volver estable el extremis.
— ¿Cómo voy a soportarlo sin ti?
—Eres inteligente, se que encontrarás la forma, mi bella hermana.— Respondió el omega con pesar en su mirada.
— La agente Romanoff pide acceso.
— Me tengo que ir, Arn, te quiero.
—Yo también —Contestó antes de terminar la llamada.
—Toni — Saludó la alfa con una media sonrisa — Vi lo que pasó con Steve y hablé con él, no fue su intención tratarte mal, lo que pasa es que siente extraño que una alfa sea amable con el sin malas intenciones, ahora se siente fatal por como te trato.
— Si se sintiera mal vendría el mismo a disculparse.
— Creo que evita comportarse como los omegas comunes.
— Pues que no se disculpe, que sólo lo aclare.
— Se lo comunicaré.— Declaró la pelirroja y dio media vuelta para salir de mi estancia.
— Le mostrarías la Torre por mí. — Le grité antes de que desapareciera.
— Claro, pero debes acompañarnos a cenar. — Respondió sonriente.
Esperaba que esos momentos para comer me ayudaran a acercarme a Steve, un ambiente familiar era lo que posiblemente necesitaba, así que evitaría que estuviéramos mucho tiempo sólo los dos.
El tiempo se pasó más rápido de lo que esperaba pues ya me encontraba dirigiéndome a la cocina después de un rato de leer futuros proyectos para la empresa.
— Y ¿Cómo van las cosas con Clint? — Pregunté sentándome en una silla frente a la barra para ver a Steve y Nat cocinando.
— Clint y yo no tenemos nada.
— He notado las miradas que se dan, ahí hay algo más.
— Clint no quiere una alfa.
— Yo se que sí, el te ve con amor. — Informé — Yo que tú no lo dejaría ir, digo es realmente difícil encontrar un omega que te interese y tú también le intereses, hay omegas que no quieren aceptar el destino. — Agregué viendo directamente a Steve.
— Nadie te preguntó — Expresó con frialdad el omega.
— Tranquilo no necesito que nadie me diga cuando hablar, vivo en un país con libertad de expresión.
— Mal educada.
— No, no soy mal educada, sólo digo las cosas como me parecen, eso es sinceridad, deberías estar acostumbrado a ello, ya que es lo que tanto profesas. — Exclamé molesta, la discusión me parecía ridícula, así que preferí irme, pues no valía la pena. — Cenen ustedes, se me fue el apetito. — Pronuncié levantándome de la silla y dándome cuenta que Clint y Bruce estaban como buenos chismosos detrás de mí.
Me desesperaba que Steve estuviera siempre a la defensiva, sería un reto difícil el conquistarlo, pero lo lograría, estaba segura.
— ¿Qué le hiciste para que no te soporte ni un segundo?— consultó Natasha que venía con dos platos y jugos.
— Te juro que no lo sé. — contesté tirando algunas cosas al piso para que la alfa se sentara a mi lado. — Supongo que está en sus días. — Puntualicé y la alfa se rió.
— Te sugiero que hagas memoria.
— Me odia por ser su futura alfa. — Establecí y Natasha se burló de mi palabras, pero yo estaba segura de que haría a Steve caer.
22 de Diciembre 2021
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