Capítulo 6
-¿Qué haces?- Me preguntó el padre Constantino.
-Annia se está muriendo- Le dije- Voy a ir al infierno a traer a mi hermano, además necesito explicaciones de lo que le pasó a Katrina- Estábamos en el sótano de la catedral. Terminé de hacer el pentágrama- Si esto no funciona me veré obligada a buscar a una chica que me debe un favor, le ayude a invocar a Mammón hace cuatro años.
-¿En qué nos ayudaría?.
-Annia tiene venas negras, se le están marcando por rostro y cuello. La atacó algo demoníaco, pero fue sólo un señuelo. Miguel la envenenó y necesito ir al mundo onírico para poder saber que sucedió ese día. Yo no poseo ese poder, bueno sí, pero es mejor ir con una caminante de sueños.
-¿Le dijiste la verdad?.
-Por supuesto que no, ella aún no está lista para la verdad. Sólo le dije que habíamos sido amigas antes de que perdiera la memoria, terminamos muy peleadas y en malos términos, por eso le dije que no la conocía. Básicamente no me creyó, obviamente ella sabe que hay más, pero pues no lo recuerda. Y créeme que por ahora es mejor así- Dibuje los símbolos alrededor del pentágrama.
-Creí que le dirías la verdad- Agregó mientras me ayudaba a prender las velas.
-Lo pensé, estuve a punto de hacerlo. Es decir, se está muriendo, hubieras visto su rostro de desesperación, por poco lloro. Pero esa decisión no es mía Constantino y aunque me gustaría hacerla recordar, Lucifer me mataría si lo hago. Es una decisión expresamente de él- Puse el grimorio en el pentágrama y me senté.
-No debería estarte permitiendo cosas como estas en el sótano de la iglesia- Reí por lo bajo, crucé las piernas y cerré los ojos.
-Pase lo que pase no me despiertes, estaré bien- Él asintió.
Separé mis pensamientos dejando mi mente en blanco completamente, inhale y exhale lento permitiéndome escuchar mi respiración, el silencio y serenidad. "Remove vincula temporis et spatii, et spiritus resurget, hoc corpus conplexa, et me ad infernum" Repetí mentalmente haciendo que mi espíritu se elevará, mantuve los ojos cerrados, mi cuerpo astral se encontraba frente a mi cuerpo terrenal, el padre Constantino estaba ahí de pie junto a mí, aunque sin tocar nada. Tenía que pasar tres planos para llevarme al infierno. Podía haber ido con mis alas al infierno, sin embargo, era peligroso en muchos aspectos si me descuidaba un pedazo de mi alma podría quedar atrapada y yo jamás saldría de allí. En cambio si iba de está manera tenía más desventajas que ventajas, pero el viaje era mucho más seguro. El problema radica en que si algo le sucede a mí cuerpo no corpóreo, también le pasará a mí cuerpo físico. Me senté al lado de mi cuerpo y repetí las mismas palabras "Remove vincula temporis et spatii, et spiritus resurget, hoc corpus conplexa, et me ad infernum" Pero entonces algo sucedió, algo que no tenía previsto. Del otro lado trataron de cruzar, entidades demoníacas queriendo invadir el plato terrenal. Demonios fuertes, no débiles como los que solían cruzar, no, estos eran más grandes, provenientes de los fantasmas bestiales quizá comandantes. Di un paso atrás, quería cruzar, quería llamar a mi hermano Lucifer, pero no podía permitir que estos llegarán al mundo. Me aventure a seguir, poniendo la barrera entre mi mundo y el suyo. Protegiendo mi cuerpo con un hechizo para que no pudieran poseerlo, aunque lo hacía más por una prevención ya que por ser un ángel no podía poseer mi cuerpo. Estaba a punto de llegar para cruzar al infierno pero algo me arrastro de vuelta sin darme tiempo de reaccionar. Un vértigo invadió mi estómago y al volver me mareé. Había vuelto de una forma tan abrupta que todo me daba vueltas y ganas de vomitar. No tuve tiempo de nada el pentágrama se rompió dejando pasar a la entidad que deseaba cruzar, me puse de pie de inmediato he hice un hechizo de protección para el sótano, así, esté no podría pasar. No tenía una forma, era como una gran sombra que se esparcía por la pared. Saque mis alas al descubierto y trate de mantenerlo a raya, no funcionaba, se empeñaba el salir, por suerte mis hechizos jamás se rompían. Arremetió contra mí con todas sus fuerzas lanzándome contra la pared, solté un gritó de dolor, me puse de pie lo más rápido que pude, la sombra sin forma poco a poco iba tomando más fuerza y un cuerpo físico que pudiera retener. Me elevó por los aires estrellándome contra el techo y dejándome caer bruscamente al suelo. Me tomó del cuello y empezó a absorber mi energía vital.
-¡Basta!- Exclamó una voz conocida- ¡Dije, basta!- Giré un poco mi cabeza y lo vi en su forma demoníaca con sus ojos negros, su piel escamosa, sus cuernos y sus alas de murciélago- Tú rey te lo ordena- El demonio me soltó- ¿Te atreves a herir a mí hermana y no obedecerme?- Estaba en el suelo, tratando de recuperar la respiración- Nadie te ha permitido cruzar- Su voz era furiosa, de ultratumba y demoníaca.
Pov's Annia.
-Eso no puede ser- Dijo Horacio.
-Debe haber otra cosa que pueda ayudarte, Annia- Hablo Silvana, negué.
-No- Susurré, trague saliva tratando de que mi voz no temblará- Me estoy muriendo- Derramé un lágrima- Se los estoy diciendo porque en cualquier momento puede suceder, quiero que estén preparados, no me vayan a llorar- Horacio le dio un golpe a la pared, estaba frustrado y a punto de llorar.
-Ya perdí a Karina, no puede pasar lo mismo contigo- Salió enojado, quizá con la vida o con todos.
Yo aún me estaba haciendo a la idea de que me estaba muriendo, estaba procesando toda la información lo más calmadamente posible. Silvana se quedó conmigo ayudándome con todo lo de la Universidad, hoy no había ido a su última clase por venir a verme. Me trajo muchas frutas y me ayudó a maquillarme y peinarme, dijo que aunque no saliera debía seguir viéndome hermosa. Ya me habían quitado el tuvo que estaba absorbiendo la sangre en mis pulmones, ya no estaba tan mal a como estaba ayer, aunque aún tenía la oxigenación y las sondas que pasaban líquidos a mis venas. Me dieron una horribles ganas de vomitar, así que me puse de pie rápidamente y fui al baño, pero no vomité nada. Quizá mi organismos ya no tenía más nada que botar. El nombre de la mujer era Aradia y me había contado "la verdad" aunque realmente yo sentía que había omitido muchos detalles. Dijo que habíamos sido amigas por un tiempo, que nos habíamos conocido por su hermano Luc que había sido mi profesor suplente de historia, agrego también que estuve tratando de tener una relación con él (cosa que yo no le creía) y que al final terminamos peleadas por una razón absurda, quizá por su hermano y que terminamos por alejarnos. Sabía de mi accidente y que no quería alterarme, por eso había negado conocerme cuando le pregunté. Realmente, realmente yo no le creí nada. Pero sabía que ella era mis respuestas y debía seguirle la corriente hacerle creer que todo está bien. Así, podré sacarle información útil del extraño que dibujaba junto a ella. Quizá ese sea su "hermano" Yo, yo realmente no tenía idea de lo que sucedía, un día estaba completamente sana, no tenía ninguna dolencia, iba a la universidad sólo me faltan un semestre y terminaba mi carrera, quería poner mi academia de artes y luego todo se ve interrumpido por una extraña enfermedad, por algo que había salido de nada y que ahora estaba a punto de matarme. Le tenía mucho miedo a la muerte por muchos aspectos. Cuando era bebé estaba a punto de morir y mí mejoría fue un milagro y en el accidente donde veníamos mi hermana mayor Ariana y yo algo muy extraño paso. Ella murió de un golpe certero en la cabeza, no sintió dolor y por lo que sé, fue como quedarse dormida. Yo por el contrario estaba más mal, duré en coma tres días, tenía fractura de esternón, me rompí cuatro costillas, me perfore el pulmón, mi clavícula se partió en dos y una pequeña laceración en la columna. Me estaba muriendo y sin embargo sobreviví, desde entonces, le tengo mucho miedo a la muerte. Fui dos veces perdonada y una tercera será la vencida. Nadie sabe que hay después de la muerte y a eso quizá es a lo que realmente te tengo miedo. Las últimas veces no me había dado ni cuenta, la primera vez ni lo recuerdo, la segunda me desmaye. Ahora estaba muriendo lentamente, sentía el peso de mi vida en mi cuerpo, me dolía todo y cada minuto era un calvario. Sin darme cuenta una lágrima salió de mis ojos y se deslizó por mi mejilla. No sabía cuánto tiempo me había quedado dentro del baño, cuando salí, me encontré con Samirah y mi madre, estabas sentadas en la camilla junto a Silvana. Me ayudaron a sentarme en el sofá. Alguien todo la puerta y asomó su cabeza por ella. Era una mujer de cabellos plateados y grandes ojos azules, me sonrió, ya la había visto antes, creo que con Aradia en la iglesia.
-Hola, disculpen- Habló la chica- Podría hablar a solas con Annia un segundo- Ellas me miraron y yo asentí. Las tres salieron- Creo que no nos han presentado, mi nombre es Katrina, soy amiga de Aradia.
-Eso un gusto- Contesté- Te vi ayer con ella- Me sonrió.
-Eres muy bella- Su voz era suave, muy delgada y tierna- ¿Te han dicho qué es lo que tienes?- Preguntó.
-No lo saben, solo saben que me está matando- Su piel era muy blanca y su contextura delgada.
-Debes tener fe, Dios te salvará, dicen que él cura toda enfermedad- Fruncí el ceño y miré hacia otro lugar.
-Dios me abandonó a hace mucho tiempo- Susurré- Su plan desde el inicio siempre ha sido matarme.
-Quizá no, quizá lo que quiera es que sobrevivas. Que entiendas que no se trata de lo que suceda mañana, sino lo que esté sucediendo hoy- Ella puso un mechón de cabello detrás de mí oreja- Dios aprieta pero no ahorca Annia, siempre habrán obstáculos.
-¿Como sabes tú lo que realmente es el plan de Dios? Nadie lo sabe.
-Tienes razón, él ni siquiera sabe quién soy- Me sonrió- Es hora de que me vaya.
-Fue un gusto Katrina. Espero verte pronto- Ella asintió, dio media vuelta, pero antes de llegar a la puerta de detuvo y volvió a verme.
-Tu eres muy importante para alguien, y ese alguien se moriría si te pasa algo- Fruncí el ceño de nuevo y sin darme tiempo de reaccionar se fue.
Pov's Aradia.
-¿Estás bien, Aradia?- Preguntó mientras me ayudaba a poner de pie, su apariencia era la normal como la de un hombre.
-Hermano- Lo abracé, él me dio un beso en la frente- Que bueno que estás aquí- Le dije. Me sonrió de forma amplia.
-¿Qué te he dicho de hacer portales astrales a este mundo?- Preguntó y me sentí como niña regañada- Es peligro un demonio como este percibe energías como estas.
-Lo sé, lo siento. Lo importante es que llegaste a tiempo.
-Vine porque uno de los Arcángeles del Infierno se escapó y necesito encontrarla y devolverla, quizá mañana me vaya- Fruncí el ceño.
-¿Sólo viniste por eso?- Pregunté, él me miró.
-Si, ¿Por qué otra cosa debería haber venido?- Me devolvió la pregunta.
-Por Annia.
-Sabes perfectamente que no puedo acercarme a ella.
-No me refería a eso, ¿Lucifer no lo sabes?.
-Saber qué- Lo mire, iba a ser un golpe fuerte- ¿Qué pasó con Annia?.
-Annia se está muriendo, Lucifer.
-¿Qué?.
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