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Capítulo 21

Pov's Lucifer

La noche en la Annia desapareció la buscamos por todos lados, la buscamos en la iglesia, en la casa de su madre, he incluso en la casa en la que vivía con sus amigos. Pensé que ella estaba abrumada y muy desesperada y necesitaba un lugar donde serenarse. Había dejado una nota encima de la mesa de noche que decía; "Necesitó tiempo, necesito respirar" por esa noche la iba a dejar en paz, en cierto modo la comprendía, no me preocupe por que pensé que iría a un lugar donde luego pudiéramos encontrarla, al salir el sol empecé a angustiarme. La busqué por todos lados y no la encontré, sentía que me volvería loco, no comprendía que había sucedido, porqué de repente se había marchado. Quizá lo hizo por que yo debía volver al Infierno, quizá por que realmente necesitaba respirar, quizá por que quería paz. Había muchas preguntas en el aire, todas sin una respuesta fija. El problema grave empezó cuando ya no podía sentirla, ni leerla, las otras veces la había podido encontrar, ambos de una forma u otra, estábamos conectados y lo que encendió mis alarmas fue cuando Aradia trato de hacer un hechizo de rastreo y tampoco pudo. Ahí, empecé a preocuparme grandemente por que no era normal, no sabíamos qué más hacer, no tenía conocimiento de adónde podía estar, no sabía ni siquiera si estaba fuera de la luz solar, si había tenido una recaída y por eso no había vuelto o si había comido. La espera, con forme pasaban las horas de volvía una incertidumbre constante que me torturaba. No había visto a Miguel y mucho menos a Anaciel que siempre estaba con él, supongo que ni siquiera se habían enterado. En estos meses no habíamos logrado avanzar nada de lo que le estaba ocurriendo a Annia. No sabíamos, porqué, cómo y lo más importante quién lo estaba haciendo. Todo había sido prácticamente en el anonimato. Entré a su habitación, miré todo a mí alrededor, la cama, el cajón donde había dejado la carta, pase mis manos por las cobijas, aspire su aroma, me sentía perdido, completamente perdido, en el suelo justo al lado de la cama encontré el collar que siempre llevaba puesto. Antes, a pesar de que estábamos alejados físicamente, espiritualmente nuestras almas nos unían, yo sabía que ella estaba a salvo, que podía encontrarla viva en cualquier momento que decidiera verla desde la oscuridad, como siempre lo había hecho. En este momento de las circunstancias, yo no sabía si encontraría su cuerpo muerto. De solo pensarlo todo mi cuerpo se había estremecido completamente. Cómo no enamorarme de ella; si en sus ojos encontraba en cielo con sólo mirarlos, no había más bella melodía en la que no surgiera ella y su voz, ella que había logrado enamorarme con una sola sonrisa. Salí al pasillo, la ventana por la había traspaso cuando Agramón la atacó aún estaba rota. Por mi culpa ella estaba en peligro, si yo jamás me hubiera acercado no se habría enamorado, no nos habríamos enamorado y nuestra historia no existiría. Baje las escaleras y Aradia estaba haciendo una inspección astral con un hechizo, pero según lo que me dijo, sucedió lo mismo que en el almacén, sin rastros, ni auras y mucho menos evidencias. Me miró y negó como si adivinara lo que estaba a punto de preguntar. Tomé el dije en mi dedos y lo acaricie, ¿se le había caído y no se dio cuenta?¿lo habría dejado apropósito? Sin darme cuenta una lágrima se deslizó por mi mejilla. Su llegada me hizo darme cuenta que me había perdido mucho en mis pensamientos, Gabriel venía apurado y muy nervioso.

-Annia desapareció, Gabriel- Le informó Aradia.

-Lo sé- Contestó sin titubear- Yo me la lleve- Alcé la mirada.

-¿Qué?- Pregunté poniéndome de pie- ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no me dijiste? ¿Está bien, ella está resguardada del sol? Gabriel, casi me hundo en la locura de la desesperación.

-Perdón hermano, pero era necesario, ella necesita estar lejos de está pelea.

-¿Qué está pasando Gabriel?- Le preguntó Aradia.

-Miguel... Él ha estado detrás de todo esto, él enfermó Annia, él le quito su alma y la está matando- Fruncí el ceño- Yo le he ayudado- Abrí mi boca con sorpresa, mi rabia subió tanto que no pude controlarme y le di un golpe en la cara tan fuerte que lo tiré al suelo.

-¿¡Cómo te atreviste!?- Exclamé preguntando-¿Cómo se te ocurre siquiera mirarme después de lo que hiciste? ¿Cómo se te ocurre habértela llevado?- Le pregunté desesperado- ¿Dónde está?- Mis ojos se había vuelto negros completamente.

-Escúchame, hermano. Si te lo cuento es por que quiero salvarla, hermano reacciona- Lo tomé del cuello, le iba a dar otro puñetazo y Aradia me detuvo, frenando mi puño con su telequinesis, trate de resistirme.

-Gabriel habla por que juró que lo soltaré en cualquier momento- Le dijo Aradia.

-La única manera en la que podemos salvarla es enfrentándote a Miguel, él no la dejará en paz.

-Lo mataré- Contesté- Lo mataré, y esta vez no me tentaré la mano- Sentencié- Ve con él, tráelo y dile que se preparé por que la guerra ha empezado.

Pov's Aradia

-Lucifer- Lo llamé, lo miré con los ojos muy abiertos- No, no hagas eso... Los humanos padecerán, vendrán hambrunas, enfermedades. Su enfrentamiento será apocalíptico.

-No me importa, fue él quien empezó- Contestó con ese tono frío que lo había caracterizado por años- Está vez, alguno de los dos morirá- Contuve la respiración- Se ha metido con la persona que más he amado en el mundo... No dejaré que la toque. Llama a Miguel, no veremos en la noche en la cátedra- Gabriel saco sus alas blancas y voló hacia el cielo.

-Lucifer... Reacciona hermano, aprende a ser un poco maduro. Habla con Miguel, trata de poner tu cabeza en orden, ya sabemos que Annia está a salvo.

-No, no estará a salvo, no mientras Miguel siga con su obsesión por ella.

-Dame hasta el anochecer, solo hasta el anochecer- Contesté- La encontraré, si la encuentro prométeme que no te vas a enfrentar a Miguel, la llevarás lejos y estarán juntos. Yo les ayudaré con un hechizo, prométemelo por Annia- Se hizo un silencio- Por favor Lucifer- No dijo nada, solo se fue con el orgullo herido y el alma en pedazos.

Sola en la casa me puse a pensar en una forma de detener lo que se avecinaba y cómo podría salvar a Annia. Ahora, todo dependía de mí, de mi capacidad produciendo magia. ¿De qué carajos te sirve ser la bruja más poderosa del mundo si no podías influir en estas situaciones? Lucifer estaba tan cegado por la ira que no podría pensar con claridad, si era cierto lo que decía Gabriel, Anaciel no podría ayudarme y Katrina no la veía desde el beso que nos dimos, posiblemente estuviera muy confundida. Aunque ahora no podía pensar en eso, estaba completamente sola y empezaba a frustrarme. Tenía solo unas horas antes de la llegada del anochecer. Entre a la biblioteca y empecé a unir clavos sueltos, esto era lo que sabía. Todo había empezado hace cinco meses, Annia había ido a restaurado una pintura de Lucifer, una original que se suponía estaba estaba en un museo de Madrid. Ya sabemos que fue Agramón, pero él había muertos antes de poder decirnos qué le había hecho. Sabemos también que un trozo del alma de Annia estaba en el limbo y de ahí, no habíamos podido sacarla. Sólo dos seres eran capaces de viajar al infierno sin ser devorados por éste, un arcángel, en este caso cualquiera de mis hermanos o alguien proveniente de allí, o sea, un demonio. Yo, por ser una bruja, sé que quién la enfermó era alguien poderoso, así que no podía ser un simple demonio o era cualquiera de los 7 grandes demonios o en caso contrario, uno de los 8 Arcángeles del Cónclave, dos de esos ocho se descartaba por que éramos Luzbel y yo, quedaban 6. Gabriel, había tenido mucho que ver en esto, nos había mentido, a mí incluso, me había engañado diciéndome que era su ángel guardián. Los retornados, había sido un fenómeno aún inexplicable, no había nada que los hubiera hecho volver, a menos que fuera una distracción, pero para qué. El atardecer de aproximaba y mis nervios estaban a flor de piel. Lucifer pensaba en cometer un terrible error, más que eso, un homicidio y a un Arcángel a la mano derecha del Dios todo poderoso. Si eso ocurría pasarían muchas cosas, los jinetes del apocalipsis, las trompetas sonarían, los ángeles lloraría la pérdida de su líder. La tierra de volvería el centro de una guerra entre el cielo y el infierno, los generales de los ejércitos bestiales abrirían las puertas del inframundo, incluso quizá, el padre de todo se vería obligado a intervenir, desataría esa ira que albergaba el antiguo testamento y los humanos pagarían las consecuencias. En una guerra siempre los inocentes pagan. Aquí había gato encerrado y sabía perfectamente que tenía que ver con alguien cercano a nosotros, alguien en el que Annia había  confiado. Alguien que le inspirará tanta confianza como para irse con él. Empecé a recapitular todo, a ordenar mis ideas y todo encajo como una pieza de puzzel, me preocupé en ese instante, me preocupé por que no sabía quién era él y le alcance de su obsesión por ella. Yo tenía razón, nunca había sido Miguel, aunque al principio sospeche de él. Me sobresalté un poco al escuchar pasos afuera de la biblioteca. Cuando salí era Gabriel, subía las escaleras hacia la habitación, fui tras él y lo encontré empacando la ropa de Annia.

-Gabriel- Lo llamé, se sobresalto un poco- ¿Dónde está Annia?- Le pregunté.

-Esta a salvo- Contestó- No les diré dónde está hasta que Lucifer y Miguel arreglen sus problemas.

-Annia se está muriendo- Le dije- Encontré una cura para retrasar su maleficio y necesito dársela- Se quedó mirándome- Anaciel y Katrina le dan una semana de vida- El frunció el ceño- Por favor- Él asintió.

-Te llevaré con ella- Abrió sus alas y salió por la ventana, yo fui tras él. La noche ya invadía el cielo nocturno y me quedaba poco tiempo antes de que Miguel llegará. Íbamos sobrevolando un bosque y antes de que se perdiera de mi vista le lance un hechizo para hacerlo caer, mientras descendía bruscamente lo seguí. Antes de caer al suelo el freno su impactó, aterricé junto a él y lo miré- ¡TE VOLVISTE DEMENTE!- Exclamó- Por poco me matas.

-Dime la verdad, Gabriel- Hablé, de mis manos salía la telequinesis verde- Ya sé qué eres tú quién hizo todo esto, lo supe desde el principio- Atraje las raíces de los árboles para que lo sujetarán de los brazos- Dime por qué lo estás haciendo- Él guardó silencio- Gabriel, necesito que me digas como sacar el alma de Annia del limbo.

-¿Cómo sospechaste de mí?- Me preguntó.

-Desde que empezaste a mentirme, desde que intentaste ganarte mi confianza con mentiras, empecé a sospechar de ti cuando aún siendo su ángel protector no hacías nada para salvarla, cuando asesinaste a Agramón alegando que te había herido. Lucifer es muy ingenuo y te creyó, pero ambos sabemos que es imposible, cuando insistas en culpar a Miguel y acerté la víctima y sobre todo, por qué Annia se fue contigo, no confiaría en nadie que no fuéramos Lucifer o yo, ahí todo tuvo sentido para mí. Lo que no me queda claro es por qué si Miguel no tiene nada que ver en esto- No me dijo nada, cerré mis dedos para que una raíz se encerrará en su garganta.

-Por que Lucifer no se la merece- Habló por fin- Annia merece alguien que realmente la amé y la cuidé, Lucifer solo la quiere por un capricho él no podría llegar a amarla como la he amado yo, por eso la salve de ahogarse en el mar.

-¿Si la amas por qué la estás matando?.

-Por que prefiero verla muerta antes de verla con Lucifer- abrí mis ojos sorprendida- Pero encontré una solución mejor a mis problemas, si hago que se enfrente con Miguel, él lo matará y ella hará su vida conmigo- Sus ojos habían cambiado, parecía un psicópata trastornado, su alma se había contaminado.

-Gabriel... Vas a provocar una masacre- Le dije. Miré al cielo y a lo lejos descendía Miguel al encuentro con Lucifer. Lo envolví bien en las raíces de los árboles- Tú te quedas aquí- Extendí mi alas y cuando quise volar un fuerte golpe me hizo caer bruscamente al suelo, me quedé aturdida por un momento, cuando levanté mi mirada ví a Anaciel desatando a Gabriel- ¡Anaciel no!- Exclamé- No lo entiendes hermana, ha sido Gabriel todo este tiempo, él ha culpado a Miguel de sus estupideces.

-Lo sé- Dijo mientras los desataba, fruncí el ceño sin entender.

-¿Qué?.

-Fui yo quien traslado su alma al limbo, por eso no la han podido traer- Respondió.

-¿Por qué Anaciel?.

-¿Crees qué ha sido bueno ser tú reemplazo?- Me preguntó- En el cielo hablan de la gran he independiente Aradia, la primera bruja de la humanidad, la primera del cónclave de arcángeles, padre me creo solo para ser tú reemplazo, ¿Cruel, verdad? Ahora imagínate crecer en soledad, en un sentimiento de profunda tristeza y sintiendodo una desolación absoluta. Imagina solamente ser creada para suplir una necesidad en vergel celestial.

-Anaciel hazte a un lado, no quiero lastimarte- Quería impedir que lo liberará.

-Serás más antigua que yo, más intuitiva quizá, pero jamás más poderosa- Contestó. Había liberado a Gabriel por completo. Abrí mis alas y volé hacia ella pero dió un aplauso expandor que soltó una honda que me hizo caer al suelo de una forma brutal y por un momento solo escuché un molesto pitido en mis tímpanos- No pierdas el tiempo peleando conmigo, querida hermana. Annia se está muriendo y al otro lado de la ciudad hay dos arcángeles peleando a muerte.






















Holaaaaaaaa mis lectores amados, ¿Cómo están? Hace mucho no les dejaba noticas al final del capítulo, quiero que me den sus opiniones de cómo va la historia hasta ahora.

Les comento que esté libro va a ser más corto que el primero, Arcángeles del Infierno solo tendrá 30 o máximo 32 capítulo, realmente no los quiero saturar tanto, no ponerlos a esperar mucho.

Quiero sus opiniones, esto es algo que ya algunos lo venían sospechando y bueno, como ven resultó cierto es Gabriel.

Les he dejado un gif de una mujer, (realmente no sé de qué serie o película es) pero creo que representa físicamente como podría llegar a ser Aradia.

Sin más, nos leemos pronto.

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