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Capítulo 16- En la memoria.

Su sonrisa era destellante cuando llegó a la guarida de las luciérnagas. Sí, todavía tenía mucho de lo que hablar con Caitlyn, pero en esos momentos nada parecía imposible. El silencio de la noche había sido reemplazado por el bullicioso despertar de las luciérnagas; la verdad era que Vi se había acostumbrado al sistema de vida allí, pero igualmente añoraba el momento en que pudiera refugiarse lejos de las miradas desagradables que todavía recibían, no por ella, sino por Caitlyn.

Evitó conscientemente a las demás personas, dirigiéndose directo hacia su habitación. Sabía que se había demorado en llegar, pero estaba segura que Cait la comprendería y lo único que esperaba era darse un baño, desayunar con ella y dormir un rato, dejando claro que tendrían una conversación cuando ella despertase, porque la verdad era que estaba cansada.

Supo que algo iba mal de inmediato, su puerta estaba abierta y Caitlyn nunca la dejaba así. Entró rápidamente; Ekko estaba en la habitación, su rostro era la viva expresión de una disculpa silenciosa, un papel blanco en sus manos, pero Caitlyn no estaba por ningún lado.

—¿Qué está pasando? ¿Dónde está Cait? —preguntó Vi, la desesperación mostrándose como rabia.

—Lo lamento mucho —dijo Ekko, alcanzándole el papel que antes sostenía. Vi no comprendía nada, pero con movimientos veloces y erráticos tomó el papel, sus ojos desplazándose por la letra plasmada en este de inmediato.

Mis poderes mentales no funcionan en ti, pero en ella sí.

La ira la cegó por un momento, su mente intentando conectar ante los deseos asesinos que la llenaban. El papel se estrujó en su mano mientras su cuerpo temblaba. Había llegado tarde por necesidad, quizás no debió dejarla sola, pensó que estaba a salvo en la guarida. La idea se filtró por su mente, algo de claridad en medio de la tormenta de dolor y rabia.

—¿Cómo entró? —preguntó, su voz ronca arrastrando las palabras.

—No lo sabemos, pero Thunrak no está, así que suponemos que él la ayudó —respondió Ekko. La culpa lo carcomía, él debía de proteger a todos allí dentro y era incapaz de siquiera controlar quién entraba o no—. No teníamos idea de que siquiera se conocieran.

—Puede que no lo hicieran. Ahri tiene ciertas capacidades sobre la mente de las personas —explicó Vi, intentando hacer lo que Cait siempre le decía, controlar su cuerpo con su mente, mantener la cabeza fría—, pero sus poderes tienen un límite. Si usó su sugestión en Caitlyn significa que en Thunrak no tuvo que usarla, que él ya estaba predispuesto a ayudar —Su cabeza martilleaba, podía sentir como su cuerpo ardía en la ansiedad de ir a buscarla, de encontrarla a tiempo.

—Puse un equipo en busca de Thunrak. No sabemos qué medios hayan usado para irse. Igual deberías de ir al burdel, Ahri se estaba quedando allí —declaró Ekko, tomando su aerodeslizador.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Vi, confundida.

—¿Caitlyn no te lo dijo? Ella y Ahri hablaron el día que Ahri llegó, por eso estaba tan molesta cuando llegaste —comentó Ekko. Vio el ceño de Vi fruncido y la mirada perdida por unos instantes, él no sabía qué había pasado esa noche cuando Vi llegó, pero siempre pensó que ellas lo habían hablado—. No te dijo nada —afirmó suavemente.

—No, pero eso no importa, yo tampoco se lo dije a ella —murmuró Vi, dejando que la culpa la quemara por dentro. Debió de haber sabido que Ahri no se quedaría así, la conocía lo suficiente para saberlo. Había cometido un error—. Iré al burdel, ustedes sigan buscando cualquier cosa por los alrededores —No era una orden, pero por la forma en que Vi salió, colocándose los guanteletes y dejando por sentado que se le obedecería, Ekko se la tomó como una; pensando que Vi tenía talento nato para eso, aun si no quería aceptarlo.

Vi voló lo más rápido que pudo, llegando al burdel en un tiempo mínimo. Su paciencia desaparecía a medida que el reloj avanzaba sin saber nada de Caitlyn. Tocó la puerta con fuerza, con el guardia abriéndole confundido, Vi nunca iba así de salida de control al burdel. No saludó, no pensó, simplemente corrió por los pasillos hacia la oficina de Babette, corriendo la cortina y mostrándose jadeante, con la ira emanando de su cuerpo de una forma casi palpable.

—¿Vi? —cuestionó Babette, sorprendida.

—¿Cuál es la habitación de Ahri? —preguntó bruscamente, impacientándose ante la mirada confusa de Babette—. La habitación de la mujer zorro, ¿cuál es? —La desesperación en su voz alertó a la madame.

—Al fondo del pasillo de cuartos especiales, a la izquierda —respondió rápidamente, apresurándose detrás de Vi, quien salió de inmediato en dirección al cuarto.

Vi corrió con toda la intención de derribar la puerta, encontrándose con la sorpresa de que esta estaba abierta. Sus ojos corrieron en derredor por la habitación, analizando cada pequeño detalle en ella, pero no había nada más que una nota encima de la cama. Soltando los guanteletes, Vi avanzó hacia esta y tomó la nota entre las manos, desdoblando el papel con movimientos bruscos.

¿Tan estúpida parezco? Eres más inteligente que eso Vi, recuerda nuestro tiempo juntas.

Vi gruñó con frustración, sintiendo la mirada de Babette sobre ella, pero ignorándola. Sus manos viajaron por su cabello, aferrándose a este en gestos nerviosos mientras iniciaba una caminata ansiosa en el mismo tramo del cuarto. Su mente corría veloz por los recuerdos, forzándose a través de la neblina que cubría la época que pasó en Stillwater.

Recordaba el día en que Ahri había llegado, toda coqueta aun cuando estaba siendo encerrada en la celda al lado suya, la manera en que le había hablado cuando en la noche Vi empezó a golpear las paredes.

—Oye, pelirrosa, eso no me deja dormir —había protestado. Vi no sabía cuándo la había mirado para saber qué color tenía de cabello, pero no le importaba.

—Pues te jodes, no me interesa, yo tengo mucha energía que liberar —había espetado Vi, sus puños volviendo a impactar contra la roca dura.

—¿Mucha energía? —La pregunta retórica había salido de los labios de Ahri con un tono de arrastre que puso a Vi de los nervios—. ¿Y si te ayudo a liberarla de una manera que hará que ambas podamos dormir bien después? —había propuesto, recibiendo un bufido de respuesta.

—Adelante, sorpréndeme —había retado Vi, siguiendo con sus golpes a la pared hasta que escuchó el sonido de una reja abriéndose; una sombra proyectándose dentro de su celda, iluminada por la luz del pasillo. Vi se había girado lentamente, observando la figura sensual de Ahri apoyada contra la pared, la reja de su propia celda abierta.

—Ahora, puedes intentar huir y ser detenida por los cientos de guardias que hay allí afuera, o puedo ayudarte a gastar esa energía, tal como te propuse —había dicho Ahri, su voz arrastrándose dulcemente de una forma que había penetrado en la mente de Vi; quien no había dudado en eliminar el espacio entre ellas, escuchando como la reja se cerraba de nuevo.

Todo se había vuelto un tornado después de ese día. Por lo que Vi recordaba, hablaban pocas veces, mayormente se reducían a una vorágine de sensaciones en medio de un placer y satisfacción sexual interminables.

Muchos eventos que sucedieron en esa época estaban borrosos, marcados por las ocasiones en que Vi sucumbía a la necesidad de aquellas especias que vendía una muchacha de la prisión, que no tenía problemas en cobrarle a ella y a Ahri de una forma que no incluía dinero. Vi no se quejaba, claramente que disfrutaba aquello, pero eso hacía que fuera difícil distinguir ciertas cosas a su alrededor.

Recordaba que Ahri había estado allí cuando Vi se hizo el tatuaje de la espalda. Se sentaba delante de ella a observarla mientras aquel recluso la marcaba, sus ojos fijos una en la otra, la promesa de una celebración digna cuando estuviera terminado.

Sobre todo, lo que más había disfrutado de los dos años y medio de Ahri en la prisión había sido que nadie había ido a golpearla. Ahri los tenía a todos comiendo de su mano. Antes de su llegada, las palizas hacia Vi eran diarias; en muchas lograba vencer, pero en otras se hallaba doblada sobre el frío suelo, llena de contusiones preocupantes y escupiendo su propia sangre.

De alguna forma, Ahri había logrado usar sus habilidades para que los guardias no volvieran a golpearla. Quizás eso hizo que su ida fuera tan significativa para Vi, porque después ellos volvieron a su antigua rutina nocturna de palizas, por eso Vi cerró los recuerdos.

«¿Qué es lo que estoy buscando? ¿Qué quieres que recuerde?»

La mente de Vi colapsaba ante el esfuerzo. Todas esas cosas que había dejado pasar durante los años, haciendo de ellas no más que un recuerdo lejano entre el hambre, el frío y el dolor, dejando solo los recuerdos anteriores a Stillwater, aquellos que le traían a Powder en sus sueños.

«Powder».

—Yo tengo una hermana menor —comentó Vi mientras estaba boca abajo en la dura cama de la celda, Ahri haciendo espirales sobre el tatuaje de su espalda.

—Algún día me gustaría conocerla, pero no en Zaun, ya sabes que yo no iría a Zaun —respondió Ahri, sus piernas enredándose con las de Vi entre las grises sábanas de la prisión que tapaban sus cuerpos desnudos.

—Podría llevarte al límite de Zaun, hay una tierra baldía que no es de nadie. Suele usarse para la venta del producto de las minas que decidimos no darle a Piltover —sugirió Vi, levantando la cabeza del colchón y apoyándose en sus antebrazos, mirando a Ahri.

—Si algún día sales de aquí, me gustaría tener allí nuestro reencuentro —aseguró Ahri, inclinándose hacia adelante para besar a Vi.

La realidad cayó sobre Vi de forma aplastante, podía sentir la opresión en su pecho. Ya sabía a dónde ir. Volvió a ponerse los guanteletes y salió del burdel tan rápido como pudo, ignorando los gritos de la madame, que necesitaba saber qué ocurría.

Consideró avisarle a Ekko, pero cada minuto que ella se demoraba, era un tiempo mayor de riesgo para Caitlyn en las manos de aquella loca y ella no lo permitiría. El aerodeslizador cursaba por encima de Zaun a toda velocidad, el aire dividiéndose entre la estructura que lo atravesaba y Vi exigiendo más del equipo.

«Ya estoy llegando, Caitlyn. Espera por mí».

                              ♤

Su cabeza martillaba con fuerza, sus ojos se abrían lentamente ante la sensación de sus párpados pesados. Se sentía como aquella ocasión en que había tenido que operarse de urgencia por una inflamación del apéndice y la anestesia la había dejado algo fuera de sí misma mientras despertaba. Intentó no hacer ningún sonido, su mente trayéndole recuerdos de las últimas doce horas, ayudándola a descubrir qué estaba pasando.

Habían acomodado el bar, Babette le había regalado un vestido, la vista de Vi recorriendo su cuerpo cuando la vio ponérselo, la promesa de una noche interesante entre ambas, las personas entrando al bar, Vi dominando la situación, el brindis con Sevika que Cait sabía que marcaba un nuevo inicio, ella yéndose a casa cansada para esperar a Vi, los sueños interminables que le impedían dormir, el toque en la puerta, Thunrak, Ahri.

Abrió los ojos abruptamente, su respiración acelerándose mientras miraba a su alrededor. Estaba apoyada contra la pared de piedra de un abismo, había muchas zonas así alrededor de Zaun; Cait no las conocía casi, pero Vi le hablaba de ellas. Sus manos estaban atadas en su espalda, la posición incómoda le hacía doler el cuerpo, pero no parecía tener más que un par de raspones en las piernas y sus pies descalzos. Al parecer la habían arrastrado en algún punto.

—Miren a la piltie, finalmente despierta —comentó burlesco Thunrak, entrando en el campo de visión de Caitlyn en medio de la penumbra.

—¿Dónde estamos? —preguntó Cait, adoptando esa entereza que había obtenido como vigilante y sheriff.

—¿Te crees que exiges algo aquí, Majestad? —La burla y la ira mezcladas en las palabras de Thunrak la hizo ponerse en alerta; ella estaba en clara desventaja y no sabía nada de su situación—. Muy bien, te diré —continuó él, acercándose hacia Caitlyn a paso lento y agachándose frente a ella cuando estuvo cerca—. Estamos a las afueras de Zaun, donde nadie puede ayudarte.

—¿Qué van a hacer conmigo? —cuestionó Caitlyn, intentando sostener esa actitud que ahora era solo una fachada. No podía evitar pensar en las mil formas en que podía acabar muerta, no ahora cuando dentro de ella una vida se formaba.

—No sé qué planes tenga Ahri —respondió Thunrak siseando las palabras—, pero sí sé lo que yo quiero hacer —afirmó. Caitlyn no tuvo tiempo de protestar, sintió aquella mano gruesa y callosa tocando la piel de su muslo y el pánico la atrapó.

Quiso gritar, pero la otra mano de Thunrak ya estaba en su boca, evitando cualquier sonido. Su agarre en la piel de Caitlyn era firme; lentamente, disfrutando del terror que causaba, fue ascendiendo por todo el interior del muslo derecho de Cait, sintiendo la suavidad que llenaba su mano, subiendo el vestido a medida que avanzaba su camino ascendente.

—Apártate de ella —La orden era severa, aun cuando Ahri apenas se escuchaba en el silencio de la oscuridad. El sol no llegaba a esa zona y le daba un aspecto tétrico a la mujer, con la poca luz reflejada en ella creando sombras en su rostro que la hacían ver más amenazadora.

—Me dijiste que tendría la venganza que quería sobre la vigilante —repuso Thunrak, su mano detenida en el muslo de Cait, inmóvil.

—Eso no significaba que te permitiría violarla, incluso yo tengo mis estándares —explicó Ahri, sus tacones picando en el suelo a sus pies mientras avanzaba, sus ojos brillando de manera hipnotizadora—. Ahora, apártate de ella —repitió con firmeza; lentamente Thunrak retiró sus manos, poniéndose de pie y alejándose de Caitlyn hasta llegar al borde del abismo, a varios metros de ellas dos—. Me disculpo por el inconveniente, no suelo trabajar con personas con esas inclinaciones, pero lo acelerado del plan me puso en una posición de pocas elecciones.

—Imagino que debió ser un dolor —rebatió Caitlyn, la rabia bañando sus palabras mientras su mente intentaba borrar la sensación fantasma del tacto de Thunrak en su cuerpo—. ¿Por qué mierda haces esto?

—Supongo que no me tomo bien el rechazo, especialmente cuando proviene de algo a lo que estoy muy apegada —respondió Ahri con lentitud, acercándose a Caitlyn y mirándola desde toda su altura, su voz penetrando profundo en los sentidos de la peliazul.

—Vi no es un objeto —espetó Caitlyn, el enojo corriendo por su cuerpo de forma casi eléctrica.

—Lo sé, por eso es que hago esto, porque un objeto jamás se alejaría, pero ella sí se alejó —explicó Ahri, con una sonrisa ligera en sus labios que causó que a Caitlyn se le erizara la piel.

—Hacer esto solo terminará con desgracia —intentó convencerla Caitlyn, sabiendo que si Vi llegaba solo se desataría una guerra.

—Ella no es capaz de vencerme —aseguró Ahri con suficiencia, regodeándose de sus habilidades, pero Caitlyn había visto a Vi pelear—. En lugar de preocuparte por eso, deberías de meditar tu situación ahora mismo. Estás en el lado perdedor de las circunstancias, en caso de que no lo notases.

Caitlyn iba a contestarle, pero el destello azul a la distancia captó su atención de inmediato, reconociéndolo aun a lo lejos. Ahri observó como la expresión de Caitlyn mutaba de repente, mirando en la misma dirección y apreciando la figura de Vi que se acercaba a una velocidad vertiginosa, con dos guanteletes con luces azules brillantes que Ahri no tenía ni idea de qué hacían o de cuándo Vi los había conseguido.

—Thunrak, cuida a la presa —ordenó Ahri, sus ojos fijos en Vi en todo momento, pero sintiendo como el hombre cumplía con su petición acercándose nuevamente a Caitlyn; quien intentó alejarse incómoda, mas no logró moverse mucho antes de que la mano fuerte de Thunrak la detuviera, cayendo en su hombro y apretando.

Ahri mantuvo su mirada atenta en Vi, esperando el momento en que esta se detuviera para disfrutar de la desesperación que podía causarle; porque ella había cometido el error durante esos dos años y medio en Stillwater de mostrarle a Vi demasiado, lo suficiente para que sus habilidades mentales no funcionaran, pero no significaba que Ahri no supiera crear una situación atormentadora sin usarlas y eso era justo lo que tenía planeado para Vi.

Su expresión de suficiencia se mantuvo durante algunos segundos, hasta que notó la forma en que los guanteletes brillaban. No sabía qué significaba eso, pero no le gustó al darse cuenta de que Vi no desaceleraba.

La realidad llegó a ella demasiado tarde, cuando correr ya no era una opción. El puño de metal la golpeó de lleno en la cara, haciéndola impactar contra la pared de piedra detrás de ella, tres metros al lado de Caitlyn. El aerodeslizador continuó su viaje aun cuando Vi se bajó de este, explotando en el momento en que colisionó en el fondo de esa plataforma, haciendo que la piedra se cuarteara y empezaran a caer en pedazos, anunciando un derrumbe.

Thunrak tiró del cuerpo de Cait, apartándolos para evitar que las rocas los golpearan. Ahri recibió algunos golpes de las piedras que caían, escupiendo un buche de sangre mientras intentaba recuperar el aliento. No, no había previsto que Vi podía no estar dispuesta a hablar o a detenerse. Pensó que podría jugar con ella un rato, pero el golpe recibido y la ira ciega que inundaba los grises ojos de Vi, fijos en ella en todo momento, dejaban claro que eso no ocurriría. Ahri se puso de pie con dificultad, sabiendo que para ese momento su salida era una sola, tendría que luchar.

Vi se incorporó totalmente, su pecho subía y bajaba acorde a sus jadeos, sus ojos abrasaban en su totalidad a la figura de Ahri, que escupía sangre y se limpiaba con el dorso de la mano. Su único pensamiento estable era consumido por la ira, ni siquiera recordaba con claridad si había pensado algo antes de estar allí. En el instante en que vio a Cait en el suelo desde la distancia y la mirada desafiante de Ahri, nada más importó. Se observaron por unos cortos segundos, la tensión existente volviéndose casi tangible entre ellas, hasta que el dolor dejó que la ira fluyera y la paz colapsó.

—¡Te voy a matar, hija de puta! —exclamó Vi, cargando sus guanteletes en un destello azul hasta su máximo y, por primera vez, Ahri supo que había cometido un error.

**********
Y ya llegó Vi al rescateeeeee. 

¿Qué les pareció el capítulo? La entrada de Vi a toda potencia me gustó mucho, personalmente hablando.

Dejen comentarios, hipótesis o lo que quieran, y si les ha gustado el capítulo, pueden pasar al SIGUIENTE🔜🔜🔜

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