Corría lo más rápido que podía, lo hizo hasta que sus piernas comenzaron a arder y el dolor le advertía que, si no se detenía, su cuerpo colapsaría, pero no importaba, ya estaba muy cerca, tan cerca que podía ver una carreta en el suelo y un grupo de personas peleando contra algunos hechiceros. Estaba tan cerca que creía ver a Pandora siendo llevada al bosque por un hombre rubio y poco musculoso.

¡Un momento! Conocía ese maldito color de cabello tan claro que casi parecía platinado, era tan peculiar que solo lo poseían la antigua reina y su hijo, el príncipe Rhysand, el primo de Esmeray.

Sin darse un solo momento para descansar comenzó a correr hacia el bosque esperando poder darles alcance, ya no importaba que había ocurrido ahí o el destino de los captores de Pandora, ahora lo único que le interesaba era poder encontrarla antes de que desapareciera junto al segundo hombre que más odiaba en el mundo.

«Si la perdemos olvídate de Esmeray» dijo la molesta voz de su cabeza mientras un fuerte dolor en su costado izquierdo comenzaba a atormentarlo. Con fastidio trato de hacer caso omiso a sus ideas pesimistas y continuó corriendo detrás del príncipe que había bajado la velocidad tal vez por cansancio o porque creía estar seguro.

Podía derribarlo, pero eso pondría en peligro a Pandora quien parecía estar inconsciente. Sin pensarlo mucho más se atrevió a sacar una daga y apunto a la pierna del rubio, si tenía suerte Strix saldría bien librada de aquella acrobacia y solo tendría que disculparse por el fuerte golpe que recibiría al caer.

Confiando en su puntería y en que podría fingir no haber puesto en peligro a la castaña, Logan lanzo la daga que dio en la pantorrilla del príncipe que cayó mientras gritaba de dolor, aunque este no impidió que Rhysand evitara con magia que la caída de Pandora fuera dolorosa.

Al ver a su compañera en el suelo, el caballero corrió hacia ella y reviso su estado, estaba pálida y poseía un par de moretones en su rostro, los malditos hechiceros la habían golpeado tal como él lo había temido.

—Deja a la chica en el suelo —ordeno el príncipe apuntando su mano hacia él, estaba dispuesto a atacarlo, o al menos lo había estado hasta que lo reconoció—. No, no puede ser posible.

El caballero dejo la cabeza de Pandora en el suelo con delicadeza y, antes de ir contra el príncipe, limpio la tierra de la cara de la chica, tras hacerlo se levanto y saco su espada apuntando al hechicero con ella. —No es imposible, estoy aquí listo para matarte.

Rhysand le dedico una mirada llena de lástima, ya no era el chico que siempre acompañaba a Esmeray y la cuidaba de todo peligro, ahora su rostro jovial había desaparecido gracias a unas ligeras arrugas que rodeaban sus ojos y frente. —El duelo te sentó mal amigo mío —se atrevió a decir aun cuando el caballero resoplaba molesto y amenazaba con cortarle el cuello.

—No somos amigos, nunca lo fuimos y por una simple razón, siempre ocultarte algo que no me daba buena espina, pero Esmeray te adoraba, eras su familia.

—¿Y por eso nunca dijiste nada? —Rhysand sonrió agradecido, bajo la guardia un poco, pero volvió a estar alerta en cuanto noto como su contrincante avanzaba un par de pasos ganando terreno, listo para matarlo—. ¿Me matarás?

—A ti y al nuevo rey, vengare lo que le hicieron a Esmeray.

—La única culpable de su muerte es Zèphyrine, yo jamás habría atentado contra su vida o la de mi familia, ni siquiera contra la del pueblo.

Logan apretó la espada hasta que sus nudillos pasaron de un color rojo a uno blanco. Le enfurecía tenerlo en frente y no ser capaz de lastimarlo, no poder actuar decidido y matarlo. Temía que si lo hacía los brujos llegaran y lo capturaran impidiéndole ayudar a Pandora que seguía inconsciente a sus espaldas, pero debía lastimarlo, aunque solo lo hiciera con palabras.

—No eres más que un farsante, un príncipe que fingió toda su vida bondad, ¿Y cómo terminó todo? Con tu familia y la mía muerta, tal vez no era tu intención, pero eso no disminuye tu culpa. —pronuncio con rabia y sonrió al notar como sus palabras afectaban al hombre frente a él.

En silencio Rhysand hizo una mueca al oírlo, estaba tan metido en sus pensamientos que se sorprendió al escuchar un quejido de la chica en el suelo. —Si no recibe ayuda pronto su salud empeorará. —le hizo notar al caballero tratando de cambiar el tema lo cual solo hizo a Logan enfurecer más.

—¿Tú qué sabes sobre ella? ¡La secuestraste!

—Sé que te enseñaron a temerle a personas como yo, a pensar que todo lo malo que pasa es nuestra culpa, que nuestro único propósito es hacerles daño, pero te aseguro que no es así. —trato de acercarse a Pandora con lentitud, aunque tuvo que retroceder cuando Logan le bloqueo el paso listo para volver a apuñalarlo. Con cansancio suspiro y eligió sentarse en una roca mientras el dolor de su pierna comenzaba a crecer—. Si quieres matarme hazlo, siendo sinceros ambos sabemos que no podría vencerte, pero créeme que no quiero hacerle daño, solo quiero ayudarla.

—¿Y de verdad me crees tan iluso como para pensar que me dejaran estar a su lado una vez que se recupere? Ambos sabemos que tu gente me matará.

—No si yo los detengo —aseguro esperando que aceptara.

Logan lo habría hecho de no ser porque Rhysand cayó al suelo tras recibir el fuerte impacto de un ataque de Pandora quién sentada en el suelo lo miraba con dureza.

—¿Qué estás esperando? ¡Vámonos! —le grito con voz ronca tratando de levantarse.

Sin mirar atrás Logan corrió hacia ella, al sentir sus brazos alrededor del cuello la levantó con poca dificultad y comenzó a adentrarse en lo profundo del bosque. Ahí estarían a salvo, o al menos eso esperaba.