4. Aquel que no conoce el amor
—Nos van a reconocer —aseguro nervioso luchando por cubrir su rostro por completo, aunque el clima no ayudaba, era un día soleado y el exceso de ropas sobre él comenzaba a asfixiarlo.
—A ti te reconocerán, de mí no sabe nadie más que los que vinieron a tratar de convencerme de mudarme a Sanctum —Pandora observó a su alrededor con nerviosismo, a aquellos brujos no les caía nada bien y no quería que comenzaran a hostigarla como ya era costumbre.
Mientras la bruja comenzaba a hacer una lista mental de todo lo que necesitarían se percató de la lucha sin fin entre el caballero y sus prendas, una pequeña risa escapó de sus labios mientras abría su mochila en búsqueda de una capa más delgada para prestarle, había traído ropas de sus hermanos sin estar segura de sí se sentiría cómoda viendo a alguien más con ellas, aún olían a ellos.
—Ponte esto, deberías saber que no hay que usar negro en épocas de calor —le reprochó mientras se sentaba a descansar, el camino hasta el pueblo la había dejado sin aliento, aunque no quisiera admitirlo, no sabía cómo soportaría el largo viaje que les esperaba.
Sin agradecer, Logan se quitó la gruesa capa que había robado del brujo aquel día en la cabaña abandonada y se cubrió con la que Pandora le ofrecía, aún sentía calor, pero era soportable, esperaba poder pasar desapercibido durante su estadía ahí.
—¿No te enseñaron a agradecer a quien te ofrece ayuda? —pregunto indignada, esperaba más gratitud por parte del hombre al que le había salvado la vida.
Logan le lanzó una mala mirada antes de cubrirse con la capucha de la capa y ocultar sus armas dentro de esta, debía tener fácil acceso a ellas por si algo salía mal.
—Si tu única motivación para hacer algo bueno es el agradecimiento que puedas recibir, mejor no hagas nada —le respondió cortante y le arrebato dos de las tres mochilas que cargaban—. Ahora vámonos, tenemos que estar cerca del bosque pagano antes de que caiga la noche. Nos veremos aquí en una hora y entonces nos iremos hacia el bosque.
—¡Espera un momento! —le detuvo antes de que se separaran, con fastidio Logan regreso sin dejar de lado la impaciencia que crecía cada vez más—. ¿Acaso sabes que hay que comprar? ¿Tienes dinero? ¿Tienes idea de qué carajos estás haciendo, porque a mí me parece que no? Sé que quieres revivir a tu novia, pero hay que planear esto bien, por lo que entiendo si te atrapan te mataran y si me atrapan contigo a mí también y no quiero ser juzgada por traición al rey, aunque él sea un idiota. Debemos pensar bien lo que vamos a hacer y no solo separarnos sin saber qué haremos si esto sale mal.
—¿Y qué es lo que propones? No solo yo busco aquella arcana reliquia, el rey también lo hace y si la encuentra nunca podré traer de vuelta a Esmeray, no voy a dejar que el maldito arruine mis planes —respondió furioso tratando de irse sin que Pandora se lo permitiera—. ¡¿Qué quieres que haga bruja?! No puedo quedarme de brazos cruzados, tengo que apresurarme.
La melancolía se hizo presente en Logan, era obvio que lo carcomía la culpa por no haber podido ser de ayuda. Lo entendía, entendía su tristeza y desesperación, pero no podía dejar que sus sentimientos los pusieran en riesgo.
—Sé que el dolor te abruma, que quieres apresurarte antes de que no puedas hacer nada, pero el actuar sin pensar no te va a ayudar —Logan bajo la mirada avergonzado, se sentía como un niño pequeño que era regañado por su madre, pero no podía escapar, el sermón continuaba—. Ahora yo estoy contigo y lo que hagas me va a afectar, no puedo dejarte ir y ponernos en riesgo, yo iré al pueblo, comprare todo lo necesario y volveré aquí, después podremos irnos seguros de que no nos hará falta nada para sobrellevar nuestro viaje.
Quedaron en silencio, uno muy incómodo. Él quería hacerse el fuerte, ella volver a la dinámica de odio mutuo y buscar cosas para molestarse.
—Te daré algo que te dará seguridad de que volveré —propuso sonriente mientras buscaba en su mochila, al encontrarlo pidió a Logan que estirara su mano y le coloco un anillo plateado con un cuarzo turmalinado, con una sonrisa se colocó un collar que iba a juego con el anillo de Logan—. Cuídalo, te ayudará a sentirte mejor y nos permitirá comunicarnos, si algo sale mal daré un leve golpe al cuarzo, eso liberará una pequeña cantidad de energía que solo tú percibirás, de igual manera, si consideras que he tardado demasiado o alguien te encuentra golpea el cristal y yo vendré en tu búsqueda, aunque es importante que no rompas el anillo pues será imposible encontrarnos.
El caballero asintió sin entender bien como una piedra lo ayudaría a comunicarse con ella, aun así, decidió confiar en que nada malo pasaría y que de suceder ambos se podrían encontrar. Sin decir nada más Pandora se marchó esperando que Logan pudiera estar bien solo.
❂
Pandora intentaba apresurarse, no quería angustiar al caballero que había permanecido calmado durante el poco tiempo que habían estado separados. Creía llevar todo lo necesario, comida, ingredientes para hechizos y un tanto de ropa, lo único que le hacía falta era buscar la salida de aquel enorme mercado en el que se había metido, al tener tan poco dinero se vio obligada a adentrarse lo más que pudo para encontrar las mejores ofertas y los puestos con menor seguridad porque si, algunas cosas que traían habían sido robadas y temía que los comerciantes unieran fuerzas y la entregaran a los idiotas que había estado tratando de evitar durante toda su travesía.
Mientras buscaba la salida se vio tentada a comprar uno que otro libro para no aburrirse en el viaje, había collares hermosos y una gran variedad de hierbas y velas que la tentaban a gastarse el poco dinero que le quedaba o a arriesgarse a correr con ellas.
—¿Puedo ayudarte con algo tesoro? —escucho decir a una tierna anciana detrás de ella.
Nerviosa se volteo a ver a la mujer temiendo que haya descubierto sus negras intenciones de robar todo lo que había llamado su atención, cuando miró a la mujer suspiro más tranquila al ver sus ropas y sonrisa gentil, era solo una anciana adivina qué seguramente le ofrecería ver su futuro y, aunque no dudaba de sus dones, no quería perder el tiempo y mucho menos dejarse estafar.
—Disculpe señora, solo estaba viendo, ya tengo que irme —respondió tratando de no sonar descortés, la mujer no se molestó y le permitió retirarse, pero una vez que lo intento pudo divisar como un comerciante al que le había robado un poco de fruta la buscaba junto con los dos hechiceros que habían tratado de llevarla a Sanctum.
—Pensándolo bien, ver mi futuro no me haría ningún daño —dijo a la mujer que estaba a punto de irse y ansiosa le pidió que la llevara hasta su puesto, prefería que le mintieran y dejaran sin un centavo a que la atraparan y obligar a Logan a ir por ella.
Una vez se adentraron en una pequeña carpa se sentó frente a una mesa de madera sobre la cuál estaba una bola de cristal, velas y cartas de tarot. Esperaba con paciencia que la adivina se sentara y mientras lo hacía comenzó a sentir una extraña sensación de pesadez y adormecimiento de sus sentidos, la inquietud había desaparecido junto con la urgencia de irse en cuanto el procedimiento terminara, de hecho, no recordaba bien la razón que la había obligado a ir a aquel mercado y mientras pensaba eligió unas cuantas cartas al azar tal como le dijo la anciana que sonrió satisfecha.
—No hace mucho te sentiste derrotada, has trabajado duro para salir adelante y casi no te queda tiempo para intentar superarte —comenzó a decir con seguridad mientras ella peleaba con la laguna mental que no le dejaba recordar el nombre de la persona que la esperaba. Ante la falta de atención de Pandora la mujer se aclaró la garganta y volvió a sonreírle luego de que la joven se disculpara por ser descortés y le prestara su completa atención.
—Eres una mujer joven y fuerte con ambiciones y un gran talento para lograr lo que quieres, pero ten cuidado niña —Pandora se tensó sin saber porque, se sentía sedienta como si hubiera hablado demasiado, aunque no había dicho palabra alguna, la anciana frente a ella le sostenía ambas muñecas mientras mantenía su sonrisa que erizaba la piel de la castaña y la llenaba de desconfianza con cada minuto que pasaba. Se sentía insegura pero no podía huir, solo le quedaba oír lo que ella le decía con voz burlona—. Para aquel que no conoce el amor es muy fácil criticar, pero solo los afortunados que han sido bendecidos con tan dulce emoción saben lo que sería ser capaces de hacer cualquier cosa para preservar y resguardar aquel tan dulce como amargo sentimiento. No juzgues si jamás lo has sentido y mucho menos confíes en alguien a quien apenas has conocido.
—¿A qué se refiere? —pregunto sintiendo alivio por poder expresar sus dudas, la garganta había comenzado a dolerle pues en todo momento había sentido la necesidad de hablar y una fuerte sensación como si alguien tapara su boca y la obligara a callar. La angustia regreso en cuanto las velas se apagaron y dos fuertes manos la sujetaron por ambos brazos mientras la anciana reía y un pequeño grupo de personas cuchicheaban sobre ella mientras algunos comerciantes le exigían que pagara por lo que les había robado.
Desconcertada, sintiendo unas fuertes punzadas en la cabeza y sin nada que decir en su defensa, dejo que amarraran sus manos con una soga mágica que le impedía hacer uso de su magia.
—Debo agradecerte por tu ingenuidad y desesperación, no sabes la prosperidad que tendré luego de que el rey mate al caballero de su difunto amor, estoy segura de que te sientes confundida pues nunca notaste toda la información que dejabas en evidencia y sin ningún tipo de protección —se burlaba la adivina sentada cómodamente en su silla.
—El cuarzo… —logro decir la castaña sin entender porque este no había protegido su mente de la magia de aquella mujer, era evidente que había estado leyendo sus pensamientos.
La extraña soltó una ligera carcajada mientras recibía su pago por haber atrapado a otro traidor al nuevo rey. —Tu collar y su anillo vienen del mismo cuarzo lo cual disminuye su poder, te permite comunicarte con él, pero solo puede brindar protección a uno de los dos, debiste pensarlo mejor antes de involucrarte con ese humano.
Uno de los magos empujó a Pandora hacia la salida de la carpa, sería llevada a Sanctum para ser juzgada por el mismo rey al que había traicionado al aliarse con Logan Cyprien, el caballero que la esperaba impaciente sin saber que los magos iban hacia él.
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