El olor a lluvia combinado con el de sopa inundó su nariz en cuanto recobro la conciencia, cuando se movió para acomodarse se dio cuenta de que se encontraba en la orilla de una pequeña cama, la cobija que lo cubría le raspaba el pecho y las piernas, era un tanto incómodo no poder moverse tanto y la constante picazón que lo aquejaba no le permitía volver a conciliar el sueño.

Un segundo, ¿por qué la picazón molestaba su pecho como si estuviera desnudo?

Al abrir los ojos se encontró con que descansaba en un lugar desconocido, una humilde cabaña con una fogata frente a la cama individual donde se encontraba. Cuando se sentó en la cama la cobija dejo su torso al descubierto, sorprendido se levantó encontrándose con su casi completa desnudes, su ropa interior era lo único que lo cubría, ni siquiera tenía calcetines puestos. Busco a su alrededor sin encontrar nada, su ropa no estaba; confundido salió de la habitación tratando de entender dónde estaba y qué hacía ahí, mientras lo hacía pudo escuchar un fuerte canto proveniente de la cocina, un alarido en realidad, tal como había sucedido cuando se encontró con esa bruja.

—¡Ah, despertaste! —escucho decir a una voz femenina que salía de la cocina con un plato de sopa—, prepare sopa, no quiero que nos enfermemos.

Logan se sobresaltó y trato de cubrir su desnudes, sin embargo, ella río ante su acción.

—No hay mucho que ver cariño, no te preocupes —la calma en su voz lo alteró un poco, no creía posible que ella pudiera hablar tan despreocupadamente y sin una pizca de vergüenza luego de verlo casi desnudo, mucho menos si sus sospechas eran verdaderas y ella fue quien lo despojo de su ropa. Ante su reacción la mujer le sonrió enternecida por su timidez—. Crecí con cuatro hermanos, sé muy bien lo que tienes ahí abajo —aseguro bajando la mirada hasta su abdomen, un inmenso calor se hizo presente en sus mejillas mientras tomaba un cojín con el cual cubrirse. Una risa salió de los carnosos labios de la chica mientras dejaba la sopa en una pequeña mesa al centro de la habitación.

Ella era bonita, aunque poseía una fragilidad inquietante, sin embargo, parecía saludable; su piel era cobriza, sus cejas cuadradas y su cabello rizado y castaño llegaba por encima de sus hombros, tenía una nariz redonda y unos ojos grandes y hundidos color marrón.

Sería hermosa de no ser una pagana vulgar.

—Deja la vulgaridad de lado y explícame dónde estoy —se atrevió a decir con el ceño fruncido.

La sonrisa se desvaneció del rostro de la chica quien se sentó en un banco y comenzó a comer sopa en silencio, un silencio que permaneció hasta que Logan piso con fuerza llamando de nuevo su atención.

—¿Por qué no me contestas?

Ella alzo una ceja y negó con la cabeza. —Come antes de que se enfríe, no quiero virus en mi casa.

—No comeré nada que venga de una bruja.

Pandora se levantó molesta y camino en dirección a la cocina, su apetito había desaparecido al igual que la mitad del contenido de su plato. —¿Así tratas a quiénes te salvan de dormir bajo la lluvia? Sin mi estarías muerto, te habrían encontrado, torturado y asesinado —afirmo indignada, tenía años que no la discriminaban por su naturaleza, la última en hacerlo había sido su madre cuando todavía era una niña saludable.

Logan se sintió nervioso ante el reclamo en su mirada, al notar lo que le inquietaba la castaña hizo levitar su ropa y la dejó caer frente a él. Sin siquiera agradecer el caballero comenzó a vestirse mientras ella seguí observándolo recargada en la pared y con los brazos cruzados.

—¿No dirás nada? Que mal agradecido —soltó dándole la espalda y haciendo levitar el plato con sopa de la mesa de centro hacia ella.

—Yo no tengo nada que agradecerte —replico mientras se ponía los calcetines—, preferiría dormir bajo la lluvia.

—¿Aunque eso implicara que alguien peor que yo te encontrara?

Él se tensó, ella sonrió. Debía admitir que no lo había lastimado aun cuando tuvo la oportunidad de hacerlo, al contrario, le dio una cama, el calor de una fogata e incluso le ofreció comida, pero no debía confiarse de esas buenas acciones, quizá era una trampa y lo torturaría cuando menos se lo esperara.

Una sonrisa burlona se formuló en los labios de su captora mientras se decidía entre confiar en ella o no.

—Ustedes los humanos siempre desconfiando de nosotros —Si avisar envío de regreso la sopa a la mesa y acercó un banco al extraño—, es cierto que muchos brujos son malos, pero no todos somos así y ustedes no son unos santos. Ni tú gente ni la mía son seres perfectos, ¿por qué aborrecernos sin antes tratar de llevarnos bien?

Él se sentó y tomo el plato no muy convencido, aunque si lo pensaba bien y ella resultaba no ser una pagana asesina, podía esa ser su oportunidad para regresar a Esmeray, después de todo seguía con vida y en libertad, no en una prisión del palacio en espera de su próxima e inminente ejecución.

—¿Juras que no está envenenada? —quiso confirmar antes de probarla, no era fácil confiar a ciegas sin recordar lo que se le había enseñado en el pasado, que los brujos eran malos y debían ser asesinados.

La mujer se acercó a él quitándole la cuchara y llenándola de sopa, sin pensarlo se lo llevó a la boca y bebió su contenido, tras hacerlo dejó caer la cuchara en el plato y quedó en silencio por unos cuantos segundos.

—Creo que sigo viva, esa sopa no es mortal —concluyo a manera de burla sentándose frente a él—. De haber querido matarte lo habría hecho allá afuera, ¡cargarte es muy difícil!

Ella se rio acomodándose en su asiento animándolo a probar del plato, con temor lo hizo sorprendiéndose ante sus habilidades culinarias, pero en lugar de admitir lo bien que sabía aquella sopa simplemente se encogió de hombros como queriendo decir «No está mal, pero podría ser mejor». Molesta por ella la chica se levantó y grito desde la cocina que podía quedarse en aquella casa todo el tiempo que quisiera, pero que lo dejaría morir de inanición antes de volver a cocinarle.

Sin entender muy bien por qué le provocaban gracia sus rabietas comió tratando de ocultar una pequeña sonrisa.

—Espero no morir intoxicado —trato de bromear, pero risa no fue lo que salió de los labios de la chica, en su lugar fue un largo y pesado suspiro acompañado de una mirada melancólica.

Intoxicado, como Esmeray y su familia…

Intoxicado, como sus hermanos, los únicos que la querían…

En silencio ella se sentó de nuevo frente a él mientras ambos se perdían en sus pensamientos y recuerdos. Tal vez ese era el momento para pedirle que lo ayudara a traer de vuelta a Esmeray, tal vez esa sería su única oportunidad, pero que difícil era aprovecharla, las palabras se habían vuelto imposibles de pronunciar.

—Yo…

—¿Para qué viniste? —interrumpió ella con seriedad, mirándolo en busca de respuestas—. ¿Eres de por aquí o buscas huir del rey y sus secuaces? Sea como sea, sé que algo buscas.

—¿Cómo lo sabes?

Ella bajo la mirada apenada e hizo aparecer un pequeño papel arrugado, al desdoblarlo lo acerco a su dueño. —Lo encontré mientras… ¿cómo debería decirlo sin sonar tan mal?

—Mientras me desnudabas, no hay otra palabra para describirlo —respondió luego de arrebatarle el papel con brusquedad, era un mapa poco elaborado que había hecho para descubrir el camino hacia la reliquia, aunque ahora estaba rayado, los nombres de las regiones tachados y con palabras escritas bajo ellos—. ¡¿Qué son estos nombres ridículos?!

Ella alzo la mirada dispuesta a pelear —Son los verdaderos nombres de estos lugares, solo corregí tus errores —explico sabiendo que esa sería una pelea que no podría ganar, los vencedores son los que escriben la historia y los humanos habían vencido a las brujas bautizando todo como se les había dado la gana—. Mira eso no importa, lo que me importa es por qué quieres ir a ese lugar, es peligroso para ti acercarte tanto a Sanctum, te mataran en cuanto alguien reconozca que no eres un brujo, aunque trates de vestirte como uno.  

Logan no respondió, no sabía cómo explicarle sus razones así que en lugar de hacerlo solo dobló el mapa con mucha concentración en espera de que las palabras adecuadas llegaran a él.

—Busco lo mismo que el rey, una reliquia que me permita traer de vuelta a alguien que amo, Esmeray… —su voz se quebró al recordarla tan llena de vida, tan feliz y enamorada de Aleksander.

—¿La prima del rey? —pregunto ella sin entender sus razones—. Ella no es más que una noble bonita, una tonta que, según lo que sé, murió por ir tras su primo.

—¡Ella murió por culpa de su primo, el rey y la maldita bruja que tuvo la brillante idea de vengarse de todos sin piedad! —grito en defensa de su amada, la castaña guardo silencio al verlo tan enojado y espero pacientemente a que él terminara de explicarle la situación. Una vez más calmado, Logan procedió—. Pienso matar a su primo y al rey, revivirla y huir de aquí, Alynthi ya no es lugar para los que no poseemos magia.

—¿Y por qué no revivir a tu familia? ¿Por qué ella? —pregunto sin comprender.

Logan la miró con lástima y hablo, seguro de que recibiría una burla por tanto sentimentalismo de su parte, pero no le importaba, él la amaba, amaba a Esmeray. —Es por amor que hago esto, jamás encontré a mi familia luego de aquella noche, pero a ella sí. Esmeray está descansando en una cabaña cerca de aquí, es lo único que me queda, tengo que traerla de vuelta.

—¿Por amor? Debe ser una broma —Pero no era ninguna broma, lo supo al ver la seriedad en su mirada, el dolor que sentía, la añoranza de tenerla devuelta. Ella no sabía lo que era eso, no había amado a nadie que no fuera sus hermanos y ellos jamás regresarían, la muerte era inevitable y el amor, ¡Oh el amor! —. Love is for mortals and fools.

Logan la miró mal y sintiéndose como un idiota se levantó. —Encontrar la reliquia no me preocupa, activarla si, yo no soy un brujo, no tengo magia, pero tú sí. Quiero que vengas conmigo, te daría lo que sea si me ayudarás, pero no pasará, no crees en lo que digo.

—Creo que es una ridiculez, pero mentiría si dijera que tengo algo más que hacer —confeso sin sentirse mal por lo que sus palabras provocaran en él, sin embargo, su actitud despreocupada se vio suplantada por la alegría y, con una sonrisa y la mano estirada hacia él, se presentó—. Me llamo Pandora, será un placer ayudarte, quiero ver cuál es el desenlace de esta locura provocada por el amor.

Un gruñido fue la respuesta del caballero, no le encantaba la idea de tener que soportarla durante todo el trayecto, pero la necesitaba, no estaba seguro de encontrar alguien más que quisiera ayudarlo, aunque solo lo hiciera para verlo fracasar, además, había que recordar que ella moriría si aquello funcionaba, ese era el precio a pagar por usar la reliquia, una vida por otra. De mejor humor él trato de esbozar una sonrisa tan falsa que le provocó a la chica una carcajada, con una mueca estrecho su mano con fuerza. —Llámame Logan.