1. La bruja que quería morir
Estaba cansada y débil, ya había olvidado lo que era sentirse productiva y llena de vida. Quería morir, sabía que tarde o temprano lo haría, pero la vida había estado abandonándola muy lentamente, tan lento que en ocasiones se arrepentía que no haber salido a la lluvia hace diez meses junto con toda su familia.
Ese día sus hermanos habían salido en búsqueda de algún médico que aliviara su malestar, no encontraron a nadie, todos estaban celebrando en la fogata conmemorativa del fin de la era del terror que había encendido su aldea. Mientras regresaban de su búsqueda fallida el cielo comenzó a llorar entregándolos a los brazos de la muerte, ella no supo que sucedió hasta que horas más tarde cuando se atrevió a salir y los encontró sin vida a unas cuantas casas al sur de la suya. Sus hermanos mayores habían muerto dejándola con su enfermedad como única compañía.
Luego de eso regreso a su solitario hogar donde se encontraba en aquellos momentos, se había negado a irse cuando los hechiceros anunciaron que ahora gobernaban Alynthi. Aunque era una bruja juro ante su gente que prefería morir en casa y sin nadie que la confortara que ser obligada a mostrar gratitud a quienes mataron a sus hermanos, en ocasiones se arrepentía de sus palabras pues comenzaba a creer que el hambre la mataría antes que la enfermedad. Poco a poco se acababa la comida y era demasiado orgullosa como para pedir ayuda, además estaba segura de que si lo hiciera no la perdonarían por haberle deseado mal a su nuevo monarca, el esclavo que se convirtió en rey.
Tras padecer hambre por casi una semana, una noche un sueño la hizo entrar en razón, era un recuerdo de sus hermanos quienes siempre quisieron que sobreviviera, sería una ingrata si no lo intentaba, tal vez su enfermedad la mataría algún día, pero ese día aun no llegaba, viviría aunque los pensamientos negativos, el miedo y el fatalismo la torturaran al dormir, comenzaría saliendo de su casa en búsqueda de comida y, si de verdad los hechiceros reinaban en Alynthi, no tendría problema con ir y venir sin temor alguno por todo el reino, había lugares que quería visitar, rincones ocultos que ansiaba descubrir y deseos que había compartido con sus hermanos y deseaba cumplir, por ellos tres que la amaron literalmente a morir.
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Logan había pasado meses intentando acercarse a Aleksander, nunca pudo adentrarse al castillo y por un tiempo vivió en la capital de Alynthi: Sanctum, ahí pudo recuperar un poco de la esperanza que lo había abandonado aquel día colgado de un árbol. Los habitantes de la capital aseguraban que el rey buscaba una arcana reliquia que prometía devolverle la vida a los muertos y que con ella traería de vuelta a las víctimas inocentes del día de la desgracia, y por inocentes se refería a los brujos, no a los humanos.
Había imaginado la posibilidad de encontrar dicho artefacto y traer a la vida a sus seres queridos, pero ahora que sabia su ubicación exacta y lo necesario para hacer posible su plan se sentía un tanto cabizbajo, su familia y amigos no volverían, jamás había encontrado sus cuerpos y en su travesía descubrió que estos eran necesarios para revivirlos, le dolía la idea de no volverlos a ver pero aún cabía la posibilidad de que Esmeray pudiera tener una segunda oportunidad, solo era necesario encontrar la reliquia y a un hechicero que pudiera y supiera activarla, era por eso que estaba en las aldeas del Este, existía la posibilidad de que aún habitaran hechiceros ahí ya que en la capital y sus alrededores corría peligro de que Aleksander lo reconociera de sus años protegiendo a la hija de su dueño, sin embargo, por más que busco no encontró a ningún habitante, el lugar estaba abandonado por completo o así lo parecía hasta que la noche cayó y una fogata junto con un lejano canto se adentró a la cabaña donde descansaba.
Había decidido acercarse al canto desafinado que escuchaba aunque conforme se acercaba los alaridos subían poco a poco su volumen esfumando la determinación que sentía y dando paso a la duda, tal vez sería lo mejor dar marcha atrás y buscar en otro lugar, los rumores de una academia de brujería al límite del bosque pagano al Oeste de ahí sonaban más cautivadores que el intentar capturar a la bestia que claramente sufría una inmensa agonía pues era imposible que un ser humano saludable considerara aquellos ruidos como un hermoso canto.
El plan era saltar sobre la desconocida criatura y someterla, amarrarla con fuerza para que no pudiera escapar y obligarla a obedecer sus órdenes, tal vez sería necesario torturarla un poco para que dejara de luchar por su libertad. Sería difícil, estaba seguro de ello, pero valía la pena, no podría vengarse de él al término de su misión y no tendría por qué darle algún tipo de recompensa una vez que cumpliera con su petición. El pagano dejaría de respirar en cuanto Esmeray despertara, ese era el precio a pagar y lo pagaría sin ningún tipo de dificultad.
Todo era perfecto teóricamente hablando, ahora la dificultad era el poner el plan en marcha pues una vez que diviso con claridad a su víctima se quedó sin aliento, la bestia en agonía era una mujer de piel bronceada, cabello castaño y ondulado que le llegaba por encima de los hombros. Poseía la belleza promedio, no tenía nada que la destacara del resto, eso sin contar la desafinada voz que comenzaba a exasperarlo. No tenía nada que la hiciera superior a Esmeray y aun así el verla provoco que las molestas mariposas revolotearan en su estómago y sus mejillas comenzaran a arder.
«Al diablo con el plan», pensó por un instante antes de que el encanto se rompiera con los alaridos que nuevamente comenzaban.
En ningún momento Pandora se dio cuenta de que había un extraño observándola primero con admiración y después con furia y asco, ella estaba concentrada en la letra de la melodía que cantaba mientras se preparaba para realizar su hechizo frente a la fogata, Logan comenzaba a preguntarse si acaso intentaba invocar algo con su canto infernal.
You believe in the spell of this thing that you call love
Never turns out quite the way that you planned it
So why do you break all the rules
Love can make you come alives
or take your life away
Try as I will I just don't understand it
Love is for mortals and fools
La pasión exagerada de Pandora hizo saltar a su espectador quien estaba convencido de que ella invocaba algo, nadie podía cantar sin que se le entendiera ni una sola palabra, el diablo aparecería en cualquier segundo y no quería ser parte del sacrificio que la pagana le ofrecería a su amo. Cuando Logan se dispuso a irse el fuego se encendió aún más, podía jurar que este tomaba forma humana y el cielo había oscurecido aún más, asustado ahogó un gritó que creyó haberlo condenado a una muerte dolorosa, cerro los ojos con fuerza seguro de que moriría en cualquier momento, pero lo único que sucedió fue que la voz de la mujer se apagó.
Tras un largo y silencioso instante abrió los ojos y comenzó a mover brazos y piernas con una enorme sonrisa. «Seguro fue una pesadilla», pensó con alivio, sin embargo, al subir la mirada se encontró con Pandora que lo miraba con atención y un toque de molestia.
—Ignorare tu intromisión solo porque pareces estar sorprendido, mis hermanos decían que cantaba como un ángel —alardeo cruzándose de brazos y cerrando los ojos, odiaba que la interrumpieran y ahora tendría que comenzar de nuevo su hechizo, aunque eso sería hasta la próxima luna nueva, las nubes ya la habían ocultado.
Mientras la bruja esperaba pacientemente un halago, Logan intentaba calmar a su desbocado corazón, sentía que se saldría de su pecho en cualquier momento. ¡Seguro estaba muerto!, era imposible que siguiera vivo luego de haberla hecho enojar. Tal vez el amo de la bruja ya se lo había comido y estaba en el limbo siendo castigado por las muertes —que él juraba que habían sido justas— que había provocado.
Al no obtener respuesta Pandora volvió a mirarlo ahora con enojo y no con curiosidad. —Sabía que mi voz cautivara, pero nunca creí que dejaría a quien la escuchara sin palabras— Logan no respondió y ella cambio su semblante a uno feliz. «Vaya que es bipolar», pensó el caballero todavía en silencio lo que le dio permiso a la bruja para seguir hablando con emoción—. Mi canto te ha cautivado en exceso tal como lo hace la voz de una hermosa mujer del mar. Respóndeme algo cariño, ¿crees que canto como un ángel o como una sirena?
Logan trago con dificultad, no había otra opción más que responder, o moría por hablar con la verdad o moría por mentirle con descaro y la verdad es que prefería que lo último que haya hecho en vida es decirle sus verdades a la bruja que tenía enfrente.
—Cantas como… —se aclaró la garganta, necesitaba tomar agua.
—Sin pena, dime la verdad —insistió ella a la expectativa, era obvio que era un humano y que en otras circunstancias habría huido al verlo, pero era obvio que le tenía miedo y si bien no estaba feliz con la razón por la que le temían a muerte, era hermoso poder hablar sin tener presente en todo momento que un movimiento en falso y moriría en la horca si es que bien le iba y no la enviaban a la hoguera o a la guillotina.
Logan abrió grande la boca y tomo aire, se estaba hiperventilando y no podía controlarse, pero si no lograba hacerlo cómo rayos haría para llegar a la reliquia antes que Aleksander. Esa bruja debía temerle a él, no al revés. Él mandaba. Él era quien infundía miedo en los paganos, había estado frente a tantos de ellos que se había insensibilizado, o eso creía, tal vez si la situación hubiera sido diferente y no hubiera creído ver una criatura en el fuego ella estaría rogando por piedad y no burlándose sonriente.
—Muy bien bruja, te diré la verdad —respondió más tranquilo y cambio su expresión asustada a una serena tratando de infundirle miedo—, cantas como un ángel.
El rostro de Pandora se ilumino e iba empezar a agradecer y ofrecerse a cantar otra canción cuando Logan la interrumpió.
—Si mujer, cantas como un ángel, pero uno en agonía porque le han arrancado las alas, tus hermanos o eran sordos o no querían romper tus sueños —El rostro de la mujer se contrajo, estaba furiosa pero no la iba a dejar responder, en su lugar continuó insultándola—. De verdad te amaban, no lo dudes, nadie sería capaz de decir tales mentiras.
—Ya basta —pidió comenzando a alterarse, aunque Logan no planeaba detenerse.
—Solo se me ocurren dos opciones, ellos eran unos mentirosos excelentes o tu eres tan arrogante e insoportable que ni siquiera tuvieron que esforzarse en su mentira.
Su tono de burla la desquiciaba, si tenía que ser temida para que la respetaran por ella estaba bien, iba gritar de ser necesario, iba infringir dolor y pavor, y por eso grito y el suelo tembló. —¡Dije que ya basta! —proclamo y Logan obedeció, no era poderosa para petrificarlo con magia, pero si era engañosa, tanto que parecía saludable cuando en realidad estaba enferma.
Aquel extraño veía a una mujer peligrosa mientras ella veía a una debilucha deprimida y patética que no había disfrutado para nada la vida, él se callaría y comportaría aunque tuviera que engañarlo y torturarlo con la idea de matarlo mientras dormía, aunque no fuera verdad, no se creía capaz de matar, hacerlo solo reforzaría la idea que los humanos tenían sobre su gente, que eran unos despiadados que mataban por matar y destruían por el placer que les provocaba llevar caos a donde sea que fueran cuando en realidad solo usaban su magia porque él no hacerlo los mataba por dentro, era difícil de explicar, solo sabía que si no usaba sus dones estos buscarían salir sin importar las consecuencias que esto conllevara.
Cuando salió de sus pensamientos, Pandora se dio cuenta de que Logan ya no estaba, creía que había huido, pero cuando bajo la mirada lo encontró tirado en el césped, se merecía dormir ahí por ser un idiota, pero el aire comenzaba a oler a lluvia y el barro se formaría y lo mancharía más de lo que ya lo estaba. No podía dejarlo ahí sobre todo porque si un brujo lo encontraba notaria con rapidez que no era uno de los suyos y lo mataría con crueldad. Era un estúpido, pero uno que merecía tener una muerte linda, una que se lo llevara mientras dormía, una como la que ella deseaba tener.
Con dificultad lo llevo a rastras hasta la casa y, aunque lo intento, no pudo evitar que la lluvia los mojara, más le valía al maldito que no se enfermaran o ella misma lo entregaría al rey y a sus lacayos a cambio de comida.
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La canción que canta Pandora se encuentra en la descripción del capítulo.
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