SOLO DEBES CREER...
ELISA
Alguien que me abofetee para que me traigan de vuelta al mundo.
No fui a la escuela ni ese día, ni el que sigue, ni el siguiente de ese. A mi madre le valía y a mi mas.
Sentía como los colores me tocaban o a lo que sabia cada aroma, También sentía como mi cuerpo y mi alma se asían mierda, me sentía cansada sin haber hecho absolutamente nada.
Y no sabia si seguir inhalando eso seria bueno, no quería volverme adicta aunque sea en pequeñas cantidades.
Escuchaba a la brisa susurrar y a luna nombrarme... tan cercana pero a la vez tan lejos.
Me levante del suelo para ir al baño y mirar mi reflejo, desgastado, deforme, colorido y a la vez gris.
Tenia miles de llamadas y mensajes de Isabel y Karla preguntándome por que estaba desaparecida, pero ni una señal de Einar...
Quien mas era molesto era Fernando, puedo asegurar que mi teléfono explotaría por las llamadas de el, algunos mensajes preocupado...
Todos preocupados...
—¡Elisa! — tocaron mi puerta. — Ábreme, Solecito.
—Einar — dije sonriente, susurrando para mi misma, feliz de que llegara...
Me moje la cara para disimular mi aspecto flojo. Baje casi corriendo las escaleras con una felicidad enorme.
—¿Qué tienes? qué te pasa? ¿te hicieron algo? — dijo apenas abrí la puerta.
—No, no, estoy bien — le dije sonriente, tratando de que no se preocupara.
—No me contestabas ni a Isa y Karlita. Me asustaste. ¿Segura que estas bien?
Asentí frenéticamente.
—No me parece que lo estes...
—Estoy perfectamente bien.
—¿Estuviste llorando?
—Por que lo dices — mis labios soltaron una risita incomoda.
—Tones los ojos rojos.
Oh, mierda.
—No...
Einar me miro, juzgándome. Me hice a un lado para que pasara a mi casa y acepto la invitación.
—¿Quieres algo? — le pregunte acercándome a la cocina — Agua, café...
—Agua.
Trate de acomodarme el pelo con mis manos, tratando de verme menos demacrada. Le serví el agua y se la pase.
—¿Que es eso? — me pregunto, me estire las magas de mi sudadera por instinto, tapando mis moretones.
—¿Que cosa?
Einar dejo el vaso de agua a un lado y tomo mi mano, su tacto fue tan cálido, tan suave, tan único, demasiado diferente al de Fernando. Me concentre en lo que su mano tomando la mía me hacia sentir que olvide todo lo demás, tanto que no vi su mano acercarse al borde de mi sudadera, me perdí el tiempo suficiente como para que Einar lograra subir un poquito la manga y, aunque fueron pocos, vio mis moretones.
Cuando me di cuenta de lo que hizo retire mi mano de la suya.
—¿Quien te lo hizo? — su voz era seria y ronca. Dios mío, me voy a desmayar.
—Nadie — negué con la cabeza.
—No me digas, no salen solos.
—Tengo un trastorno alimenticio, ¿se te olvido?
—¿Y también salen en la cara?
Me toque mi cara, buscando algo que no había visto, hasta que lo roce y me dolió.
Me miro esperando una respuesta a esa pregunta con sus ojos avellana...
—Es mi madre Einar, ¿que quieres que haga? ¿Qué esperas que haga?
—Enséñame. — Dios mío, su voz.
—¿Que te enseño?
—Donde mas los tienes.
—No te voy a enseñar mi cuerpo al desnudo.
—¿Acaso te pedí que te desnudaras? — Me miro, sus ojos diciéndome pervertida relajaron el ambiente. — Vamos solecito, muéstrame.
Me tomo de los hombros acercándome a el, lo veía solo unos centímetros mas arriba, no había mucha diferencia de estatura.
—No puedo — se me quebró la voz — no...
Sin planearlo las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, sin yo saber el por que.
—Por que lloras chiquita — me dijo abrazándome.
—No lo se... — dije entre sollozos
Me abrazo mas fuerte, sentí sus dedos rozando mi cicatriz, su aroma inundo mis pulmones, un dulce y delicioso aroma.
—No llores solecito, no es tu culpa
Solté mas lagrimas.
—Escúchame — dijo mientras tomaba mi rostro entre sus manos, limpiando mis lagrimas con sus pulgares. — No se que pase por tu cabeza, jamás lo sabre con exactitud. — solté el aire entrecortadamente tratando de calmarme. — Pero se que piensas que este es tu final, que así terminara tu vida, no te puedo pedir que hagas nada contra tu madre, pero créeme pequeña, muchas veces los finales son principios de otras historias. — nos miramos directo a los ojos, miraba con los suyos bajaban constantemente a mis labios temblorosos.
—Pero, ¿y si este es mi final?
—Entonces cámbialo.
—Los finales no se pueden cambiar...
—Claro que si, solo debes creer que lo puedes hacer.
Entonces creo que me puedes mirar como yo te miro. Creo que me puedes amar.
Holiwiis mis inestables. Cómo andamos?
Ay mis niñooooos tan hermoso.
Que les pareció?
No sé les olvide votar y comentar si les esta gustando
Los amoooooooo. ♥️
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