Einar

Hacia frio, era de noche y estaba lloviendo.

No pensé que Brian tuviera tanto dinero como para vivir en una casa así.

—¿Que..?

—¿Donde esta? — dije apenas abrió la puerta

—Arriba.

Me estaba muriendo de frio y de nervios de que mis padres no descubrieran que me escape.

—Claro que puedes pasar

—Perdón, es que hace frio afuera.

—Pues si, mírate, estas todo mojado por la lluvias, ni un misero suéter tienes puesto.

—Es que...

—Esta arriba, deja te busco algo para que te calientes.

Del copete me escurrían gotas de agua. Subí las escaleras y pude verla, sentada en su cama, relajada, como si estuviera dormida.

Vi a Brian a lo lejos con una sudadera que me lanzo a la cara.

—¿Por que no tiene puerta? — le pregunte.

—Por su estado de salud, tengo miedo de que haga... algo.

Entre y me senté en la orilla de la cama, cosa que la hizo abrir los ojos de golpe.

—Hola... — Brian nos habría advertido a todos de su extraño comportamiento, no esperaba a que me respondiera, pero solo con verla era suficiente para mi. — Sol... Elisa... — me fui acercando cautelosamente, — Amm, no espero que me respondas... esta bien, con verte estoy bien. Vine hasta aquí para... — en realidad no vine a nada en concreto, solo quería verla. — ... para decirte que, lo siento tanto. Se que no fue mi culpa pero, no estuve ahí para protegerte, ni cuando te recuperabas, lamento haberte dejado sola. — trate de tomar su mano, pero cuando sintió mi pequeño roce la aparto, me partió el corazón. — También, si te sientes sola, decirte que no lo estas, tienes muchas personas que te aman, que nos preocupamos por ti, no todo en la vida es malo, puede que ahora solo quieras estar sola y sumergirte en lo mas profundo de ti y nunca mas salir, pero también recuerda que existes muchas manos para ti que te ayudaran a salir a delante. No estas sola, nunca lo estuviste y nunca lo estarás.