Einar.

La noche había acabado en un momento de felicidad, después de once años de espera por fin, pude besarla.

Sabia a sal por el agua y a fresa, no se por que.

Brian me avía regresado a casa, a todos nos regreso a casa, me dejo unas calle mas lejos, mis padres no sabes que me fui, no seria muy coherente entrar por la puerta.

La bese...

Faltaba poco para llegar. Muy poco. A una casa de mi casa.

—¡Donde esta! — escuche los gritos de mi padre.

—¿Se escapo?

—Voy a ir a buscarlo.

Oh, no.

—No espera, ¿Que tal si esta con esa muchachita?

¿Elisa?

—¿Eso que tiene que ver?

—Que... pues son jóvenes... ya sabes.

—No tiene nada que ver eso.

—Lo hubieras dejado.

—¡SI!, hay que estar ciegos para no darse cuenta cuanto ama a Elisa. Aparte, es primero de noviembre, siempre va con ella al cementerio.

Mis oídos captaron un segundo sonido, proveniente de la oscuridad, pero estaba tan asustado, preocupado y confundido de esa conversación...

—Te diré lo mismo que le dije a Elisa.

Abrí los ojos como plato, en ese momento mi padre salió y me vio.

Volví a escuchar ese sonido, era como un arma cargándose.

—Voy a destruir tu felicidad y la de los demás.

Deje de verlo a el para voltear con mi padre, quien estaba como yo, shockeado.

¿Estábamos viendo lo mismo?

Regrese mi mirada, aunque estaba con capucha sabia quien era.

Me apunto con el arma...

Y...