Brian.

Siete días, seis noches.

Tenia a Zombis al rededor mío, aunque regresaran a sus casa y después llegaban de vuelta se veían igual.

—¿Que haces?, te dije que dejaras de fumar...

—Cállate. — que irrespetuosa se volvió. — es lo único que me mantiene cuerda.

—Elisa...

—Vete Brian, no te quiero aquí.

—No. — me senté en suelo al lado de ella. — me voy a quedar aquí.

Suspiro con rabia, aventó el cigarro al suelo y lo piso con intensiones de irse, la tome del tobillo.

—Y tu te vas a quedar aquí. — apunte a un lugar a mi lado.

—No jodas ahorita Brian.

—Te duele lo se, pero no es bueno que lo sufras tu sola.

Se sentó en el piso, sacando otro cigarro y fumándolo.

—¿Que quieres?

—Pasar tiempo contigo, Elisa, te vas a ir en cuatro días, ¿como esperas que me sienta?

—Perdóname. Yo tampoco quiero. — Pase mi brazo por sus hombros, ella se recostó en mi, solo por que no quiero que me vea llorar. — ¿Que decía la carta?

—¿Cual carta?

—La de tu madre.

—...

—Te pareces mucho a ella. Su cabello rubio y sus ojos verdes, el mismo lunar...

Sonreí, me llegaron recuerdos de mi madre, muy borrosos, tenia cinco años, no la recordaba muy bien.

—No, no me parezco a ella, yo no poseo tanta bondad. — la luna estaba enorme, muy hermosa para ser real. — De hecho, te pareces mas a ella que yo.

—Ojala tener los ojos verdes.

—Mi mamá decía que los buenos actos siempre se regresan, estaba equivocada, eso nunca pasa, pero mamá veía al mundo con ojos de bondad que no era capaz de distinguir la oscuridad, ella nunca decía que no... Como tu.

Eso era malo, muy malo, sobre todo para los que se aprovechaban.

Como la desgracia que me toco de padre.

—¿Crees que exista un paraíso?, donde no exista el dolor y piedad vivir en paz.

—La muerte es la dulce compasión que te da la guerra después de luchar contra la vida. Un alma no puede sufrir eternamente.

—¿Entonces existe un inferno?, donde hay luz hay oscuridad.

—¿Y de que te preocupas?, no vas a ir ahí.

—Mate a mi madre Brian, ¿como es posible que no me manden al infierno? — sentí un bostezo por parte de ella.

—Por que tu no eres mala, solo eres una persona con un limite que ya habían rebasado.