ELISA

Regrese a casa tarde por la noche, ni una señal de mi madre.

Me avente al sillón esperando descansar, no podía subir las escaleras.

Mis ojos cayeron en un marco que estaba debajo de la tele, me levante para que la foto se asomara. La bajaba cuando mi madre se encontraba aquí, con cualquier cosa que le recuerde a mi padre se pone aun mas violenta.

Estábamos los seis. Mis tres hermanos, mi madre, y mi padre cargándome en sus brazos.

—¿Donde estabas loquilla.? — Apareció Brian detrás de mi.

—¿Que haces aquí?

—Vine a buscarte y no estabas.

—Si mi madre regresaba... — le advertí

—Pff, esa mujer no regresaría aquí ni aunque le dieran un millón de dólares, y, ¿que te hace creer que me dejaría que me golpee?

Me encogí de hombros dándole la razón.

—Ahora. ¿Donde estabas loquilla?

—En casa de Ei...

—Uuu — dijo pícaro

—Pareces lobo.

—¿Como estuvo? — pregunto ansioso.

—¿Que cosa?

—¿Te la metió hasta adentro? — me rasque la frente.

—No todo es sexo, Bri. — me barrio con sus ojos.

—Lo dices por que no lo has probado, pero cuando lo hagas...

—Bri, no voy a ser tu, no me acostare con cualquiera que pase por mis ojos.

—Nunca entendí por que me vez como un mujeriego.

—¿Que no lo eres?

—Ser ojo alegre y mujeriego son cosas diferentes.

—¿A si? — asintió.

—Todas las mujeres son bonitas, enana.

Se acercó hasta a mi.

—¿Que es eso?

—Una foto.

—Puedo verla. — Asentí.

—Quien es el?

— Mi padre...

Puso la foto a centímetros de su cara y luego la bajo para mirarme, y la volvió a ver.

—Eres idéntica a tu padre.

—Si... me lo dicen mucho.

—¿Quien? — observo buen la foto.

—Mi madre.

—¿Y ellos?

—Mis hermanos.

Bajo la foto con la boca semi abierta.

—Tu papa tiene... tenia unos genes muy fuertes. ¿Y ellos donde estan?

—Casados y viviendo en otros países.

—Mhm.

Brian dejo la foto en su lugar.

—¿Quieres comer algo?

—Comí en la casa de Einar.

Me miro pícaro subiendo y bajando sus cejas.

—Comí comida, no a el.

—¿Y si te animas a decirle?

—¿Y si no soy correspondida?

Brian me miro incrédulo.

(SEPARADOR)

—En que me necesitas? — Pregunto Karlita.

—Mira, necesito que no tomemos esto enserio.

Ella asintió.

—Tuve y tengo ansias de... hacer algo que no debo.

—Como que?

—Desvivir a alguien que me ha hecho mucho daño.

—Pues que te digo — sonrió — todos hemos tenido imaginación traicionera. Créeme muchos hemos soñado con — Hizo un gesto con su mano de decapitación — a alguien. El problema no son los pensamientos, es lo que hagas con ellos.

Asentí.

—No esta bien matar pero... existe algo llamado defensa personal. Si estas harta de eso haz algo para cambiarlo...

Holiwiis mis inestables. ¿Como andamos?

¿Ustedes que opinan?¿Que haga algo? ¿Que se quede quieta?

No se les olvide votar y comentar si les esta gustando.

Los amooooooo.