30 de agosto de 2027

Querido Einar.

Han pasado ocho años desde que te fuiste, cada aniversario nuestro te escribo una carta y esta no será la excepción.

Hace no mucho adopte aun niño, como sabrás no podía tener hijos, pero siempre quise ser madre.

Cuando lo vi me cautivo, tan pequeño e indefenso, con su piel bronceada y unos hermosos ojos color avellana.

Y da la casualidad que los cachondos de Isabel y Azriel tambien tienen un hijo, pobres, lo tuvieron a los veinte.

Regresando con el mío, se llama Anthony Einar, tiene apenas cinco años pero es idéntico a ti, a veces pienso que eres tu.

Brian se caso con una mujer llamada Olivia, que según el es la misma del mercado nocturno.

No se mucho, pero tambien tuvieron un hijo, Jackob se llama, idéntico a Brian, solo que con ojos azules.

Es difícil no tenerte aquí, nosotros ya tenemos 25 años y tu siempre tendrás 17.

Karla aun no tiene a nadie y dice que no lo necesita, es una buena jugadora de básquet y bueno, estamos todos bien.

Todos estamos felices y completos con la vida.

Yo mas que todo estoy agradecida por esa oportunidad que me dieron de ser madre.

Mejore mas de lo que me esperaba, cuando estuve en e hospital me encontré con mi padre y me dijo que soltara el pasado, yo creí a que no podía pero al fin entendí lo que trataba de decirme.

El pasado el parte de nosotros, no se refería a soltarlo, decía que dejara de vivir en el, que lo recordara con nostalgia y amor , pero que dejara de vivir en el.

Fui a la universidad y la vida me dio un acomodo muy fácil, soy empresaria que le sobra dinero y cuando era adolescente era lo que mas me faltaba.

Si aprendes a soltar aprender a vivir.

Tal vez no leas esta carta o si, no lo se y si lo haces recuerda que te amo.

Te tengo hasta la raíz.

Con cariño, Elisa.

Te amo.

Una ultima leída esa carta antes de dejarla sobre su tumba. Aun lloraba aunque hiciera esto todos los años y allá pasado ocho desde que murió.

Es como si siguiera aquí conmigo.

—Mamá, tengo hambre. ¿Vamos a comer con el tío Bri?

—Claro Tony, hay es viernes...

—¡De hamburguesa!

Idéntico a el.

Aun seguíamos siendo buenos amigos a pesar de la distancia.

—Yo no se como le hacen con dos hijos. Uno ya me esta volviendo loco.

—Papá

—¿Que, hijo?, es la verdad

—Es que yo quería a una niña.

—¿Que les parece?, como en los viejos tiempos, juntados en la casa de Brian.

—Hay que mantener viva las tradiciones.

Tres niños corriendo por la casa y nosotros riendo y comiendo, era justo.

Era un vida.

Era feliz.