Azriel.

Era de madrugada, como las cuatro de la mañana.

Medio dormido abrí un solo ojo viendo una figura masculina observado a Einar.

—Que pena que tu vida fuera tan corta, pero todo es culpa de Brian y Elisa.

Para cuando desperté por completo ya se había ido.

Era difícil dormir en esta situación.

—¿Que ha pasado?

—Nada.

Brian traía cargada a Elisa.

—¿Por fin se durmió?

—Si... debe ser agotador no dormir por mas de una semana.

—Su bueno... quien fuera Karlita. Todo el día y noche duerme.

—El cansancio se puede ver de muchas formas.

Siete de la noche

Todos dormidos menos yo, es como si sintiera que algo malo pasaría.

Regrese con todos los demás , había buscado comida, la ansiedad me da hambre.

—Azriel. ¿Cómo han estado? — me preguntó el padre de Einar.

—Pues no muy bien señor, más que todo cansados.

—Ya veo.

Volteo hacia atrás donde estaban todos durmiendo en bolita.

—¿Y su señora?

—Dormida en el carro.

Un hombre imponente llorándole a la muerte que no se lleve a su hijo.

Debe ser duro perder a quien amas, a quien le diste la vida, por suerte yo no he tenido esa desgracia y espero que está no sea la primera vez.

—¿Quien es el?

—¿Quien?¿El rubio?

—Si...

—Amigo de todos.

Diez de la noche

Me duele la cabeza, los ojos de arden. Creo que me va a dar un tic en el ojo.

Tengo más hambre pero no tengo dinero.

Tengo los pies hinchados y las manos acalambradas.

Todos sufrimos el dolor de manera diferente, unos lo esconden, otros lo lloran y algunos fingen que no existen.

Abrí los ojos de golpe, al igual que todos los demás. El sonido de personas corriendo y una puerta azotando retumbaron en todos nosotros.

—¿Que?¿Que pasa?

—¿Que pasa, por qué estamos gritando?

Elisa gateo hasta la puerta y se metió de contrabando.

—Señorita por favor salga.

—¿Por qué?¿Que le van a hacer?¿Que está pasando?

—Elisa, cálmate.

—Suéltame, déjame. ¿Que está pasando?

Lágrimas incontrolables empezaron a salir de ella.

—¿Que le está pasando a mi hijo?¿O me dicen que está pasando con mi hijo o les...? — la madre de Einar estaba empezando a gritar histéricamente. Sus ojos abiertos y llenos de lágrimas, dolía verla así.

—¡Suéltame!

—Tu... — su mirada cambió al ver a Elisa. — ¡Todo esto es tu culpa, si el no hueva salido contigo, si jamás se hubiera enamorado de tu, esto no estaría pasando!¡DEVISTE HAVER MUERTO EN EL ACCIDETENTE CON TU PADRE! — le dio una cachetada

—¡Señora cálmese!

—El de seguro es tu amante, lo sabía, eres una perra...

Elisa estaba tendida en el suelo, eso de seguro le dejaría un moretón y aún así solo veía a Einar.

No le importo aquel golpe ni el dolor, se levantó del suelo y corrió a la habitación.

El tiempo se hizo mas lento, todos vimos lo mismo. Lo estaban reanimando.

Seguida de Elisa Brian corrió tras ella, inundada en la desesperación, los sonidos se dispersaron, no escuchaba nada.

La madre de Einar los siguió y después todos los demás.

No habia tiempo para culpar a los demás, Einar estaba perdiendo.

Escuchaba el desfibrilador, las descargas sobre el pecho de Einar.

Y entonces...

Su corazón se detuvo.

El chillante sonido de la maquina que no mostraba latidos se esfumo por el estruendoso grito de Elisa.

Tan fuerte y desgarrador, lleno de tristeza. Callo al suelo y Brian la acompaño en su dolor.

La madre de Einar callo al suelo y su esposa la siguió, acompañándose en el sufrimiento.

Termine yo primero en el suelo, con lagrimas rodado por mis mejillas y la mano en el corazón. Ahora era mi niña quien me consolaba.

Einar murió... bajo la luz de la luna.