AFERRATE A LA VIDA
ELISA
Blanco.
¿A si se ve el cielo? o ¿es el infierno?
Tengo o tenia 17 años, me asesino un niño de mi edad solo por que le dije que no cogería con el.
Desperdicie mi vida arrepintiéndome de lo que fue y no disfrute lo que será.
Son cosas de las que te das cuenta cuando estas al borde de todo. No creí morir tan joven.
Lo blanco se torno azul y el suelo me comenzó a picar.
Me senté sobre lo que parecía ser pasto, parece un paramo, un paraíso verde blanco y rojo y un camino amarillo como en el Mago de Oz.
Mire mi cuerpo, una camisa larga, sin bragas, ni sujetador, una camisa de Fernando era lo único que cubría mi cuerpo desnudo y violentado.
—¿Elisa?
Esa voz...
Me gire lentamente hacia el sonido, pidiéndole a Dios que el estuviera ahí.
—¿Papá? — estaba aturdida pero feliz, ¿enserio había muerto?
—Mi pequeña paloma. — dijo preocupado, sin una gota de felicidad al verme. — ¿ porque estas aquí?, aun no deberías... — se acerco a mi lo suficiente, aun estaba sentada, quería pararme, correr y abrazarlo pero no podía, no me dejaban. Me miro con horror, su mirada recorrió mi cuerpo y se detuvo en mis piernas... donde escurría sangre. — ¿Que te hicieron mi pequeña? — su voz se quebró.
Baje la mirada, observando mordidas, sangre y unos dedos marcados en mis muslos.
Aunque no había sentido su procedimiento, el resultado ardía, dolía, quemaba.
—Elisa..., mi bebé. — se hinco a mi altura, a duras penas abrí la boca, toda mi vida había soñado con este momento, creía que cuando pasara le contaría todo, le diría mil cosas, seria feliz, pero ahora que esta pasando ¿por que no hago nada? —No pude protegerte, perdóname.
Su voz se torno distante. ya no lo veía con claridad, era como una imagen que ya no sintonizaba con el canal.
—¿Papá? ¿que esta pasando?
—Estas despertando. — sus lagrimas aun caían.
—¿despertando de que? ¿no estoy muerta?
—Aun no, parece que... — su voz se corto.
—¿Que parece?
—Que solo tu subconsciente viajo, no tu alma. Brian te encontró.
—¿Que?, no, no, no, yo no quiero regresar, yo quiero estar aquí, quiero quedarme aquí, contigo, no dejes que me valla, no quiero volver a separarme. Llévate mi cuerpo, mi alma si es necesario pero no dejes que me valla.
Parece que iba a decir algo, pero no lo hizo. Como pude me acerque a el, extendí lo brazos y cuando estuve a punto de abrazarlo, "desperté" por completo.
Vi el cielo apunto de atardecer, escuchaba un pitido horrible en mi cerebro.
Todos mis sentidos se activaron de golpe. Me ardía mi zona intima, me dolían los pechos, tenia ganas de vomitar. Trate de moverme aunque sean unos milímetros, vi un pedazo de tela haciendo presión en... donde pienso que impacto la bala.
Respire, o trate, me dolió el pecho.
Moví mis ojos, estaba en el carro de Brian.
Un eco de sollozos acompaño el pitido, en un momento esos ojos verdes, rojos de tanto llorar, vieron el espejo retrovisor y conectaron con los míos.
—Elisa... despertaste. Enana, estúpida, maldita, no te mueras imbécil, aférrate a la vida.
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