Quiero mis constelaciones contigo,
con tus ojos, pelo y hasta humor.
Mostrarle los libros de filosofía
que te gustan y yo la poesía
que te escribo.

Los tres juntos, contándole
de nuestras hazañas para
coincidir entre millones
de personas.

Ver películas los domingos
sin echar de menos los momentos donde no teníamos a nuestro
pequeño o pequeña, quién sabe. Relatarle cómo me enamoré de ti
y al poco tiempo te amé;
enseñarle que aún existen
esos amores para toda la vida.

Entre anécdotas recordar cómo te empeñabas en alejarme
y yo de terca en acercarme y
mostrarte que en mi pecho
no hacía frío.

Darle besos por su carita y
decirle que es de las cosas más bella que hemos creado en este universo basto; que cuidaremos de él o ella siempre, sin importa que crezca.

Que podrán fallarles muchos,
pero nosotros dos siempre
estaremos.