No sé por qué me fui,
no sé en qué pensaba
cuando lo hice; con lo bien
que íbamos.

No pensé en la falta que
me harías, no supe que
cada noche equivaldría
a 19 días y quinientas noches
como decía Sabina en aquella
canción.

Joder. Hui. Me largué como
una cobarde dirían algunos,
como toda una valiente otros.
Temía de mi desastre, de hundirte
en este caos conmigo sin saber
cuánto tiempo dolería.

Sí siento todo lo que te dije
en su día, a pesar del tiempo
todo sigue igual, por si te lo
has preguntado. Cada sentimiento
está intacto entre mis costillas,
pero con un poco más de amor

Tengo un nudo en la garganta
que grita "te echo de menos"
desde que me fui sin explicación
o, siquiera una despedida.
Desde que no volví a escuchar
tu voz antes de dormir. Todo
me está arrasando a pedazos
por dentro.

He vuelto a soñar contigo
en repetidas noches y Venecia
aparecía entre mis sábanas,
pero por las lágrimas
derramadas. Que no hay
dedos que encajen mejor en
mi cintura que los de tus manos,
ni pecho que acople mi cabeza
como el tuyo.

¿Sería ingrato de mi parte
pedirte que me dejarás entrar nuevamente? Muero de ganas
de comenzar otra vez. De continuar
con lo que teníamos, así no tenga
una etiqueta precisa.

Ven, búscame,
no sé cuánto tiempo ha pasado,
pero rompe las murallas que nos separan.