CAPITULO XXVIII
Presente.
Es impresionante cómo quise reparar tantas veces mis relaciones tanto con Miguel como con Josué, me aferraba tanto a mantener una relación que sabía perfectamente que no me iba a llevar a ningún lado y a Gabriel lo dejé ir sin siquiera pelear y ahora lo entiendo. Quise mantener tanto relaciones sin sentido con hombres que no se esforzaba por hacerme feliz porque de alguna forma quería hacer mi vida lejos de Gabriel, fue el motivo principal por el cual me hice novia de Miguel y de Josué; para olvidar que me tenía perturbada todo el tiempo y de alguna forma no me veía obligada a tratar de salvar y conservar algún tipo de relación con Gabriel porque simple y sencillamente no había estado con él para olvidar a alguien más. Le había entregado mi cuerpo, mi alma y mi corazón por la sencilla pero fuerte razón de que lo amaba.
Me dolió decirle adiós, de hecho aún me duele haberlo perdido, pero no me duele no haber peleado. Mi amor hacia él era demasiado grande, puro, bonito y sobre todo era libre; siempre y cuando Gabriel fuese feliz no importaba con quien fuera, conservaría aquellos días que pasé a su lado como el tesoro más grande y valioso de mi vida.
No tenía ánimos de regresar a mi casa para escuchar un “te lo dije” de mi mamá, así que llame a una ex compañera de clases y amiga que vivía en Maturín quien encantada me ofreció su casa el tiempo que necesitara.
Esa tarde, mientras mi amiga trabajaba me senté a pensar… debía hacerlo.
¡ Qué irónica es la vida! Todo éste tiempo él también me había amado, el destino es tan caprichoso; si hubiese tenido el valor de confesarle mi amor aquel día cuando por primera vez temía perderlo la historia hubiese sido distinta; no hubiese pasado por todo lo que pasé, no hubiese un Miguel, ni un Guillermo ni un Josué, quizá Gabriel y yo estuviésemos casados y con hijos o tal vez nos hubiésemos separados después de un tiempo juntos.
Son tantos hubiésemos que atormentan; lo que pasó ya fue y aunque tuve momentos muy difíciles y perturbadores en donde derramé tantas lágrimas que juntas causarían un diluvio no puedo negar que tuve momentos muy felices y dichosos donde reí tanto que un comediante en toda su vida.
“Escucha con atención cada palabra, espera cómo lo has hecho desde niña y nunca pierdas la esperanza, por muy nublada que sea la noche las estrellas nunca dejan de brillar” esa mujer misteriosa sabía y entendía algo que ni Gabriel ni yo queríamos aceptar y esas palabras rondaron por mi mente varios días.
Hoy desperté muy temprano a causa de un sueño un tanto incómodo; Gabriel está en una iglesia y por su atuendo puedo deducir que es el novio de la boda, yo estoy al otro lado de la acera. Se acercó a mi y con lágrimas en los ojos me dijo.
-Sólo necesitaba unos días para pensar en la mejor manera de decirle a Mafer que no me casaría con ella porque te amaba.- y mientras me perdía en sus ojos la voz de la mujer misteriosa distraía mis intenciones de darle un beso a aquel hombre de pie frente a mi “escucha con atención cada palabra, espera con el corazón en las manos” y perdida en sus ojos desperté.
Estaba muy enojada conmigo misma porque si fui capaz de darle tanto tiempo a Miguel y a Josué todas la veces que me lo pidieron porqué no hacerlo con el amor de mi vida.
Me di una ducha rápida, me vestí y despedí de mi amiga y tomé un taxi directo a casa de Gabriel; deseaba tanto volver a verlo, besarlo y decirle que lo esperaré, que a pesar de todo esperaré a que tome una decisión.
Llegué al lugar y me bajé tan de prisa que casi me voy sin pagar; él estaba bajando de su vehículo rojo.
-¡Gabriel!- dije temblando de nervios.
-¿Qué haces acá, pensé que te habías ido a Carúpano?- preguntó sorprendido.
-No lo hice, me quedé en casa de una amiga, necesitaba estar a solas y pensar. He sido una idiota y te pido que me perdones. ¿Quieres tiempo? Tómate el tiempo que sea conveniente, yo estaré esperándote.- mi conversación fue interrumpida por unos hombres que se acercaron a Gabriel para saludarlo.
-¿Cómo está el novio?- dice uno.
-¿Cómo crees que esté? Nervioso porque dentro de cuatro horas estará atado a Mafer toda la vida, estás a tiempo para escapar del matrimonio brother.- dijo otro de los hombres y mi alma dejó mi cuerpo mientras mi corazón se partía en mil pedazos.
No podía entender cómo aquel hombre que hacía tres días me confesó su amor se casaría con otra mujer.
-¡Tengo que irme!- dije conteniendo el llanto.
-¡Mónica espera!-
-¡No lo hagas Gabriel! No es necesario que expliques cosas que no quiero escuchar, me amas pero te casarás con otra mujer, eso no es amor. Si me amaras d verdad lucharías por mi, no huirías como un cobarde como lo has hecho todo este maldito tiempo. No te preocupes por lastimarme porque ya lo has hecho, por mucho que trataste de evitarlo me acabas de romper el corazón en mil pedazos. Pero no importa, sobreviviré como lo he hecho tantas veces. Espero que seas muy Gabriel, te lo deseo de todo corazón, si tú eres feliz yo estaré tranquila y gracias de verdad un millón de gracias por buscarme, por el viaje, por los besos, caricias y abrazos; fui inmensamente feliz.-
Sin besos ni abrazos salí de aquel lugar y por segunda vez Gabriel no hizo nada para detenerme, para luchar por el amor que supuestamente sentía por mi.
Tomé el primer carro a Carúpano y aquí estoy, en este lugar, ahogada en alcohol, muerta en vida.
===================
Una semana después de aquel triste día en el que mi alma murió y mi corazón cerró sus puertas al público y aún sumergida en alcohol una sabía mujer me aconsejó que el alcohol no era la respuesta a mis problemas (gracias mamá).
Esa misma tarde publiqué mi resumen curricular en una página web de búsqueda de empleo; a la semana siguiente me llamaron desde un hotel en Margarita ofreciéndome trabajo y acepté sin pensarlo dos veces.
¿Y Gabriel?
De él no supe nada, no volví a saber absolutamente nada de él, ya no lo buscaba en redes sociales ni en la vida real; no sé si se casó, si es feliz o si tiene familia.
De él sólo me quedan los mejores diez días de toda mi vida.
Aquella noche mágica en la que nuestras almas se fundieron en una sola, aquella cerveza caliente sin terminar por estar perdida en aquellos ojos marrones que he amado y que amaré por el resto de mi vida.
¿Soy feliz?
¡No! Sólo sobrevivo.

==================

Este libro es de mi total autoría, con todos los derechos reservados.
Fue iniciado en Agosto del 2008 y culminado el 16 de Abril del 2016 a las 2:19pm
El manuscrito original aún sigue guardado en la gaveta de mi escritorio.