V. | Aquel adiós.
Meses después.
El tiempo ha transcurrido con naturalidad, los días en que el mundo dependía de ellos se habían terminado, todo por el bien de su propia familia. Todo ahora recaía sobre los hombros de personas fuertes y capaces.
Ellos disfrutaron el salvar personas, proteger el mundo en el cual habitan, era parte de ellos, pasaron tantos años haciéndolo que no estaba en sus planes que todo acabara, pero tuvo que acabar, por el bien de su amor y por la vida que tanto anhelaban.
Adoptaron a dos niños preciosos de los cual se enamoraron desde que los vieron, Sammy y Tommy, quienes llegaron para sumar más aventuras a sus vidas. Tony tenía más de lo que alguna vez soñó en tener, siempre lo persiguió la idea de que terminaría solo, hundido entre cientos de lujos pero sin nadie que le dijera Te Amo de la forma en que es pronunciado por los labios de Peter y sus cariñosos hijos.
No podía pedirle nada más a la vida.
Pero no todo en la vida era luz, también existían días oscuros, en los cuales Tony y Peter eran víctimas de algo que no podían detener o evitar: el tiempo.
El mayor siente el cansancio vencerlo con más facilidad, los leves dolores sobre su pecho no le permiten descansar en las noches donde a su lado, el menor de los dos, sufre en silencio, no quiere que nada malo le suceda a su esposo.
Han sido tiempos con días difíciles, pero los han podido superar juntos como todo en la vida, afortunadamente la luz vuelve a iluminarlos, los días vuelven a ser buenos y el mayor parece encontrarse mejor.
El día luce mejor que de costumbre, señal de que la primavera se acerca, el sol y el gran cielo azul se vislumbran a través de las ventanas, el castaño se encuentra preparando el desayuno, mientras escucha algo de música, ha despertado con la alegría abundando en su interior.
El mayor descansa en su habitación, la creciente iluminación comienza a despertarlo, se mueve inquieto buscando al menor, al no sentirlo abre los ojos y se sienta sobre la cama con dificultad, el pecho comienza a oprimirle, provocándole un leve dolor.
Trata de llamar a Peter, pero apenas y las palabras salen de su boca.
—Señor, ¿Se encuentra bien? ¿Desea que llame al Señor Peter? —Habla F.R.I.D.A.Y al percatarse de la reacción del mayor.
—No, estoy bien.
Camina hacia el baño que se encuentra dentro de la misma habitación, se para frente al lavabo y rocía un poco de agua en su cara creyendo que eso lo ayudara, al querer mirarse en el espejo, ve su reflejo perderse para volverse una mancha borrosa, todo lo que lo rodea se distorsiona segundo a segundo.
Escucha a la IA hablar pero no alcanza a entenderle.
El dolor en su pecho aumenta, mientras un ardor se esparce sobre su brazo y cuello, al sentir que caerá trata de sostenerse, pero falla en el intento, golpeándose en la nariz con el lavabo y recibiendo un fuerte golpe al estrellarse contra el duro mosaico.
Peter tiene el desayuno listo, aun con la sonrisa sobre su rostro, piensa que quizá será un buen día para visitar a Rhodes y Harley.
—Tengo muchas ganas de ver a Tío Harley, Papá. Dijo que jugaría con nosotros.
—Lo sé, pequeña. Solo que su padre baje a desayunar y-
—Señor Peter. El Señor Stark parece presentar un paro cardiaco.
Y así como sus planes se van abajo cuando la voz de la IA irrumpe su felicidad-
—¿Papá Tony? —Exclaman los niños, asustándose. Tratan de ponerse de pie pero Peter los detiene.
—No, quédense aquí.
El corazón de Peter late con fuerza y sus ojos se cristalizan mientras sube corriendo a la habitación, se apresura a entrar al cuarto de baño, su mundo se cae cuando ve al mayor tirado y con sangre sobre su rostro.
—La ayuda viene en camino, Señor.
El castaño llora al pensar en lo peor.
Las horas transcurren y Peter se encuentra en la sala de espera del hospital, esperando noticias sobre el estado de su esposo. Sammy y Tommy se encuentran en casa siendo cuidados y tranquilizados por Harley, quien no dudó en correr cuando se enteró de lo sucedido.
La imagen de Tony en el baño perturba su cabeza, y es inevitable que el recuerdo de años atrás lo invadan, el día en que casi lo perdió en medio de una batalla.
º º º º º
Todo había sucedido tan rápido, fue un balde agua fría sobre sus rostros, en un momento se encontraban pasando el rato en la torre, y al siguiente peleaban en una nave espacial para terminar en un gran planeta rojo junto a sujetos que nunca habían visto.
Ahora todas las pesadillas de Tony cobraban sentido, las gemas del infinito y el gran titán que observaba desde la penumbra como las piezas del juego se acomodaban una a una.
La adrenalina corría por el cuerpo del arácnido, mientras el hombre de hierro cuidaba porque este no corriera ningún riesgo, enfrentaron cientos de villanos anteriormente, pero sabía que este no era uno cualquiera, y que no solo corrían riesgo sus vidas, si no la de todo el universo.
Los golpes abundaban en el lugar, defendiendo la gema del tiempo, no podían permitir que cayera en las manos equivocadas, el ambiente se sentía cada vez más tenso, el Titán peleaba fuertemente contra Tony, mientras el arácnido yacía sobre el piso recuperándose del fuerte golpe recibido minutos antes.
Fue duro cuando frente a sus ojos el mayor era atravesado por una espada, no dudó en correr hacia él. El titán ahora estaba acorralado por el hechicero, quien junto a los guardines se hacían cargo de la situación.
—Tony, escúchame, estarás bien, ¿Sí? —Las lágrimas del castaño inundaban sus ojos.
El mayor no respondía, sangre salía de su boca, al igual que de su abdomen.
—Estarás bien, cariño, lo prometo.
La pelea culminó tiempo después con la victoria en sus manos.
Solo unas semanas pasaron desde que todo terminó, no eran los mismos antes de esa batalla, sabían que algo ya no andaba bien y que no querían seguir con eso en sus vidas.
Su mirada yacía perdida entre la ciudad a sus pies y a la luna iluminándolo, suspiraba y su mente viajaba muy de prisa entre lo que había recorrido y entre lo que esperaba aun recorrer.
—¿Tony? —La voz de Peter llamo su atención detrás.
El mayor giro y lo vio en pijama. —¿Qué sucede, cariño? —. Preguntó en un sereno tono.
Fue entonces cuando Peter noto que algo sucedía con su novio. Se acercó a él y tomó su rostro entre sus manos.
—Tienes algo, has estado así desde la batalla contra Thanos, ¿Qué sucede contigo?
Lo miró fijamente, tenía que hablarlo, era el momento.
—Eres lo que más amo en esta vida, ¿Lo sabes? —Peter asintió—. Aquel día en la batalla me di cuenta que no es lo que quiero para nosotros, que temamos por perdernos el uno al otro en batalla, hemos luchado por tantos años y creo que deberíamos buscar la vida que merecemos.
Peter mantuvo su mirada fija, quería que el mayor continuara hablando.
—Ya no seguiré siendo Iron-Man. Llego el momento de retirarme.
La boca de Peter se abrió para decir algo, pero las palabras indicadas no lograban ser encontradas.
—Lo entiendo... es decir, sé que parte de mí siempre será Spider-Man, pero la mayor parte de mi quiere estar a tu lado. Mi camino aun comienza, pero eventualmente deseo tener esa vida que dices. No estoy seguro de como sea el futuro, la única certeza es que lo veo estando contigo.
El mayor tomó de la cintura a Peter.
—Te amo, he paso los mejores años contigo, los mejores días siempre han sido contigo, hemos estado juntos por años y creo que es momento de dar el siguiente paso.
Peter frunció el ceño confundido.
—Quiero que juntos caminemos de la mano a partir de ahora, no como mentor y pupilo, no como dos personas que se aman y no lo dicen, no como solo novios.... si no como esposos. —Peter lo miró sorprendido—. Peter Parker, ¿Quieres casarte con este hombre que quiere pasar sus últimos años al lado del hombre que más ama en todo el mundo?
—Siempre te seguiré, no importa lo que seamos, Anthony Stark.
Tony se inclinó besando los labios de su chico, sellando la promesa de la unión de sus corazones. Las cosas tomarían un rumbo distinto en la vida de ambos, juntos, con la esperanza de un prometedor futuro.
º º º º º
Una lagrima cae sobre su mejilla, al igual que una sonrisa ilumina su apagado rostro, todo gracias al recuerdo de aquella noche.
El medico hace acto de presencia después de tanto tiempo.
—¿Esposo de Anthony Stark?
—Lo soy. —Peter se pone de pie y limpia sus mejillas—. ¿Cómo se encuentra, doctor?
—Tuvo un ataque cardiaco, no quiero mentirle, estuvo muy cerca... Su situación como ya lo sabe, es delicada, los años han sido muy gratos, dada la situación. No le daré esperanzas, lo mejor es que....
Peter interrumpe entendiendo hacia dónde va el asunto.
—¿Puedo pasar a verlo?
El médico lo mira preocupado, pero accede.
Al entrar a la habitación, el médico le dice a Peter que no sabe si Tony este consiente tan pronto, en caso de que se recupere.
A pesar de eso el menor asiente y se sienta a un lado de él. Mira con cariño el rostro de su amado, las arrugas de su rostro, las cual suele acariciar con las yemas de sus dedos, los que ahora pasa entre el cabello del mayor, el cual luce ahora adornado por las canas.
Ha pasado tanto tiempo, tantos años, tantos días y tantos momentos.
Toma su mano como lo hizo durante todos esos años, ¿Cómo es que podía decirle adiós al amor de su vida?
Peter recuesta su cabeza sobre las piernas de Tony, se permite sentir la poca calidez del cuerpo de la persona que llego años atrás a su vida. Aquel hombre por el cual recorrió tanto desde juventud.
Aprendió cada detalle de él, fue instruido y guiado por la mente más brillante, fue sostenido por el mayor de sus héroes y fue castigado y premiado múltiples veces por ese genio sarcástico del cual se enamoró.
Cada día pasado en los cuales fue conociendo una a una de las capas que lo cubrían, que lo conformaban, lo vio crecer mientras al paralelo el mismo lo hacía.
Peter escucha quejidos y siente el cuerpo debajo suyo inquietarse, asustado se pone de pie.
—Tony... —dice, alarmado—. Estoy aquí, tranquilo...
El mayor abre los ojos y tratando de enfocarlo se tranquiliza. Pese a eso, Peter ve el gesto de Tony torcerse, está luchando por mantenerse estable.
—Iré con el doctor. —Avisa, pero al alejarse es suavemente detenido por su esposo.
—Peter... —susurra—. Espera.
El castaño se detiene, con la mirada cristalina y manos temblantes.
—Sé que no queda mucho tiempo, cariño.
—No digas eso, Tony. Aun fal-
—Shh... Ya hemos pasado por tanto, Underoos... —dice, y Peter suelta la primera lagrima al ser llamado de aquella forma, tantos años desde ese apodo que tanto odio en su momento y el cual desea escuchar eternamente ahora—. Sabes...el día que te conocí, el ponerte bajo mi ala me dio tanto terror, no quería ser una decepción para ti, un chico con el corazón de un héroe...
Tony tose y Peter se acerca tomándolo de las manos.
—Vi tanto en ti de lo que muy en el fondo desee ser... —continua—. No funcionó alejarte, porque siempre volvías con más fuerza cada vez. Me divertí tanto a tu lado, contigo conocí lo que era la alegría natural y espontánea, conocí lo que era sentirse en familia, esa calidez que me provocaba querer no soltarte nunca....
—Tony, estarás bien... —interrumpe, con las lágrimas brotando—. No tienes que despedirte todavía...
—Caí desde lo más alto al enamorarme de ti... —sigue hablando, ahora también con lágrimas saliendo de él—. Los niños llegaron a darnos ese rayo que faltaba para afianzar nuestro lazo, y cada año fue hermoso. Los amo tanto, estoy tranquilo porque sé que tienen un padre que daría la vida por ver una sonrisa en ellos.
Tony hace una mueca de dolor, soltando una de las manos de Peter y posarla sobre su pecho, el gesto de dolor creciendo.
—Siempre te amare, Tony. —Comienza a decir Peter—. Gracias por acogerme, por guiarme y enseñarme tu mundo, por formar a este hombre que no sería nada sin aquellos brazos que en más de una noche lo levantaron.
—Te amo, mi underoos.
—Lo amo, Sr. Stark.
El cuerpo de Tony se remueve aún más y no evita quejarse mientras su mano yace sobre su pecho tratando de dejar de sentir el dolor que comienza a quemarlo.
—Prome-promete que seguirás adelante, no te derrumbes, Peter...
—No sé si podré seguir sin ti... —solloza.
—Se ese chico valiente y necio del que me enamoré. Promételo, Underoos.
—Yo.... —Comienza a sentir el miedo acunarlo, en algún momento se hizo la idea de que eso pasaría, sin embargo, no se sentía preparado para dejar partir a Tony—. Lo prometo, Tony.
El mayor le da una última y suave sonrisa mientras su mano pierde fuerza soltando la de su chico quien solloza al escuchar como el sonido del ritmo cardiaco comienza a sonar.
Él se ha ido.
Escrito: 30/10/2020
Publicado: 03/12/2021
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