Lo intenté.

Intenté luchar cada batalla que se me cruzaba con la frente en alto.

La vida puede ser representada como una montaña rusa, puedes subir tan alto pero también bajar y tener una caída peligrosa. Creo que la mía estaba tan elevada que ya no tenía sentido el seguir subiendo y decidí dejarme caer, pero lo que no esperaba era golpearme para salir lastimada.

Intenté olvidar el pasado, continuar hacia adelante, pero mis heridas no habían sanado por completo y entonces tomé una decisión definitiva. La misma que estoy dispuesta a ejecutarla hoy mismo como mi último recurso para calmar mi dolor.

¿Qué tan patética debo parecerles ahora mismo?

Ya puedo imaginar lo que está pensando o quizás diciendo la persona que lee esto. "¿De qué está hablando?" "Todos tenemos problemas, si te caes, te levantas sin mirar atrás. Muchos han salido adelante" "¿Dejarse caer? ¿Quién en su sano juicio puede estar tan agotado para seguir viviendo?" "Seguro que es una persona que quiere atención".

¿Y qué si quiero llamar la atención?

¿Acaso los adultos no podemos ser por un instante niños pidiendo ayuda?

Por muchos años había conseguido lo que cualquier persona llamaría éxito, pero muchos se ocuparon de decir que "solo quería llamar la atención".

Desconocidos, amistades y hasta mi propia familia se convirtieron en mis mayores enemigos. Personas que alguna vez admiré y amé fueron los primeros en darme la espalda.

Hasta que me quedé sola.

Hoy estoy sola.

No tiene sentido nada de lo que hago, no puedo pensar bien. Cada día que despierto no tengo las fuerzas para levantarme de la cama. He estado con medicación, intentando creer las palabras de mi doctora, pero es inútil. Ya todo terminó para mí.

Ni siquiera recuerdo porque estoy escribiendo esto, si ya no me queda nadie.

Es increíble como las cosas pueden cambiar tan pronto, un día sientes que has conquistado la cima del mundo y al otro terminas dándote cuenta que alguien llegó antes que tú. Y entonces no eres excepcional, ni única y todo lo que has logrado no ha significado nada. Luego todo empieza a ser más claro y te das cuenta que todo ha sido una ilusión, una mentira que tu mente ha creado para que puedas sobrevivir y darle una oportunidad a este infierno llamado vida.

Porque es lo que yo vivía. Una vida sin libertad se convierte en un maldito infierno. Y ahí estaba yo, en medio del fuego, intentando salir, quemándome por mi preciada mentira.

Ahora todo va a terminar, mi mente por fin descansará y mi corazón estará tan aliviado cuando nos encontremos nuevamente. Porque la única persona que abrazaba la soledad conmigo me fue arrebatada por la muerte. Y sólo espero que la muerte me abrace tan fuerte como lo hizo con ella.

Espérame un poco...

...Mi querida mamita.

Tu Eli♡

¿Cuántos de nosotros nos hemos sentido tan solos que llegamos a creer que poner un punto final es la solución a nuestro tormento?

Esta es la historia de Eli, una mujer de 26 años que ha conocido el dolor y la soledad desde el día en que nació. Ha vencido tantas batallas, como también ha tenido algunas derrotas, cada vez cayendo y levantándose de nuevo, hasta el día en que escribió esta carta, con el corazón inquieto y la mente repleta de pensamientos negativos. Ella iba a dejarse caer después de tanta agonía en silencio y ésta era su carta de despedida antes de poner el punto final a su tormento.