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Prólogo.

La noche era fría en Sicilia, Italia, las pocas personas que transitaban la calle caminaban apresuradas para así llegar a sus hogares y los faros iluminaban su camino; en una mansión algo retirada del centro de la ciudad se llevaba a cabo una fiesta, aquella mansión pertenecía a la familia Vongola, la familia mafiosa más poderosa.

Aquella familia era compuesta por alfas, betas y muy pocos omegas, y su capo actual era Timoteo D' Vongola, un alfa y quién había organizado dicha fiesta; el motivo, para su disgusto, trataba sobre el compromiso y alianza de su hijo adoptivo, Xanxus D' Vongola, un alfa que contaba con doce años de edad, que por cierto, no estaba de acuerdo con aquel compromiso, pero para su desgracia, era realmente importante llevar a cabo.

La otra familia en cuestión, eran los Superbi, una familia mafiosa mitad italiana y mitad rusa, y ésta última mitad era el porqué se llevaba a cabo aquel matrimonio; la esposa del jefe, perteneciente a la Bratva, había confirmado que aquel que se casara con su único hijo, tendría libre el paso por tierras rusas así como su familia, ya que ésta era una de las hijas del jefe actual.

Por eso mismo, en cuanto el jefe de los Superbi le había propuesto casar a sus respectivos hijos, aceptó sin más, sabiendo que Xanxus no estaría de acuerdo; pero ahí estaban, esperando a los Superbi al lado de las familias aliadas más cercanas a Vongola, rogando que el hijo de la pareja no sacará de sus casillas a Xanxus a la primera.

De hecho, esperaban que no fuese un malcriado, pues ni nombre ni edad le conocían, solo sabían que era menor que Xanxus y se parecía a la rusa.

–maldita sea viejo, cuánto vamos a esperar?-reclamó Xanxus al mayor

–no comas ansias, debemos tener paciencia..-habló con tranquilidad -además, solo llevan diez minutos de retraso..

–tch..-a pesar de su corta edad, Xanxus solía actuar y hablar como un adulto, pero más grosero

Antes de que pudieran decir más, un mayordomo abrió las grandes puertas del salón principal, detrás de éste venía una pareja de alfas, un hombre alto de cabellos oscuros y ojos azules tirando a grises, y tomando su brazo. Una albina alta de ojos violetas.

Al lado de la mujer se encontraba un niño entre los ocho y los diez, albino como la mujer pero de ojos grises azulados como el hombre; iba con la mirada en el piso y solo se limitaba a mirar de reojo.

Los tres se acercaron al mayor de los Vongola y al azabache en completo silencio.

–buenas noches Angelo, sean bienvenidos..-Timoteo fue el primero en hablar

–buenas noches, Nono..-regresó el saludo el ojigris -.. mi esposa, Alena, ya la conoce..-recibió un asentimiento junto a una ligera reverencia hacia ella -él es nuestro hijo, Squalo, es un omega..-el aludido hizo un reverencia en dirección a ambos Vongola y les dió una rápida mirada

Al mayor se le hizo extraño que el menor no hablara ni levantara la mirada en ningún momento, pero lo dejó pasar por esa ocasión.

–bien, entonces, trataremos los acuerdos de la alianza?-preguntó Angelo, directo al grano

–por supuesto, síganme por favor..-asintió Timoteo antes de caminar en dirección a su oficina

Ya en ésta, Timoteo se sentó en su lugar correspondiente con Xanxus a su lado, y del otro lado del escritorio se encontraban los tres Superbi.

Así con esa seriedad comenzaron a hablar sobre los puntos a tratar de la alianza que se formaría.

Mientras ambos capos discutían sobre la alianza y matrimonio, Xanxus observó al que sería su prometido; tenía cabello corto y blanco con destellos de un color celeste pálido, su piel era como la porcelana, blanca y delicada en su totalidad, supuso por ser un niño, lo único que lograba ver de su rostro eran sus blancas pestañas y nariz pequeña, pues su flequillo ocultaba lo demás.

Llevaba una camisa blanca que cubría desde su cuello hasta sus muñecas y un pantalón de vestir negro casi hasta sus tobillos, parecía que quería ocultarle algo a las personas alrededor.

Además de que no era normal que un omega permaneciera tanto tiempo con la mirada gacha. Miró al lugar donde suponía estaba viendo, localizando sus manos. Eran pequeñas y delicadas, pero notó el inicio de un vendaje en ambas muñecas, lo que le daba razón a creer que algo estaba ocultando, pero no dijo nada.

Sintió una mirada sobre su persona, a lo que volteó a ver a Alena, ésta le miraba con insistencia; escarlata y violeta se retaban, ninguno quería dar su brazo a torcer, pero para su victoria, Angelo llamó a su esposa, lo que provocó que ésta rompiera el contacto visual.

Se sintió humillada. Había perdido contra un ‘mocoso’, y el muy cínico se burlaba en su cara.

–entonces ese será el acuerdo..-aquel comentario llamó la atención del azabache, pues no se había dado cuenta de cuánto tiempo llevaba ‘peleando’ contra la albina -bien, joven Superbi..-llamó al menor, provocando que éste levantara la cabeza y le mirara -cuando cumplas los dieciocho, será la boda.. pasarás los meses previos aquí.. estás de acuerdo?

No dijo nada, aunque en su rostro se notaba lo mal que le había sentado la noticia, al menos, lo notó Xanxus, pues la pareja parecía no haber notado aquel detalle.. o más bien, lo habían ignorado.

–por supuesto que está de acuerdo..-exclamó Alena -Squalo será un buen niño y aceptará..-la mirada que la albina le había arrojado al menor le provocó un ligero temblor -verdad, Squalo?

El aludido solo asintió con lentitud mirando con miedo implantado en sus ojos a sus padres. Eso sí que llamó demasiado la atención del Vongola mayor, pero no dijo nada, si llegaba a interferir, la consecuencia recaería en el albino por haberse dejado en evidencia, y no quería ponerle más presión de la que ya estaba sufriendo.

–bienvenidos a la familia Superbi, y a la Bratva..-exclamó Angelo con una media sonrisa; los tres mayores se levantaron

–bienvenido a la familia Vongola..-Xanxus lo notó, y la pareja frente a él también

Timoteo sólo estaba tomando en cuenta a Squalo como parte de la familia, no a ellos, ni a los Superbi, ni a la Bratva, solo a Squalo.

Xanxus sabía de la política de su padre, a él no le agradaba que los miembros de la familia fuesen maltratados o tratados con frialdad, mucho menos tratándose de omegas, y las dos personas que tenía enfrente, quienes en un futuro serían sus suegros, habían molestado al cielo de los Vongola, y eso era más peligroso que el jefe de la misma Bratva. Él lo sabía, ellos lo sabían.

–tomen en cuenta ésto, Squalo ya es parte de la familia Vongola, y si llego a enterarme que alguien de la familia o fuera de ella llegó a lastimarlo, conocerán la furia que los Vongola pueden desatar..-lo dijo con una amable sonrisa, pero vieron claramente las intenciones debajo de esa máscara de un hombre amable

Les estaba advirtiendo. Si le tocaban un solo cabello a Squalo, Timoteo desataría toda la furia que podía tener, y aunque la Bratva era fuerte, no sabían qué tan peligrosos eran los Vongola, pues sabían que nunca se había visto a un cielo furioso.

–mantendremos especial cuidado..-habló Angelo sonriendo

–lo se, pero aún así, de vez en cuando mandaré a alguien que lo vigile..-de nuevo esa sonrisa amable

Así, siendo claramente amenazados por el jefe de la familia Vongola, ambos capos estrecharon sus manos dando fin a los acuerdos.


Ya estaban frente a todos los invitados y éstos les miraban con atención, esperando lo que ya sabían.

–buenas noches a todos, ésta fiesta se ha hecho con el fin de celebrar la alianza entre la familia Vongola, y los Superbi..-habló Timoteo antes de mirar en dirección del azabache -y a su vez, el compromiso de Xanxus y Squalo..

Xanxus miró de reojo al mas bajo, viéndole con la cabeza gacha.

–“se nota que ninguno de los dos quiere ésta mierda”-pensó antes de soltar el aire

Tras dar la noticia, los jefes de las familias le dieron las felicitaciones y otros le dieron el pésame a Squalo por el marido que le iba a tocar. Éste sólo se limitaba a asentir y hacer ligeras reverencias a quien se acercara.

La pareja de alfas se había puesto a dar vueltas por el salón, dejando a Squalo al lado de Timoteo.

–puedes salir si no te sientes cómodo..-le sugirió Timoteo al verle tenso, recibiendo una negación

Timoteo le miró durante unos segundos antes de dirigir su mirada a Xanxus.

–llévalo afuera..-el aludido soltó de nuevo el aire antes de tomar la muñeca, pero tan pronto la tomó el albino lo apartó de forma brusca y comenzó a caminar a paso rápido al exterior

Por un segundo planeó dejarlo ir solo, pero al voltear se encontró con la mirada de Timoteo, por lo que no tuvo de otra más que ir detrás de aquel omega.

Después de caminar un rato por el jardín trasero, encontró al albino sentado con algo en sus manos, que no se tomó la molestia en averiguar qué era.

–porque no te negaste?-preguntó, llamando la atención de Squalo -porque ni siquiera dijiste algo si se nota que no quieres casarte?-continuó con la mirada grisácea sobre su persona durante unos minutos hasta que éste miró lo que tenía en sus manos para después escribir algo y extenderle un papel

Confundido se acercó a tomarlo, viendo una casi perfecta caligrafía y con ésta un:

–“no puedo”

Esas simples palabras explicaban mucho, y a la vez, nada.

¿Porque no podía?

Pero su pregunta no fue contestada, pues Squalo se levantó y comenzó a caminar de regreso al interior de la mansión, dejándolo con esa intriga.

Se quedó ahí parado releyendo esas dos palabras, tratando de encontrar algo que resolviera su duda, pero no podía sacarla de tan simple oración.

Entonces pensó en la posibilidad de que fuese mudo y por eso no hablaba, pero lo descartó al recordar que había notado algo raro en cuanto lo vió.

Había una ligera y casi imperceptible niebla a su alrededor, más concretamente, alrededor de su garganta, no dijo nada en su momento, pero quizá debía preguntarle a Mammon, la mejor ilusionista.

Claro, siempre y cuando no lo olvidara.

Sin más y aún con la pequeña pero significativa nota en su mano regresó a la mansión. Esperaba que su padre no le dijera nada por entrar solo, ya sabiendo como era.

Al entrar notó a Squalo al lado de otro albino, de ojos violetas y una corona invertida en uno de sus ojos, le conocía, Byakuran Gesso, unico hijo de los Gesso y para rematar, alfa.

Éste le hablaba con una sonrisa burlona, la misma que utilizaba con todos, pero le llamó la atención que Squalo parecía conocerle y además, hablaba con él, o parecía hacerlo.

Decidió ignorar aquello eh ir a buscar algo para beber, no tenía tiempo para pensar en un omega.. de momento.


Ya eran casi las once y los invitados ya se habían retirado en su totalidad, ahora solo faltaban los Superbi para que la fiesta fuese oficialmente finalizada.

–nos veremos entonces meses antes de la boda..-habló Angelo dirigiéndose hacia Timoteo

–así será..-asintió antes de mirar a Squalo -nos vemos joven Superbi..-el aludido asintió sin mirarle

Después de despedirse formalmente los tres se retiraron, y solo así, Timoteo se permitió hablar más serio.

–notaste algo raro, cierto?-preguntó aún mirando las puertas cerradas del salón; como respuesta le tendió la nota que Squalo le había dado pocas horas antes

Timoteo al leerla le miró.

–le pregunté porque no había dicho nada.. esa fue su respuesta..-explicó antes de irse a su habitación

–si que tendremos problemas en el futuro eh?-se preguntó Timoteo -bueno, si no fuera así, sería aburrido..-sonrió con suavidad antes de retirarse a su habitación

Aquella noche había comenzado el inicio de un muy extraño romance entre un alfa malhumorado y un omega silencioso pero a la vez interesante, aquel que le daría pelea a ese alfa, el único que podría hacerle pelea.


Debería estar haciendo el capítulo de La Intuición, pero tuve una crisis existencial al quedarme mirando una pared durante veinte minutos y me asaltó ésta idea:v

No sé cómo terminará la historia ni cómo serán los capítulos, lo único que sé, es que tuve que hacer dos veces el prólogo porque Wattpad me borró el primero >:| odio eso.

Pero, espero que les guste y si quieren quedarse a saber cómo continuo la historia que salió de mi cabeza de melón, pues, bienvenidos sean xd.

Sí hay algún error ortográfico, lo siento;–; son las 12:50am y no puedo enfocar bien las letras.

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