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Escena 4 - la vida después de haberte conocido

Una lluvia de rosas comenzó en el cielo, una cada vez más hermosa que otra, tal vez ella las había despertado con esa dulce frase que estoy seguro que cumpliría. Recordé lo que el primer fantasma me había dicho, que la historia de amor que ella y yo estábamos viviendo era inimaginable, si era inimaginable no podía comprender porque ella me odiaba, ¿era el único que protagonizaba dicha historia de amor que él me decía? No puedo sentir nada, pues mis sentimientos se habían extinguido por completo, esperando lo que ella me aria.

Yo no esperare a morir, tengo que salvar a mis amigos, me libre y fui corriendo donde ellos, estaban muy mal heridos, no podía creer la situación que estaba sucediendo, mis mejores amigos morirían en una batalla que ni siquiera es de ellos.

Los cogí a los dos y no podía soportar su peso, pero por sacarlos de allí yo me iba arrastrado con ellos, habían cada vez más demonios atrás de mí, pero no me iría sin ellos y no permitiría que ellos murieran, recordaba que de donde había venido podría salir asi que corrí hacia allá con ellos, podía sentir su pulso pero cada segundo se debilitaba más. Me apresuraba a entrar allí, era como un especia de portal, los metí a ellos para que se fueran directamente a la tierra suponía yo, me quede allí a pelear hasta el final, porque sin ella yo no me iría, corrí hacia allá y el ángel, el cual pensé que estaba muerto, me empujo hasta le portal y me transporte.

Aparecí junto a ellos, no podían moverse, pero seguían vivos. Estábamos en el parque del golpazo, tenía mi celular todavía en mi bolsillo, tenía media pantalla quebrada pero todavía serbia, al instante llame una ambulancia la cual nos llevó al hospital del centro, el primer hospital en el que busque a Sara hace más de 2 años.

Me llevaron a una camilla y a Carlos y Elías los llevaron a urgencias, pues tenían heridas en el pecho y en muchas partes de su cuerpo por intentar salvarme. Mis heridas no eran tan graves, solo era el clavado de flecha que me causo el demonio, pero algo que no me pudieron curar fue mi corazón, estaba muy grave interna y sentimentalmente, me habían clavado una flecha y nunca lo note.

Acostado en el hospital pude ver un reloj que estaba pegado en la habitación donde me hallaba hospitalizado, eran las doce y una de la mañana, no lo podía creer, solo había pasado un minuto, para lo cual se no hizo un día.

Me puse a pensar en todo lo que había pasado, como ella se había transformado en un demonio, ya sabía que ya no era ella y que ya no valía la pena intentar lo imposible, pues yo no era ningún dios, ni ningún mago para transformar a alguien a la normalidad, solo era un chico de dieciséis años que se había metido en problemas. Me puse a recordar las pocas veces que estuve con ella, fueron aproximadamente unas 7 veces que salimos y unos 65 descansos en los que hablamos, en ese tiempo en el que ella no había muerto por dentro y en ese tiempo donde ella no estaba poseída. No tenía más lágrimas, todas las había derramado en la batalla, era algo increíble, ella seguía en mi corazón el cual estaba clavado de su más dulce odio.

Pasaron las semanas y yo seguía vivo, los doctores decían que era algo muy parecido a un milagro, pues mi corazón parecía que colapsaría en muy poco tiempo, tal vez estaba vivo por las ganas de volverla a ver a ella, asi sea por última vez, recordando la hermosa frase que alguna vez ella me dijo:

Yo te voy a convencer de que tú y yo juntos podremos volar, luego de eso, nadie nos separara gran amigo.

Luego de pensar en esto escuche algo que me asusto mucho pues esa voz la reconocí de inmediato, era uno de los demonios, me había dicho:

Dios aquí no existe, los ángeles no se acercan a este lugar, trata de sobrevivir porque esta vez no escaparas.

Esta oración me paro de inmediato de la cama, ya llevaba tres semanas en el hospital, inmediatamente fui a la habitación donde estaban juntos Carlos y Elías, ellos estaba despiertos y cuando me vieron se alegraron mucho, casi no se podían mover pero estaban bien, Carlos estaba sacándole el lado gracioso a lo que nos pasó, siempre Carlos tan positivo como siempre, eso era lo que me alegraba de él, asi yo no lo trataba muy bien que digamos pero yo por siempre seré su mejor amigo, también estaba Elías que me gustaba llamarlo asi aunque su nombre fuese Moisés, siempre llevándole lo bueno y fresco a todo. No tenía palabras para expresar la alegría que sentí al verlos bien, es más hice lo que para ellos el mayor acto de homosexualismo que yo haya hecho, los abrase muy fuerte y les di un beso en la mejilla, sinceramente creí que no sobrevivirían a ese ataque que fue dirigido hacia mí. Carlos como habitualmente hace cuando lo abrazo grito ya gonosofia y Moisés dijo ay si abrázame fuerte, todos nos reímos en ese instante, seguíamos los Carlos duty vivos y fuertes, aunque no pudimos creer que habíamos pasado la puerta del diablo. Les había mencionado sobre lo que me había pasado con esas palabras que pensé que me había narrado esa cosa. Nos preocupamos, yo pedí el favor que me pusiera una cama en la habitación de ellos y me hicieron el favor los médicos que decían que era sesenta y ocho por ciento imposible que yo siguiera vivo. Esa noche yo tuve varios sueños y solo se terminó uno, los otros se acabaron cuando me levantaba de repente. El sueño era sobre ella, estaba pensando en todas las cosas buenas que tenía Sara, yo no tenía nada negativo que decir frente a ella puesto que lo único que pensaba era en las últimas palabras que le dije, esas palabras que se me ocurrieron al verla sonreír. De momento me había despertado, pues una fuerza me llevaba a levantarme. En la habitación donde estaba había un pequeño balcón y se me había ocurrido sentarme allí. Se podía ver la hermosa ciudad desde aquí, el paisaje por contemplar era espectacular. Cuando levante la mirada, ya no veía la luna que tanto me recordaba a Sara pues estaba muy nublado el cielo y parecía que el cielo estuviera muy triste, lo veo asi desde la última vez que la vi, en medio de esa lluvia de rosas, en medio de todo ese dolor y promesas rotas a mí alrededor. Comencé a recordar la hermosa cara de Sara, esa cara que cuando me miraba me decía más de mil palabras, si pudiera regresar el tiempo me hubiera quedado en casa ese día que falto a la escuela. Tengo muy mala suerte, pues jamás me han pasado cosas buenas, lo mejor que había en mi vida era ella.

Cuando me iba a acostar a descansar pude ver algo que venía a mí, era ella, cuando la vi, no dude en hablar, le dije: Sara, ¿que ha estado pasando?, ¿acaso eres tú?

Al terminar de decir esta oración ella me dijo este planteamiento que llego a mi corazón.

Querido juan en este momento yo estoy en el infierno, mi cuerpo está en el lugar donde el sol no existe, mi alma esta con dios, estoy aquí porque jamás se había conocido una historia de amor como la nuestra, los demonios del infierno quieren probarnos a prueba, cuando yo me fui me había ido con mi papa a Tibecuador, le había llegado una oportunidad de trabajo especial a mi padre, yo me quería despedir, pero en medio de la llamada, me había dado de cuenta que había muerto. No te pido que me rescates, no quiero que mueras allá, no es que no confió en ti, es que no quiero que sufras un destino peor que el mío, juan yo te quiero decir que te amo, jamás había conocido a alguien como tú, a alguien que me amase y tratase siempre de hacerme feliz, yo sé que el amor que sientes hacia a mi es verdadero, por eso te pido que no arriesgues tu vida por mí, puedo esperar los años que falten, sean una eternidad, lo esperare, por verte a ti de nuevo sonreír y poder estar conmigo al fin para poder ser felices los dos juntos, espero que me recuerdes y que jamás me olvides.

Al decirme esto ella desaparecido, nunca me había puesto más triste y feliz a la vez pues sabía que ella estaba conmigo pero la había perdido.

Luego aunque no me podía escuchar le dije:

Sara, esa noche en que el cielo se secó, de tanto llorar, fue la última vez que te escuche, tu hermosa voz que sigue en mi corazón. Si sigo vivo es por algo, para salvarte y amarte hasta el final, recuerda, pasado en pasado, futuro contigo, todo el dolor se ira y sobreviviremos, como en los viejos tiempos.

Tú tienes lo mejor de mí, jamás lo desperdicies, yo te salvare ya que sin ti no soy nada, recuerdas, me convenciste de que tú y yo juntos podemos volar. En el cielo estarás, y tal vez jamás te iras de allí, por eso te sal vare, jamás me rendiré, yo nunca me había enamorado asi, eres alguien realmente difícil de encontrar, no pienso huir, porque eres mi razón de ser y jamás te iras de mí, me iré, me iré, me iré, ¡por ti! Yo regresare por ti, porque eres lo único que tengo, al razón de que mi corazón lata, yo por ti me hago matar más, no importa el dolor que sufra, nada me detendrá para salvarte, y estarás conmigo, adiós, iré por ti, asi me muera.

Me fui de inmediato a la biblioteca de la ciudad a buscar todo lo que pude sobre aquel lugar que me mencionaban dichas bestias. Solo encontré un libro al respecto. Se llamaba ''el misterioso lugar de los crucificados'' nunca había leído este tipo de literatura en mi vida, era algo muy poco hablado y muy poco conocido. Era un libro bastante interesante si uno se ponía a pensarlo, pues era algo que casi nadie se creía posible, un lugar peor que el infierno. A este lugar se iban las almas más desdichadas, sufridas y malas de todo el universo, el libro decía que se le llamaban crucificados porque es este lugar sentía un dolor igual o peor al de un crucificado. No se podía salir del lugar, la única forma de salir de allá, era muriendo 2 veces, lo cual hacia que fueran al infierno o al cielo.

Al momento que leí esto quede impactado, salimos de un lugar insalible. Fue una fuerza inconfundible e poderosa que nos sacó de allí. El libro solo tenía tres hojas, pero se podía ver que fueron arrancadas bastante, como si no quisieran que alguien las viera. Me levante y fui de nuevo al hospital, los médicos me regañaron por haberme salido y me encerraron con llave con mis amigos. Yo nunca sabré, el motivo de su enojo extremo.

Les conté a mis amigos lo que había pasado con Sara y el viajecito que hice a la biblioteca. Fue asombroso lo que me había pasado, casi que no me creen. Pero al final los convencí, luego nos pusimos a pensar (no podíamos hacer nada más estábamos encerrados)

Revise los apuntes que decían los médicos eran que mi estado de salud estaba en un ochenta por ciento bien, pero que la de mis amigos eran de un cuarenta, lo cual era preocupante.

Salí afuera y vi a mi gato, se llamaba copito, tenía 6 meses, era muy joven. Cuando yo lo veía a él me llenaba de alegría, era una de las almas de mi vida. Lo vi correr hacia mí, un gato si tiene sentimientos, nadie lo puede negar. Lo cogí y lo cargue, el me lamia el brazo con su pelosa lengua. Fue la única vez que él lo había hecho, era la única vez que lo había necesitado.

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