CAPÍTULO 12
Wondering - Olivia Rodrigo, Julia Lester
—Respira, respira, respira, solamente respira —murmuré, tratando de recuperar el ritmo normal de mi respiración—. ¡Respira! ¡No es tan difícil, joder! —grité, con toda la fuerza posible.
—Chico, ¿todo bien? —me preguntó un hombre a mi lado.
—No puedo... No puedo respirar —lloré.
—Vale, repite esto conmigo. Inhala —el hombre inhaló y yo repetí su acción—, exhala. Inhala, exhala. Eso es. Inhala, exhala. Inhala, exhala. Muy bien, lo estás haciendo muy bien.
Tras unos minutos, finjo estar mucho mejor.
—¿Estás bien?
—Sí. Sí, ahora sí. Gracias —mentí, saliendo de allí.
—Y... ¡Corten! —exclamó Jesh, sonriente— Ya tenemos una de las escenas más complicadas, y al primer intento. Buen trabajo, chicos.
Sonreí saliendo del escenario y me senté en la silla que estaba al lado de Jesh.
—Bien hecho, Walker —me sonrió—. Tienes mucho talento, me alegra tenerte aquí.
Lo único bueno que haces en tu vida.
No empieces. Estoy teniendo un buen día.
Todo lo bueno tiene un final.
Y todo lo malo también.
—Me alegra estar aquí —le respondí a Jesh, ignorando mi mente—. Sigo flipando con haberte conocido —me reí.
—Pues que sepas que yo también soy fan tuyo. Desde... ahora —soltó una pequeña risa—, pero soy fan tuyo.
—Bueno saberlo —me reí.
—Se nota mucho que pones todos tus sentimientos en la actuación, eso me gusta. Todo es como... menos falso. Uno logra meterse aún más en la película. Y se nota que estás más feliz actuando que haciendo cualquier otra cosa.
—Llevo soñando con esto durante muchos años —admití—. Aunque me gustaría haberlo compartido con alguien.
Al decir eso, toqué mi pulsera, con una expresión triste.
—¿Con quién exactamente? —quiso saber Jesh.
—Con mi hermana, con mi... No sé qué éramos Ellie y yo, la verdad. Pero sobretodo... Sobretodo quería compartir este momento con mi madre.
—¿Se quedó en su casa?
—Murió —dije casi en un susurro—. Cuando yo tenía diecisiete años.
—Lo siento mucho —murmuró Jesh, pasándome una mano por la espalda—. Estoy seguro de que está cerca de ti. En algún lugar. Y está flipando en colores con esto. Estaría orgullosísima de ti —sonrió.
Mentiraaaaa.
Cállate ya, joder.
No puedes callarme. Soy más fuerte que tú.
Pues hasta hace unos días, apenas luchaba contra ti. Poco a poco, te voy a vencer, mente de mierda.
Ajá. Aquí te espero.
—Es como si una parte de mí siempre tuviera que perder —susurré casi sin ser consciente de ello—. Es que... tengo el papel de mis sueños, con mi segundo escritor favorito, con un elenco genial, pero... ¿Realmente merece la pena tener todo esto sin las personas que me importan? ¿Es este el lugar donde debo estar?
—Creo que las personas que te importan estarán muy orgullosas de ti —contestó Jesh—. Y merece la pena, porque esto te hace feliz. Lo veo en tu mirada cuando actúas, en tus sentimientos. Eres feliz de formar parte de esto. Si algo te hace feliz, no debes renunciar a ello.
Y tenía razón. Asentí con la cabeza con una pequeña sonrisa y Jesh comenzó la siguiente escena.
Continué mirando mi pulsera, algo triste. Cerré los ojos e imaginé que estaba a mi lado. Una parte de mí, logró relajarse al hacer eso. Sonreí melancólicamente y continué viendo la escena que estaba grabando ahora Jennifer.
Por la noche, fuimos a una discoteca a celebrar el primer día de grabación. Hayley se mantuvo al margen de la bebida y se sentó en una esquina hablando con Brent. Matt ya había pedido dos copas en tan solo diez minutos, y parecía pasarlo en grande en la pista de baile. Sophie, la esposa de Jesh, había bebido una copa y se había ido a bailar con Jennifer. Era como ver bailar a dos gemelas. Jesh se sentó a mi lado al verme solo.
—¿Por qué estás solo? Vive el momento —me dijo—. Ha finalizado el primer día de rodaje, hemos hecho un gran trabajo hoy.
—No soy muy de fiesta —murmuré, jugueteando con mi copa.
Era verdad. Pero también era cierto que había omitido que estar en esa discoteca me recordaba el lugar dónde Ellie me había visto borracho, y posteriormente, había visto mis cortes. Eso, a su vez, me hizo pensar en cuando Ellie había aparecido en el aeropuerto. A pesar de que al llegar había llamado a Sarah, y ella me había dicho que no sabía qué hacía ahí, no me lo terminaba de creer, y en mi mente seguía dudando si había venido porque me quiere o porque Sarah se lo pidió.
Temí nuevamente que Jesh y el resto vieran mis cortes por una borrachera; así que, dejé de beber después de la primera copa.
—Bueno, no eres muy de fiesta, pero esto es algo digno de celebración, ¿no crees? —sonrió, pero al ver que yo solo le dedicaba una pequeña sonrisa, volvió a hablar— ¿Ocurre algo?
—No —mentí—. Puede que solamente sea el cansancio. O... No sé.
—¿Seguro?
No supe bien el porqué, pero no pude mentirle de nuevo. Suspiré y lo miré, con expresión melancólica.
—No. Es que... No sé, creo que son muchos recuerdos últimamente. Y... hay como una voz en mi cabeza que trata de sabotearme una y otra vez. Y no sé si podré luchar contra ella durante mucho más tiempo. ¿Tiene sentido?
—Tiene todo el sentido del mundo. Te diré algo que es importante que escuches —comenzó—. Esa voz es fuerte, sí. Muchísimo. Pero tú tienes el control. Tú puedes luchar contra ella y vencerla. Y si no pudieras, mira a todo el equipo que tienes contigo para ayudarte —se dió la vuelta, apoyándose en la barra para mirar a todo el equipo—. Hayley parece aburrida y dura, pero tiene un algodón de azúcar como corazón; Matt... Matt es Matt, se preocupa mucho por el bienestar de los demás; Ryan también te ayudaría; Jennifer, sin dudarlo te ayudaría; Sophie, el amor de mi vida, te ayudaría muchísimo; y yo... Yo lo haría también, desde luego. Walker, no somos un elenco, somos una familia, aunque apenas nos conozcamos. He escogido a estos actores por su buen corazón y sus ganas de actuar, además de por su talento. Somos familia, y la familia se apoya cuando las cosas van mal. No dudes en pedir ayuda si la necesitas. No tienes por qué hacer nada de esto solo.
Yo le sonreí, esta vez más animado y comprendido.
Blah, blah, blah. Todo eso es menti...
Y bebí una copa más, interrumpiendo esa vocecita en mi cabeza. Era la primera vez que lograba callarla, aunque fuera solamente por un rato.
Pedí otra copa y la bebí de golpe.
—Wow, Walker. LET'S GOOOOO! —gritó entre risas.
No bebí mucho más, pero sí llegué a emborracharme un poco, aunque, gracias a Dios, aún era consciente de lo que hacía.
Y lejos de dejarme controlar por esa estúpida voz una vez más, logré pasármelo genial. Hacía años que no lo pasaba así de bien, de hecho. Desde... Desde el instituto, creo.
***
—Oliver, adivina qué —le sonreí a mi amigo.
—¿Qué?
—He conseguido que Anna nos invite a su fiesta —alcé las cejas—. De nada.
Oliver se quedó quieto unos segundos, como procesando lo que estaba pasando. Sí, era el mejor amigo del mundo.
—¡GRACIAS, SHAWN WALKER! ¡TE ADORO! —gritó Oliver, emocionado— Mejores amigos desde siempre por una razón.
—Siempre —hicimos nuestro saludo.
Días después, fuimos a esa fiesta. Ninguno tomó alcohol, pero lo pasamos en grande. Oliver logró bailar con la chica que le gustaba, Anna, y yo me quedé como el lobo solitario, pero algunas chicas se acercaban a mí para pedirme bailar. Aún así, no acepté a ninguna.
Tras un rato, vi que Oliver se besaba con Anna, y cuando se separaron del beso y él me miró flipando, yo levanté el pulgar con una gran sonrisa. Fue una gran noche.
***
Añoraba a mis antiguos amigos. Echaba de menos a Oliver, mi antiguo mejor amigo, de quién me había distanciado muchísimo después de la muerte de mi...
No. No voy a pensar en eso. Lo estoy pasando genial. Y tiene que seguir así.
Pero no seguía así. De repente, las risas y voces del elenco y el resto de gente se empezaron a convertir en un eco en mi cabeza. Y esa estúpida voz se había vuelto más fuerte.
¿Te sientes débil, Walker? ¿Echas de menos algunas cosas de tu pasado?
No. Cállate.
Toqué mi cabeza con las yemas de los dedos, y cerré los ojos con fuerza al notarme mareado. Abrí los ojos de nuevo, vi todo borroso a mi alrededor. Jesh pareció notar que no me encontraba del todo bien, me pareció escuchar que me preguntaba si me encontraba bien. Yo solamente asentí con la cabeza y me abrí paso entre el elenco para intentar salir de allí. Noté que me tambaleaba un poco, pero logré salir fuera de la discoteca.
«Te alejas de todos como si no quisiéramos ayudarte. Somos mejores amigos. ¿Por qué no me dejas ayudarte?»
«No quiero hablar contigo ni con nadie, ¿tan difícil es de entender?»
«Te quiero mucho, mamá.»
«Generalmente, ¿estás bien?»
«Tus... Tus cortes.»
Toqué mi brazo tras ese último recuerdo. Me tuve que apoyar en la pared con mi otra mano para mantenerme en pie. Sentí que la cabeza me iba a explotar. Tenía un gran cosquilleo en todo el cuerpo y noté que mi corazón latía muy rápidamente. Me costaba respirar. No sabía qué me estaba pasando.
Nada ha cambiado, Shawn. Te sigues atormentando con tus propios recuerdos.
Basta.
«Vivir por otros no es vivir.»
«Dejadme pasar y matar a ese cabrón. ¡Le haré pagar lo que le ha hecho a mi madre!»
—¡Walker! —exclamó Jesh, tocándome el hombro.
Yo dirigí mi mirada a él rápidamente.
—Te he llamado como cinco veces, ¿estás bien? Estás muy pálido. ¿Es por el alcohol?
—N-no es... No es por el alcohol —negué, aún sin entender qué me pasaba.
—Oh, vale. Creo que estoy familiarizado con esto. Respira conmigo.
Jesh comenzó a respirar lentamente y me hizo repetir su acción. Tras muchos minutos, logré recuperar mi ritmo de respiración normal, aunque aún seguía algo mareado y tenía taquicardia.
Me senté en el suelo y me tapé la cara con las manos. Noté que Jesh se sentaba a mi lado.
—No sé qué me ha pasado —dije en un hilo de voz, sin poder mirar a Jesh.
—Yo sí. Has tenido un ataque de pánico.
—Pero... Y-yo... P-pensé que... Pensé que estaba pasando una buena noche. Y... Y entonces me vinieron recuerdos y... Y ya no... Y-ya no podía s-soportarlo más.
—Estás sobrepasado. Pero... sinceramente, no creo que sea por la película. Hay algo más, ¿verdad?
—S-sí.
—¿Quieres hablar de ello?
—No —negué, más rápido de lo que quería—. No. No es importante.
—Creo que empieza a ser importante desde que te empieza a afectar negativamente. ¿Estás seguro de que no quieres hablarlo? No te voy a juzgar.
—Tranquilo, estoy bien —respondí, pero mi voz se rompió en las dos últimas palabras, y comencé a llorar sin apenas darme cuenta.
—Ven aquí.
Jesh me rodeó con un brazo y me acercó a él para darme un pequeño abrazo.
—No estás solo, Walker.
—Perdón —me disculpé.
Y es que odiaba que me viera así. Era mi jefe después de todo. Pero es que... no podía más.
—No te disculpes nunca por pasarlo mal. Todos tenemos nuestras malas rachas. Si quieres hablar, voy a estar siempre ahí, ¿vale?
—Perdón —repetí—. Esto no es nada profesional y...
—Somos humanos, no robots sin sentimientos. No te disculpes.
—Perdón —murmuré una vez más.
—Esa palabra está vetada, Walker.
—Lo siento —me disculpé inconscientemente.
—Corrijo, todas las palabras relacionadas con una disculpa están vetadas —él soltó una pequeña risa.
Me separé del abrazo y me sequé las lágrimas. Ya estaba un poco más calmado.
—Vamos dentro, los chicos nos estarán buscando —comentó Jesh—. Si te empiezas a encontrar mal, avísame.
—Vale —le sonreí.
Jesh me recordaba un poco a Oliver. Me preguntaba qué habría sido de él, pero claro, desde... Desde eso, no he tenido contacto con él. Y la última vez que le hablé me contó que se iba a mudar; así que... Supongo que no lo sabré nunca.
Había sido un día muy largo, pero aún me quedaba mucho por delante.
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