Terminamos de desayunar y decidí darme un baño, luego me cambié para ponerme en marcha.

André me llevó hasta el auto y se despidió con un dulce beso en la frente.

—Conduce con cuidado, y no olvides avisarme cuando llegues.

—Por supuesto que te avisaré, te quiero.

Estaba realmente feliz, así que me despedí con una enorme sonrisa.

No tenía idea de lo que pasaría más adelante, pero estaba satisfecha, y preparada para todo lo que se presentara.

—¿Es así cómo quieres que marchen las cosas, Ashley?

—Mamá, realmente estoy teniendo unas vacaciones maravillosas, no lo arruines, por favor.

—Como quieres que no diga nada, pasaste la noche fuera.

—Tu también, ¿no?

Me quedé a dormir en casa de André porque sabía que mi madre no estaría, la había escuchado hablar con su novio, se quedarían juntos esa misma noche.

—No me ignores Ashley, tú vida también es la mía, ¿ok?

—¿Estás loca? —mi vida no te pertenece, puedo tomar mis propias decisiones.

—Te informo que esta es mi casa y son mis reglas.

—Tus reglas no van a afectar mis decisiones mamá, no pienso volver a depender de nada ni de nadie.

Fuí directo a mi habitación, seguir discutiendo con ella solo me iba a afectar más, realmente no quería arruinar mi estado de ánimo.

—He llegado a salvo —le escribí a André.

—Eso realmente me alegra, duerme un poco, debes estar cansada —respondió.

Aún no logro entender como es que alguien puede causar tanta calma, incluso cuando solo ha enviado un mensaje.

Me quedé completamente dormida.

Después de todo, si fueron unas maravillosas vacaciones de verano que ni siquiera mi madre con su mala vibra pudo arruinar.

Retomamos clases como de costumbre, así que me dirigí a mi locker, cuándo lo abrí encontré un sobre, dentro de él había una extensa nota, esta decía:

"Ashs, en realidad no te odie desde el principio, cuándo te acercaste a mi, ese día mi vida cambió, yo no tenía una razón para estar feliz, mi casa, la escuela y todo en general eran un día nublado, pero tú Ashs, tú eras el sol que salía a borrar todas esas nubes grises, tú eras esa flor que florecía en medio de la adversidad, me dabas ganas de ser feliz, porque eras el claro ejemplo de que los problemas internos no eran motivos para abandonar a un amigo, siempre estabas para mí, aunque te sintieras peor que yo, de lo único que realmente me arrepiento, es de no estar para ti, cómo tú lo estuviste para mí, odio tanto haberme dejado llevar por la sociedad, deseo poder regresar el tiempo y no haberte hecho daño, no mereces la maldad de este mundo, o más bien no mereces la maldad que hay en mi corazón.
Se que es patético escribir una nota, pero no tengo la valentía de decírtelo de frente, soy demasiado cobarde, de verdad espero que en algún momento de tú vida haya un pequeño espacio para perdonarme".

Att:Gabi.

Después de leer esa nota, mi cabeza dejó de estar clara, me la pasé distraída en todas las clases, ni siquiera podía entender bien lo que decían las personas a mi alrededor.

Se me hizo el día eterno.

Cuándo estaba saliendo de la escuela, una voz me detuvo.

—Ashs, ¿en dónde te metiste?, te busqué por todos lados y no te encontré, ni siquiera respondiste mis mensajes —decía André con mucha preocupación.

—Lo siento, de verdad lo siento. Estuve tan inmersa en mis pensamientos que ni siquiera noté los mensajes.

—¿Pasó algo? —preguntó.

—No, bueno, en realidad sí.

—¿Quieres hablarlo?, cariño, sabes que siempre estoy dispuesto a escucharte.

Nos sentamos en una banca y le mostré la nota; el la leyó cuidadosamente, y entonces preguntó:

—¿Como te sentiste?

—Es un sentimiento extraño, es una mezcla de tristeza y satisfacción.

—Quizá te pone triste perder a tu amiga de hace mucho tiempo, pero te satisface saber que no te lastimó porque quería, y te pidió disculpas por eso.

—No, en realidad me da satisfacción saber que no tengo personas hipócritas a mi lado, "dejarse llevar por la sociedad" qué ridículo, ella solo tenía su verdadero ser oculto; estaba esperando el momento adecuado para sacarlo.

—¿Y la sensación de tristeza? —preguntó mirandome fijamente.

—Me da tristeza saber que es díficil encontrar un verdadero amigo, al parecer es una gran responsabilidad, y no cualquiera está dispuesto a asumirla —respondí sin expresión alguna.

André se quedó en silencio, algo muy raro en el, ya que siempre tenía respuesta, el siempre tenía las palabras adecuadas.

—Me sorprendes —dijo de pronto.

—¿Yo? —pregunté.

—Umm, cada vez me asombra más la persona en la que te has convertido, eres mucho más valiente, decidida y centrada —dijo junto a una sonrisa de satisfación.

Un viento frío corrió y mi corazón se aceleró.

—Llegamos —pronuncié desanimada.

—¿Aún te sientes mal? —preguntó André tocando mis cachetes.

—Solo no quiero que te vayas.

André sonrió tiernamente y dio un beso en mi frente.

—¿Quieres que pase por ti?, no lo había hecho porque no quería hacerte sentir incómoda, no quiero hacer algo sin que tú lo hayas permitido.

—¿Estás loco? —suspiré —ni siquiera deberías preguntarlo, claro que quiero que pases por mí, amo cada segundo que paso junto a ti.

Me acerqué a su oído y le susurré —¿quieres entrar?

—Ashs, no me hagas esto —respondió tan apenado que su mirada no era capaz de encontrarse con la mía.

—Solo dime si quieres —le dije de nuevo, pero esta vez acariciando su espalda.

—Si haces eso...sabes que no me podré resistir.

—Entonces no lo hagas más, cuándo estés conmigo no te resistas, no quiero que te resistas.

—Espero que no te retractes.

—No lo haré.

Abrí la puerta, entré, y le hice un gesto de llamado con mi mano; el sonrió y se vino directo a mi dándome un beso apasionado, me cargó y levantó mi falda lentamente.

—Una vez más, ¿quieres que suceda?

—Por Dios André, no preguntes, solo házlo —exclamé.

Me sentó en el sofá y lentamente fue bajando hasta que sentí nuevamente ese placer que me hacía olvidar que existía este mundo.

Al día siguiente André pasó por mi tal y como lo prometío.

Me dío un tierno beso en la frente, tomó mi mano y caminamos hasta la escuela.

—Nos vemos a la salida —dijo arrojandome un beso mientras se marchaba.

Cuando me dirigía al aula escuché una voz llamarme, aquella que un tiempo atrás hacía que quedara estufecta y me derritiera.

—Ashs, por favor, hablemos.

—¿Tenemos algo de que hablar? —respondí con desagrado.

—Se que estás enojada, pero yo solo quiero hablar contigo, regálame solo unos minutos.

—Está bien —accedí —en realidad si tenía curiosidad por escuchar lo que quería decir.

—Ashs, el verdadero amor no es pasajero, tú no pudiste haberme olvidado de una vez, como si nada hubiera pasado.

—Tienes razón, todo esto me ayudó a confirmar que lo que sentía por ti no era amor, solo era apego, estaba encerrada en los recuerdos de nuestra niñez, en las promesas infantiles que nos hacíamos mientras jugábamos, aquellas que para ti no fueron más que eso "promesas infantiles" porque las olvidaste cada una.

—Yo si te amo Ashs.

—No se lástima a la persona que amas, no se humilla y mucho menos que desvaloriza a la persona que realmente amas. Dilan, no hables de amor tan a la ligera, no tienes ni la mínima idea de lo que realmente significa, aún no puedo entender cómo tardé tanto en darme cuenta la clase de persona en la que te has convertido.

Antes de marcharme del todo me giré por un instante y le dije: —No me vuelvas a llamar Ashs, eso es solamente para las personas que quiero en mi vida, y definitivamente tú no eres una de ellas.

—¿Me odias? —preguntó.

De espalda le respondí —El odio también es un sentimiento, y para serte sincera ya ni siquiera puedo sentir algo por ti. 

El amor no el solo decir "yo te amo" el amor se trata de demostrar, se trata de querer, cuidar y proteger, se trata de fijarte en lo más mínimo, se trata de notar sus defectos y aún así amar a esa persona con todos ellos, porque el verdadero amor va más allá de la atracción.