Ya han pasado varios días y aún no puedo dejar de pensar en André, lo que dijo realmente me dolió, pero el tiene razón, le doy más importancia a lo que dicen los demás, dejando de lado lo que me dicta el corazón.

Hoy decidí volver a pintar, cada noche pienso en todo el ánimo que me dio André con sus palabras; así que no esperaré más.

—¿Estás haciendo eso de nuevo? —suspiró mi madre mientras me miraba fijo desde la entrada de mi habitación.

—Solo quiero volver a intentarlo —dije agachando la cabeza.

—Sabes que no eres buena en eso, no creas que esta vez será diferente.

—Sabes madre, hace unos días tus palabras me hubieran hecho retroceder de una vez, pero alguien me dijo que no permitiera que esta sociedad de porquería me dijera en lo que soy buena y en lo que no, que eso solo lo sabía yo, que amara mi trabajo como si fuera una obra valorada en millones de dólares, porque si yo no lo valorava primero, entonces nadie lo haría. Y tiene toda la razón, ni tú ni nadie me va a hacer sentir de la misma manera en que lo hicieron en el pasado.

—No seas ridícula Ashley —gritó mi madre.

—Si el hecho de perseguir mi sueño me hace ser ridícula, entonces lo seré, madre.

—Solo tienes 17 años, aún no tienes capacidad para decidir que es lo que quieres hacer con tu vida.

—La edad no es lo importante, lo importante es el amor y la pasión que sientes por algo, igual no lo entenderías.

Como me vas a entender, si tú abandonaste todo por el maldito dinero, grité muy fuerte, tan fuerte que sentía mi garganta doler.

—¿Como te atreves a hablarme así? —¿no ves que todo lo que tienes es gracias a qué yo abandoné mis sueños, idiota? 

El grito de mi madre resonó junto a la cachetada que me dio.

—¿De que me sirve el dinero si ni siquiera puedo hacer lo que amo?

Estaba tan enojada que mi cabeza quería reventar del dolor.

Las mañnas se están volviendo más monótonas de lo que solían ser.

Cuando entré al aula estaba André, en el mismo lugar de siempre, en el cuarto asiento de la última fila.

Quise acercarme a el, pero su mirada literalmente decía, "si te acercas mueres hoy"(aunque esa solía ser su expresión) pero hoy está más marcada que nunca.
Solo quiero encontrar la manera de acabar con esto; no quiero que todo acabe de esta manera.

Al salir de clases nuevamente estaba Dilan, esperándome una vez más, y como si fuera una rutina tomó mi mochila y plasmó un beso cálido en mi frente, me tomó de la mano y me llevo a la ruta.

Ruta que nunca tomaba y el ni siquiera se daba cuenta.

Yo me fui caminando nuevamente, guardando la esperanza de encontrar a André en el lugar de siempre, y por suerte si estaba, sentado bajo el árbol, nuestro árbol.

Pensé mucho la forma en la cual me acercaría, no obstante, solo supe hacerlo inconscientemente.

—-Solo quiero estar contigo —le susurré al oído.

André se sobresaltó y sus ojos negros profundo se quedaron fijos en mi.

—No deberías estar aquí —me dijo André en un tono frio.

—Quiero aclarar todo este malentendido —dije mientras me acercaba a el dejando una distancia casi nula entre nuestros labios.

El me tomó la mano y me dijo:
—Si vuelves a hacer eso no me podre resistir.

—Entonces no te resistas más —susurré.

 Me volví a acercar a el de la misma forma en la que lo había hecho anteriormente.

—No me hagas esto Ashs.

André acarició mis mejillas y con un toque suave unió sus labios a los mios.

Sus labios eran cálidos, mi corazón latía como nunca lo había hecho antes.

Ahí me di cuenta de que, amar no solo se trata de enamorarse, también se trata de querer, de proteger y cuidar a esa persona.
Y lo más importante, querer quedarse a su lado.

André se separó tan solo un centímetro de mi, coloco mi mano en su corazón y susurró suavemente:
—"Me gustas Ashs".
—Si quieres romper mi corazón una y mil veces, hazlo, solo hazlo, no me importa. Pero por favor...no te alejes de mi nunca más, por favor quedate a mi lado.

 André lo dijo una y otra vez mientras sus lagrimas delgadas corrian.

Esta faceta de André es lo más lindo que he podido ver, no puedo creer que ese chico frío tenga un lado tan calido.

—No necesito romper tú corazón para quedarme a tú lado —respondi.

El me miró, con el brillo en sus ojos negros, su brillo volvió, esa mirada fría había desaparecido, y eso, me hizo realmente feliz.

Nos acostamos en el césped para poder observar la luna, el me tomó de la mano, miró la luna unos segundos, luego se giró y me miró, dejó sus bellos ojos fijos —suspiró.

—Cuando te miro a ti y a la luna siento lo mismo, no eres una faceta que voy a superar Ashs.—prometo que te daré hasta el último centímetro de amor que hay en mi, antes de partir. Ashley Benson.

—No hables como si fueras a partir —le dije al recostar mi cabeza en su hombro.

—Tengo algo que te pertenece.

—¿En serio? 

Saque el dibujo que llevaba en mi mochila.

André lo miró e inmediatamente se dibujó una gran sonrisa en su rostro.

—¿Has vuelto a pintar? —Ashs, eso es genial.

Me abrazó, y al oído le pregunté —¿sabes cuál es el significado de los tulipanes?

—Por supuesto que lo sé —¿por qué crees que llevaba uno el día del partido?

—Justo por eso decidí pintarte unos, porque quería decirte que...me gustas.

—¿Qué has dicho? —preguntó André con una sonrisa coqueta.

—Me gustas André Greene.

Que la luna sea testigo de lo nuestro —dijimos al mismo tiempo.

Nos miramos y sonreímos amorosamente.

El tulipan que llevaba André en ese entonces era rojo, así qué supe inmediatamente lo que quería decirme.

Por eso decidí pintar 2, de diferentes colores.
El rojo y el amarillo.
—El rojo, un amor apasionado.
—El amarillo, una amistad sincera.

Sí, decidí pintar los 2 porque quiero todo eso con André, no solo quiero amor y lujuria, también una amistad sincera, sin mentiras ni secretos.

El amor es una faceta que todos deberíamos experimentar alguna vez, no te quedes sin saber lo bonito que es querer darlo todo por una persona.