—¿Por qué lo permitiste? Debiste...haberlo evitado —decía André en un tono enojado.

—Lo sé, lo sé, lo intenté —respondí mientras mis lágrimas corrían por mis mejillas.

—¿Has besado antes? —preguntó.

—No, no lo he hecho —respondí apenada.

—¿Quieres que te bese? —dijo mientras sus ojos negros profundo me miraban fijamente.

Mis mejillas se calentaron y probablemente enrojecí, no supe que decir, me quedé completamente en stock.

—Era una broma, tranquila, solo quería hacerte sentir mejor —mencionó André entre risas.

Yo solo lo miré y con una sonrisa falsa dije —ohh, era una broma, pero de verdad agradecía que quisiera hacerme sentir mejor.

Hubo silencio absoluto. No encontraba manera de romperlo.

Fue André quien lo rompió con una pregunta que jamás había imaginado que escucharía de él.

—¿Crees que podamos ser amigos? 

Su voz sonaba apenada y eso lo hacía ver muy tierno.

Era realmente sorprendente, estaba empezando a darme cuenta de que el era una persona completamente diferente a lo que había imaginado.

—Claro, podemos ser amigos —respondí, pero con una condición.

—¿Cuál sería? —preguntó desconcertado.

—No te vayas a enamorar de mi.

—Eso es fácil de prometer, dijo mirandome fijamente, y no pudo evitar soltar una carcajada.

—¡Oye!, ¿tan fea soy?

—Nunca dije que eres fea, es que me causó gracia, siempre dicen eso en los libros cuándo el personaje tiene una enfermedad terminal.

Yo sonreí.

Esa noche si terminó siendo una gran noche, gracias a André.

Al día siguiente desperté muy temprano, estaba tan deprimida que por primera vez en mi vida pude llegar temprano a clase de ciencias.

Solo quería tener un día tranquilo, de verdad no quería recordar esa estúpida fiesta.

Parece que el dicho de que atraes lo que no deseas es realmente cierto.

Justo cuándo iba entrando al gimnasio me encuentro con Dilan, quería evitarlo, pero era casi imposible; el venía directo a mi.

Cuándo estuvo en frente mío agachó la cabeza y en un tono absolutamente suave, tan suave que casi no puedo escucharlo me dijo:

—Discúlpame Ashs, no era mi intención hacerte sentir incómoda, creí que disfrutabas la fiesta y el hecho de que el capitán del equipo de Hockey quisiera besarte..de verdad creí que eso te gustaba.

—¿Crees que soy ese tipo de chica? Dios, eso sí que me rompe el corazón —dije con la voz entrecortada.

Sus palabras solo lo empeoraban todo.

—Quizá estén acostumbrados a que todas las chicas estén a sus pies por el hecho de jugar bien al Hockey; y "verse geniales" todo el tiempo.

—Dilan, realmente me gustabas, tanto así que no me importaba si te veías genial o no, siempre me gustaste, desde que éramos unos niños, para mí, por lo menos para mí, siempre fuiste el centro del universo...de mi universo.

Gracias por abrirme los ojos y hacerme ver que no eres la persona que siempre pensé que eras. Adiós.

No pude evitar mirar detrás y ver el rostro de Dilan, estaba pálido; sus ojos reflejaban tanto arrepentimiento que estaban a punto de llorar.

Parecía que mi corazón se rompía en mil pedazos, mis ojos no pudieron aguantar más y soltaron un mar de lágrimas, mi pecho dolía, de verdad dolía. Desee tanto que el día acabara rápido, quería olvidarme de todo lo que había pasado.

—Ashs, Ashs de mi corazón —escuché detrás mío.
Era Gabi, me sentí reconfortada al escucharla, creí que ella por lo menos me entendería.

—Ashs, escuché lo que pasó en la fiesta —¿ya te disculpaste con Liam e hiciste las paces con Dilan? —dime que sí, por favor.

No podía creer lo que estaba escuchando, mi mente estaba en blanco, ¿realmente era Gabi quien me hablaba? ¿de verdad era mi mejor amiga?
Se supone que ella me apoyaría siempre.

—¿Qué es lo que has dicho? —le pregunté mientras volteaba a mirarla.

—Te pregunto que si ya te disculpaste con Liam e hiciste las paces con Dilan, tengo miedo de que ya no te quiera ver por culpa de ese tonto de André, es que no entiendo. ¿Que hacía ese tonto en la fiesta? ni siquiera yo fui invitada.

—Gabi...no hables más, por favor.

Mi corazón no podía aguantar más dolor, quería pensar que Gabi solo estaba jugando, y que en realidad venía a darme su apoyo.

—Ashs, que te pasa, acaso... ¿Dilan ya no quiere tener nada que ver contigo? —decía mientras se cubría la boca con sus manos.

Había estado tan ciega que ni siquiera pude notar la hipocresía que había en sus ojos.

—Gabi, ¿alguna vez me viste como una amiga realmente?

—Lo hice, o al menos lo intenté —pude soportar la idea que te gustara Dilan, a todas les gusta, pero lo que no pude soportar fue el hecho de que el te haya invitado a la fista, y no solo eso, también me enteré Liam quería besarte, ¿una perdedora como tú?. Jamás, pero jamás, iba a permitir que estuvieras con uno de ellos.

—No seas ingenua Ashley, no perteneces a su mundo, empezó a caminar y cuándo estaba unos centímetros lejos de mi se dio la vuelta.

—Eres patética Ashs —dijo Ashs en un tono tan sarcástico que quise dirigirme a ella y darle un golpe, pero mis piernas no se movían ni un centímetro.

Solo pude dar unos pasos y sentarme en el césped que había debajo de un árbol.

La amistad es la muestra más real de que existe el amor, la lealtad y el apoyo, pero lastimosamente, no cualquiera puede soportar ese peso, no cualquiera puede ser realmente un amigo.