III
Nadie nace sabiendo ser hombre, ningún chico abre los ojos al mundo y tiene conciencia de su sexo para relacionarlo de alguna manera a cómo actuar.
Y Jimin no era la excepción a esa regla; de modo que cada gesto lo había aprendido por imitación a medida que crecía, todo en el supuesto de lo que debía ser. En esa línea de pensamiento, él quería ser grande, musculoso, de un aspecto varonil por donde sea que se le mirase. En cambio, era de maneras suaves, cuerpo grácil y un rostro que no podía ser descrito de otra forma, sino que como el de una muñeca.
A temprana edad se acostumbró a recibir adjetivos delicados hacia su persona. Pero no por eso quería decir que le agradaran, después de todo, con veinte años aún estaba luchando con su imagen personal, mucho más con la escénica.
En su cabeza, él creía que tenía que ser algo más de lo que era. Sin tener como saber, claro está -ya que su experiencia era limitada- que, ante los ojos del amor, él era perfecto tal cual estaba.
Sin ir muy lejos, y bajo su mismo techo, Jungkook lo encontraba cada vez más arrebatador; y se dejaba notar en su ligera sumisión que se había dado sin ninguno darse cuenta. A estas alturas era indudable que al maknae le pasaba algo referente a Jimin. Su piel quemaba cada que su hyung lo tocaba, los vellos de su cuerpo se erizaban si le sostenía la mirada por demasiado tiempo. Y él quería besarlo, tanto, tan mal que había días en los que creía que no sería capaz de aguantarse. Sus esfuerzos por esconder sus deseos se aflojaban a cada minuto y todo el mundo comenzaba a darse cuenta, todo el mundo menos Jimin por supuesto.
Él solo se concentraba en la banda, su imagen para esta y lo que era bueno para ella. No era un peso para menos, pues BTS estaba en una posición compleja; levantando el vuelo con un gran impulso. El fandom había crecido en el ultimo tiempo, su fama se había masificado y por ello, sus agendas apenas tenían un poco de espacio libre.
Los mayores se afanaban en escribir letras que reflejaran quienes eran y el potente mensaje que querían transmitir. Sin darse cuenta, estaban cambiando el pensar de muchos.
Yoongi hyung reunió a los miembros en la sala de ensayo, entregándoles hojas con la canción principal para el nuevo disco.
—Léanla y díganme lo que piensan —indicó con un gesto fatigado. Se había pasado horas frente a la computadora intentando quedar conforme con su trabajo y aun así se sentía inseguro. —No sean condescendientes si no les gusta.
—Es perfecta —Namjoon aseguró tras darle un vistazo rápido. Sus tiernos hoyuelos se marcaron al brindar una sonrisa de apoyo. —Y creo tener un ritmo que le calce.
Él miró sobre su hombro, donde Hoseok terminó de leer para levantarse excitado.
—Oh sí, Namjoon-ah me dio una muestra esta mañana y pensé en una coreografía, si quieren verla —ofreció. Yoongi lo miró todo cálido asintiendo.
Mientras que la energía vibrante de JHope salía de él a raudales y envolvía la estancia, Jin hyung y TaeTae se vieron utilizados como puntos de referencia en la explicación del main dancer y Jungkook se acomodó en un sofá poniendo atención. Él realmente amaba la dinámica en el grupo, con cada persona teniendo un lugar definido y llevándolo a cabo, haciendo a todo tomar forma.
El equipo mantenía el sueño en movimiento.
Ajenos a los chicos, un par de managers estaban en una esquina del salón, trabajando sobre una computadora, con trozos de tela por doquier y Jimin siendo utilizado como maniquí.
Recientemente había ingresado gente al staff. Un par de chicas que se encargaban del vestuario. Jungkook se había acostumbrado a ver noonas alrededor desde un principio, era fácil trabajar con ellas cuando se sentía bien cuidado y mimado. Ahora, con chicas en edad mucho más cercana a la propia, era diferente. Se sentía ansioso y expuesto. Algo curioso dado que se presentaba ante multitudes de fanáticas, pero ellas lo amaban, él sabía eso. Aquí, era un terreno sin explorar. Intentaba agradarles, siendo siempre respetuoso y atento, aunque no terminaba de estar seguro.
Las miradas de ellas podían alejarse de lo profesional, justo como en ese momento, cuando una de ellas intentaba ganarse la atención de su Jimin. Jungkook intentó no ser demasiado evidente en que eso le molestaba, juntó las manos en el regazo mientras que, dentro de su boca, su lengua pujó contra su mejilla.
Solo es una prueba de vestuario, se repitió una y otra vez, solo es trabajo. Sus ojos se desviaban cada cierto instante. Y Jiminie hyung ni siquiera parece interesado. Él no ha mirado a la chica más de dos veces, aunque le está dando una sonrisa que hace a su rostro lucir angelical.
La pierna de Jungkook comenzó a rebotar contra el piso. Estaba ansioso y su cuerpo rezumaba con las ganas de ponerse en acción. De hacer algo.
Mío, mío, mío.
Solo que su hyung no era suyo, ¿no? Jimin era el perfecto hermano mayor, tratándolo amorosamente en el día a día. Cierto que a veces parecía ser que lo miraba de manera diferente, o que su ternura rayaba en algo más. ¿Pero y si todo eso pasaba en la cabeza de Jungkook y no era real? ¿Qué si él se imaginaba lo que deseaba que pasara? Pensamientos como esos lo atormentaban a todo momento y la duda es un trago amargo para tomar.
—¡Todos! —El aplauso del manager Sejin se alzó en la sala. —¡Tienen un descanso de cinco minutos!
Las palabras en sí eran un tecnicismo. Porque la banda no se detenía por nada. Nadie dejó lo que estaba haciendo, salvo por el personal del staff que comenzó a recoger sus cosas.
Jungkook mantuvo la mirada baja cuando algunas de las chicas pasaron por delante de él. Una mano cálida fue puesta en su espalda y el dueño de este vino a sentarse a su lado.
La energía inquieta fue drenada con aquel simple gesto. Él reconocería a este hyung en cualquier lado.
—¿Qué tenemos? —Jimin preguntó medio sentado, medio cargado sobre el maknae.
Si tan solo Jungkook giraba un poco su rostro, los labios de su mayor darían directo en su mejilla. Así que obviamente, él se quedó dónde estaba, tragando duro con su garganta.
—La letra de la nueva canción —dijo enseñando la hoja dejada a un lado. —Suga hyung dice que le demos nuestra opinión más sincera, aunque en verdad no sé qué espera oír cuando es obvio que es perfecta... —La voz de Kook se esfumó al darse cuenta que no estaba siendo escuchado.
Jimin mantenía una sonrisa secreta viendo a las chicas rezagadas dejar la sala.
Con algo acido royendo sus entrañas, Jungkook se corrió un puesto, poniendo espacio entre él y su mayor.
—Es una chica linda —El rubio comentó de pronto, siguiendo con la mirada a cierta joven que hizo lo mismo.
Jungkook no se aguantó y resopló indignado a su lado.
—Eso no está bien. —dijo en su mejor tono alto y serio. La chica aludida tuvo la decencia de verse apenada antes de salir por la puerta. Kook derivó su molestia completa a su hyung. —Sabes que las relaciones con el personal no son una buena idea.
Jimin se desentendió.
—Solo es un pequeño coqueteo, nada más —Se justificó a modo de disculpa.
Jungkook se puso de pie con aire herido.
—No sabía que te fueran las chicas como ella —dijo a su espalda. —Está hueca, te ve... ella te ve... como a un trozo de carne. —Los ojos de Jimin se achinaron con una sonrisa ante el tono ofendido del menor. El ceño de Jungkook se frunció al notarlo, comenzando a frustrarse. —Eres más que tu cuerpo, hyung. Ella no lo entiende. Eres... tú eres un artista. Haces arte. Eres arte y mereces a alguien que lo aprecie.
Jimin lo miró de soslayo, preguntándose.
Su Jungkookie pocas veces se salía de sus casillas y menos por cosas como el tema en cuestión. Pero parecía ser que quería que su hyung se aprendiera tales palabras si es que estaba recurriendo a tópicos tan trillados.
Sí, se merecía a alguien que lo apreciara, el tema era quién.
—Gracias Kookie. —Él dio un puntapié con sus zapatillas nuevas. Iba a desgastar la suela con ese mal hábito. —Tengo eso claro, descuida. Veremos qué es lo que pasa.
Con la barbilla en alto, Jungkook se fue a reunir con el resto de sus compañeros de banda. Ya no necesitaba tener a Jimin tan cerca después de todo, si estaba molesto o dolido nadie tenía que saberlo.
Dejando salir un suspiro, Minie se recargó hacia atrás en el asiento con el peso de la situación sobre sus hombros.
Odiaba esto, esta incertidumbre respecto a sí mismo. La chica del staff no era nada serio, pero le agradaba. Y también Jungkook, por sobre todas las demás cosas.
Jimin no sabía qué decía eso de su persona. ¿Era bisexual? ¿O solo estaba descubriendo partes dentro de sí? Cerró los ojos, deseando más que nada poder encontrar un camino fácil que respondiera a sus dudas. Cada vez que creía entenderse, algo nuevo surgía y su cabeza se volvía un lío.
Femenino. Duro. Sexy. Gay. Heterosexual. Park. Minnie. Jimin hyung.
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