012.
✨Gael✨
Cuelgo la mochila en mi hombro por la correa de esta, para luego comenzar a caminar hacia la salida del salón junto a mis demás compañeros.
—Vitali —habla el profesor, y me giro a verlo, notando que me está mirando fijamente—, ¿podría venir un momento, por favor?
Chanfles, ya estoy en problemas de nuevo.
Llego hasta su escritorio y me detengo frente a él, mirándolo fijo.
—Yo no lo hice —me apresuro a decir, haciendo que el profesor Benítez me vea confundido, para luego reír por lo bajo.
Se levanta de su silla, rodeando su escritorio hasta quedar a mi lado.
—No hablo de nada de lo que haya o, en este caso según usted, no haya hecho, señor Vitali —contesta de manera amable y yo suelto un suspiro lleno de alivio. Creí que sabía lo del pegamento en el escritorio del director Bolsoni—, sino más bien de esto —menciona, entregándome una hoja. Bajo la vista, quedándome sorprendido ante lo que estoy viendo—. Ya puede irse —asegura y asiento con la cabeza, pero sin dejar de ver el papel entre mis manos, mientras camino hacia la salida—. Por cierto —habla nuevamente, haciendo que gire a verlo—, felicidades, señor Vitali, y agradézcale de mi parte a la señorita Baker por su asesoría. Siga así y no nos veremos este verano.
Asiento con la cabeza sin mucho interés, para ahora sí salir del salón.
Una vez que estoy a una distancia prudente de la vista del profesor, miro nuevamente la hoja en mi mano haciendo que sonría feliz, antes de comenzar a correr por los pasillos del instituto.
Que incómodo es correr con un yeso en todo tu antebrazo y muñeca. Ha pasado casi un mes y aun no me acostumbro a él, no me imagino lo que deben pasar los que llevan más tiempo con una de estas cosas. Además la comezón es insoportable.
Voy preguntando a los estudiantes en medio de mi carrera, hasta que encuentro a quién busco en una de las mesas del patio.
Antes de llegar hasta donde se encuentra, comienzo a gritar como los locos del centro.
—¡Kate! —grito, haciendo que gire su cabeza en mi dirección y comience a buscarme con la mirada, hasta que me encuentra—. ¡Frasita, fresita, fresita! —grito con cada paso que doy.
Kate algo extrañada se levanta del asiento en donde se encuentra con las demás porristas y da un paso lejos de la mesa, sin comprender el por qué de mis gritos, o quizá, por qué la busco.
Cuando llego hasta su encuentro, hago algo que ni ella, ni yo, ni nadie presente se esperaba. La abrazo con fuerza sin importarme el yeso, y al ser más alto que ella, la alzo sin mucho esfuerzo, para luego hacernos girar en el lugar.
Kate ríe y no sé si es por nervios, porque le contagié mi alegría, o se está divirtiendo, pero está riendo y es lo importante.
Recordando que los últimos tres días sólo ha tenido mala cara por su ruptura y muy pocas veces hizo muecas que aparentaban ser sonrisas.
Dejo de girar para luego alejarme de ella, haciendo que me vea con una sonrisa en el rostro pero a la vez totalmente confundida.
—¿Qué te pasa, loquito? —cuestiona entre risas, sin apartar sus ojos de mí.
Decido no decir nada, pero sin embargo alzo la hoja -la cual se encuentra un poco arrugada ahora- y la pongo delante de mi cara para que la vea.
Tardo unos segundos en darme cuenta que es una mala idea ya que no puedo ver su reacción, así que bajo un poco la hoja, notando su expresión de sorpresa.
Agarra el papel entre sus manos, para luego volver a verme en el momento que la sorpresa comienza a disminuir para pasar a tener una expresión de orgullo y felicidad.
—¿Un ocho? —cuestiona, volviendo a ver el examen entre sus manos.
—Así es, nena, un ocho —respondo igual de emocionado que ella, sin poder ocultar la sonrisa de felicidad e incredulidad—. Este nene que estás viendo, si sigue así no tendrá que ir a la escuela de verano.
Kate chilla de felicidad antes de abalanzarse hacia mí, rodeando mi cuello con sus brazos y haciendo puntitas de pie para abrazarme con comodidad, cosa que me hace reír por lo bajo, pero de todas formas le correspondo el abrazo y nos balanceo de un lado a otro.
Inhalo hondo, disfrutando de su agradable aroma a flores debido al perfume que usa. No lo diré, lo sé, pero estoy muy agradecido de que ella no se haya rendido o más bien, no me haya dejado rendirme con este examen, ya que yo lo daba por perdido.
—Te dije que lo lograrías —asegura, alejándose de mí y mirándome de una forma que hace que deba tragar con dificultad. Está orgullosa—. Claro que, si me hubieras hecho caso y habríamos estudiado desde que te lo propuse el lunes, tendrías un diez, but anyways, está más que bien un ocho, boy. I'm really happy for you.
Sonrío feliz, para luego volver a ver mi examen antes de mirar nuevamente sus ojos cafés que, desde el día que fue a mi casa preocupada por mí, no he podido evitar perderme en ellos.
No me gusta el café, pero, tal vez, ahora me esté volviendo adicto a él.
—Es el primer ocho que tengo y se siente tan bien —admito algo apenado, pero a la vez orgulloso de mí mismo.
Kate abre la boca dispuesta a decir algo, pero un par de chicas que pasan a nuestro lado la interrumpen.
—Al parecer es cierto —dice una morena, mirando a su amiga castaña—, ¿quién diría que la perfecta Kate Baker sería así?
—Me lo podría haber esperado de cualquiera, menos de ella —asegura la castaña, mirando mal a Kate al pasar a nuestro lado.
Kate baja la vista al suelo sin decir nada, mientras que yo frunzo el ceño totalmente confundido viendo como esas chicas se alejan de nosotros.
Vuelvo a verla, pero ella no levanta la vista del suelo.
—¿Qué fue eso? —cuestiono, señalando a las chicas con mi dedo pulgar y sin dejar de verla.
—Nada, no le tomes importancia —responde en voz baja, aun sin animarse a verme.
—Si sabes que de todas formas me voy a enterar, ¿no? —inquiero y noto como me mira de reojo—. Es decir, no seré un as para el chisme, pero tarde o temprano llegarán a mis oídos.
Kate inhala hondo antes de levantar la cabeza y mirarme fijamente a los ojos. Ya no hay felicidad o emoción en ellos y eso hace que se me estruje el corazón.
Desde el día que la vi llorando desconsoladamente en su auto después de aquella fiesta, algo en mí quiere protegerla de todo y todos, incluso de ella misma.
—Es por aquella foto, en donde tú y yo... Ya sabes —menciona y asiento con la cabeza, aunque sigo confundido, porque creí que no la molestaban por eso ya que ahora hay otro chisme circulando—. Bueno, entonces Luca desde eso se ha dedicado a decir que... —Suspira, harta de la situación—. Que encontró mensajes y, bueno, básicamente que hace bastante tiempo que le soy infiel contigo, pero eso no es cierto, obviamente.
—¿Puedo hacer algo?
—Al menos que puedas hacer que toda la escuela vuelva a quererme... I don't think so, boy —responde, haciendo una pequeña mueca en un intento de sonrisa—. Es irónico que te cueste tanto armar una buena reputación y sea tan fácil, como decir un par de palabras, perderla. Pero bueno, me lo merecía, supongo. —Suspira, mirando un punto fijo en mi camiseta, para luego sacudir su cabeza y volver a verme a los ojos con una sonrisa medianamente real en su rostro—. Pero bueno, aquí lo importante es que te quedan tres exámenes más para no ir a la escuela de verano, sumado a un par de trabajos prácticos que te darán en vez de el examen final.
Sonrío agradecido por su optimismo, pero sé que no es así.
—Tal vez para ti sea así, pero yo creo que también tendré que hacer los finales porque un par de buenas notas a esta altura del año no me servirán mucho si he reprobado desde inicios de clase —contesto, soltando una pequeña risa al ver su rostro de incredulidad.
—Tienes razón —comenta, sorprendiéndome que me dé la razón—. Pero sé que lo lograrás. Ya lograste uno, podrás con los demás —asegura, sonriéndome de esa forma que tienen las porristas para sonreír.
El timbre suena, avisando que debemos ir a la última clase del día y ambos nos vemos.
—Hola, Vitali —saludan ambas amigas porristas de Kate y yo les sonrío de manera amable—, felicidades —comenta una de ellas, la pelinegra, señalando el examen entre mis manos.
—Gracias —respondo amable y ella sonríe, si no estoy mal creo que se llama Devra—. Ahora, si me disculpan, señoritas, tengo una clase de historia a la cual asistir, porque planeo que estas notas —Alzo el examen—, continúen así. Nos vemos —saludo, guiñando un ojo a Kate, antes de girar sobre mis talones y comenzar a caminar hacia el instituto mientras guardo mi examen en la mochila.
Al pasar por los pasillos solamente se escucha el nombre de Kate Baker siendo una -palabra del chisme de boca en boca- perra total.
Debo inhalar un poco al sentirme muy enfadado de repente, pero lo que dice Kate es cierto, no puedo hacer mucho.
Además, ¿por qué sólo el nombre de Kate está en boca de todos si supuestamente ella lo engañó conmigo? Es decir, teóricamente yo también soy una mala persona por "meterme" en una relación. ¿Por qué la "perra" sólo es ella?
Sociedad de mierda.
Bufo aún más molesto que antes y cuando creí que al llegar al salón ya estaría más calmado, resulta que no es así.
—¿Dime de qué forma la cogiste para que te eligiera a ti por encima de mí? De todas formas te va a dejar, porque ambos sabemos que esa puta no hay nada que la satisfaga.
Me detengo en seco en el mismo momento que sus estúpidos amigos ríen ante las grandes palabras de Luca D'Alessandro.
Giro sobre mis talones y me acerco hasta él, sin importarme un cacahuete mi muñeca enyesada, o que recién se me esté yendo del todo el morado del ojo.
—A Kate la respetas —ordeno, apuntándolo con mi dedo, a tan solo dos pasos de distancia de él.
—¿Por qué? Ni que se lo mereciera —asegura, manteniendo mi mirada—, y no tienes idea de cuanto me alegra que toda la escuela al fin se dé cuenta de lo que realmente es y no la estúpida perfecta que quiere aparentar.
Antes de que pueda hacer algo que luego me perjudique no sólo físicamente, sino también de manera académica, llega alguien que me abraza por lo hombros para impedir que lo haga.
—Vamos, amigo, D'Alessandro no lo vale —asegura Axel, empujándome con su cuerpo para hacerme caminar lejos de Luca.
—¿Con miedo, Vescovi? —provoca Luca atrás nuestro, alzando un mínimo su voz para que lo escuchemos aún cuando estamos alejándonos de él.
—Te parto la cara como el martes cuando yo quiera, pero estas de suerte porque hoy no tengo ganas ni de ver tu patético rostro —responde Axel sin girar a verlo, pero al igual que Luca, alzando un poco su tono de voz para ser escuchado.
Cuando nos encontramos a una distancia prudente de Luca, Axel se aleja de mí y yo lo miro incrédulo.
—Mira que yo no soy de pelear y lo sabes —empiezo a decir, obteniendo toda su atención, aunque no dejamos de caminar—, ¿pero por qué no me dejaste intentar esta vez sí romperle la cara por charlatán y basura? Estaba diciendo cosas horribles de Kate, y si supieras lo que le ha enviado por mensaje... —dejo la frase al aire, puesto que de solo acordarme de todos los mensajes que le envió para terminar con su relación, hace que se me inflame la vena del cuello de puro enojo.
Recordar que puta fue la palabra más "amable" que usó en todos esos mensajes dirigidos a ella, hace que me duela el estómago, de hecho, esa noche no cené por pensar en eso. Por empezar ¿qué cobarde te termina por mensaje? y por acabar ¿qué cobarde te insulta en los más de diez mensajes que te envía? Imbécil le queda corto para describir la clase de persona que es Luca.
Miro a Axel, notando que tiene una una ceja elevada, observándome algo divertido.
—¿Qué? Somos amigos... Creo —aseguro y ahora alza la otra ceja, mirándome no solo divertido, también burlón y algo incrédulo—. Si estas creyendo las babosadas que dice Luca sobre Kate y yo, déjame decirte que es todo mentira.
—Lo sé, conozco a Kate, es mi amiga —contesta con seguridad, logrando tranquilizarme de que sí hayan personas del lado de Kate en todo esto—, ni se te ocurra decirle que dije que somos amigos, porque nuestra relación es más complicada que eso —advierte, haciéndome reír por lo bajo, ya que los he escuchado varias veces pelear por eso—. Pero, volviendo a lo de romperle la cara a Luca..., ¿qué? ¿No te bastó con lo del martes? ¿Sigues con la idea de pelear con una sola mano? —inquiere, apuntando mi yeso con su mentón y yo giro los ojos—. Te juro que si por mi fuera, golpearía a Luca por el sólo hecho de que respira, pero eso no le gustaría a mi mami, así que... —Río por lo bajo, mientras niego con la cabeza—. Sólo ignóralo, y si quieres hacer algo beneficioso por Kate, niega el chisme que se está corriendo, que además de que varios te quieren, admiran e idolatran, lamentablemente creerán más en tus palabras que en las de ella, y sobre todo también porque es todo lo que puedes hacer, si es que realmente quieres ayudarla, claro.
Sin decir más nada, sonríe de lado a la vez que palmea mi hombro levemente y comienza a caminar hacia su siguiente clase.
Suelto un suspiro, sabiendo que tiene razón y me propongo a cortar con ese rumor por toda esta semana.
----***----
Salgo del instituto y me encuentro con Liam y Joe, colocándose los cascos. Al parecer Liam lo va a llevar a Joe hasta su casa en su motocicleta.
—¡Aquí viene el campeón! —exclama Joe con el casco ya puesto y viéndome divertido.
—¿De qué hablas? —inquiero confundido, para después mirar a Liam—. ¿De qué habla?
Liam se encoge de hombros y me da la típica mirada de "es Joe, nunca sé de qué habla".
—De ti y Kate —responde Joe, llamando nuestra atención—, de ustedes... —Hace movimientos con su cadera algo penosos, haciendo que lo mire asqueado por su actitud.
Golpeo el casco, ya que no puedo hacerlo directamente con su cabeza y lo miro mal.
—Correctivo —digo después del golpe—. No seas imbécil, Joe, entre Kate y yo no pasó, no pasa, ni pasará nada, somos solo dos personas que están comenzando a ser amigos y ya, así que deja de decir estupideces que con yeso y todo puedo hacer que te arrepientas.
—Tranquilo, fiera —responde Joe entre risas, alzando sus manos hasta la altura de su rostro en son de paz—, que sé que no podrías hacerlo de todas formas.
—Y Kate tampoco —aseguro, mirándolo a los ojos.
No sé exactamente a qué se habrá referido con qué no podría hacerlo, pero espero que haya entendido que con lo que dije me refiero a que Kate no es una infiel.
No digo que pondría las manos en el fuego por ella, porque recién la estoy conociendo, pero sé que no es de ese tipo de personas.
El beso fue una total traición hacia su relación, sí, pero mantengo firme la idea de que ella no quería que eso ocurriera. Fui yo. Si alguien debería ser culpado y señalado en los pasillos, soy yo.
—¡Boy! —Los tres giramos a ver quien me llama. Aunque más bien yo siento que alguien me llama debido a ese apodo/palabra, ellos miraron por curiosos—. ¡¿Te llevo?! —inquiere Kate, moviendo las llaves de su auto para que las vea.
Asiento con la cabeza para que me vea, antes de girar a ver a los chicos.
Liam me mira divertido con una ceja alzada, mientras que Joe lo hace de manera más juiciosa.
—No es lo que piensan —afirmo, antes de que caminar en dirección a Kate.
Debido a que me fracturé en miles de pedazos la muñeca, mi mamá me quitó el skate, y no me gusta caminar, así que si Kate se ofrece en llevarme, aprovecharé la oportunidad.
Llego hasta ella y me indica con un movimiento de cabeza que suba a su hermoso descapotable y eso hago.
Una vez los dos adentro, enciende el motor a la vez que baja el techo, para hacerlo oficialmente un descapotable.
—¿No te molesta lo que vayan a decir de nosotros? —inquiero, recordando los rumores y dándome cuenta que pueden intensificarse con esto—. ¿Sabes? No quiero perjudicarte más, mejor iré caminando.
—Ay boy, no seas bobito, please —pide, mirándose por el pequeño espejo que trae consigo, arreglándose el flequillo—, es decir, agradezco tu buena intención, pero después de llorar tanto y rogar porque me crean que yo no soy así, pues... —Suspira con rendición, mirando su reflejo en el espejo una última vez antes de guardarlo en la guantera del auto y girar a verme—. Anyway, la gente siempre creerá lo que quiera creer y si quieren creer que nos estamos acostando, que lo hagan, la verdad es que ya me tiene sin cuidado y cuando alguien tenga la valentía de preguntarme... Sorry, me corrijo, de juzgarme en la cara del por qué lo hice, en vez de darme la oportunidad de defenderme para decirles que no fui yo la única infiel en la relación, quizá también les diría que al menos contigo no finjo porque tú sí me haces pasarla bien —afirma, haciendo que me ahogue con mi propia baba, logrando preocuparla y que deba golpear mi espalda para intentar calmar mi tos—. So, no pienso hacerme mala sangre por cosas así —menciona, elevando un hombro para restarle importancia al asunto, a la vez que se pone sus lentes de sol con forma de corazón—. May everything flow and good vibes always, boy.
Decido no decir nada y no porque no quiera, sino porque realmente no sé qué decir y ella tampoco vuelve a decir nada, pero supongo que es porque está concentrada en sacar correctamente su auto del estacionamiento del instituto.
La verdad es que no sé si creerle que realmente no le importa nada de esto, cuando desde el inicio de nuestra relación me ha recalcado que su reputación es lo más importante para ella. No sé si es una fachada o realmente lo piensa, pero no pienso preguntárselo. Si me dijo eso, es porque quiere que lo crea y lo voy a respetar.
Una vez que salimos del instituto, enciende el estéreo sin dejar de mirar hacia adelante. La verdad es que Kate es una buena conductora. Te sientes seguro con ella al volante.
Inmediatamente comienza a sonar una canción de One Direction y ella comienza a tararear la introducción muy animada y sonrío de lado al verla de esta forma.
—You don't understand, you don't understand, what you do to me when you hold his hand —canta mientras mueve su cabeza al compás de la canción.
La verdad es que creía que ella no es de las que cantan su canción favorita delante de las personas. Si bien no sé si esta es su canción favorita o no, pero sí sé que ellos son su banda favorita, aunque ya estén separados.
—Vamos, boy, canta conmigo —pide, mientras vuelve a cantar—: We are on fire.
—No me la sé —miento, sin dejar de verla divertido y, no lo voy a negar, algo fascinado también.
La verdad es que sé varias canciones de One Direction, aunque Big Time Rush sea mi banda favorita -la cual también esta separada-, no quita el hecho de que 1D tenga buenas canciones y muy pegadizas.
—Mientes con todos tus dientes, boy —asegura, riendo por lo bajo, moviendo la cabeza al compás de la música, pero sin apartar en ningún momento la vista de la calle—. Anda, te la sabes and i know, you know, we know que quieres cantarla conmi... We're on fire now —canta antes de poder terminar su oración.
Inhalo hondo, para luego...
—I don't care what people say when we're together. You know —Nos señalamos con el dedo índice siguiendo lo que dice la canción— I wanna be the one to hold you when you sleep, I just want it to be you and I forever. I know you wanna leave, so c'mon baby be with me so happily —cantamos ambos, o más bien, gritamos esa parte de la canción entre risas, pero con mucho sentimiento.
La verdad es que es divertido.
Todo el camino a casa continuamos igual, cantando canciones básicamente a los gritos y riendo por lo mal que lo hacemos. Bueno, yo lo hago mal, ella no.
Me despido de Kate antes de bajar del auto e ingreso a mi casa, notando como ella prende viaje hasta la suya.
Dejo la mochila en la entrada después de sacar mi evaluación y camino hasta la cocina, donde se encuentra mi mamá cocinando para la cena y Dustin intentando robarle pequeños pedazos de zanahoria.
—Hola —saludo, llamando la atención de ambos.
—Hola, hijo —saluda mi mamá de manera cariñosa, mientras que mi hermano mueve su cabeza a modo de saludo—, ¿y esa sonrisota que te cargas? —cuestiona y no es hasta que lo dice, que me doy cuenta que me encuentro sonriendo.
—Tiene nombre y apellido —se apresura a decir Dustin, antes de que yo pueda hablar—. Kate Baker, ¿verdad, hermanito?
—Correctivo —digo, mientras le doy un zape en la cabeza haciendo que se queje—. No, no es nada de eso y ya lo he dicho miles de veces, Kate y yo sólo somos amigos.
—Hace un par de semanas asegurabas que era una mimada fresita insufrible —me recuerda Dustin, comiendo un pedazo de zanahoria y viéndome divertido.
—Sí, es una fresita, pero ya no creo que sea insufrible o mimada —admito, encogiéndome de hombros—, además, eso no tiene nada que ver con mi sonrisa —aseguro, relamiendo mis labios, acción que hago cuando miento.
—Sí, claro —responde Dustin de manera sarcástica, sin borrar su sonrisa burlona.
—Bueno ya, Dustin, deja que nos cuente el motivo de su sonrisa —interviene mi mamá, mirándome curiosa.
—Bien, primero que nada, ve quitando todas las buenas calificaciones de Dustin de la heladera —comento, haciendo que ambos frunzan el ceño confundidos—, tienes que ir haciendo lugar para mí.
—Mi mami no haría eso —asegura Dustin, mirándome de mala manera.
—Tarán —canturreo, enseñándoles mi examen con mi perfecto ocho sobre la esquina de la hoja.
Mi mamá chilla de felicidad y me arrebata la hoja de entre mis manos, para mirarlo fijamente.
—¿Es de verdad? —inquiere, levantando la vista hacia mi dirección, haciendo que abra la boca y lleve una mano a mi pecho, totalmente ofendido.
—¿A quién crees que tienes por hijo? —cuestiono y mi mamá eleva una ceja, haciendo que sonría inocente—. Sí, es real. Los profesores dicen que si sigo así, no iré a la escuela de verano —informo, logrando que mi mamá sonría aún más feliz—. Anda mami, tira toda esa porquería de la heladera y pon mi examen —pido, señalando las buenas calificaciones de Dustin.
—Ella sería incapaz de hacerlo, ¿o no, ma? —cuestiona mi hermano, mirándome desafiante, y al no obtener una respuesta por parte de nuestra madre, gira a verla temerario—. ¿Verdad, mami?
Mi mamá sonríe con algo de maldad, antes de poner sus manos sobre la puerta del refrigerador y sacar las tres evaluaciones de Dustin de un solo tirón, sin dejar de sonreír de esa manera mientras recoge los imanes con forma de fruta del suelo, para luego colgar mi examen allí.
Dustin abre su boca de par en par, para luego girar a verme a la vez que hace una mueca.
—Pues sí fue capaz —comenta, haciendo que ría por lo bajo, mientras que él levanta sus exámenes del suelo y solito los vuelve a colocar en la heladera.
Mi mamá ríe por lo bajo, a la vez que vuelve a cortar verdura.
—Deberíamos invitar a cenar un día de estos a Kate, para agradecerle por esto —asegura, señalando el examen con el cuchillo—. Porque si bien tú conseguiste esa buena nota, también fue con ayuda de Kate y hay que agradecérselo.
Asiento con la cabeza a la vez que hago una mueca.
—Me parece buena idea —respondo, robándole una rodaja de tomate para ponerle un poco de sal y comerlo.
—Y obviamente si, si ya ansías presentarla a la familia como tu novia —menciona Dustin, sonriendo divertido y burlón.
—Que no es mi novia —repito, un poco cansado de que siga con lo mismo.
—Kate y Gael se fueron a pasear, se subieron a un árbol y se dieron besitos mua, mua, mua... —canturrea, pero no termina de hacerlo, que ya me encuentro persiguiéndolo por la casa, mientras que nuestra madre nos grita que no corramos.
✨Kate✨
—Ya estoy aquí, ¿qué pasa?
Inhalo hondo, sintiéndome bastante nerviosa, puesto que yo tampoco sé qué es lo que pasa o por qué mi hermana nos reunió a Riley a mí.
—Pasa que ustedes dos son unas tontas —asegura Melchu, mi hermana, frente a nosotras con los brazos cruzados, mirándonos de mala forma—. Son mejores amigas, chicas, ¿en serio se van a pelear por un chico? Sean inteligentes. ¿No se dan cuenta que eso es lo que el imbécil de Luca ha querido desde que empezó a salir con Kate?
Frunzo la nariz al escuchar como le dijo, y no porque me haya molestado o algo parecido, sino porque quizá debí prestarle más a atención a estos detalles, como que ningún miembro de mi familia lo quería, por ejemplo.
—No lo sé, pregúntaselo a tu hermana, que después de todo lo eligió por encima de mí —responde Riley con un tono de voz bastante a la ofensiva.
—No —me apresuro a decir, girando a verla molesta—. Jamás puse a Luca por encima de ti, solo te dije que no me había parecido una buena idea golpearlo, eso es todo.
—¿Golpeaste a Luca? —inquiere Melchu, mirando sorprendida a la pelinegra que se encuentra a mi lado, sentada en el sofá.
—Se lo merecía hace mucho —asegura Riley, encogiéndose de hombros, antes de girar a verme—. Pero te enojaste conmigo.
—¿Y qué? ¿Me vas a decir que tú no te enojaste conmigo? —cuestiono, sin apartar mis ojos de los suyos—. ¿Me estás diciendo que no debería haberme enojado luego de que me llamaras tonta y no sé que más? ¿Qué esperabas? ¿Que te dijera "ay sí, chinis, tienes toda la razón del mundo, soy re tonta"? Pues no.
—No, no quería que me dijeras eso, pero tampoco quería que te pongas de su lado, Kate —admite, y puedo ver como sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas—. No sabes lo feo que sentí creyendo que había cometido un error, y que, por culpa de esa tontera estaba perdiendo a mi mejor amiga, y luego sentí aun peor de darme cuenta que lo estabas eligiendo a él.
—Yo jamás he elegido a Luca por encima de ti, Riley —afirmo, sin apartar mis ojos de los suyos, esperando a que me crea, porque cada palabra es cierta—. Jamás nadie podría ocupar tu lugar. Además, ¿pensaste en algún momento en cómo me sentí yo en ese preciso instante? —inquiero, siendo ahora yo quien siente los ojos picar debido a las lágrima—. Recién había salido de una situación tensa, en donde creí que Axel golpearía a Luca, para luego de eso, ser gritoneada y humillada por él, como para que después llegues tú a hacer lo mismo —menciono, lamiendo mi labio inferior que ha comenzado a temblar, impidiendo que hable con normalidad—. Me sentí tan tonta en el momento que me llamaste así, que no supe que hacer, Riley, no sabía como defenderme, porque era la primera vez que debía defenderme de ti.
—Y yo era la primera vez que me sentía reemplazada por ti —confiesa Riley, sin poder retener las lágrimas como yo—. Puedo ser reemplazada por todo el mundo, no interesa, pero jamás creí que serías tú quien me haga sentir así también.
Ambas nos dedicamos a observarnos a los ojos, sollozando, sin animarnos a hacer algo más.
Escuchamos como mi hermana suelta un suspiro, para luego empujarnos a ambas, haciendo que nos abracemos y nuestro sollozo se profundiza.
—Ahora pídanse disculpas —ordena Melanie, alejándose de nosotras para darnos privacidad en el abrazo—. A veces, sin querer, las personas lastiman a quienes aman, y eso es lo que les pasó a ambas. Se lastimaron sin querer. Así que, pídanse perdón y vuelvan a ser las amigas de siempre, porque ya estoy cansada de la Kate melancólica, y de tus mensajes, Riley, preguntándome como está ella.
Sin decir más, se aleja de nosotras y lo sé porque escucho sus pasos dirigiéndose hacia la cocina, pero no me interesa mucho eso. Ahora me centro únicamente en abrazar a mi mejor amiga y permitirle reparar mi corazón, mientras que yo intento hacer lo mismo con ella.
A veces, sin saberlo, el corazón empieza a repararse gracias a un cálido abrazo sincero.
—Perdón, rojita —habla Riley, sin alejarse de mí—. Perdón por haberte hecho sentir así, de verdad, perdóname.
—No, perdóname tú por hacerte creer que Luca era más importante para mí que nuestra amistad —respondo, abrazándola con más fuerza—. Por no hacerte sentir que tú, para mí, jamás serías reemplazable.
Nos separamos, para luego secar las lágrimas de la otra, logrando hacernos reír por lo bajo, debido a que eso solemos hacer cada que lloramos juntas por algún motivo.
—¿Estamos bien? —cuestiono, temeraria a que me diga que no, pero siento alivio en cuanto la veo asentir con la cabeza.
—Estamos bien.
Antes de que alguna pueda decir algo más, mi celular comienza a sonar avisándome que es una llamada. En cuanto veo quién es, frunzo el ceño extrañada, pero no dudo en responder.
En el momento que llevo el celular a mi oreja, me quedo paralizada por lo que la otra persona me está diciendo al otro lado antes de colgar.
—Kate —habla Riley, mirándome preocupada, mientras que yo intento procesar lo que acaban de decirme—. Kate, ¿qué pasó? ¿Quién era?
—Lauren —respondo de manera monótona, aun sin salir del todo de mi transe—, la madre de Luca.
—¿Y qué quería esa señora? —inquiere, frunciendo el ceño extrañada.
—Luca está en el hospital —respondo, ahora sí volviendo en sí, mirándola alarmada—. Negris, tengo que ir, porque me llamó llorando y yo...
—Sí, está bien —dice, agarrando mi mano para tranquilizarme—. Te voy a acompañar, así que vamos.
Sin más, Riley se dedica a pedir un uber para ambas, asegurando que no puedo conducir en el estado en el que estoy, y le pedí que no le dijera a Melany a dónde iremos, puesto a que no me dejaría ir, diciendo que para qué quiero ir a ver a Luca luego de cómo me trató, y sé que quizá, solo quizá, tendría razón, pero no estaría tranquila si no fuera. Necesito saber que está bien.
Luego de media hora, llegamos al hospital junto a Riley y después de que preguntáramos por Luca en recepción y nos dijeran que entró al quirófano de urgencia, corremos hacia esa zona del hospital.
Al llegar, diviso a Alan y Lauren sentados las sillas de espera, realmente preocupados.
No llego a decir nada que Lauren nota mi llegada y se levanta de su asiento, haciendo que ahora Alan también note nuestra presencia.
Abro la boca dispuesta a preguntar qué pasó, pero el sonido sordo y ardor en mi mejilla evita que pueda hacerlo. Llevo una mano hacia mi mejilla, la cual, acaba de ser abofeteada por la madre de Luca, quien me mira más que furiosa.
—¡Todo esto tu culpa! —exclama eufórica, agarrándome por los hombros y comenzando a zarandearme—. Mi hijo se sintió mal después de verte irte con otro tipejo, después de que lo dejaras, ¡todo esto es tu culpa! ¡Mi bebé está siendo operado de urgencias por tu maldita culpa! —grita, sin dejar de hacer presión en mis brazos.
Alan intenta alejarla de mí, al igual que Riley, pero ella se aferra tanto que puedo sentir como clava sus uñas en mi piel, logrando lastimarme, pero del shock no llega a dolerme ahora.
—Si a mi hijo le llega a ocurrir algo ahí adentro, te juro que desearías haber tomado su lugar —amenaza Lauren, mirándome con mucho odio y rencor, logrando erizar mi piel.
————🍓🛹————
¡Hola, hola! ¿Cómo están?
A) Por qué creen que están operando a Luca?
B) Le creen a Gael cuando dice "solo como amigos" cada que se refiere a Kate?
C) Se fracturaron alguna vez? Si la respuesta es si, qué parte del cuerpo?
Duerman bonito, tomen agua, coman bien y recuerden que los amo y que su salud mental y física está sobre toda cosa y/o persona💜
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