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011.

✨Gael✨

Miro la pantalla de mi celular, exactamente mi chat vacío de Instagram con Kate, pensando sobre si enviarle o no un mensaje para preguntarle cómo está, ya que estoy preocupado por ella desde esta mañana.

Al llegar hasta donde entrenan las porristas, no la encontré por ningún lado y sus amigas, con las que siempre está, me dijeron que se retiró del entrenamiento y ya se había ido a su casa.

Por sus expresiones, supe que Kate en definitiva no se encontraba bien y, lo que ya suponía, ya había visto la méndiga foto.

Pensé en ir hasta su casa, pero no lo sentí bien puesto que no creo que seamos amigos como para poder hacer eso, y si lo pienso más a profundidad, hasta creo que sería extraño que llegue de la nada para preguntarle cómo está, pero, si lo pienso aun más, ¿un mensaje sería igual de extraño?

Ahora que estoy pensando, me doy cuenta que llevo tratando con Kate hace ya casi un mes completo y, encima de que es mi tutora, no tengo su número, de hecho, hace un par de días no más es que comenzamos a seguirnos en Instagram, y eso es porque no tengo Twitter, ya que no le entiendo.

—Basta, Gael, es solo un mensaje, no es como si tendrías que elegir entre ser millonario toda tu vida sin mover un solo dedo y la paz mundial —me digo a mi mismo, acomodándome mejor en mi cama, para luego soltar un suspiro—. Tú puedes, es fácil.

Inhalo hondo nuevamente y, no sé por qué lo hago, pero cierro los ojos para mandar el siguiente mensaje:

Kein.Becil2:
Hoka

Dios, soy un imbécil.

Antes de que pueda siquiera corregir el mensaje o, en todo caso, anularlo para ahora sí enviarle un "hola" correcto, pasa algo que no creí que sucedería tan rápido: Kate me responde.

Katy.B:
No me digas que también voy a tener que enseñarte lengua, porque creo que con suerte podemos con matemáticas, geografía y química, boy.

Sonrío sin poder evitarlo, para luego morder mi labio inferior antes de responderle.

Kein.Becil2:
Me sorprende que creas que solo son esas tres asignaturas en las que voy mal.

No sé si es que eres despistada o me tienes demasiada fe, como para creer que no estoy tan mal en el instituto.

Spoiler: No desapruebo el receso porque para ese soy buenísimo.

Katy.B:
¿Se vale decir ambas?

Vale, ahora debemos concentrarnos solamente en las que te podrían enviar a la escuela de verano. Ya el próximo año nos centraremos bien en todas las demás materias, para que así te puedan dar un beca en alguna universidad.

Me quedo leyendo el mensaje una y otra vez, sobre todo la pregunta. 

Frunzo el ceño de manera desconfiada y, sin pensarlo bien, decido sacarme la duda.

Kein.Becil2:
¿Es cierto?

Katy.B:
Si no me especificas el qué, no sabría decirte si sí o no, boy.

Kein.Becil2:
¿Se vale decir ambas? // Esto.

¿Es cierto?

Katy.B:
¿Lo de que soy despistada y tengo demasiada fe en ti? Sí, ¿por qué?

Bueno, aunque tan despistada siento que no soy, pero cada quien.

Kein.Becil2:
No, ¿por qué tú? ¿Por qué tienes fe en mí? ¿Por qué crees que lo voy a lograr, fresita?

Katy.B:
¿Por qué no lo creería? No entiendo.

¿Qué pasa, boy?

Inhalo hondo, dándome cuenta que estoy mostrando demasiado y niego con la cabeza para ahuyentar todos estos pensamientos de mi cabeza.

No puedo decirle que es porque, quizá, nadie además de mis padres -sobre todo mi mamá- me ha dicho que tiene fe de que yo pueda lograr algo.

Mis amigos sé que creen en mí, pero es distinto, porque a veces uno necesita escuchar que creen en ti, porque a veces a ti se te va esa confianza y empiezas a preguntarte si realmente vale la pena lo que haces, si llegaras a algún lado si continúas caminando.

Dicen que las acciones valen más que las palabras, y es verdad en cierta medida, pero a veces necesitas escucharlo para confirmar que no estás loco malinterpretando esas señales.

Y acabo de descubrir que yo, en definitiva, necesitaba esas palabras.

Inhalo hondo, aun mirando nuestro chat ahora no vacío, para luego comprender que esta no es la charla que deberíamos estar teniendo.

Kein.Becil2:
Fresita, tenemos que hablar de lo ocurrido de hoy. En realidad, yo tengo que hablar.

Quiero empezar con pedirte disculpas, sé que besarte así, de la nada, no estuvo nada bien. Dejé el consentimiento botado en algún lado y eso me parece que estuvo muy mal de mi parte.

Muerdo la uña de mi dedo pulgar, esperando a que me diga algo, que tengo razón y soy un imbécil, tal y como lo dice mi username, o que le gustó el beso, o que pase directamente a hablarme sobre la foto porque yo no sé cómo saltar a ese tema.

Luego de algunos cuantos minutos, quizá unos cinco para ser más exactos, aunque no es como si los estuviera contando pero, son cinco minutos exactos en los que Kate no me ha respondido nada, y sé que lo ha leído porque me dejó en visto.

Seis. Seis minutos ya.

Kein.Becil2:
¿Fresita?

Capaz y se durmió. Aunque, ¿quién se duerme a las diez de la noche? Si lo pienso bien, creo que no me sorprendería que ella lo haga.

El corazón comienza a latirme de manera rápida cuando veo que está escribiendo, para luego sentir como se detiene varios segundos y, de nuevo, late de manera desenfrenada.

Dios, como Kate no envíe ya ese mensaje, a mi ahora me va a dar algo al corazón.

Katy.B:
Si no estoy mal, tienes un trabajo práctico que entregar mañana, ¿ya lo hiciste? Y si no, ve a hacerlo, no desaproveches la oportunidad de subir puntos con ese trabajo.

Hasta mañana, boy.

Me quedo leyendo su mensaje una y otra vez, sin saber si debo responderle o no. Si debo dejarle pasar por alto esta huida, o no.

Inhalo hondo y le respondo que duerma bien, para luego levantarme de la cama y agarro la mochila que la dejé esta mañana en el suelo. Me dispongo a sacar las cosas correspondientes para empezar a hacer ese trabajo práctico.

Tal vez decida dejarlo pasar ahora, porque quizá prefiera hablarlo bien mañana, cara a cara, o como diría ella «face to face».

---***---

—Gael, espera —dice Liam, intentando impedir que vaya a buscar a Kate.

Intenté hablar con ella toda la mañana para disculparme correctamente por lo del beso, ya que, sorpresivamente, no ha ocurrido nada con respecto a esa foto. Nadie me dijo nada, aunque una que otra mirada llena de curiosidad recibí, pero de ahí en más no pasó nada. De todas formas, es como si Kate hubiera desaparecido, porque no pude encontrarla en todo el día.

Sé que vino al instituto porque Axel me dijo que la vio en clases y, Kendall, quien comparte historia con ella, también la ha visto.

—Tengo que aprovechar que hoy también tiene prácticas —respondo, sin dejar de caminar y sin girar a verlo.

—Déjalo así, si ella no quiere hablar de lo que sea que haya entre ustedes...

—No hay nada —aseguro, girándome a verlo fijamente a los ojos, haciendo que deba dejar de caminar de golpe para evitar chocarse conmigo—. Entre ella y yo no hay nada, solo fue un beso de esos que... —Me quedo callado, tratando de explicar por qué ocurrió ese beso, pero la verdad es que anoche no pude dormir intentando buscar esa respuesta—. En fin, solo fue un beso, que no debió ocurrir, pero nada más. 

Liam me mira con una ceja alzada, mientras asiente con la cabeza de manera lenta, mirándome de una forma que me hace creer que no me cree nada.

Antes de que pueda decir algo, alguien habla atrás de mí, interrumpiéndonos. 

—A ti te estaba buscando.

Miro por encima de mi hombro, notando que se trata de Luca, quien por cierto, no viene solo, sino que con cinco gorilas más que forman parte del equipo de fútbol americano. 

Vuelvo a ver a Liam, quien me mira con los ojos abiertos de par en par y yo me dedico a cerrar los míos para maldecirme.

Había olvidado el pequeño -gran- detalle de esta situación. Kate no es soltera, tiene novio y ese novio es Luca D'Alessandro. Mierda.

Inhalo hondo antes de abrir los ojos y girar sobre mis talones para enfrentarlo.

—Mira que es cierto lo que dicen, eh —digo, logrando confundir a todos ellos—. Ya sabes, esa frase de «Si me buscan, me encuentran».

Todos quedan viéndome como si fuera un estúpido y, lo soy, lo admito, pero es que los nervios me juegan siempre una mala pasada y ahora siento que me tiemblan hasta las nalgas.

Está más que claro que Luca no me vino a buscar con todos sus gorilas para charlar sobre por qué besé a Kate.

Ahora que caigo en cuenta de ese detalle, me preocupo el doble por ella por lo que este animal pudo llegar a hacerle.

¿Y si es por eso que Kate no quiere verme?

—No puedo creer que te hayas besado con mí novia —menciona Luca, haciendo énfasis en —. Pero por eso estoy aquí, vengo a asegurarme que nunca más sueñes así de alto, porque alguien como tú jamás tendría la suerte de salir con Kate, o que siquiera ella gire a verte con otros ojos. ¿No te das cuenta que si ella te habla es por pura pena? 

—A diferencia de ti, yo no pienso hablar por ella como si tuviera el derecho de creer que es lo que ella piensa, siente o quiere —aseguro, sin apartar mis ojos de los suyos—. Si le caigo bien o no, si me habla por pena o no, es nuestro problema, no tuyo. Lo admito, no debió ocurrir ese beso, y pido perdón por haber faltado el respeto a tu relación —digo de manera tranquila, tratando de decir las palabras correctas para evitara una nariz rota—. Ahora, si me disculpas, debo ir a pedirle disculpas a ella, que después de todo, el asunto fue con Kate, no contigo.

Doy un paso adelante al igual que él, pero antes de que pueda decir algo, Luca me empuja, haciendo que retroceda hasta chocar con el cuerpo de Liam, quien logra atraparme y estabilizarme.

—No vas a ningún lado y mucho menos a buscar a mí novia, imbécil —asegura Luca, mirándome realmente molesto.

De acuerdo, creo que haber dicho que me besé con su novia no fue la mejor decisión. Tal vez debí decirle que esa foto fue photoshop.

—Bueno, bueno, bueno, yo que tú le voy bajando dos niveles a tu actitud —interviene Liam, parándose delante de mí y enfrentando a Luca, quien eleva una ceja y lo mira burlón.

Ay amigo, que en paz descanses.

—Y si no quiero, ¿qué? —inquiere Luca, picando el hombro de mi amigo con intenciones de provocarlo.

—No, no más decía —responde Liam, dando un paso lejos del pelinegro—. Era un consejo para que no sufras de algo al corazón, porque no sé si sabías, pero enojarse mucho daña al corazón y bueno, era solo un consejo, para que no te mueras y así.

No golpeo mi frente con la mano debido a la estupidez que acaba de balbucear Liam, porque perfectamente podría haber sido yo.

Una cosa es enfrentar a Luca delante de todos los estudiantes, sabiendo que no armaría una pelea en la que pueda salir perjudicado él también, y otra muy distinta es hacerlo ya fuera del horario escolar, cuando solo quedan los que están en algún club o algo así.

Los rumores de Luca corren y ninguno es lindo. De hecho, circula el rumor de que un chico se suicidó por su culpa.

Lo peor es que él jamás, pero nunca, pelea solo. No le importa si son cuatro, cinco o incluso seis contra ti solo.

—Te voy a dar la oportunidad de que te vayas ahora —comenta Luca, mirando fijamente a mi castaño amigo—, porque me diste gracia y, la verdad, esto no es contigo, sino más bien con el imbécil de tu mejor amigo.

—Bueno, imbécil y todo igual se besó con tu novia —responde Liam con su típico tono de voz burlón, aquel que suele meterlo en problemas a veces, ya que lo usa antes de pensarlo bien.

Pellizco parte de su espalda en el mismo momento que Luca lo agarra del cuello de su sudadera, para acercarlo a él.

—¿Qué dijiste, idiota? —inquiere, sin soltar su agarre—. Anda, repítelo.

Luca alza su mano hecha puño, dispuesto a golpear a Liam en su bello rostro, cuando otra voz nos interrumpe.

—Suéltalo si no quieres que se repita lo del sábado, pedazo de mierda.

Giramos a ver de quién se trata, y podemos encontrarnos con Riley mirando enfurecida a Luca, y atrás de ella está Connor, quien la mira sorprendido.

Luca suelta a Liam de manera brusca, pero por suerte estoy yo atrás de él, así que logro atraparlo para evitar que se caiga.

Ambos nos dedicamos a observar como Riley comienza a caminar a paso lento hasta nosotros, con Connor siguiéndola, pero en ningún momento deja de observar a Luca.

De reojo veo a Liam suspirar y mirar a la pelinegra como todo un tonto enamorado, haciendo que me den ganas de burlarme de él, pero creo que no es momento para eso.

—Ow, pobrecitos —habla Luca con una irritante voz, mirándonos burlón—. Necesitan que una chica los defienda.

—Como a ti no te defiende ni tu mamá —menciono en voz baja, aunque claramente me escucharon, así que me aclaro la garganta, armándome de valor para luego añadir—: ¿Qué se siente no tener a nadie dispuesto a saltar por ti? Porque estos —Señalo a los gorilas detrás de él con el mentón, pero sin dejar de mirar a Luca—, solo están aquí por compromiso, no porque te quieran o sientan respeto siquiera.

—Mira que reconsideré no gastar mi tiempo en alguien tan mediocre como tú, por la fácil que tengo de novia...

Antes de que pueda continuar hablando, Riley y yo ya estamos agarrándolo de su chaqueta, cada uno de un lado. 

No sé qué pasó, ni siquiera me interesa el hecho de que solo tengo una mano buena, pero de solo escuchar como se refiere a Kate logró enojarme de una manera que no conocía en mí.

—¿Qué? ¿Van a golpearme entre los dos? —inquiere Luca burlón, mirándonos a Riley y a mí, mientras alza una ceja.

—¿Qué pasa aquí?

Sin soltar a Luca, giro a ver a la persona que habló y me encuentro con Axel y Nacho, mirándonos extrañados.

Como no respondo, Ax camina hasta donde estamos y nos obliga a Riley y a mí a soltar a Luca, para luego limpiarnos las manos con su camiseta.

—¿Pensabas golpearlo con solo una mano? —cuestiona Axel, mirándome como si fuera tonto, para luego bajar la vista a mi muñeca antes de volver a verme a los ojos.

—Genial, el que faltaba —habla Luca, impidiendo que pueda responder, haciendo que Ax gire los ojos aunque no se molesta en mirarlo—. Nadie te ha llamado aquí, así que puedes seguir tu camino junto a tu amiguito.

—Si te metes con uno de mis amigos, ya pasa a ser asunto mío —asegura el rubio frente a mí, girando de manera lenta para ver al pelinegro como si lo aburriera—, pero ni aunque te lo explique con dibujos entenderías lo que es tener amigos, porque primero tendría que explicarte que nadie te quiere.

—Vete si no quieres salir perjudicado, Vescovi —aconseja Luca, moviendo su cabeza en señal de que se vayan—. Esto es solo asunto mío y de este imbécil que se cree con derecho de besar a mi novia.

Axel me mira por encima de su hombro con las cejas levemente alzadas en un claro asombro, mientras se rasca la nariz de manera desinteresada.

—¿Y quién me va a perjudicar? ¿Tú? —inquiere, empujando el hombro de Luca con su dedo—. ¿O estos tarados? Dime, que me da intriga —pide, sin apartar su mirada del pelinegro y mucho menos sin apartarse ni un centímetro de él—. Sabes perfectamente que te rompo la cara a ti. —Vuelve a picar el hombro de Luca, logrando enfadarlo aun más—. A ti, a ti, a ti, a ti y, más que obvio que a ti también —asegura, señalando a cada uno de los jugadores de contextura gigante.

Creo que debería hacerme tratar, porque no es normal que sienta tanta admiración ahora mismo por Axel. Es como un héroe, dispuesto a defender a pobres almas en desgracias como yo, de un succionador de almas como Luca.

Como está más que claro que no nos salvaremos de una pelea, no me queda más que mentalizarme para esto. Darme ánimos.

«Vamos, Gael, hemos visto todas las películas de Kung Fu Panda, la uno, dos y tres, incluso el cortometraje. También te has visto la de Karate Kid 2010».

Vuelvo a prestar atención a todo este asunto, cuando Luca vuelve a hablar y escucho que la nombra a Kate.

—Podrás haberla besado una vez, pero quien se la coge soy yo.

Sin poder evitarlo, golpeo su mejilla con mi mano buena hecha un puño, logrando sorprender a todos, incluso a Ax, quien me mira asombrado, para luego levantar su pulgar.

¿En serio nadie le ha enseñado a no decir esas cosas sobre las mujeres? Dios, es un imbécil.

Por supuesto esto no iba a quedar así y, sin más, siento ardor y dolor correr por mi cara en cuanto recibe el puño de Luca.

---***---

—Ay mami, despacito, despacito —pido entre quejas, sintiendo como apoya la bolsa de verduras congeladas sobre mi ojo.

—Es que yo no te lo puedo creer, Gael —asegura mi mamá, realmente molesta, pero disminuyendo a la presión que hace sobre mi rostro—. Jamás has peleado, nunca, y ahora se te dio por meterte en una pelea con un brazo roto, ¿qué tienes en la cabeza? ¿Caca? Una semana falta para que te quiten ese maldito yeso, y vas y peleas, ¿quieres que tu muñeca no se recupere nunca más o qué?

—Mariel...

—Tú también te callas, Kendall —ordena mi mamá, dejándome la bolsa y levantándose de mi lado para mirarla enfurecida—. ¿Cómo es eso de que también te metiste a pelear? Mírate como estás, y tu también Nathalia, y ni hablar de ti, Riley —menciona, llevando sus manos a la cintura. La verdad es que no sé en qué momento esas dos salieron de su clase de teatro y estuvieron dentro de la pelea, solo sé que, cuando todo acabó, ellas estaban con el cabello desastroso, un par de moretones y sangre en sus cuerpos—. Todos ustedes no son unos bandoleros o como se les diga a esos chicos que viven en peleas, ni siquiera saben pelear, por el amor a Dios —nos regaña a todos mis amigos y a mí, haciendo que bajemos la cabeza apenados. Puedo escuchar a Dustin queriendo reírse. Mocoso inmundo—. Además, ¿son los amigos de Gael o no? ¿Cómo van a permitir que se meta en una pelea? 

—Justamente porque somos sus amigos, Mariel, no podíamos dejarlo pelear solo —habla Connor, con una bolsita de hielo encima de su cabeza.

—Por lo menos díganme que el otro tipo quedó igual de mal que ustedes o peor —pide, cruzándose de brazos.

Entre todos los miramos de reojo, tratando de recordar cómo quedó Luca o alguno de sus gorilas, pero...

—Es complicado —respondemos todos a unísono.

—Quedó regular —asegura Liam, asintiendo con la cabeza de manera lenta, bastante pensativo—, pero no por nosotros, y nosotros no estamos tan mal, pero de nuevo, no por nosotros.

—No entiendo —admite mi mamá, sin dejar de fruncir el ceño.

—Fue golpeado por un héroe —menciono con voz soñadora, recordando como Axel lo golpeaba.

—Y nosotros fuimos menos golpeado por el mismo héroe y su amigo, héroe también —asegura Liam, haciendo que todos asentamos con la cabeza, dándole la razón y recordando como Axel y Nacho se dedicaron a defendernos, mientras que ellos intentaban también defenderse a sí mismos.

Gracias a todos los Santos que ellos salían de detención, porque sino ahora mismo estaría en el hospital por alguna hemorragia.

A nosotros no más se nos ocurre pelear, cuando, en efecto y como dijo mi mami, no sabemos pelear porque jamás lo hemos hecho. A excepción de Riley, pero no sabíamos que ella sabía.

Antes de que alguien pueda decir algo más, suena el timbre de la casa y mi mamá no necesita más que darle una mirada a Dustin, haciéndole saber que debe ir a ver sin rechistar, para que él se levante del sofá y salga de la sala, para que así ella pueda seguir regañándonos.

✨Kate✨

Tengo el corazón al mil, esperando a ser atendida.

En cuanto terminaron las prácticas y me contaron sobre lo que Luca había hecho, no dude en venir a la casa del boy para asegurarme de que está bien. Pero ahora, después de haber tocado el timbre, creo que es una mala idea.

Pienso en volver a mi auto e irme, pero la puerta es abierta y un chico de baja estatura me mira con sus verdosos ojos de manera curiosa.

—¿Si? —inquiere, al ver que me he quedado callada—. ¿Buscas a alguien?

¿Me habré equivocado de casa?

Miro el número. 1306. Sí, este es el número de dirección. Estoy bien.

—Eh... ¿Gael Vitali vive aquí? —cuestiono de todas maneras, porque capaz y ya me he vuelto loca.

Entrecierra los ojos como si estuviera pensando en algo, para luego ver como una leve sonrisa burlona comienza a surgir de sus labios.

—Por casualidad... ¿Eres Kate? —pregunta y, en cuanto asiento con la cabeza algo extrañada, un brillo particular cruza por sus ojos, para luego hacerse a un lado—. Pasa, por favor. Mi hermano está en la sala, siendo regañado por mi mamá.

—¿Él está bien? —inquiero, sin animarme a moverme ni un centímetro. 

—Pasa, por favor, y averígualo por ti misma —pide, señalando el interior de su casa. Inhalo hondo e ingreso al hogar de Gael, me quedo quieta esperando que el chico cierre la puerta—. Por cierto, soy Dustin, hermano menor de José —menciona y lo miro curiosa, ¿así que ese es su segundo nombre?—. Vamos, es por aquí.

Decido seguir al chico, hasta que llegamos a una sala llena de personas golpeadas que me miran curiosos, incluso Mariel, quien se encuentra de pie en medio de esta, mostrándose molesta.

—Kate, cariño —habla la madre de Gael con cariño, para luego acercarse a mí y así saludarme con un abrazo maternal—, ¿cómo estás, preciosa? ¿Hoy tienes sesión de estudio con mi bebito?

Escucho a varios de los amigos de Gael intentar no reír, mientras que el susodicho tiene las mejillas encendidas en una leve color carmesí.

—Mamá —se queja Gael, agachando la cabeza con pena.

—Eh, no, señora —hablo algo aturdida de tener tantos ojos puestos en mí, y puedo ver a Mariel mirarme de una forma que me hace recordar que me pidió aquella vez en el hospital que la llamara por su nombre—. Vine a ver cómo estaba Gael, puesto que me enteré de la pelea.

Puedo sentir la mirada del boy en mí, pero no me animo a verlo. No puedo. Aún me siento bastante avergonzada por lo ocurrido de ayer, hasta hoy.

—¿Te puedes creer que se metió en una pelea? —inquiere, como si su hijo no estuviera presente—. Míralo. Mira como quedó su bello rostro —pide, señalándolo y no me queda más remedio que girar a verlo y me sorprendo al ver su ojo hinchado, su labio partido y el pómulo entre morado y rojizo. Jesús, María y José—. Encima no me quiere decir por qué se metió en una pelea.

Noto como Gael traga saliva bastante nervioso y yo me armo de valor para volver a ver a Mariel, antes de decir:

—Fue mi culpa, Mariel —aseguro, logrando sorprender a todos, incluso yo misma me sorprendo—. Se pelearon con mi novio, perdón, ex —me apresuro en corregirme, sintiendo como mi corazón se oprime al recordar ese detalle.

La sala queda en completo silencio, y me arrepiento en el alma el haber dicho eso.

Los segundos corren y nadie, pero de verdad nadie, se atreve a hacer algún ruido, ni siquiera escucho que respiren.

—¿Era necesario pelearte con el ex de Kate? —inquiere Mariel, cortando con el incomodísimo silencio, mirando fijamente a su hijo quien la mira apenado—. Dudo que vayas a gustarle o a impresionar a Kate peleándote por ahí con quien sabe quien, si te gusta, cariño, debes demostrárselo de otra manera, no siendo un cavernícola. 

Ahora sí sus amigos estallan en una sonora carcajada, mientras que yo puedo sentir mis mejillas arder a la vez que mantengo mis ojos abiertos de par en par.

—¡Mamá! —se queja Gael, totalmente sorprendido de que su propia madre haya dicho algo así.

Ambos se miran de una forma como si se estuvieran comunicando, para luego Mariel asentir con la cabeza de manera comprensible. 

—Está bien, andando todos, estos dos necesitan privacidad para hablar —ordena Mariel, aplaudiendo para que se levanten de sus asientos—. Vamos a la cocina, los voy a alimentar.

—¡Eres la mejor del mundo, Mariel! —exclaman los amigos de Gael, decidiendo seguirla hasta donde, supongo yo, es la cocina.

Lo único que puedo hacer es sonreír y sentir algo amargo en el pecho que sube hasta mi boca, al ver a la madre de Gael y sentir la calidez de su hogar.

La sala vuelve a quedar en silencio, pero, a diferencia de hace un momento, ahora solo nos encontramos Gael y yo en ella.

Decido tomar la iniciativa y camino hacia él, para luego sentarme en la mesa cafetera que hay delante del sofá en el que se encuentra, para quedar justo frente a él y poder verlo a la cara.

—Dios, mira como tienes ese ojo —comento totalmente apenada, agarrando la bolsa de verduras congeladas que hay a un lado de mí y se la coloco en el ojo, pero en cuanto se queja la separo—. Perdona, no fue mi intención —me apresuro a decir y niega con la cabeza de manera lenta.

—No, no, está bien, es la impresión del frío —asegura en voz calma, sin dejar de verme a los ojos.

Vuelvo a apoyar la bolsa en su rostro, pero esta vez con más cuidado que antes, tratando de no lastimarlo más de lo que ya está.

Siento su mirada en mí, pero yo solo puedo observar la bolsa, hasta que suelto un suspiro y decido volver a verlo, notando que realmente sus ojos son preciosos a esta distancia.

No se aprecian con claridad al estar lejos, puesto que sus ojos viven achinados por lo que se la pasa sonriendo, pero ahora así, a esta distancia de su rostro, puedo notar lo hermosos que son.

El izquierdo es verde, no sabría definir qué tipo de verde puesto que hay varias tonalidades con algunos destellos amarillentos, es realmente fascinante, aunque ahora mismo está morado alrededor debido al golpe. El derecho es de color azul, con ciertos destellos como celestes, aunque alrededor de la pupila es marrón.

Me obligo a salir de la ensoñación que yo misma me metí al observar sus ojos. Debo proseguir por el motivo que vine.

—Quería disculparme —admito sin apartar mis ojos de los suyos y puedo sentir su ceño fruncirse bajo mi mano, pero antes de que pueda hablar, continúo—: Luca no tenía por qué buscarte para pelear, no tenía por qué golpearte.

—No me importa —asegura, negando con la cabeza de manera lenta, tratando de no alejarme—. Esto no es nada, de verdad. —Sonríe como puede, pero inmediatamente se queja, haciendo que ría por lo bajo—. Pero aquí no importan estos golpes que se irán a los días, aquí lo que realmente importa es cómo estás tú.

Trago saliva, ya que he estado huyendo todo el día de él, para al final, ser yo quien lo busque.

—Si te soy sincera... —Me quedo callada por varios segundos, pensando bien mi respuesta—. No lo sé.

Vuelve a asentir con la cabeza de manera lenta, comprendiéndome.

—Es normal, fueron muchas cosas en un par de horas —comenta y sonrío, o eso intento, al darme cuenta que sí intenta comprenderme—. Lo de la foto...

—Estoy tratando de encontrar quién la subió —me apresuro en decir, notando como sus cejas se alzan sorprendido—. No sé de qué sirva, ni qué haga cuando encuentre al culpable, pero por el momento es lo que mantiene mi cabeza distraída —confieso, soltando un pequeño suspiro—. Aunque si lo pienso bien, supongo que es mi karma —menciono, logrando confundirlo—. Por serle infiel a Luca —explico, y parece comprenderlo.

—Sí bueno, no es como si tú hayas querido serlo, ¿sabes? —menciona, ahora sí alejando mi mano junto al hielo de él, para observarme bien, o lo mejor que puede. Aunque no lo diga en voz alta, aun no tengo respuesta del por qué le seguí el beso—. Fui yo quien te beso y, de verdad fresita, lo siento mucho por faltarte el respeto así, porque no me detuve a pensar si podía o no hacerlo, solo...

—No te disculpes —digo interrumpiéndolo y negando con la cabeza de manera lenta—. Después de todo, no lo hubieras hecho si yo no te habría provocado, ¿no? Así que, como siempre, fue culpa mía, boy, no tuya.

Se queda callado por varios segundos, mirándome directamente a los ojos y puedo notar como traga saliva antes de mirar mis labios, para luego parpadear y así volver su vista a la mía.

—De todas formas no estuvo bien —asegura y asiento con la cabeza, no dándole la razón, sino que no sé qué decirle para no romper esto.

La verdad es que no quería hablar del beso, por temor a que, de la vergüenza o algo parecido, dejáramos de tratarnos.

No pienso decirlo en voz alta, pero me alegra llevarme bien ahora con Gael. 

Ambos nos miramos por algunos segundos a los ojos, y puedo ver la duda en ellos, como si quisiera preguntarme algo, así que sonrío un poco de manera ladina.

What's up, boy? —inquiero con voz calma, sin apartar mi vista de su rostro lastimado.

Me siento realmente mal de que esté así y no sé cómo decírselo. Es mi culpa.

De todas formas, quizá, si jamás me hubiera relacionado con él, no hubiera ocurrido esto.

Solo traigo problemas a la vida de los demás.

—No es que sea chismoso —empieza a decir y alzo una ceja de manera juzgona, haciendo que relama su labio inferior de manera divertida, aunque se queja en el proceso, para luego añadir—: Bueno, solo un poco —cede, haciendo que ría por lo bajo, aunque mas parece un bufido que otra cosa—. La cosa es que, no te preguntaré lo que quiero preguntar por chismoso, sino porque realmente quiero saber la respuesta, ¿está bien? —inquiere, mirándome fijamente a los ojos para saber si entiendo lo que quiere decir, y no es hasta que asiento con la cabeza que continúa—. Si los golpes no hicieron que empezara a escuchar mal, hace un rato le dijiste a mi mamá que Luca ya no es tu novio, sino más bien tu ex —comenta algo apenado, como si no supiera como decirlo—. En fin, la cosa es... ¿Estás bien?

Abro la boca dispuesta a mentirle, decirle que si, pero nada sale por ella más que un suspiro y entonces decido volver a cerrarla.

No quiero mentirle, no después de como está y en el problema en el que lo metí, pero, tampoco es como si quisiera contarle la verdad.

Vuelvo a abrir un par de veces más la boca, al igual que la cierro esas mismas veces.

Hasta que me decido por negar con la cabeza de manera lenta.

Me sorprendo en cuanto siento su mano agarrar la mía, dándome un leve apretón, como si intentara transmitirme su apoyo de esta manera.

—¿Quieres hablar de eso? —cuestiona, sin soltar mi mano y sin apartar sus ojos de los míos.

Puedo sentir como traza pequeños círculos en el dorso de mi mano con su pulgar de manera inconsciente.

—La verdad es que, si bien la ruptura sucedió anoche, aún es muy reciente para mí, ¿sabes? —respondo, sin querer tampoco apartar mis ojos de los suyos—. Y aún no estoy lista.

Asiente con la viveza de manera lenta, comprendiendo mis palabras.

—Lo entiendo, pero, cuando lo estés y no sepas con quien charlarlo, mi chat o mis oídos están a tu completa disposición para que te desahogues ahí —asegura, volviendo a darme un apretón en la mano, para que sepa que habla en serio—. De todas formas, gracias por venir y por preocuparte por mí.

—Por favor, boy, fui tu más grande rival de las bromas, ¿qué clase de contrincante sería si no hubiera venido a verte y no me sentiría preocupada por ti? —bromeo para intentar aligerar un poco el ambiente, y lo consigo, porque me sonríe de una manera muy bonita, aunque es una sonrisa chica, porque le duele hacerlo.

No sé cuanto tiempo nos quedamos así, agarrados de la mano, mirándonos a los ojos y otorgándonos una leve, aunque muy genuina, sonrisa; pero es la primera vez que deseo que el momento no acabe rápido, porque me siento en calma desde lo sucedido de anoche.

Jamás en mi corta vida creería que Gael Vitali sería una persona que me generaría calma.

———🍓🛹———
¡Hola, hola! ¿Cómo están?

Levante la mano quien más esperaba que Axel le parta la cara a Luca ✋🏻 porque seamos sinceros, Gael no puede ajsjaj ta chiquito

¿Se meterían en una pelea por sus amigos o intentarían evitar que ese amigo pelee?

En una pelea son: Riley, Ax y Nacho (saben pelear) o son Gael, Liam, Connor, Kendall y Nathalia (no saben pelear)?

¿Qué creen que sucedió entre Kate y Luca?

Para Kate y para quien lo necesite:

Los amo 🫐❤

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