Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

003.

✨️Gael ✨️

—Mi mamá me regañó horrible por estar castigado de nuevo, pero a la vez siento que ya está... ¡Ataca ahí, Joe! —grito un poco desesperado, mientras intento matar a mi oponente en el juego online en el que estoy con mis amigos—. En fin, como decía, creo que ya está acostumbrada o algo así.

—Es que tú jamás tuviste que echarte la culpa por todos nosotros —asegura Kendall, para luego soltar un pequeño grito lleno de frustración al ser asesinada—. Mierda —murmura para sí misma—. Sabes que si confesábamos todos, Bolsoni no nos iba a castigar, o bueno, nos hubiera dado un castigo leve e insignificante —menciona, a la vez que se escucha como bebe algo de un sorbete.

—Jamás los delataría y lo sabes —respondo, rindiéndome en el juego al haber perdido—. No es posible que llevemos meses jugando a esto y jamás podamos ganarle a ese personaje —me quejo, sintiéndome derrotado.

—Algún día podremos ganarle a ese sujeto —nos anima Nat y sonrío al escucharla—. Por cierto, aunque la broma salió mal, quiero agradecerles por querer defenderme.

Todos le respondemos que eso no se agradece. Porque es cierto, eso es algo que haríamos por cualquiera.

—Igual me molesta que siga sin haber recibido su castigo —admito, haciendo que mi cabeza empiece a maquinar mil ideas—. Pero no te preocupes, ya lo hará.

—Oye, idiota —habla Liam por primera vez y muevo mi cabeza, por más que no me esté viendo.

—¿Qué pasa, mi amor? —contesto a modo de broma, haciendo que tanto Kendall como Nath nos molesten y yo río divertido ante eso.

—¿No estás castigado en tu casa? —inquiere Liam y asiento con la cabeza, aunque no me puede ver.

—Sí, ¿por?

—¿Eso no implica que no puedes usar tu computadora ni nada de tecnología? —pregunta nuevamente y, por idiotez quizás, vuelvo a asentir con la cabeza.

—Ajá, ¿y?

—Se refiere a ¿cómo carajos lograste entrar para jugar? —interviene Connor, ya sin nada de paciencia al ver que no estábamos llegando a ningún lado.

—Ah, es que mi mamá se fue al supermercado con Dustin y suelen tardar como tres horas... —Me callo en cuanto escucho un ruido desde la sala—, pero Dustin me iba...

—¡Mamá, llevaré esto a la cocina! —grita Dustin desde la entrada.

Ahí está su aviso.

—Chispas —murmuro, para luego desconectar la computadora y sacarme los audífonos lo más rápido posible.

Me levanto de la silla y corro hacia mi cuarto, cayéndome en el camino, pero logro llegar y sentarme frente a mi escritorio a la vez que abro un libro que no tengo idea de qué es y anotar cualquier cosa sobre una hoja, a la vez que la puerta es nuevamente abierta pero esta vez por mi mamá.

Me giro a verla, fingiendo estar despreocupado e incluso algo aburrido.

—¿Qué estás estudiando? —inquiere, mirándome con los ojos levemente entrecerrados.

Trago saliva tratando de que no se dé cuenta e intento con todas mis fuerzas no mirar mi libro para ver qué se supone que estoy estudiando, porque esto es una prueba para saber si realmente estoy haciéndolo o no.

Ya he pasado por esto.

—Biología —respondo lo primero que viene a mi cabeza.

Mi mamá no dice nada, más sin embargo camina con cautela hacia mí y mira las cosas sobre mi escritorio, así que decido hacer lo mismo y giro a ver para saber a qué hora será mi funeral.

Pero, para mi sorpresa, sí abrí el libro de biología.

Oh Dios mío, soy una cosa bárbara cuando quiero.

Me da un beso en la cabeza y se aleja de mí, sin decir nada y sale de mi habitación, haciendo que suelte todo el aire contenido en mis pulmones.

Me recuesto contra el respaldar de la silla y desordeno mi cabello con mi mano.

Casi.

———🍓🛹———

Llego hasta el salón de clases que Bolsoni indicó que debería pintar como parte de mi castigo y yo, de verdad, creo que esto es un abuso de su parte, pero como no quiero meterme más en problemas decido solamente hacerle caso.

Siempre que alguien está castigado una semana o más de una, lo mandan hacer algún trabajo, como limpiar la cafetería, pintar algún salón, barrer el patio o algo parecido.

Sé que debo hacer esto con alguien, porque siempre tengo un compañero, solo espero llegar y encontrarme con Axel.

No somos los más grandes amigos, ya que cada uno es de bandos muy diferentes, pero me cae realmente bien.

Al entrar al salón, diviso una cabellera anaranjada que hace que me detenga en seco y piense sobre si huir o no.

Verla me hace recordar la escena que presencié ayer y de repente me siento molesto. Sabía que Luca era un patán, pero no creí que un sin huevos también.

«¿Debo acercarme a hablarle?», pienso, aún parado en mi lugar.

Sacudo la cabeza, alejando ese pensamiento de mí, porque probablemente todo resultaría mal como ayer y no deseo volver a pasar por esa incómoda conversación.

Antes de que pueda hacer algo, ella se da vuelta y sus ojos cafés se encuentran con los míos.

Hello —saluda de manera... No, no sé cómo describir el tono de su voz.

Si bien no es animado, tampoco es un tono de voz engreída o algo por el estilo. Pero, admito que me saludó de manera amable, así que le sonrío de la misma forma.

—Hola —respondo, sin saber qué más decirle.

Ok look, am... —Se acomoda el cabello detrás de su oreja a la vez que señala los dos botes de pintura color lila pastel frente a ella—, el director me dijo que las paredes ya están lijadas porque lo hicieron dos alumnos el día de ayer, así que nosotros solo debemos pintar y ya, nothing more than that —informa, volviéndome a ver para asegurarse si comprendí y lo único que hago es asentir con la cabeza.

No dice nada más y se acerca a las brochas que están en una banca, para agarrar las dos y tenderme una. La agarro sin decir nada y la veo alzar un balde de diez litros, logrando sorprenderme realmente, para luego llevárselo a una esquina.

Creí que no podría o que se quejaría de que se le puede romper una uña y me pediría que lo hiciera, pero acabo de aprender que no debo juzgar sin saber.

Agarro mi balde y, me doy cuenta de que soy yo quien necesita ayuda en cuanto no logro alzarlo. Esto es muy pesado, por el amor de Dios. Miro a Kate, antes de volver a ver mi balde, y me sorprendo –o impresiono- por la fuerza que tiene la pelirroja.

Lo intento varias veces más, pero realmente me estoy replanteando el hacer flexiones de brazo al salir de aquí. Suspiro con pesadez, logrando llamar la atención de Kate que me mira por encima de su hombro, pero antes de que pueda decir algo, decido ingeniármelas para luego comenzar a empujar el balde hasta el otro extremo de la pared que ella está pintando.

Suspiro una vez que llego, y me doy cuenta de que ni siquiera he hecho la gran cosa, pero ya me siento cansado y me quiero ir a mi casa. Sin más, agarro la brocha y comienzo a pintar la pared.

Llevamos creo que alrededor de veinte minutos pintando en un completo silencio, sin hacer ruido alguno y, si seguimos así, me volveré loco completamente.

—¿Y si hacemos esto con música? —propongo, logrando llamar su atención.

—Claro, pero yo voy a poner la música —asegura, haciendo que alce una ceja y la vea incrédulo.

—Fue mi idea, así que por ende, yo debería poner la música —comento de manera obvia, porque creí que lo era.

—No lo creo boy —responde, sonriéndome de la misma manera arrogante que lo hizo ayer.

Ella sigue hablando, pero yo ya dejé de prestarle atención.

¿Será que ella es así siempre? Es decir, bipolar. Aunque no puedo negar que a veces sí resulta amigable. No nos llevamos muy bien, porque yo soy de los que hacen bromas y ella es de las que les gusta tener todo perfecto, más sin embargo, no puedo negar que con Kendall y Nathalia es buena onda, o bueno, ellas dicen eso.

—¡Préstame atención, estoy hablándote! —chilla, haciendo que yo gire los ojos con frustración.

Me había olvidado de su presencia por unos segundos.

—Me darás dolor de cabeza. ¿Por qué gritas? ¿No te enseñaron a hablar normal o qué? —pregunto con burla, mirándola divertido.

—O sea, cómprate un cochinito y ahórrate tus comentarios, please. —Levanta una mano, dándome a entender que no diga nada.

Pero claramente no le haré caso.

—¿Entonces qué? ¿Pongo mi playlist? —inquiero, sacando mi celular del bolsillo trasero de mi pantalón.

—Te dije que no, que voy a poner yo, tú sigue pintando —ordena, apuntando a la pared con su brocha ya manchada con pintura lila.

—Tú no me das órdenes —aseguro, mirándola fijamente y con una sonrisa algo falsa.

—No te estoy ordenando nada boy, te estoy diciendo lo que yo voy a hacer y dándote un consejo de lo que tú deberías hacer —responde, sonriendo con cierta arrogancia.

Es que en serio esta chica me saca de quicio. No entiendo cómo es que casi todo el instituto la quiere, algunos incluso la idolatran. ¿Cómo es eso posible? ¿Habrán hablado con ella más de dos minutos?

Sin saber muy bien por qué lo hago, paso mi brocha con pintura por medio de su rostro, haciendo que ella abra sus ojos de par en par a la vez que suelta un chillido.

What's your fucking problem?! —grita, aun con una expresión llena de incredulidad—. ¡¿Por qué lo hiciste?!

—Dije que no entendía mucho inglés, pero eso sí lo entendí y no creo que puedas entrar al cielo si continúas con ese lenguaje, eh, te aviso no más —comento desinteresado, encogiéndome de hombros de manera divertida—. Además, ¿por qué te enojas? Yo te veo bien, es más, creo que mejoré tu aspecto.

Bufa mientras gira los ojos, a la vez que infla las mejillas haciéndola ver como una tierna ardillita.

—Tienes un grave problema en la cabecita boy, really, deberías hacerte ver —aconseja, golpeteando su sien con su dedo índice—. No es normal que te guste manchar a las personas con pintura —menciona y meneo mi cabeza, estando casi de acuerdo con ella, porque no está del todo errada—. ¿Y ahora qué hago? No puedo irme a mi casa así.

—Pues tiene solución —aseguro y puedo ver la esperanza en sus ojos.

—¿Cuál? —inquiere, algo ilusionada.

Ay cosita, verla así me hace replantearme lo que voy a hacer a continuación...

—Tienes dos opciones —comento y ella asiente con la cabeza, haciéndome saber que tengo toda su atención—. Una, vas y te lavas la cara hasta que salga la pintura, o dos... —Hago una pausa, para agacharme y meter mi brocha dentro del bote de pintura, y volver a enderezarme para verla directamente a los ojos—, hacer que tu cabello combine con tu rostro, para estar a la onda.

Sin más, paso la brocha por su cabello y parte de su cara también, haciendo que vuelva a chillar.

—¡No te pases! —grita, mientras que yo empiezo a reír a carcajada.

Sin esperármelo, pasa su brocha por mi cara y ahora el sorprendido soy yo.

—Tienes razón, boy, el lila mejora el aspecto de las personas —comenta burlona y mirándome victoriosa.

Claramente no pienso quedarme sin hacer nada, aunque teóricamente me lo busqué, no me interesa.

Paso mi brocha por su cara una vez más, cortando su carcajada de golpe.

De repente, ambos iniciamos una guerra de pintura y realmente no sé cómo, pero terminamos con canciones de One Direction y Big Time Rush de fondo. Su playlist y la mía.

Todo se descontrola cuando ella me taclea y caigo al lado del tacho de pintura -por suerte no me desnuqué- y se sube encima de mí, para empezar a atacarme con pintura.

En cuanto la brocha no le es suficiente, mete las manos dentro del bote y siento como entra pintura a mi nariz, haciendo que empiece a toser y a estornudar por la sensación extraña que siento, pero a ella no le importa en lo más mínimo. Realmente creo que la hice enojar.

Hago una buena maniobra y logro quitarla de encima de mí, así que aprovecho que ella está en el suelo para levantarme y caminar hacia una pequeña cubeta que hay en el lugar, la agarro y vuelvo al balde de diez litros de pintura para sumergirla en él.

—Bueno, creo que...

Se calla en cuanto le echo un baldazo de pintura a la cara..., y todo el cuerpo.

Pasados unos cinco minutos, tal vez, de una intensa pelea de pintura, llega el director Bolsoni para inspeccionar cómo va nuestro trabajo como pintores, pero todo lo que encuentra en una de las cuatro paredes a medio pintar y dos estudiantes llenos de pintura que deberían haber estado en esas paredes.

De reojo puedo ver a Kate bajar la mirada al suelo, totalmente apenada, mientras que yo intento aguantar mis ganas de reír al ver la cara regordeta del hombre toda roja por retener los gritos.

—No les voy a gritar —comenta Bolsoni, mirando aún todo el desastre que ocasionamos—, ni tampoco a preguntar qué ocurrió —asegura, deteniéndose frente a nosotros para vernos con seriedad—, solamente les diré que a las dos semanas que ambos tenían de castigo, se les aumentará una más —informa y pienso rechistar, pero continúa—: Ahora, vayan a sus casas.

Todo rastro de diversión en mi rostro por verlo a él, se esfuma en cuanto me doy cuenta de que debo decirle a mi mamá que me castigaron una semana más.

Listo, me rindo. Estaré castigado hasta el 2023.

Kate se mantiene en silencio, no sé si es porque está procesando todo o es porque si dice algo llorará, ya que sus ojos están bastantes llorosos, aunque también puede ser por la pintura, ya que a mí me pica la nariz.

Ambos salimos del instituto y sin decirme adiós como mínimo, ella empieza a caminar en dirección a su casa.

Suelto un suspiro y meto las manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón, para comenzar a caminar detrás de ella.

Whats up, boy? ¿No has tenido suficiente que también me vas a seguir? —inquiere, dándose la vuelta para encararme a la vez que cruza sus brazos.

—¿Tu planeta se salió de órbita o qué? —cuestiono, imitándola tanto en palabras como en tono de voz, cosa que logra molestarla—. Yo también debo ir por aquí para ir a mi casa, no todo es sobre ti Kate.

Me mira un rato más con sus intensos ojos, para después soltar un pequeño suspiro y darse la vuelta para seguir caminando, aunque su postura tensa no se va. Por mi parte, decido caminar a un ritmo más relajado, para evitar llegar a mi casa.

Dos cuadras más y quiero hablarle, ya que estoy aburrido de caminar en silencio, pero no creo que sea buena idea porque ella sigue enojada por lo que se ve.

Por una chispita, que sea lo que Dios quiera.

—Oye, ¿tú no tenías auto? —inquiero, empezando con la plática.

La veo mirarme por encima de su hombro para después soltar un suspiro y asentir con la cabeza.

—Sí, ¿por?

Me sorprendo en cuanto me responde, realmente no creí que lo hiciera.

—¿Por qué estás caminando entonces? —cuestiono, apurando mi caminar para quedar a su lado—. Es decir, si yo tendría auto no volvería a mi casa a pie después de un castigo.

—Por eso es que estoy volviendo caminando, boy —responde con algo de fastidio, logrando confundirme—, porque estoy castigada, entonces mi mamá me lo quitó.

—Vaya, vaya, no creí que la gran y perfecta Kate Baker podría estar castigada alguna vez.

—¿Podrías no decir eso? —pide irritada, interrumpiéndome a la vez que gira a verme.

—¿Decir qué? —pregunto al no saber con exactitud a qué se refiere.

—Lo de perfecta —responde, sin apartar sus ojos de los míos.

—Pero es lo que le demuestras a todos, ¿no? —inquiero, sin comprender por qué le molesta.

—No sé por qué lo intento, si no lo entenderías de todas formas —dice para luego soltar un suspiro.

Aunque creo que esas palabras fueron más para ella, que para mí.

—Entonces explícamelo —pido, con cierta curiosidad por intentar entenderla. Me detengo en cuanto llegamos a mi dulce hogar y ella me mira expectante al no entender por qué dejé de caminar—. Esta es mi casa —informo, señalando la casa de ladrillos detrás de mí.

Kate la mira por encima de mi hombro y asiente, para volver a verme a los ojos.

Look boy, sé que no dejarás de molestarme porque aparentemente iniciamos una muy fea rivalidad entre nosotros, y no pido que la disolvamos, porque la verdad es que no me interesa ser tu friend —admite con total sinceridad, tanta que logra sorprenderme y hacer que deba inhalar hondo—. But please, no me digas así de nuevo.

Sin decir nada más, gira sobre sus talones y empieza a caminar, supongo yo, en dirección hacia su casa.

No la dejo de ver, hasta que la pierdo de vista, pero aun así me quedo mirando por dónde ella se fue.

¿Qué escondes, fresita?

✨️KATE✨️

—Es que no lo soporto, Melchu —aseguro, enterrando el rostro en la almohada, para después soltar un suspiro lleno de frustración—. Gael Vitali ha sido lo peor que me ha pasado, I swear.

—Mira, solo digo que si tú crees que no debe tener la importancia necesaria, entonces no se la des —opina mi hermana, elevando un hombro para quitarle importancia al asunto y asiento con la cabeza, a la vez que suelto un suspiro para relajar mi enojo—. Termina de hacer los deberes, iré a comprar algo para cocinar —informa, despeinando mi cabello cosa que me hace enojar y ella lo sabe.

—¿Mamá no vendrá hoy tampoco a cenar? —inquiero, viéndola caminar hacia la puerta.

Se detiene antes de salir y gira a verme, para hacer una pequeña mueca y negar con la cabeza.

Suelto un suspiro y agarro el control remoto que dejé en la cama en cuanto Melany ingresó a mi habitación para hablar, y vuelvo a darle play a la música para así retomar mis deberes.

Son muy pocas las veces en las que las tres juntas estamos al mismo tiempo en la casa, pero la mayor parte del tiempo me encuentro sola.

Puedo resolver dos problemas de los doce que tengo que hacer, antes que mi celular suene avisándome que tengo un mensaje.

Amor<3:
Estoy afuera, sal.

Toco la pantalla dispuesta a contestarle, pero mis dedos no se mueven para teclear una respuesta.

Suelto un suspiro al darme cuenta de que no puedo hacerlo, así que me pongo zapatillas y un pequeño saco de lana tejido antes de salir de mi cuarto, para después bajar las escaleras.

Una vez que llego a la puerta principal, la abro, encontrándome con Luca apoyado en su automóvil, con las manos metidas en los bolsillos delanteros de su jean.

Salgo de la casa dejando la puerta abierta, puesto que no saque mis llaves y camino hasta él.

Luca al verme se endereza y cuando estoy cerca me agarra del mentón para depositarme un casto beso en los labios.

Para mi mala suerte, mi sentido del olfato se activa haciendo que perciba algo que revuelve mi estómago hasta el punto de querer hacerme devolver.

Me alejo de él y veo la preocupación en sus ojos.

—Me enteré de que Bolsoni te dio una semana más —comenta, acariciando mi cabello de manera tierna, mientras me mira fijamente a los ojos—, ¿qué pasó? ¿Quieres que me entrometa? Sabes que puedo hacerlo, puedo decirle a mi papá que hable con él y te quite el castigo por completo.

Sonrío enternecida y niego con la cabeza de manera lenta, a la vez que suelto exhalo el aire que no sabía que estaba conteniendo.

—¿Harías eso por mí? —cuestiono nerviosa, mordiendo mi labio inferior.

Siempre que estoy con Luca, mi estómago se revuelve por los nervios. Supongo que a esto se refieren las personas cuando hablan de las dichosas mariposas.

Luca sonríe con adoración, para luego acariciar mi mejilla con su pulgar, sin apartar sus ojos de los míos.

—Yo haría cualquier cosa por ti, Kate —asegura, y ahí están, las malditas mariposas que me hacen hasta temblar las piernas cada que me mira como lo está haciendo ahora mismo—. Dios, ojalá nunca dejes de mirarme así —comenta luego de unos segundos en los que nos quedamos en silencio, únicamente observándonos.

Sonrío como tonta enamorada, para después dar un paso en su dirección y unir nuestros labios en un dulce beso.

Luca se apoya nuevamente contra su auto, al mismo tiempo que me agarra de la cintura para acercarme más a él sin romper el contacto. Llevo mis manos desde su pecho, donde sentía su corazón latir con tranquilidad mientras que el mío pareciera estar en un maratón, para subirlas hasta su nuca y dejarlas ahí, sintiendo su piel erizarse debido a mis manos frías y como gruñe en medio de nuestro beso.

Sé que odia que haga eso, pero como no se queja, no las aparto, cosa que agradezco porque no sabría dónde poner las manos.

Nos separamos de manera lenta y él sonríe de una forma muy linda, antes de volver a unir nuestros labios en un casto beso.

—Te amo —asegura, haciéndome sonreír nuevamente—. Entonces dime, ¿qué pasó? ¿Por qué Bolsoni te aumentó una semana? ¿Segura que no quieres que hable con mi papá?

—Muy segura —respondo, dándole otro corto beso, pero antes de que pueda alejarme de él, atrapa mi labio inferior entre sus dientes por unos segundos para luego soltarme—. Gael Vitali. Eso pasó —cuento algo malhumorada nuevamente, haciendo una ligera mueca de fastidio y lo veo fruncir los labios, para luego correrme un mechón de cabello del rostro.

—¿Qué pasó? —inquiere, aun acariciando mi cabello, como si me estuviera acomodando mechones, dejándolos donde en teoría, deberían de estar—. ¿Te está molestando ese imbécil? —cuestiona, frunciendo el ceño, dejando de mover su mano sobre mí, para mirarme fijamente a los ojos—. Quiero la verdad, Kate. ¿Te hizo algo? Porque sabes que yo puedo encargarme de él sin problemas con tal de demostrarle que siempre tendrás a alguien que te defienda.

Sonrío con ternura al ver como se preocupa por mí, para luego darle nuevamente un fugaz beso.

—Nada, ¿qué va a pasar? —cuestiono, elevando un hombro para restarle importancia, a la vez que juego con su cabello—. Teníamos que pintar un aula y el muy cretino se puso a jugar con la pintura, terminando manchándome a mí y terminamos en una absurda pelea de pintura, eso fue todo —cuento lo ocurrido y, por su mirada, puedo jurar que no me cree, así que me apresuro a añadir—: Te juro que no me está molestando, ni nada parecido, ¿bien?

—¿Estás segura de que eso fue todo, Kate? —indaga, alejando sus manos por completo de mí, para luego cruzarse de brazos a la vez que frunce el ceño, como si se le acabara de cruzar una idea por la cabeza—. ¿No será que estaban haciendo otra cosa y por eso Bolsoni los castigó?

Tomo coraje de algún lugar que no conozco y me alejo cinco pasos de él, mirándolo incrédula.

—¿Quién crees que soy? —inquiero, realmente dolida, enfadada más que nada, sin saber cómo sentirme en realidad—. Además, si hubiera pasado lo que supones, no estaríamos castigados una semana más, Luca, estaríamos expulsados —aseguro, sin apartar mi mirada de la suya y puedo ver como el enojo en esos ojos cafés se aplaca.

—Tienes razón —responde, soltando un suspiro y pasando una mano por su cara con algo de frustración—. Perdóname nena, sabes que soy muy celoso y el pensar que estás a solas con ese idiota... No lo sé, me vuelve loco —admite, agarrándome del brazo para acercarme nuevamente a él—. Perdóname, ¿sí? —pide, dándome varios besos en el rostro.

—Hueles a perfume barato de mujer —acuso, haciendo que se detenga en seco.

Se aleja de mí para verme directo a los ojos, tratando de averiguar si lo que dije fue en serio o no.

—¿Qué? —cuestiona aún algo confundido, para después soltar una pequeña risa aunque más pareció un bufido—. Ha de ser tu perfume, ¿no crees?

—No —sentencio, tratando de mantenerme firme—. Ese no es mi perfume, Luca, así que dime si me estás engañando.

—Dios Kate, ¿por qué siempre es todo así contigo? —me acusa, empezando a enfadarse—. Para ti siempre es que te estoy siendo infiel. Dime, si realmente no me ibas a perdonar lo de aquella vez, ¿por qué aceptaste volver conmigo? —cuestiona, alzando las cejas en un claro gesto de acusación—. Ya supéralo, una vez que cometo un error y parece que merezco ser castigado por siem...

—Dos —corrijo interrumpiéndolo, cosa que claramente no le gusta.

—¿Es en serio, Kate? —inquiere, soltando otro bufido—. Está bien, sí, dos veces, pero aun así decidiste volver esas dos veces conmigo, ¿o no? —menciona, agarrándome nuevamente del brazo para volver a acercarme a él.

—Suéltame —pido en cuanto siento como está haciendo más presión de la debida.

—Dime, mi amor, ¿por qué mierda volviste conmigo si no me ibas a perdonar? —indaga, ignorando por completo mi petición.

—Luca, suéltame —ordeno, aunque más suena como suplica que otra cosa.

—Deja de hacerte la víctima e intentar hacerme sentir mal, de manipularme como te gusta hacerlo, cuando ambos sabemos que el que yo te haya engañado es completamente tu culpa —asegura, haciendo que suelte un jadeo a la vez que intento alejarme de él.

—¿Mi culpa? —inquiero, totalmente incrédula—. Luca, suéltame, me estás lastimando —menciono, bajando la vista a su mano en mi brazo notando como sus nudillos empiezan a tornarse blancos.

—No te hagas la idiota ahora, Kate —comenta, haciendo una mueca de fastidio—. Era más que obvio que si no me complaces de la forma que merezco y quiero, lo iré a buscar a otro lado, pero admito que también en parte es mi culpa por esperar demasiado de alguien tan poca cosa como tú.

Sin decir más, me suelta de manera brusca para después subirse a su auto.

—Luca, espera —pido, tratando de acercarme a él—. No peleemos más por favor, prometo ya no remarcar tus engaños e intentar ser una buena novia —aseguro, mirándolo casi que con súplica—. Ignora lo del perfume, y pasa, Melchu no tendrá problemas en que te quedes a comer —menciono, pero no gira a verme—. Please mi amor, no te vayas así.

—Dios, no llores —ordena, mirándome por la ventanilla de su auto—. Eres tan irritante cuando te pones en este papel, en serio. Habría aceptado hablar contigo, de quedarme y todo, pero te pones así de pesada que no te soporto.

Sin decir más, arranca el auto y se pierde al final de la calle, dejándome atrás, llorando.

No sé en qué momento de mi vida me acostumbré a llorar tanto, cuando antes reía más.

———🍓🛹———

Llego hasta mi casillero, encontrándome con Riley apoyada en las puertas azules metálicas, esperándome.

En cuanto estoy frente a ella, no espero a que hable que rodeo su cuerpo con mis brazos y apoyo mi cabeza en su hombro a la vez que cierro mis ojos.

Riley no lo duda y me devuelve el abrazo, estrujándome con fuerza contra ella.

—Discutí nuevamente con Luca —hablo como puedo, ya que mi mejilla sigue apoyada en su hombro.

—Ese estúpido —suelta totalmente enojada, cosa que me hace sonreír, mientras me alejo de ella para verla a los ojos—. ¿Terminaron? —inquiere ilusionada y niego con la cabeza.

—No —respondo, soltando un suspiro.

—Katy... —empieza a decir, pero la interrumpo.

Please no empecemos una discusión sobre que debo terminar con él —pido, casi que le ruego, mientras la miro a los ojos.

Riley mantiene su mirada fija en mí, para después soltar un suspiro asintiendo con la cabeza.

—¿Qué pasó ahora? —cuestiona, agarrando mi mano para hacerme saber que puedo contar con ella a pesar de todo.

Ese gesto hace que sonría de lado, agradecida de tenerla como mejor amiga.

—Tenía el olor al perfume de otra mujer —admito apenada, bajando la vista al suelo al no poder ser viendo su rostro lleno de muchas emociones que me avergüenzan.

Ni siquiera sé por qué soy yo la avergonzada, si debería ser él el que sienta vergüenza ahora mismo.

—¡¿Qué?! —grita, llamando la atención de varios alumnos que pasan a nuestro lado—. Kate no jodas. Te está siendo infiel, ¿y tú sigues con él? —cuestiona atónita, aun con sus ojos abiertos de par en par.

Suelto su mano para llevar un dedo a mis labios a la vez que chisto, haciéndole saber que guarde silencio.

—Calla —pido, mirando a nuestro alrededor de manera disimulada—. Tampoco deseo que todo el instituto se entere de mis cuernos. Además, no sabemos si puede ser así o no. Capaz y son ideas mías —comento, elevando un hombro para restarle importancia.

De todas formas no me animo a mirarla a los ojos, sé que me está mirando de forma reprobatoria.

Lo afirmo, después de que suelta un suspiro bastante profundo.

—Kate... —La miro con súplica, haciéndole saber que realmente no quiero escuchar nada—. Está bien, sígueme contando ¿qué más pasó?

—Todo empezó porque se enojó cuando le conté el por qué Bolsoni me castigó una semana más —explico y ella asiente con la cabeza, sabiendo ya que es por Gael—. Luego me pidió disculpas por eso, diciéndome que se muere de celos cuando se trata de otro y ahí le dije que tenía olor a otra, se enojó nuevamente, me dijo que por qué siempre creía que era que me está engañando y luego salió a la luz los recuerdos de sus anteriores engaños y me preguntó que por qué volví con él si realmente nunca lo había perdonado realmente, para terminar diciéndome que soy una buena para nada y que por eso me engañó las dos veces anteriores.

Ambas nos quedamos en silencio una vez que termino de relatar lo ocurrido de ayer y limpio una lágrima rebelde antes de que alguien se dé cuenta.

—No te entiendo Kate. ¿Por qué mierda soportas todo esto? —habla después de un rato, mirándome fijamente, tratando de comprender.

Suelto un suspiro.

Antes de que pueda decir algo, alguien llega hasta nosotras, rodeando mi hombro con su brazo.

—Hola, mi amor —saluda Luca a mi lado, para después darme un tierno beso en la mejilla.

Bajo la cabeza para que no vea que tengo ganas de llorar.

Sé que vino a hacer esto, porque está Riley. Él realmente la detesta. Aunque bueno, el sentimiento es mutuo.

—Vete de aquí, Luca —ordena la pelinegra frente a nosotras, mirando con odio al pelinegro a mi lado.

—Tú no me hables —pide Luca, con algo de asco en el tono de su voz—. Vine por mi novia, así que no te metas.

—Pues fíjate que Kate está conmigo, y si no quieres que mis puños se estrellen contra tu cara, vete —exige, dando un paso en su dirección.

Luca se aleja de mí para acercarse a ella y miro alrededor, notando como la gente nos mira de reojo para luego comenzar a cuchichear entre ellos.

—No me da miedo golpear a una mujer —amenaza Luca, sin dejar de mirar a Riley a los ojos.

—No necesito que me aclares lo cobarde, asqueroso y cerdo repugnante que eres —asegura Riley, escupiendo cada palabra con odio—. Todos lo sabemos, Luquita.

Antes de que Luca pueda reaccionar, alguien aparece interviniendo en el asunto.

—Epa, ¿qué está pasando aquí? —inquiere Gael, abrazando a Riley por los hombros mientras ve a Luca—. Soy yo o... ¿Parecía que querías golpearla? —cuestiona haciéndose el tonto, frunciendo el ceño.

—Vitali, el que faltaba —menciona Luca, soltando una risa cargada de sarcasmo—. El circo está completo —asegura, volviendo a poner una expresión seria.

—No lo creo, porque yo solo te veo a ti, payaso —responde Gael, sin alejarse de Riley, pero tampoco sin dejar de mirar a Luca—, faltan los simios que siempre te siguen, para que lo esté.

—Repítelo —ordena Luca, dando un paso en su dirección.

—¿Necesitas que te lo diga en lenguaje de señas o qué? —inquiere Gael, avivando la molestia de Luca.

Antes de que el pelinegro a mi lado reaccione, lo tomo del brazo y lo tiro hacia mí.

—Vamos —pido, pero no me presta demasiada atención.

Miro a Riley quien con la mirada me dice que no me vaya con él, pero yo le otorgo una sonrisa garantizándole que todo estará bien.

Sin más, empiezo a tirar del brazo de Luca para alejarlo de ellos dos, sin animarme a ver a Gael.

Una vez que estamos bastante lejos de ellos dos, se suelta de mi agarre para girarse a verme enojado, furioso más bien.

—Te he dicho mil veces que te alejes de esa rara de mierda —me recuerda, señalándome con su dedo.

—Luca, estamos en el instituto —comento, mirando de reojo a nuestro alrededor—. Cálmate.

—Mira Kate, no me hagas decirlo una vez más porque sé que tan tarada no eres —comenta, inhalando hondo por la nariz, sin apartar sus ojos de los míos—. Así que, más te vale que te alejes de Riley o me encargaré yo, ¿entendiste? —cuestiona, agarrándome del mentón y trago en seco—. No me gustaría terminar contigo por ella, linda. No lo vale. Pero, si la prefieres, no me quedará de otra que dejarte, ¿sabes? Porque primero está mi salud mental, y después todo lo demás, y si no sabes respetar eso, es porque no me respetas a mí.

—Lo siento —es todo lo que alcanzo a decir, sin apartar mi mirada de la suya—, sabes que no puedo dejar de ser su amiga, pero te juro que le diré que ya no te moleste más, o sino... O si no sí dejaré de ser su amiga.

Sonríe de lado, mientras acaricia mi barbilla con su dedo pulgar.

—Así me gusta —asegura, para luego darme un beso fugaz, pero bastante bruto—. Te amo. Vamos, te acompaño a clases.

Sin más, pasa su brazo por mis hombros y comenzamos a caminar por el pasillo, pero mi corazón sigue igual de desbocado que las locas mariposas que revolotean en mi estómago.

¡Hola, hola, hola! Cómo están?

Aquí un pequeño secreto no tan secreto: Gael se hace el "malo" enfrentando a Luca, pero el nene no sabe pelear. Me le van a romper la cara a piñas así JAHSJSJAJA

✨️Opiniones acerca del capítulo aquí✨️

De qué lado están?

Kate = One Direction

Gael = Big Time Rush

Mi nena tiene tantos problemas, que no se da cuenta o, si lo hace, no sabe qué hacer :(:(:(

Mi yo lectora esta como: YA DEJA A LUCA Y SAL CON GAAAAEEEEELLLL

Mi yo escritora: No.

JAJSHDJSJA no me odien.

En fin, el otro revisando mi celular, encontré los memes románticos que usaba para el Au que escribía en el 2021 en fb sobre 1D ajshdjsjaja

Y como no los eliminé, se los dedicaré a ustedes en cada capítulo ❤️‍🔥

Con mucho amor para ustedes, Cele❤️‍🔥

O como firmaría mi poderosisimo Harry:

Love, love, love, C.❤️‍🔥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro