Cap. 09
La cuatrimoto estacionó frente a la casa de los Lee y Seokjin se echó hacia adelante para que Namjoon pudiera bajar sin dificultad. El rocío de la mañana les humedecía las ropas y el viento fresco invitaba a entrar a un lugar cerrado para mantenerse calentito.
La noche había sido fría, sobre todo estando allá arriba en donde no había ni una sola pared para protegerlos del clima, aun así, entre ambos se habían dado el calor que habían necesitado.
Habían caído dormidos ya bien entrada la madrugada luego de una segunda ronda que dejó a Seokjin con el trasero, las piernas y la cadera doloridas.
Namjoon era grande. No es que el moreno fuera un ególatra como para decir aquello, pero llevaba ya un par de años en contacto con pacientes y había visto la suficiente cantidad de penes como para saber que el suyo era... grande. Por arriba del promedio, sin llegar a ser algo excesivo, y ahora Seokjin corroboraba lo que el moreno ya sabía.
- ¿Vas a tu casa?
- Sí. Mamá ya me envió mensajes preguntando por qué no llegue a dormir.
El moreno rio al verle la cara de sin vergüenza que cargaba.
- Bien...
- Bien. - Secundó el mayor.
- ¿Te veo más tarde?
Seokjin sonrió grande y tragó saliva, sus labios proyectándose voluptuosos antes de decir, y Nam no podía dejar de verlos.
- Si no tienes nada mejor que hacer...
- No, no tengo nada. - Dijo apresurado y el mayor soltó una risita.
- Bien. Entonces te envío mensaje más tarde y no sé, podríamos ir a comer o algo.
- Sí. - Aceptó contento. - Entonces... espero tu mensaje.
Seokjin lo miró sonriente durante unos segundos.
- Eres lindo, Joonie. - Y el moreno se pasmó por un segundo y agachó la mirada al suelo, con una sonrisita tonta que remarcaba sus hoyuelos y se talló la nuca.
"Si, definitivamente eres muy lindo", pensó el mayor para sí mismo.
- Ya vete. - Le recriminó el moreno, porque sabía que le hacía gracia burlarse de su bochorno, y Seokjin soltó una carcajada.
- Bien, me voy. Este frío me está enfriando las bolas más de lo normal. - Suspiró. - Si tan solo "alguien" no hubiera lanzado mi bóxer al vacío antes de romperm-
- Idiota, los señores Lee te van a escuchar. - Apurado corrió hasta la cuatrimoto y le tapó la boca para hacerlo callar. — Qué vergüenza.
El mayor volvió a soltar una carcajada, sacándose la mano del moreno de la cara.
- ¡Vergüenza debió darte cuando me-
- ¡Seokjin!
Una nueva y aguda carcajada salió del pecho del mayor, viendo al moreno alarmarse por sus palabras y su bonita cara enrojecerse en lo alto de las mejillas.
- Ya, lo siento. - Rio de nuevo. - Entra y descansa, Joonie. Te veo más tarde.
- Idiota. - Refunfuñó. - Eres demasiado... demasiado-
- Sí, sí, ya lo sé, soy molesto. Dime algo nuevo.
El moreno mantenía los ojos entrecerrados directo en él, apretando y proyectando ligeramente la mandíbula hacia el frente.
- Lo que pasa es que eres demasiado descarado, Seokjin.
El mayor rio de nuevo, echándose hacia atrás en el asiento, recargando sus codos en el acolchonado en el que solía viajar Namjoon.
- ¿Quieres que ponga filtros?
- De vez en cuando no estaría mal. - Se cruzó de brazos, y los ojos de Seokjin siguieron fijos en él durante unos segundos, terminando por dar un suspiro y sonreírle chiquito.
- Está bien, lo siento. - Apenado, se reincorporó y tanteó distraídamente sus manos sobre el manubrio, reacomodando los pies en los laterales. Por primera vez, Namjoon presenció cómo Seokjin no mostraba esa aura de seguridad y confianza. - Ya no voy a bromear con eso.
El moreno enarcó una ceja, incrédulo, y el mayor tuvo que cortar con aquello porque sentía ya las orejas calientes.
- Descansa, Nam.
- Igual... Descansa.
Y lo vio echar la moto en reversa para salir a la avenida.
(...)
Namjoon:
Ya despertaste?
Eran pasadas las dos de la tarde y Namjoon estaba hambriento. No habían desayunado y por la noche solo habían estado comiendo frituras, así que luego de dormir un rato y tomar un baño, se decidió por mandar aquel mensaje.
Seokjin:
Hace un rato
Es domingo y papá tiene canciones de alabanza a todo volumen
Siempre lo hace luego de ir a la iglesia
Namjoon:
Jajajaja
Deberías aprender un poco de tus papás
Quizás te siente bien ir a la iglesia
Podrías tener una larga charla con el sacerdote
Seokjin:
Pues para tu información, fui monaguillo durante muchos años
Y el padre Kang es amigo de la familia
Namjoon:
Jajajaja
Y ni así tuviste remedio?
Seokjin:
🤨
Idiota
Namjoon:
Tú más
Seokjin:
Tienes hambre o no?
Mamá hizo una pasta deliciosa y tuve que rechazarla porque dijiste que iríamos a comer
Namjoon:
...
Lo siento, Jin
Lo olvidé
Acabo de comer
Seokjin:
🤬🤬🤬
Hijo de p...!!!
Estás hablando en serio?!!!!
Namjoon:
Jajajaja
No
Yo también estaba esperando por ti
Seokjin:
🖕🏼
Namjoon:
Entonces en dónde te veo?
Seokjin:
Quieres que pase por ti?
Namjoon:
Como prefieras
Igual puedo llegar a donde me digas
Seokjin:
Paso por ti
Llego en 5 minutos
😘
(...)
Habían comido en un pequeño restaurante de alitas y hamburguesas, acompañando la comida con un par de cervezas. Seokjin solía elegir lugares que no eran demasiado concurridos pero que servían comida deliciosa.
Ventajas de salir con un lugareño.
- ¡Jin! — Bueno, a veces no era tan ventajoso... Una chica lo detuvo con demasiada confianza cuando salían del restaurante y ponían marcha al jardín principal. - ¿Cómo estás? Hace meses que no te veía.
- Hola, RiRi. - Respondió tenso, y no es que tuviera historia con ella, era solo que ella conocía bien a-
- ¿Cómo está Yoomi? Debe estar enorme. Hace unas semanas me encontré con-
- Lo siento, RiRi, pero mi amigo y yo tenemos algo de prisa. - La cortó con gesto avergonzado, tirando de la mano de Nam para obligarlo a caminar mientras se despedía de la chica que se había quedado con la palabra en la boca. - Nos vemos por ahí. Cuídate.
- Ah... si, tú también. Nos vemos. - Se despidió agitando su mano en el aire.
- ¿Te cae mal o cuál es la historia? - Preguntó divertido.
- ¿Eh? ¿RiRi? No, no... Es decir, me cae bien. Es agradable...
El moreno rio, retirando su mano y llevándosela al cabello en un gesto que intentaba pasar por inocente pero que en realidad buscaba deshacer el agarre que Seokjin mantenía en ella y que aunque quizás no tenía ninguna doble intención, lo ponía nervioso.
Lo sucedido la noche anterior lo tenía tenso. Recordarlo despertaba una sensación que por algún motivo no le causaba mal humor, sino nerviosismo y cohibición.
Desde que despertó, estuvo luchando por comprender eso que sentía y luego de tomar valor se decidió por enviar el mensaje al mayor para corroborar la salida a comer. Trataba de mantener una actitud relajada y ponía especial atención en las acciones del mayor para imitarlo porque Seokjin se veía tan... él. Casual y despreocupado.
Para él no era algo cotidiano acostarse con alguien de esa manera. Namjoon era demasiado tradicionalista, por decirlo de algún modo.
Claro que había tenido relaciones sexuales antes. Estuvo más de cinco años con Jimin y antes de él había ocurrido también, pero siempre con quienes consideraba sus parejas en ese momento, nunca con desconocidos y mucho menos con sus amigos.
Porque eso era Jin para él en ese momento. Un nuevo amigo.
Un amigo que la noche anterior le había dicho que gustaba de él y que, siendo sinceros, a Namjoon también le resultaba atractivo.
Bastante.
Aunque no quería pasarse de la raya con ese tipo de pensamientos por respeto al propio Seokjin.
Extrañamente y a pesar de ser tan distintos, habían encajado bastante bien. Se divertían y Dios, él no quería ser un mojigato, pero no podía evitar sentirse extraño con lo que había ocurrido.
Tal vez para Jin fuese normal, es decir, acostarse con otras personas, no lo juzgaba, pero no era normal para él.
Durante la noche y en la cima de aquel campanario se había sentido valiente, hasta confiado, y se había atrevido a hacer lo que hizo porque el mayor le dio esa seguridad. Sabía que todo había sido consensuado, pero... ¡Ni siquiera había usado protección, por Dios!
Había hecho las cosas sin pensar. Se dejó llevar, y Nam no era de los que "se dejaban llevar". Él usaba la cabeza, planeaba, y-
- ¿Me estás escuchando? - Seokjin pasó su mano por enfrente de sus ojos para llamar su atención.
- ¿Eh?
El mayor soltó una pequeña carcajada.
- ¿En qué demonios piensas? Pasamos la banca hace como cinco metros. ¿Quieres ir hasta la parroquia? - Preguntó extrañado, porque no era común ver a Namjoon distraído, y honestamente le pareció tierno.
Llevaba unas tres calles hablándole del bar que solía visitar cuando tenía unos dieciséis, ese en el que no les pedían identificación a pesar de saber que eran menores de edad, y solo hasta que el moreno pasó de largo la banca en la que le acababa de decir que quería sentarse se dio cuenta de que no le estaba prestando ni un poquito de atención.
- ¿La parroquia? No, ¿por qué? ¿Tú quieres ir?
Seokjin volvió a reír, esta vez enternecido, porque era imposible no hacerlo cuando Namjoon, tan grande e imponente, lo veía con esa carita desorientada.
El moreno sonrió apretando los labios en una línea y llevándose una mano al cuello para masajearlo avergonzado, con sus bonitos hoyuelos saliendo a relucir, y fue eso lo que lo orilló a reproducir una sonrisa similar a la del moreno y estirar su mano con cuidado para buscar la del otro, con el menor viéndolo ahora sí a los ojos, entrelazando sus dedos y tirando de él con suavidad para invitarlo a seguir caminando.
- Vamos. - Lo animó afianzando el agarre mientras avanzaban alrededor del jardín. - Puedes volver al planeta en el que estabas mientras yo te guío, así no tropiezas con nadie.
Namjoon avanzó en automático, aunque su cabeza acabó de hacerse un lío cuando esa mano se enlazó con la suya, porque se sentía extraña, porque no era pequeña ni regordeta, sino delgada y del mismo tamaño que la suya, porque no era tan suave ni tan caliente, sino más hosca y fría, más firme, como si en verdad pudiera sostenerlo, y aquello lo asustó.
Alarmado, retiró su mano, de paso tomando por sorpresa a un contrariado Seokjin que se encogió en sí mismo.
— ¿Estás-
— L-lo siento, Jin. Yo... no- — Soltó un gruñido en frustración. — Solo...
— ¿Qué pasa? — La preocupación notándose en su gesto serio y ceño ligeramente fruncido. — ¿Es por lo que pasó anoche?
— ¡Es que no entiendo cómo lo haces! Eres tan...
— Ya lo dijiste en la mañana, Joon. Crees que soy un descarado, lo entiendo. No va contigo, tu mismo me lo dijiste anoche.
— ¡Es que es como si nada te afectara y... no lo entiendo! ¿Cómo puede darte lo mismo todo? ¿Cómo lo haces? ¿Cómo-
El mayor rodó los ojos.
— No te entiendo. — Lo cortó alzando el tono de voz. — Anoche estabas quejándote de la vida y de querer descubrir quién carajo eres y todo eso, luego vas y me- — El moreno estuvo a punto de taparte la boca pero Seokjin se lo impidió con un movimiento de mano, en cambio bajó la voz a apenas un susurro diciendo con molestia. — Vas y me la metes en un puto campanario a medio derrumbarse, no una, sino dos jodidas veces, y no es que me queje, porque el sexo fue increíble, ¿pero ahora vienes y te pones así porque te tomo la mano? El que no entiende al otro soy yo, Namjoon.
El moreno lo miraba con los ojos muy grandes, apretando los puños a los lados para intentar calmarse y procesar lo que le decían.
Y es que Seokjin tenía razón. Llevaba quejándose de lo mismo desde que llegó al jodido pueblo, desde que Jimin lo dejó tirado en medio de la nada, desde que se dio cuenta de que, sin él, "Kim Namjoon" no tenía sentido, porque había entregado todo de sí a otra persona durante demasiado tiempo, tanto que ya ni siquiera se reconocía y se odiaba por eso.
¿En qué momento había dejado de ser él para convertirse en el adorno de alguien más?
— Lo s-siento pero... no me siento cómodo así y... Jimin era- Es que tú no eres-
— ¿En serio? — Lo cortó con un bufido, tirando de él por el brazo para salir del jardín y esconderse del bullicio de personas. — ¿Qué estás queriendo decirme, eh? ¿Jimin era qué?
Namjoon sentía que el cuerpo le temblaba, de nervios o de ansiedad, quizá de coraje.
Estaba confundido. Muy confundido.
¿Qué era lo que había querido decir con todo eso?
— Jin, es que yo... — Apretó sus manos en dos puños apretando la mandíbula y gruñó en frustración, dejando caer los brazos a los lados. — Maldita sea, no- no sé cómo manejar esto. Con él era sencillo y...— Dijo con seriedad, con la mirada perdida en la pared de ladrillos a su lado, y es que él no quería faltarle el respeto a nadie, simplemente trataba de evidenciar un hecho. —Siempre mesurado y tranquilo...
El mayor rio con sorna sin poder creer que en verdad se había atrevido a decir aquello.
— Perfecto. — Bufó furioso, dejando al moreno hablando solo para a grandes zancadas dirigirse a su cuatrimoto y largarse de ahí. — Entonces yo soy un fulano buscón demasiado descarado, según tus propias palabras.
— Jin. — Lo llamó con frustración, yendo tras él para detenerlo. — Déjame terminar.
— Vete a la mierda. — Le gritó ya sin cuidado de quién los pudiera escuchar, casi clavando los pies en el suelo con cada paso que daba.
— Escúchame. — Insistía tras de él. — Seokjin, escúchame.
Pero el mayor no se detuvo ni por piedad, llegando hasta la cuatrimoto y subiendo bruscamente a ella.
Puso la llave en la hendidura y la giró, presionó el botón de encendió y el motor rugió.
Estaba a punto de arrancar cuando Namjoon lo alcanzó, y como si se tratase de nada, presionó el botón se apagado y giró la llave en sentido contrario.
— ¿Qué carajos quier-
Y no pudo continuar porque las gruesas manos de Namjoon le tomaron la cara y estampó sus bocas con exigencia, haciéndolo abrir los labios para dejarlo hundirse en él, adueñándose de su boca y sacándolo de su enfado.
— Te vas a callar y me vas a escuchar. — Dijo lento y decidido sobre su filtrum.
Seokjin podía verlo sacar chispas porque se le notaba furioso, no pudiendo hacer más que asentir para él, el otro dejando ir sus labios luego de un último beso que culminó en un sonoro chasquido y las manos del moreno se deslizaron fuera de su cara mirándolo fijo.
Namjoon le palmeó el muslo de mala gana, instándolo a correrse hacia atrás en el asiento para poder él subir al frente. Tomó el manubrio para encender la cuatrimoto y puso rumbo a su departamento.
(...)
— No es eso lo que quise decir.
Aunque frustrado, intentaba controlarse mientras el mayor lo veía moverse de un lado a otro en la pequeña habitación, desde su posición sentado en el borde de la cama.
Seokjin mantenía las cejas fruncidas y los labios abultados.
— No- No sé cómo llevarte el ritmo. — Se llevaba las manos a la cabeza y negaba viendo el suelo mientras iba de aquí para allá. — Con Jimin era sencillo. — Volteó a verlo por un segundo, y regresó la vista a sus pies sin dejas de caminar. — Con él sabía que esperar, sabía cómo actuar, pero tú... contigo no sé cómo comportarme. — Se detuvo frente a él, esta vez atreviéndose a buscar su mirada. — Eres un jodido torbellino que me tiene... enganchado.
El mayor sintió las orejas calentársele, teniendo que desviar la mirada lejos porque le era imposible soportar la intensidad de esos ojos rasgados que lo miraban directo.
— Con él siempre fue fácil porque solo debía nadar con la corriente, pero tú, tú me tienes con un cosquilleo en el estómago que no puedo controlar y... — Dijo en un suspiro. — Y no sé si-si lo que hago contigo está bien. No sé, porque contigo voy a ciegas, y es emocionante, pero aterrador al mismo tiempo. — Namjoon mantenía las manos empuñadas a sus costados, plantado frente al otro. — Me siento en la cima de una montaña rusa cada vez que estamos juntos. — Casi susurró. — Eres-
El mayor se puso de pie, interrumpiendo las palabras del otro, y Namjoon se tensó entero cuando le tomó la mano con inseguridad, sus dedos fríos sosteniéndolo con delicadeza, buscando darle algo de sosiego, más la cercanía del mayor lo tenía temblando ante la expectativa.
— Puedo... puedo ser menos impulsivo. —Soltó Seokjin, lamiéndose los labios. — Sé que suelo hablar y hacer las cosas sin pensar y-
— ¿No lo entiendes? — Inquirió con un dejo de desesperación. — Me gustas. — El mayor negó con la cabeza y estaba por rebatir cuando la voz exaltada pero segura del moreno lo cortó. — ¡Me gustas, maldita sea! Me gusta tu confianza y tu manera espontánea de hacer las cosas, me- me gustan tus locuras, porque me haces reír, y hacía tiempo que no me reía tanto. — El moreno adelantó su mano libre para tomar ambas del mayor y sonreírle apenas. — Solo... tenme paciencia. Sé que esto que me ofreces es momentáneo, Jin, no soy tonto. Sé que en unos días regresarás a Busán y en unos meses yo a Seúl, pero... mientras estás aquí ¿Podemos ver lo que sucede?
Namjoon notó como el gesto de Seokjin se enserió, juntando apenas las cejas y sosteniéndole la mirada con firmeza, aumentando su varonilidad al doble.
El mayor soltó sus manos y sin despegar sus ojos oscurecidos de los propios, deslizó sus dedos por sobre la playera de mangas largas que cargaba, el tacto erizándole la piel aun sobre la tela mientras subía por sus antebrazos hasta llegar a sus bíceps, invitándolo a que usara sus jodidas manos y lo tomara por la cintura.
No estaba conforme con las palabras del moreno, la palabra "momentáneo" le había resultado amarga de digerir, pero si es lo que él quería, estaba dispuesto a tomarlo. Después de todo, quizás era lo único que merecía.
Aun sabiéndose no merecedor, se atrevió a contemplar sus apetecibles labios, labios que recordaba bien a que sabían y que deseaba volver a probar.
— Entonces adelante, Joonie. — Casi susurró, dejando un suave beso justo en la comisura de su boca, tardándose ahí más de lo considerado prudente. La piel de Namjoon se calentó cuando los dedos contrarios se escurrieron por su nuca y lo sintió acercarse aún más. — Si es lo que quieres, ¿Por qué no estás tocándome aún? — Susurró en su oído.
La voz aterciopelada y seductora hicieron cosquillear el vientre del moreno, y como si hubiese estado esperando esa autorización, tomó con rudeza su mandíbula, apretando sus mejillas para abultarle los labios, mientras la otra lo sujetaba firme por la cintura, y Seokjin se sintió derretir cuando la boca le fue profanada de aquella manera desesperada con la que Namjoon lo había tomado la última vez.
22/06/23
🍵
Chismecito + Tacita de té:
🍵
Este capítulo es ficción.
Lo que sí es verdad, es que él me tenía muy confundida 😖
¡Disfruten la lectura!
Les mando un abrazo grande.
-Tannieinlove
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