Cap. 08
En medio de la oscuridad buscó su mano, sintiéndolo temblar, quizá por el frío, quizá por los nervios que haberse sincerado de esa manera le habían despertado.
— Yo no soy tan genial como crees — El mayor soltó una risita nasal, hablando en voz baja. — Suelo cagarla todo el tiempo. Soy irresponsable y no mido las consecuencias. Soy voluble y no me tomo las cosas con seriedad cuando debería hacerlo. Mis padres están molestos conmigo desde hace tres años y no puedo reprocharles nada, porque tienen toda la razón del mundo para estarlo.
— ¿Qué pasó?
El mayor guardó silencio por un momento.
— Prefiero no hablar de eso ahora, pero.... papá y mamá se han hecho cargo de una responsabilidad que es mía, y además aceptaron apoyarme con la actuación a pesar de que insistían en que debía encontrar un empleo y generar dinero ya. Trabajé un tiempo dando clases de inglés a niños de primaria, ¿sabes? Pero no era mi sueño, y una vez más, fui irresponsable y dejé todo para irme a Busán con mis tíos para entrar a la academia de actuación.
Namjoon lo miraba con seriedad, no entendía del todo la historia de Seokjin porque era obvio que faltaban muchas piezas en ese rompecabezas, pero aun así admiraba su determinación para seguir sus sueños, aunque a los demás les parecieran poco prácticos o útiles.
El jamás habría hecho algo como eso.
A Namjoon le gustaba jugar a la segura. Entre menos riesgos mejor, pero ahora, extrañamente se sentía un poquito contagiado de ese espíritu libre y valiente.
— Te admiro, Joonie. — Continuó el mayor. — Eres una persona inteligente, firme y constante, alguien en quien se puede confiar y al mismo tiempo... eres muy agradable y atento. Tienes una linda manera de ser. Tratas a las personas con respeto y amabilidad. Me sigues en mis locuras, aunque siempre estas al pendiente de mí por si algo llegara a pasar. Sabes escuchar y... la verdad es que te envidio un poco. Me gustaría poder ser más como tú y tener en claro las cosas que debo hacer y apegarme a ellas para no seguir defraudando a las personas.
Para Namjoon, ni las estrellas, la luna, el agua o las ruinas a su alrededor existían en ese momento.
— No creo que seas así, Jin, y creo que tienes una imagen incorrecta de mí. — Le dijo serio. Yo suelo hacer las cosas solo porque debo hacerlas, no por que quiera hacerlas, y mi vida gira entorno a lo que mi cabeza dice que es lo correcto, pero... tú me has enseñado que hay miles de perspectivas al ver un mismo objeto. Últimamente siento que ya no quiero ser el Namjoon que va por la vida haciendo solo lo correcto. Ahora quiero... quiero ser el Namjoon que hace las cosas que lo hacen feliz, y aunque tenemos poco tiempo de conocernos, tu forma de ser me ha hecho replantearme muchas cosas de mí mismo. No tienes que envidiar a nadie, Jin. A un millón de personas les encantaría ser más como tú. Yo incluido.
Ambos chicos se miraron a los ojos en medio de aquella oscuridad, y en ellos pudieron encontrar algo de consuelo. De apoyo y aceptación. De admiración incluso.
— ¿Tienes frío? — Preguntó el mayor, llevando una mano a hacer fricción en el brazo del moreno y lo vio negar. — Estás temblando.
Y sin más, Namjoon apretó la mandíbula y se sacudió la manta fuera para inclinarse y tomar entre sus manos el enfriado y sonrojado rostro del mayor para adueñarse de sus labios de manera ruda y desesperada.
Oh.
Seokjin sintió calor.
Caliente.
Muy caliente.
Los besos de Namjoon eran calientes. Su boca era caliente. Su aliento se sentía caliente. Y de pronto eran los dos los que temblaban mientras se aferraban con fuerza a las ropas del otro, necesitando mantenerse así- No, no así, más cerca aún, más, más cerca.
La boca de Seokjin fue tomada con deseo, con necesidad. Sintiendo sus labios ser mordidos y succionados con fuerza y su cavidad recorrida por una lengua húmeda y deliciosa que rastrillaba su paladar adentrándose con lujuria.
Namjoon le robaba el aire y a él no podía importarle menos morir asfixiado.
Las manos del moreno tiraban de su chamarra y él, desesperado y ansioso por su tacto, bajó la cremallera desde su cuello hasta la cadera para abrirla, permitiendo que el moreno adentrara sus manos debajo del suéter que lo cubría.
Se le erizó el cuerpo y le mordió el labio en venganza cuando las frías manos le tocaron la piel y el moreno no quiso disculparse, en cambio solo soltó sus labios para bajar a besar su mejilla y delinear su marcada mandíbula escuchándolo jadear cuando succionó la piel de su cuello.
Lo escuchó gruñir y se aferró con fuerza a la nuca del moreno cuando notó sus manos pasear descaradas hasta su parte trasera y amasar con fuerza sus bien formados glúteos sobre el calentito pantalón de algodón, sin dejar de besar su cuello.
— Jin...
— Hazlo. Dios, solo hazlo. — Soltó desesperado, tironeando él mismo de sus pantalones.
Y Namjoon le ayudó, jalando con brusquedad de la tela para bajarlos hasta los tobillos junto con la ropa interior, mientras Jin se sacaba la chamarra por los hombros, quedando solo con su suave suéter color mostaza.
Velozmente desabrochó el botón de sus jeans y bajó la cremallera, bajándolos tosco y dejando a la vista su dura erección.
Seokjin se elevó ligeramente apoyándose en sus codos y jadeó, sorprendido y hambriento al verlo, tomando al mayor por la nuca para demandar que volviera a comerle la boca.
Lo sintió recostarse sobre él, acomodándose entre sus piernas y el exquisito vaivén lo hizo arquear la espalda cuando sus erecciones friccionaron entre sí, mandando cientos de descargas eléctricas a cada rincón de su cuerpo.
El miembro de Namjoon era prominente, y su dureza conseguía aguarle la boca. Empujó con algo de brusquedad al moreno y a éste la sorpresa le duró poco pues de inmediato Seokjin se acomodó entre sus rodillas tomando con sus manos la base de su pene para comenzar a bombear y lo vio relamerse los labios antes de introducírselo todo en la boca, chupando y lamiendo con ansia la gruesa erección.
— Mng... Mierda, Agh... Tienes una boca... Una jodida boca que... Ugh, Jin... Maldita sea, te quiero coger...
Su cuerpo vibró y se le volvió gelatina escuchándolo hablar así de tosco, así de ronco, porque juraba que su pene palpitada deseoso por recibir las atenciones del moreno muy muy dentro de sí.
Un par de succiones más y sacó el miembro de Nam de sus hinchados y enrojecidos labios, sintiendo el sabor salado de su presemen en la lengua, y subió desesperado buscando los labios del moreno para morderlos y chuparlos a su antojo, sentándose sobre su erección para iniciar un vaivén desesperante para ambos.
Los dedos del menor se clavaron en su cintura, hundiéndose ahí para tomarlo y obligarlo a moverse más rápido, restregando su pene entre las nalgas de Seokjin.
Sintió al mayor gemir contra su boca cuando dio una falsa embestida y no pudo contenerse más, porque Seokjin lo volvía insensato, un loco y atolondrado que lo único que deseaba era sentirse vivo.
Le abrazó el cuerpo, girándolo para dejarlo boca abajo contra las mantas ya revueltas, y Seokjin levantó las caderas hacia atrás poniéndose a su disposición, teniendo el duro pecho del moreno contra la espalda, impidiéndole apartarse, sometiéndolo.
— Te voy a preparar.
— Eres idiota si crees que voy a aguantar. Solo escupe. Escúpeme y métemela ya.
— Pero...
— Mierda, Nam. ¡Quiero que me cojas en este instante!
— Eres un tarado. — Rio al escucharlo gritar aquello, sintiendo vergüenza, aunque estuviesen solos en medio de la nada. — Pero ya lo pediste y ahora te aguantas.
Y tras un escupitajo directo en su entrada, sintió al moreno entrar de una sola estocada hasta el fondo, robándole un profundo grito que intentó frenar tapándose la boca.
— Eres un cabrón. — Jadeó sintiendo lágrimas llenarle los ojos.
— ¿Yo? Tú lo pediste literalmente a gritos.
— Sí, pero... Ah... Agh, maldito cabrón de mierda... Ah... Mhg... Y yo diciendo que eras atento y amable...
El moreno soltó una carcajada sin dejar de penetrarlo, escondiendo la cara en la curvatura de su hombro para besarlo ahí, intentando dejar de reír, porque aquello que estaba haciendo se sentía jodidamente bien.
(...)
La entrada de Seokjin palpitaba y ardía, su abdomen, las mantas, su suéter y su trasero estaban por completo manchados de los fluidos de ambos y no podía quejarse de nada porque el orgasmo que acababa de tener había sido tremendo.
Namjoon no se había contenido en lo más mínimo. Lo había azotado duro contra el suelo y las mordidas en su espalda, que no le habían causado ninguna herida, de seguro dejarían huella por algunos días.
Si, tenía el trasero dolorido, pero no se arrepentía de nada. Lo repetiría cien veces más si le juraban que volvería a sentirse así de bien ser arrasado por ese hombre que ahora lo veía directo a los ojos, cubierto hasta el cuello por una sucia manta y que lo abrazaba por la cintura para ayudarlo a entrar en calor.
(...)
El sol había salido y ninguno de los dos reparó siquiera en tomar la polaroid que tenían al lado y por la cual estaban ahí arriba en ese campanario en ruinas.
En cambio, ambos chicos seguían sumidos en un profundo sueño cuando una paloma se posó en una de las salientes de la construcción, su aleteo y gorjeo consiguiendo que Namjoon abriera los ojos.
Los parpados se le abrieron lentos y en medio de su nublada cabeza intentó orientarse e identificar en dónde estaba. Brusco fue su regreso a la realidad cuando cayó en cuenta de que debían ser más de las siete de la mañana por la altitud del sol y que él y Seokjin estaban semidesnudos y a la vista de todo aquel al que se le ocurriese pasarse por ahí.
— Jin. — Le llamó asustado, sin ser demasiado estridente. — Jin, despierta. — Intentó espabilarlo moviéndolo por los hombros, consiguiendo que el mayor se revolviera entre las mantas. — Jinnie, por favor, despierta. Tenemos que vestirnos.
El mayor seguía sin lograr despertar, después de todo debían llevar solamente unas tres o cuatro horas de sueño y él solía dormir al menos unas siete de corrido.
Amedrentado y sin lograr que el mayor abriera los ojos, tanteo su alrededor logrando dar con su ropa interior, metiéndosela por los pies, luchando luego con sus jeans al tratar de acomodárselos de manera rápida.
Un poco más tranquilo al ya no estar desnudo, volvió a insistirle al mayor para que despertara, esta vez consiguiendo que abriera los ojos de manera perezosa.
— ¿Qué hora es? — Preguntó con la voz enronquecida.
— Las siete con veinte. — Murmuró, revolviendo las mantas en busca de la ropa del mayor. — Maldición...
— ¿Qué pasa?
— Tu bóxer no está.
El mayor soltó una risita.
— Pues claro. Alguien me lo arrancó anoche...
— Jin... — Se quejó rodando los ojos. — Hablo en serio. No está. ¿Dónde lo dejaste?
El mayor se incorporó ligeramente, viéndolo mover las cosas de un lado a otro y solo entonces le dio un poco de seriedad al asunto.
— ¿Dónde lo dejé? Dónde lo dejaste tú. Tú me lo quitaste.
Entonces el moreno se quedó estático y con los ojos muy abiertos.
— Mierda...
¿Mierda?
Seokjin frunció el entrecejo y vio al moreno gatear hasta la orilla y asomarse por la cornisa.
— Ay, no...
— ¿No qué? — y él también gateó hasta la orilla, cuidando que la manta le cubriera bien de la cintura hacia abajo.
— ¡Lo siento! Juro que cuando los arrojé a un lado no creí lanzarlo tan lejos...
— ¡Namjoon! — Le gritó Seokjin, para justo después romper en una sonora carcajada, viendo su bóxer rojo mecerse sobre las aguas del rio, chocando contra los cimientos del campanario.
09/06/2023
🍵
Chismecito + Tacita de té:
🍵
Repito que este capítulo es ficción.
Lo que sí es verdad, es que todo con él era muy divertido.
Las cosas serias terminaban siempre en alguna tontería que me mataba de risa.
Espero que la estén pasando bien y que le den mucho apoyo a los chicos ahora que salió Take Two.
💜💜💜
Les mando un abrazo grande.
-Tannieinlove
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