Cap. 06
Su rutina de dar un paseo en bicicleta por la reserva cada mañana había regresado. Había pasado el sábado viendo películas con Jin en su departamento y comiendo todo lo que quisieron. El domingo había salido con Jungkook y Hoseok a un café del centro y ahora lunes estaba ansioso porque el horario de trabajo terminara porque había invitado a Jin a cenar y ya quería verlo.
Guardar secretos cuando de una sorpresa se trataba no era lo suyo, y tener el regalo de Jin guardado en el armario lo llenaba de ansiedad. No podía esperar a decirle lo que había comprado para él, pero debía aguantar hasta el cuatro de diciembre, y eso lo estaba volviendo loco.
Cuando el turno acabó, salió en su bicicleta rumbo a su departamento. Tomo una ducha y se arregló lo mejor posible para la cita que había planeado. Bueno, no era una cita cita, cabe aclarar, sino una cita de amigos para festejar su cumpleaños con anticipación.
Arreglado y perfumado, caminó hasta el restaurante que había propuesto y pidió una mesa para dos a la chica de la entrada.
Estaba ansioso, con la caja de regalo escondida debajo de la mesa en la silla de al lado, esperando por Seokjin.
Solo unos minutos después, lo vio aparecer en la entrada, y la misma chica que le había dado la mesa lo llevó hasta él.
Decir que se veía bien, era quedarse corto.
Seokjin definitivamente no tendría problema en ser actor, o modelo incluso, si es que quisiese.
Llevaba un suéter de cuello alto, unos pantalones formales y una gabardina larga en tonos oscuros.
"Demasiado atractivo", pensó Namjoon, y no sabía si ese pensamiento era algo bueno o algo malo.
— Joonie. — Saludó con una sonrisa, tomando asiento en la silla frente a él.
— Hola, Jin. Gracias por aceptar la invitación.
— ¿Qué dices? Gracias a ti por invitarme. ¿Pero por qué estamos tan formales? — Preguntó como si se tratara de un secreto, y el moreno sonrió mostrando sus hoyuelos.
— Estamos celebrando tu cumpleaños. Mañana lo pasarás con tu familia y no dijiste si harías algo después o no, así que quise festejarlo desde hoy.
Seokjin sonrió en grande.
— Gracias.
Y por primera vez, Namjoon lo vio sonrojarse y mostrar algo de timidez dentro de toda esa extravagancia y espontaneidad que Kim Seokjin era.
— Después de cenar quiero ir a un lugar que encontré en internet. ¿Puedes, o tienes algo más que hacer?
— No, no. Si puedo.
— Okey. — Y la sonrisa se le agrandó tanto que contagió al mayor.
Después de revisar el menú y elegir sus platillos, platicaron, comieron, rieron y bebieron. Habían sido los últimos clientes en retirarse un par de minutos después de las once de la noche.
— ¿Y a dónde querías ir? — Preguntó el mayor, frotándose las manos por el frío, en la acera del restaurante, entonces fue que notó la caja que Namjoon llevaba en las manos. — ¿Qué es eso? — Preguntó divertido, intentando quitársela, pero el moreno fue más veloz y logró apartarla antes de que Jin la tomara.
— ¡No, no, no! — Dijo berrinchudo. — Aguanté muchos días con la tentación de decirte lo que había comprado para ti y no vas a arruinarlo ahora. Esperaremos a que den las doce de la noche para entregártelo.
— ¿Es un regalo para mí? — Preguntó emocionado, y el moreno rodó los ojos.
— ¿Para quién más si no?
Seokjin se colgó emocionado de su brazo y caminaron a la par por las aceras del pueblo.
— Ya dime. — Insistía el mayor.
— Nuh-uh.
— Ya~, anda. Solo faltan unos minutos. No habrá diferencia.
Namjoon bufó una risita.
— Estas haciendo que flaquee, pero no lo vas a lograr. Esperaremos a que den las doce.
— ¿Por favor? — Lo miró con ojos de cervatillo y un puchero en los labios, que solo consiguió hacer reír al moreno.
— N-O. Además, tenemos que llegar antes al mirador.
— ¿Mirador?
— Uhum. Es a donde estamos yendo.
— ¿En serio?
— Sí.
— ¡Genial! El mirador es súper lindo de noche. Cuando estaba en el instituto solíamos ir a beber ahí...
Namjoon puso los ojos en blanco.
— Tú bebiste en cada rincón de Goryeong.
Y el mayor soltó una carcajada con lo dicho, porque era casi cierto.
(...)
El mirador de Goryeong era pequeño. El mismo aire colonial adornaba el lugar, con farolas de herrería antiguas y bancas de hierro fundido con finos entramados.
Al llegar, fueron directo al barandal que protegía a quienes quisieran asomarse demás. Subir la inclinada avenida había sido cansado, pero la preciosa vista que tenían frente a sus ojos lo valía mil veces.
Todo el pueblo parecía iluminado y pudieron ver desde ahí la parroquia y el jardín principal que era el epicentro del pueblo.
Tomaron asiento en una de las bancas y escondieron sus manos dentro de sus abrigos para protegerse del frío.
— Goryeong... tiene algo que me hace sentir nostálgico. — Namjoon dijo en voz baja. — Pero no es una nostalgia mala. Es como... recordar el olor a café cuando me quedaba a dormir en casa de la abuela y eso era lo primero que olía al despertar. — El mayor sonrió escuchándolo. — Nunca pensé que un lugar así pudiese gustarme.
— A mí me pasa algo parecido. Busán es muy divertido, y me encanta la playa, pero... siempre que estoy allá, siento que quiero estar aquí, aunque creo que es porque aquí crecí, aquí están mis amigos, mi familia y eso.
El moreno negó.
— No creo que sea solo eso. — Volteó a verlo. — Siento que tú eres totalmente Goryeong.
El mayor bufó incrédulo.
— ¿Tú crees? Siempre me han dicho lo contrario. Dicen que no encajo del todo aquí. Siempre pensé que vivir en una gran ciudad sería lo mío, pero... no lo sé. — Suspiró y soltó una risita. — Tal vez si soy más del tipo Goryeong.
— Totalmente. — Sonrió de vuelta el menor y su semblante cambio a uno pensativo. — Cuando recién llegue, yo de verdad odiaba estar aquí. — Decía con una sonrisita avergonzada, mirando al frente. — Me sentía un idiota por haber elegido este lugar. Puede haberme quedado en Seúl, ¿sabes? Tenía el promedio para elegir el hospital que yo quisiera, pero... por seguir a una persona terminé aquí, y después esa persona me cambió por alguien más.
Seokjin lo miraba atento.
— Me sentí el imbécil más grande del mundo. — Rio, burlándose de sí mismo. — Él pudo elegir un buen hospital para hacer su pasantía, terminó en Daegu, conociendo a un chico que le pareció mejor que yo, y yo terminé varado en un pueblo en el que no conocía a nadie, y- — Se cortó a sí mismo, girándose a ver a Seokjin y le sonrió. — Y entonces apareció ese pato que casi me asesina y llegaste tú.
El mayor rio con fuerza.
— Deberíamos agradecerle a ese pato en donde quiera que esté. Gracias patito. — Dijo Seokjin hacia el cielo, haciendo reír a Namjoon.
— El punto es que... desde que te conocí, esto se siente diferente. — Le confesó con una sonrisa. — Estás completamente loco. —Rio divertido. — Y tus locuras me contagian un poco. Eres... como una revolución, y a veces no te entiendo, pero... me agradas y-
El insistente "pipipi-pipipi" de la alarma del celular de Namjoon comenzó a repiquetear, haciendo que los dos dieran un saltito en sus asientos.
El moreno sacó el aparato apresurado de su abrigo y calló la alarma. Levantó el rostro y extendió sus brazos a los lados antes de decir.
— Son las doce de la noche, Jin. Feliz cumpleaños.
Y Jin no sabía que hacer o pensar, porque ese "Me agradas" podía ser un me agradas, me agradas, o solo un "Eres agradable" y ya. Aun así, correspondió el abrazo que le era ofrecido, rodeando y dejándose rodear por los brazos del otro durante unos 10, 15, 20... 40 o 60 segundos, no podían saberlo, porque aquel abrazo se sentía... bien.
Namjoon carraspeó la garganta y despacito se separó del otro un tanto incómodo.
— Por cierto... — Se rascó la nuca, costumbre que Seokjin había notado ya como algo muy propio del moreno. — Olvide traer un pastel o algo, pero... igual puedes pedir un deseo. — Volteó hacia el cielo. — Hay muchas estrellas y supongo que alguna servirá para lo mismo, ¿no?
Seokjin sonrió enternecido, sin dejar de ver las dos lindísimas estrellas que tenía a escasos 50 centímetros de él.
Namjoon esperó su respuesta, pero solo lo vio asentir.
Seokjin cerró los ojos, mordiendo su labio inferior en concentración
"Diosito, que ese me agradas, sea un me agradas del que estoy pensando, por favor. Por mi cumple, ¿sí?", rogó al cielo.
Diez segundos después los abrió y... ¿Namjoon siempre había estado así de cerca, o era solo la loca idea en su mente pidiéndole que así fuera?
— ¿Ya? — Vio al mayor asentir. — ¿Qué pediste? — Preguntó emocionado.
"Por favor, por favor, por favor, que sea ese tipo de me agradas."
Y como en cámara lenta, Namjoon vio a Seokjin acercarse a su rostro y cómo este cerraba los parpados de a poco. Sintió una mano suave y ligeramente fría en su nuca que lo arrastró hacia el frente para ser besado por unos labios carnosos y-
Oh.
El cuerpo de Namjoon se estremeció por completo con aquella sensación, tensando los hombros, pero llevando las manos a las mejillas del otros para sostenerse mientras movía sus labios al compás que le marcaban.
Los labios del mayor se movían en perfecta sincronía contra los suyos, tan gruesos y suaves, tan... tan... mordibles y húmedos... tan-
De un momento a otro, Seokjin lo dejó ir y él no podía con la cara de sorpresa que cargaba.
Jodida mierda.
Jin besaba bien.
El moreno estaba rojo hasta las orejas y el mayor no se quedaba atrás, pero obviamente no evidenciaría eso.
— Lo siento. Un deseo de cumpleaños es un deseo de cumpleaños, así que ya está. — Se encogió de hombros. — ¿Nos vamos?
Se puso de pie, tratando de ocultar el latir desenfrenado de su corazón por el atrevimiento que acababa de tener. Namjoon asintió fuera de sí, tomando en sus manos la caja de regalo que había comprado para el mayor y lo siguió en silencio hasta que éste detuvo un taxi.
Subieron a él y Seokjin le dio indicaciones al hombre para llevar al moreno hasta su departamento. Una vez ahí, se despidió de él como si no hubiese pasado nada y vio a Namjoon subir la escalerilla.
Una vez solo en el asiento trasero, tomó el regalo en sus manos y lo apretó fuerte contra sí, tratando de controlarse y sacar de su cabeza la idea de que acababa de arruinar todo con el moreno por aquel impulso.
Ese beso no estaba en sus planes, aunque mentiría si dijesen que nunca cruzó por su mente. Después de todo, recordaba perfectamente haber agradecido a aquel bendito pato por haberle permitido tremenda vista cuando conoció al moreno por primera vez en ropa deportiva ajustada.
(...)
Apenas llegó a su casa, corrió a su habitación y se echó de espaldas en la cama, empujando con sus pies los zapatos para sacárselos y tirarlos en algún lugar de la habitación.
Tomando aire, se sentó sobre el colchón y observó la caja con el envoltorio azul brillante. Poco a poco fue deshaciendo los pliegues dejando a la vista una caja de cartón. La abrió y lo primero que encontró fue una cámara polaroid.
Sus ojos mostraron asombro. Le encantó al instante. Sacó la cámara de dentro de la caja de regalo y al fondo pudo ver otro paquete.
Curioso, adentró la mano para tomarlo y nada más ver las dimensiones de éste, supo de qué se trataba. Estaba seguro de que era un libro.
Se tomó el tiempo de sacar las cintas de los bordes y quitó la envoltura, observando maravillado una de sus obras de teatro favoritas.
El sueño de una noche de verano, de Shakespeare.
Sonrió enternecido.
Namjoon había dado en el clavo con aquel regalo y él no podía con la angustia.
Se moría de ganas de llamarlo para decirle que había abierto el regalo y agradecerle de mil maneras por ambas cosas, pero estaba muerto de vergüenza.
Se debatía y se volvía a debatir entre llamarlo o no, después de todo era bastante tarde y Namjoon tenía trabajo al día siguiente. Estaba jalándose los cabellos cuando una serie de mensaje le llegó al celular.
Joonie:
Espero que te hayan gustado tus regalos
No sabía si ya tenías el libro, pero no recuerdo haberlo visto en tu biblioteca, así que pensé que tal vez podría gustarte
Y la cámara...
Sé que te gustan los amaneceres y atardeceres de Goryeong, y pensé que quizás podrías sacar algunas fotos para que los puedas ver cuando estés en Busán.
Si quieres, podemos fotografiar algunos el próximo fin de semana.
Feliz cumpleaños, Jin
Seokjin rodó de felicidad en su cama, abrazando el celular a su pecho.
Kim Seokjin:
Muchas gracias por todo lo de hoy, Joonie
Y perdón por lo de hace un rato
Lo hice sin pensar
Sabes que soy algo tonto y no mido las consecuencias
Papá y mamá siempre me regañan por eso
Y...
Nada
Solo...
Lo siento mucho
Seokjin veía la conversación en pánico esperando por una respuesta pues podía ver que Namjoon estaba escribiendo y a unos cuantos kilómetros de ahí, el moreno se debatía entre escribir lo que quería decir o limitarse y hacer como que no pasaba nada.
Joonie:
Jajaja
No pasó nada
Disfruta tus regalos
Espero que pases un lindo cumpleaños
Descansa
El mayor dejó salir todo el aire que había estado guardando en los pulmones y el moreno se jalaba los cabellos por no haber dicho lo que había querido decir, porque justo en ese momento quería ir a casa de Kim Seokjin para besarlo como era debido.
27/05/23
🍵
Chismecito + Tacita de té:
🍵
Este capítulo es ficción.
El susodicho no cumplía años en diciembre jajaja pero Seokjin sí, así que... jajaja
Lo que sí es cierto, es que sí besaba bien...
No diré más jejeje
Espero que estén disfrutando.
Les mando un abrazo grande.
Los quiero mucho
-Tannieinlove
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