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Cap. 05

Kim Seokjin:
Joonie
¿Quieres que pase por ti?

Joonie:
Si no te molesta, sí

Kim Seokjin:
Claro que no
Llego en quince minutos
Casi estoy listo

Joonie:
Okey
Te espero



Seokjin terminó de ponerse un poco de maquillaje y se acomodó el cabello.

Esa noche saldría con Yoongi y los otros dos amigos de él y de Namjoon a uno de los clubs del pueblo.

Estaba emocionado.

Tenía tiempo sin ir a uno con Yoongi y... Bueno, también estaba un poquito deseoso de ver a Namjoon.

Hacía varios días desde que habían visto aquella película en su departamento, y tenía muchas ganas de salir con él.

Cuando estuvo fuera del departamento, hizo sonar el claxon. De seguro los señores Lee ya habían comenzado a odiarlo por escandaloso, pero no le importaba.

Un minuto después, vio a Namjoon bajar apresurado por la escalerilla.

— Hola. — Saludo sonriente.

— Hola, Joonie. Sube. — Lo invitó con un cabeceó y se hizo hacia adelante para darle espacio.

El chico subió detrás, tomándolo con confianza por los hombros.

— ¿A dónde iremos?

— A un club que a Yoongi y a mí nos gusta. Será divertido, confía en mí.

— Okey. Confío en ti.

De verdad comenzaba a hacerlo.

Y dicho eso, Seokjin aceleró.





(...)





Hoseok y Jungkook sabían cómo disfrutar en esos lugares. Ambos chicos resultaron bastante agradables ante los ojos de Seokjin. No les importaba hacer el ridículo y seguían sus juegos.

Los tres habían terminado subidos en la mesa junto al DJ —que, para variar, era un amigo de Jin— bailando y bebiendo.

Desde abajo, Yoongi y Namjoon se partían de risa viéndolos tontear.

— ¿Hay algo entre tú y Jin? — Preguntó el pelinegro de la nada, haciendo al otro confundirse.

— ¿Q-qué? No, no, solo somos amigos. — Yoongi enarcó una ceja. — De verdad. Sabes que lo de Jimin está muy reciente y...

El pelinegro rodó los ojos.

— Ese chico pasó a la historia Nam, y fue así porque él lo quiso. — El moreno permaneció en silencio, jugando con el vaso de plástico en su mano. — Estás libre amigo, disfruta.





(...)





— Tus amigos me cayeron muy bien. — Decía Seokjin de camino a casa. — ¿Por qué no quisiste subir a bailar con nosotros? Eres igual a Yoongi.

Namjoon rio por lo bajo. Ni loco se atrevería a hacer lo que Seokjin hacía. En el chico, todas aquellas ocurrencias calzaban perfecto, pero él no se sentía con la confianza para dejarse llevar así.

Se vería demasiado ridículo, y él odiaba verse ridículo. Lo hacía sentir inseguro.

— Oye, ¿Ya tienes sueño?

La pregunta le pareció una invitación a seguir de fiesta, y a pesar de ser casi las cinco de la mañana, negó.

— No en realidad. ¿Por qué? ¿Qué otro excelente plan tienes?

Le pareció curioso que Seokjin no riera.

— ¿Te gustaría ir a mi casa? — Namjoon abrió grande los ojos y el mayor casi se atraganta con su saliva. — ¡No es lo que estás pensando! ¡Dios! ¿Qué clase de pervertidos crees que soy? O sea, si soy un pervertidos, pero no del tipo que invita a tipos a casa de sus papás con ellos ahí durmiendo.

El moreno soltó una carcajada.

— ¿Y a qué iríamos a tu casa?

— Hay algo que quiero mostrarte.

— Mientras no sea alguna parte de tu cuerpo, está bien. Vamos.

El mayor no pudo evitar reír fortísimo, cambiando de dirección el volante para ir a casa de sus padres.





(...)





Seokjin estacionó la cuatrimoto en una casa muy linda de tres niveles con una fachada de ladrillo y grandes ventanas.

— Vamos. — Lo invitó cuando bajó del vehículo y él lo siguió.

Lo vio sacar un manojo de llaves y abrió para él.

— Tu casa es muy linda.

— Gracias, pero habla bajito o vamos a despertar a mis papás.

Namjoon se llevó la mano a la boca y abrió grandes los ojos, susurrando un "Lo siento".

El mayor lo guio hasta las escaleras y subieron un nivel y después otro, llegando a una habitación amplia. De inmediato, el olor a libros llegó a su nariz.

Seokjin se alejó un poco y encendió una lámpara de escritorio para darles un poco de iluminación.

— ¿Tienen una biblioteca en su casa? — Dijo maravillado, mirando todas las estanterías.

— Sí. ¿Te gusta?

Namjoon asintió emocionado, caminando a un costado para revisar los lomos de los libros y Seokjin sonrió al verlo así de contento.

"Sabía que le gustaría"

— Ven. Mira estos de aquí. — Lo invitó el mayor, y él obedeció. — A papá le gusta coleccionar libros antiguos. — Con sumo cuidado, sacó uno de los libros del estante y se lo entregó en las manos. — Y este es mi favorito.

El primer tomo de una primera edición de "Los miserables" estaba en sus manos.

Oh.

Aquello se sentía como tener una joya preciosa y altamente delicada entre sus dedos.

— Consiguió los cinco tomos en una subasta cuando yo era muy pequeño.

— Es... es increíble, Jin. ¿Puedo abrirlo?

El mayor asintió.

— Solo ten cuidado. Las tapas y las hojas están algo flojas.

Tal y como le indicó Seokjin, abrió la tapa despacito y con muchísima delicadeza.

— Está en francés.

— Uhum.

— Wow. — El moreno parecía encantado hojeando las páginas con precaución. — No pensé que te gustara esto.

— Por Dios, Namjoon. ¿Qué parte de "estudio actuación" aun no te queda clara? Las obras de teatro me fascinan.

El moreno sonrió para él, y los hoyuelos de sus mejillas le parecieron por algún motivo más lindos que otras veces.

Estuvieron un buen rato en la biblioteca. Namjoon parecía encantado con todo lo que ahí había, y Seokjin disfrutaba viéndolo curiosear por aquí y por allá.

— Joonie, ven. — Pidió bajito.

— ¿Eh? — Exclamó levantando la vista del libro que tenía en las manos.

— Anda, deja ese libro y ven. Apúrate. — Le pedía insistente al lado de la puerta que, había notado ya, llevaba a una terraza.

Dejó el libro en su lugar y llegó hasta él apresurado para salir de la biblioteca.

Seokjin corrió hasta el borde de la terraza, recargándose en el borde de cantera y ladrillo y Namjoon hizo lo mismo.

— ¿Recuerdas el atardecer en la presa? — El moreno asintió. — Bueno, no hay mejor amanecer que el que se ve desde aquí.

El cielo ya había comenzado a cambiar del profundo azul oscuro a uno ligeramente más claro y poco a poco éste seguía cambiando sus tonalidades paseándose entre los morados y rosados hasta llegar a los amarillos.

Fue en ese momento que a la lejanía y sobre los cerros que rodeaban Goryeong, pudo ver el sol aparecer. Primero como una fina línea que iba creciendo hasta convertirse en un circulo que subía hacia el cielo.

— Debe pasar ya de las seis de la mañana. Papá y mamá no tardan en despertar.

Susurró con la vista al frente.

— E-entonces... creo que debería irme.

El mayor asintió y se giró hacia él para dedicarle una bonita sonrisa.

— Creo que es hora de ir a dormir.





(...)





— Joonie... — Lo llamó Seokjin antes de que éste subiera por la escalerilla y lo vio girarse. — Pronto será mi cumpleaños.

El moreno abrió los ojos con grata sorpresa.

— ¿En serio? ¿Qué día?

— Cuatro de diciembre.

Bajó el peldaño que había subido antes.

— ¿Tienes pensado hacer algo?

— Uhm... Normalmente paso ese día con mi familia, pero podríamos hacer algo por la noche. — Se encogió de hombros. — Aun no tengo nada planeado, aunque... me gustaría que nos viéramos.

El moreno pareció pensarlo.

— ¿Sabes qué día cae?

— Martes.

— Oh.

— Lo sé. La mayoría no podrá desvelarse si planeo algo por la noche. Yo estoy de vacaciones, pero sé que ustedes tienen que levantarse temprano para trabajar.

— Podríamos festejar unos días antes. Quizás el sábado antes, o si no el que le sigue.

— Sí. — Dijo un poco apagado, y Namjoon lo notó.

— Sea como sea, cuenta conmigo, Jin. Solo avísame, ¿mh?

El chico sonrió y asintió.

— Bueno, te dejo descansar. Nos vemos luego.

El moreno no respondió a la despedida, en cambio...

— Jin... — El chico detuvo la cuatrimoto. — ¿Cuánto tiempo duran tus vacaciones?

— Aun me queda un mes.

— ¿Y después regresarás a Busán?

— Uhum. ¿Por qué?

Namjoon meneó la cabeza.

— Por nada. Simple curiosidad.

El mayor asintió, afianzando mejor sus manos sobre el manubrio.

— Bueno... pues, nos vemos, Joonie.

— No vemos, Jin. Ve con cuidado.

— Siempre lo hago. — Le sonrió antes de hacer girar la moto y marcharse.





(...)





— El próximo martes es el cumpleaños de Jin.

— Uhum. ¿Qué con eso? — Preguntó el pelinegro, llevándose el sándwich de pollo a la boca, sentado en el comedor del centro de salud.

— Me gustaría regalarle algo, pero no sé qué.

— Jin es sencillo. Entre más estúpido sea el regalo, más le gustará. — Rio pensando en su amigo.

— Podríamos ir al centro a buscar algo para él. — Propuso Hoseok. — ¿Tienen algo que hacer hoy por la tarde? — Los tres chicos negaron. — ¿Y si vamos al centro a pasear y de paso buscamos algún regalo?

Jungkook asintió emocionado, pasando su sándwich.

— Yo también quería ir a buscar algunas cosas. Cada vez hace más frío y necesito un abrigo.

— Pues ya está. — Sonrió Hoseok con emoción. — Vamos hoy.





(...)





Pasaron la tarde recorriendo los locales del pueblo. Jungkook había conseguido el abrigo que quería, uno bastante calentito, por cierto, y Yoongi y Hoseok habían elegido un par de detalles para Jin, sin embargo, Namjoon no conseguía encontrar algo que le encantara.

Se estaba frustrando porque ya todos tenían algo y él, por más que buscaba, no encontraba nada.

Yoongi le repetía una y otra vez que cualquier cosa estaría bien para Jin, pero él quería encontrar algo especial.

Estaba por rendirse y comprar una bufanda, cuando semiescondido entre unos puestos de ropa, encontró un pequeño y solitario puestecito de libros de segunda mano.

Sin pensarlo dos veces fue hasta el viejecillo que reacomodaba los libros de un lado a otro.

— Buenas tardes. — Saludó el moreno. — ¿Puedo ver los libros?

— Claro, muchacho, pasa. Estos de acá son libros académicos, acá tengo algunas novelas, acá notas periodísticas...

— ¿Tiene obras de teatro? — Lo interrumpió sin ser grosero.

El viejo asintió.

— Están mezcladas con las novelas. — Señaló a su derecha y Namjoon le agradeció. — Si encuentras algo que llame tu atención, avísame.

— Muchas gracias. — Le sonrió y comenzó a rebuscar entre las decenas y decenas de libros revueltos mientras sus amigos jugueteaban en la acera entreteniéndose con los otros puestos.

Al final del día, y después de dar un recorrido más al centro, había conseguido el regalo perfecto y después de una buena cena entre amigos, regresó contento a su departamento.









19/05/23

🍵

Chismecito + Tacita de té:

🍵

No hay mucho más que contar.


1- Sí fuimos a su casa una madrugada.

2- Sí estaban sus papás durmiendo jajaja

3- Sí vimos el amanecer desde su terraza.





Espero estén disfrutando la lectura.

Les mando un abrazo grande 💜

-Tannieinlove

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