Cap. 04
Kim Seokjin:
Auxilio, doctor
Me comí una fresa
Joonie:
¿?
¿Y qué con que te comieras una fresa?
Kim Seokjin:
Idiota, soy alérgico a las fresas
Joonie:
¿El idiota soy yo?
¿Quién fue el que se comió una fresa sabiendo que es alérgico?
Kim Seokjin:
😒
¿Tan poco te importan tus pacientes?
Joonie:
Desde el momento en que me llamaste doctor dejé de creer todo lo que dijiste
Kim Seokjin:
😞
Joonie:
¿Eres alérgico a las fresas?
Kim Seokjin:
¿Estás bromeando?
Hubiera muerto hace muchísimo tiempo
Las fresas me encantan
Namjoon rio viendo su celular, pero debió de dejar de responder porque la siguiente consulta entró a su cubículo.
Kim Seokjin:
¿Qué harás más tarde?
¿Vamos al jardín por un chocolate caliente?
El día está algo helado
¿Estás ocupado?
Si, supongo que estas ocupado
¿A qué hora terminas en el trabajo?
¿Irás a casa después de eso?
Podría pasar por ti
Si gustas, claro
No es como que te esté acosando ni nada
Estoy de vacaciones, así que no tengo mucho que hacer
Estoy aburrido...
Okey, te dejo trabajar
Lo siento si te estoy molestando
Joonie:
Jajajajaja
Si, se nota que estas aburrido
Perdón
Estaba en atendiendo a una persona
El chocolate suena bien
El centro de salud se siente muy frío
y no traje un suéter, solo la bata,
pero no ayuda mucho con el frío
Oye, tengo que dejarte,
tengo más consultas
Hablamos luego
😄
Era lunes, y como todos los otros lunes, el centro de salud se abarrotaba de trabajo, ya conforme los días de la semana pasaban la carga iba disminuyendo, por eso odiaba los lunes. Terminaba llenando más de dos hojas de registro de pacientes y con la mano adolorida por tantas notas y recetas escritas.
— Doctor, un chico pide pasar con usted.
— ¿Otro? — Se quejó el moreno.
Hoseok soltó una risita y asintió.
Faltaba alrededor de una hora para su hora de salida y le dolía un poco la cabeza por tanto trabajo. Aun así, suspiró y aceptó quejumbroso.
— Bien, pídele que pase, por favor.
Estaba ya predispuesto a ver la consulta sin entretenerse mucho, cuando lo vio entrar al consultorio.
Llevaba el cabello recién lavado, podía saberlo porque aún estaba húmedo y su rostro estaba completamente limpio. Pudo ver que sus labios eran rojizos por naturaleza y no por el uso de algún labial como había pensado antes.
Soltó una risita cuando lo vio tocar el marco de la puerta pidiendo permiso para pasar.
— ¿Y ahora qué comiste? — Preguntó divertido.
Jin se encogió de hombros.
— Nueces.
— ¿Y eres alérgico a las nueces?
— No, pero estaban deliciosas.
El moreno soltó una suave risa.
— ¿Qué haces aquí? Pensé que de verdad eras un paciente y tenía muchas, muchas, ganas de golpearte.
El mayor puso cara de espanto.
— ¿Qué clase de doctor eres? Por Dios.
— Uno que por el día de hoy está cansado y harto de ver consultas. — Se quejó recostándose sobre sus brazos en el escritorio.
— Pero ya casi sales, ¿no?
— Uhum. ¿Cómo lo sabes? Ahora que recuerdo, no te respondí eso en el mensaje. Lo siento.
— Mira... no es que te esté acosando, ¡porque te juro que no lo estoy haciendo!, pero busque en internet el horario en que está abierto el centro de salud y supuse que a esa hora terminaba tu turno.
El moreno soltó una carcajada.
— Creo que debería comenzar a preocuparme...
Seokjin entrecerró sus ojos y formó un mohín.
— Mal agradecido. — Refunfuñó. — Toma. — Le dijo, extendiéndole una bolsa con algo dentro. — Aun si no querías que pasara por ti, supuse que un suéter te vendría bien. Hoy está haciendo frío.
Sacó el suéter de felpa de dentro de la bolsa y sonrió avergonzado.
— No era necesario, pero gracias.
Seokjin se encogió de hombros.
— Bien, me voy. — Se puso de pie. — Esperemos que no llegue ningún otro paciente para ti, pobrecitos ellos si les toca con el doctor amargado de la clínica. Ponte el suéter.
— Oye~. — Se quejó enfurruñado, haciendo reír al mayor.
— Ya. Suerte. Nos vemos.
— ¿Qué no querías ir por un chocolate?
— Uhm... sí, pero como no me dijiste nada... — Se encogió de hombros.
— Espérame. — Pidió con una sonrisa. — Mi turno acaba en poco.
Seokjin también sonrió al verlo acariciar el suéter con las manos y sus ojos fijos en los suyos.
— Bien.
(...)
— ¿Por qué tienes el cabello mojado? — Le preguntó subiendo tras de él en la cuatrimoto después de despedirse de Yoongi, Hoseok y Jungkook, vistiendo el suéter gris que Seokjin le había llevado.
— Porque tomé un baño antes de venir, ¡Duh!
— Eso ya lo sé, ¡Duh! Me refiero a que debiste secarlo antes de salir.
— ¿Para qué si se secará solo? ¡Duh! — Se encogió de hombros encendiendo el motor.
— Pero hace frío y puedes enfermar, ¡Duh!
— Tengo un amigo doctor que sabrá que hacer, ¡Duh!
— Si amaneces resfriado mañana, ni se te ocurra venir a pedirme ayuda.
— No hablaba de ti, hablaba de Yoongi. — Se burló travieso, haciendo al otro torcer el gesto. — ¿Ya no seguiremos con el "Duh"? Porque era divertido.
El moreno soltó una carcajada.
— Ya. Vamos por ese chocolate.
(...)
— No creo poder. Tengo que ir a Daegu. — Decía el moreno, bebiendo de su chocolate con especias picantes dentro de la chocolatería a la que Seokjin lo había llevado y justo ahora estaba rechazando su invitación para salir el fin de semana.
— ¿A Daegu?
— Uhum. Encontré un lugar en donde venden la llanta que se estropeó de mi bicicleta. Ya quiero usarla de nuevo. Ir al centro de salud andando no es tan divertido e ir a la reserva se había vuelto una rutina muy agradable.
— ¿Te gusta hacer ejercicio?
— Uhm... no lo sé. Antes hubiese dicho que no, pero desde que compré la bicicleta descubrí que es algo que me agrada mucho. Aunque es distinto a estar en un gimnasio, así que... creo que me gusta el ciclismo de montaña. O el senderismo, no lo sé.
El mayor asintió, sorbiendo de su taza. Había pedido un chocolate con bombones.
— Yo tengo que ir al gimnasio, aunque no me guste. Tengo que mantener un cuerpo estilizado. Ya sabes, para conseguir mejores papeles en las audiciones.
El moreno asintió, comprendiendo.
— Tienes un buen rostro. — Agregó de la nada, haciendo reír al mayor.
— ¿Gracias?
Namjoon solo se encogió de hombros y se llevó la taza a los labios.
(...)
— Listo. — Sonrió llegando hasta él. — Tengo los boletos. El autobús sale en diez minutos.
— Perfecto. ¿Quieres algo para el camino? ¿Gomitas, frituras, agua...?
— Es menos de una hora de camino. — Rio el moreno. — Pero las gomitas están bien.
— ¡Yei! — Exclamó contento el mayor. Corriendo al puesto de chucherías que había en la central de autobuses.
Unos minutos después subieron al autobús y se acomodaron en sus asientos.
— ¿Ya sabes qué haremos al llegar? — Preguntó Namjoon, robándole una gomita del paquete que tenía en las manos.
— Podemos ir a comer algo. Conozco muy buenos restaurantes que no son caros.
— ¿Venías muy seguido a Daegu?
— Uhum. — Exclamó, mordiendo la gomita con forma de lombriz. — Goryeong es lindo, pero no hay mucha variedad. Todo el mundo viene a Daegu a conseguir cosas. Ropa, muebles, comida, libros... llantas para bicicleta...
El moreno soltó una risita.
— Entiendo.
— Cuando estábamos en el instituto, Yoongi y nuestros otros amigos veníamos a los bares y clubs de Daegu los fines de semana. La familia de uno de ellos tiene una casa aquí, así que podíamos pasar la noche y regresar a Goryeong al día siguiente.
— Oh, entonces no eran solo un desastre en Goryeong sino también en Daegu. Ya veo... — Dijo burlón, haciendo reír al mayor, quien se giró en su asiento para verlo completamente de frente.
— ¿Te gusta beber?
Namjoon trató de acomodarse en su sitio para girarse mejor.
— No lo hago mucho y no tolero tanto, pero sí. Me gusta. ¿Por qué? ¿Vas a hacer que nos veten de algún bar de Daegu?
La risa de Seokjin se escuchó en todo el autobús.
— No, pero sería divertido. Cuando volvamos a Goryeong, ¿te gustaría ir al bar de un amigo? La cerveza es barata y hay buen ambiente. Probablemente nos encontremos a Yoongi o a algún otro conocido.
— Bueno, no me extraña que te encuentres a algún "conocido". Tú conoces a todo el pueblo.
El mayor volvió a reír.
— ¿Sí o no, doctor Kim?
El moreno rodó los ojos.
— Sí. — Dijo alargando la palabra. — Pero no quiero meterme en problemas.
— Miedoso. — Se burló, llevándose otra gomita a la boca.
(...)
Todo había salido mejor de lo que Namjoon había pensado.
Había estado ansioso desde que planeó su ida a Daegu. La ciudad le recordaba a Jimin y eso lo ponía incómodo, pero la verdad es que Seokjin hablaba tanto y de tantos temas que no le permitió sobrepensar más de la cuenta en ello.
El restaurante de pizzas a la leña había sido una idea genial, el recorrido por la plaza comercial para que Jin comparara un abrigo también, y había conseguido la llanta de su bicicleta.
Iban de regreso a Goryeong con la llanta en el maletero del autobús y Namjoon estaba contento.
Llegaron al pueblo y después de dejar la llanta en el departamento de Namjoon, caminaron hasta el centro para ir al bar al que Seokjin lo había invitado. Era sencillo llegar a todos lados en Goryeong, nada quedaba demasiado lejos, así que una caminata de diez minutos no fue nada para el par de jóvenes.
Como cada fin de semana, el centro del pueblo se llenaba de turistas, música y cualquier atracción que a las personas se les ocurriera montar.
El bar tenía un ambiente demasiado agradable.
Tal y como había dicho Seokjin, se encontró con varios amigos y después de saludarlos por aquí y por allá pasando de mesa en mesa lo invitó a sentarse en la barra.
— Won, hola. — Saludó, extendiendo su cuerpo sobre la barra para abrazar y dar una palmada en la espalda de un chico alto y de cabellos largos que estaba detrás.
— Jin. — Saludó el otro. — Qué bueno verte.
— ¿No has visto a Yoongi?
— No. No ha venido hoy, pero hace un rato se fueron Chang y Félix.
— Oh, luego les llamo para invitarlos a salir.
— ¿Y quién es tu amigo? — Preguntó el hombre, cambiando el tema.
— Él es Namjoon, es amigo de Yoongi. — Dijo sonriente.
— ¿Eres el doctor del centro de salud?
El moreno asintió confundido.
— Sí, ¿Ya nos conocemos?
Won rio y negó.
— No, pero desde que se abrió el centro, todo el mundo habla de Yoongi, de ti y de los otros dos chicos enfermeros. — Namjoon sonrió apenado. — Es un gusto conocerte al fin. —Sonrió, y sin más, dio dos aplausos acomodándose en la barra listo para trabajar. — En fin, ¿Les sirvo algo?
— Una cerveza clara para mí. — Pidió, volteando luego hacia el menor.
— Lo mismo, por favor.
— Muy bien. — Lo vieron ir hasta el refrigerador de bebidas y sacar dos botellas. Las abrió y las puso frente a ellos. — Si necesitan algo más, solo pídanlo. — Les sonrió y se alejó para continuar con lo suyo.
Ambos chicos se giraron en el banquito con botellas en mano, recargando sus espaldas en el borde de la barra para poder pasear sus ojos por el bar.
— ¿Y qué te parece?
— Es diferente a los bares de Seúl.
El mayor sonrió.
— Sí, me gustan más los de Goryeong. — El moreno torció el gesto en desacuerdo haciéndolo reír. — ¿Qué? ¿Me vas a decir que en Seúl puedes ir a un bar vestido así de cómodos como estamos, encontrarte con tantas personas que te agradan y no tener que aparentar o algo? Además, la música que escuchamos aquí me gusta más que la electrónica de los bares o clubs de Seúl.
Namjoon rio bajito.
— Tienes buenos puntos.
Seokjin volteó a verlo.
— ¿No vas a debatir o algo?
El moreno solo se encogió de hombros sin dejar de sonreír. Sus hoyuelos eran muy lindos.
— No, tienes razón. — Se giró hacia él. — ¿Te digo algo?
— Uhum. — Dio un trago a la botella.
— No suelo salir mucho. No soy de los que van a bares o clubs.
— ¿No?, ¿y entonces qué haces para divertirte?
El moreno agachó la cabeza, apenado.
— No hago muchas cosas divertidas. Generalmente estoy estudiando o leyendo. Me gusta leer. — Confesó, levantando la cabeza para mirar a Jin. — Cuando entré a la universidad, conocí a un chico, Jimin, y él... nosotros fuimos novios durante casi toda la carrera.
Jin parecía sacar cuentas en su cabeza.
— Yoongi llevaba en Seúl como seis años. ¿Tanto tiempo duraste en una relación?
El moreno asintió.
— Pero terminamos hace poco.
— Oh, lo siento. — El rostro de Seokjin se veía sincero.
— Ya no importa, el punto es que... creo que volqué toda mi atención en él y de cierta forma dejé de lado las cosas que me gustaban. Aunque ahora ya no sé exactamente qué era lo que me gustaba antes. — Rio. — Es confuso, pero estando en Goryeong, he descubierto cosas de mí que no conocía. Como el hecho de que me gusta el ciclismo.
— Bueno, pues brindemos por eso. — Extendió la botella esperando que Namjoon las hiciera chocar. — Por descubrir nuevas cosas que te hagan feliz.
El moreno sonrió haciendo tintinear los cristales, dando un hondo trago después.
— Salud por eso.
— Ah~. — Exclamó el mayor, arrugado el gesto luego de pasar el burbujeante trago y se puso de pie abandonando su botella en la barra. — ¿Qué dices? ¿Baila conmigo, doctor Kim?
Namjoon negó avergonzado.
— No sé bailar.
— Yo tampoco. — Se encogió de hombros con una sonrisa que convenció de inmediato al moreno. — ¿Vamos?
(...)
Kim Seokjin:
¿Qué haces?
Joonie:
Justo acabo de poner una película en mi laptop.
Kim Seokjin:
¿Cuál?
Joonie:
La vida es bella
Kim Seokjin:
¡No juegues!
¿Tienes palomitas?
Joonie:
No
Kim Seokjin:
Yo si
Llego en 5 minutos
Namjoon puso pausa a la película y corrió al baño para lavarse la cara, sacándose el pijama que llevaba usando todo el día para ponerse algo decente.
(...)
— No pensé que te gustaran este tipo de películas.
— ¿Estás bromeando?, ¿Por qué crees que quiero ser actor?
Namjoon rio, dándose cuenta del pequeño detalle.
Después de que ambos dejaran de llorar en silencio con el final y sin voltear a verse a la cara porque era demasiado vergonzoso, Seokjin le había propuesto salir a caminar.
Era bastante tarde y Namjoon tenía que estar en el centro de salud mañana temprano, pero no le importó.
Estar con Seokjin era divertido.
— Tengo una idea.
El moreno enmarcó una ceja.
— No sé por qué, pero cuando tienes una idea, me da miedo.
El mayor soltó una carcajada.
— Tranquilo, Joonie. Solo debes confiar en mí.
— Definitivamente no lo hago. — Dijo muy, muy, muy, sinceramente. — Tienes ideas muy locas a veces.
Seokjin volvió a reír y rodó los ojos.
— No seas dramático. Vamos, te gustará, estoy seguro.
Namjoon lo veía no muy convencido, pero aun así se dejó arrastrar en su plan.
Caminaron a altas horas de la noche por las calles adoquinadas. El frío era algo molesto, pero se habían cubierto con unas gruesas chamarras antes de salir así que no estaba tan mal.
— Ven. — Le extendió la mano, y dudoso, el moreno la aceptó. — Es por acá.
Seokjin lo hizo subir por una calle inclinada en lo que parecía una zona privada de casas, cosa que le causó desconfianza. Se tranquilizó a los dos minutos cuando al doblar en una esquina salieron a una zona amplia llena de árboles rodeada de unas lindas casas antiguas.
— ¿Dónde estamos?
— En el conservatorio. — Dijo señalando la casona amarilla del frente. — Estamos en la zona más antigua del pueblo. ¿Ves esa fuente?
— Uhum.
— Bueno, por ella corre agua de manantial. Debajo de nosotros hay un manto acuífero, y los primeros habitantes de Goryeong se asentaron aquí justo por esto. — El moreno se sorprendió. — Mira por acá. — Lo volvió a tomar de la mano, llevándolo unos pasos adelante hasta lo que parecía una construcción tosca y antigua de cemento o algún material parecido acomodada en declive. — Adivina qué es.
Namjoon miró un momento la construcción. Por ella corría agua, pero no entendía de que se trataba.
— Uhm... ¿Alguna especie de bebedero para animales?
Seokjin soltó una carcajada.
— No, pero supongo que los pájaros bajan a beber aquí, así que creo que en parte si es eso. — Namjoon lo miraba divertido y expectante. — Eran lavaderos comunitarios. — Le explicó por fin. — Antes las mujeres venían aquí a lavar sus ropas. Como el agua de manantial siempre está fluyendo, estaban abiertos 24/7. Genial, ¿no?
— Wow. Tiene sentido. — Miró todo a su alrededor por un momento y fue a juguetear con el agua qué corría por la construcción. — Aquí es bonito. Me gustan los árboles y el estilo de las casas.
— A mí también. Cuando era niño solía venir al conservatorio con mi papá y jugaba en esta área con algunos amigos.
— Tú tienes muchos amigos.
— No tantos. — Sonrió hacia el moreno. — Conozco a muchas personas, pero amigos, amigos, no son tantos.
— Creo que yo no tengo amigos.
— ¡Ja! ¿Entonces que soy yo? — Puso las manos en jarras. — Yoongi también te considera su amigo. ¿Tú a él no?
Aquello lo tomó por sorpresa.
— Bueno... Sí. — Sonrió, y Seokjin pudo ver ilusión en su mirada. — Tienes razón. Creo que también Hoseok y Jungkook son mis amigos. — Esto último lo dijo con un dejo de duda porque no sabía si ellos lo consideraban así o no.
— ¿Los chicos del centro de salud?
— Uhum.
— Los conocí el otro día. Son agradables. Si son tus amigos, deberíamos salir con ellos algún día. ¿Qué opinas?
— Sería divertido. — Le sonrió.
Últimamente Namjoon hacia eso seguido —sonreír—, aunque Seokjin no sabía que esa característica era nueva.
12/05/23
🍵
Chismecito + Tacita de té:
🍵
En realidad no hay mucho que contar sobre este capítulo.
Lo que si es similar a la vida real, es que él tenía muchos amigos, uno de ellos tenía un bar e íbamos algunas veces.
La familia del dueño del bar era muy linda, pude convivir con ellos e incluso la mamá del amigo dueño del bar me invitó a su casa una vez.
De ahí en fuera, lo del conservatorio si sucedió. Ese lugar era hermoso.
Espero que disfruten el capítulo.
Les mando un abrazo grande.
-Tannieinlove
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