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Cap. 01


- Doctor Kim, la señora Kang acaba de llegar y quiere pasar a consulta específicamente con usted. - Dijo el enfermero.

- ¿Otra vez? - "Y faltando solo veinte minutos para salir", se quejó internamente. - ¿Por qué siempre viene cuando estoy a punto de irme? - Moduló el tono para que solo su compañero lo pudiese escuchar.

El chico de ojos grandes rio bajito y meneó la cabeza.

- Dice que es una urgencia.

Kim Namjoon rodó los ojos e hizo un pequeño berrinche.

- Apuesto que no es una urgencia y que de nuevo voy a terminar escuchando sus problemas familiares.

- De seguro su suegra volvió a decirle que los hijos de su otra nuera son más inteligentes.

- No lo dudes. - El doctor Kim dio un hondo suspiro y torció el gesto en rendición. - Dile que pase, por favor.

El chico asintió y llamó a la mujer para que entrara al consultorio.




(...)




El pueblo de Goryeong acababa de abrir las puertas de su nuevo centro de salud comunitario, ahora sus habitantes no tendrían que viajar hasta la ciudad para poder ver a un médico y aunque el trabajo algunos días era pesado, el doctor Kim Namjoon, como con orgullo lo llamaban los habitantes, era inteligente y amable con sus pacientes.

¿Y siendo tan inteligente, por qué había elegido Goryeong para hacer su pasantía y no un hospital de renombre en la ciudad?

Sencillo.

Por idiota.

Namjoon había conseguido entrar a la prestigiosa escuela de medicina de Seúl, había dedicado días y noches enteras a estudiar y su esfuerzo había dado excelentes frutos.

Todo era demasiado bueno, y se volvió aún mejor cuando al entrar al salón de clases por primera vez, observó a un deslumbrante chico que le robó el corazón a primera vista.

Park Jimin, originario de Busán y nuevo en la ciudad.

Después de cientos de intentos por llamar su atención, su torpe encanto consiguió que el rubio aceptara una cita, y después de esa, vino otra, y luego otra y otra más, hasta que ambos comenzaron una relación.

Su precioso Jimin era un sueño y él estaba a sus pies.

Después de cinco años y medio de noviazgo, y de que su relación sobreviviera al poco tiempo que tenían para verse durante su año de internado médico, llegó el día de la selección de plazas para su pasantía, y él estaba feliz.

Con su alto promedio, tenía la oportunidad de elegir alguna de las vacantes de Seúl, pero sabía que para Jimin no sería tan sencillo, así que durante el evento, estuvo posponiendo su oportunidad de elegir hasta que llegase el turno del rubio.

- Alumno número 48, Park Jimin.

El nombrado se puso de pie y Namjoon a su lado lo alentó con una sonrisa.

El chico caminó por el largo pasillo del auditorio hasta llegar a las mesas de los docentes y comenzó a escribir y a firmar en los documentos.

Namjoon se puso de pie y levantó la mano, avisando a los directivos que haría uso ahora de su oportunidad de elegir.

- Park Jimin. - Dijeron a través del micrófono. - Destinado al Hospital regional de Daegu.

¿Qué?

El rostro de Namjoon era un poema. Poco a poco, su mano fue bajando, observando a Jimin regresar hacia él.

- Joven Kim, pase al frente.

- Uhm... lo siento profesor, ¿podría darme un momento más?

El hombro aceptó y llamó por el micrófono al alumno número 49.

Jimin llegó a su lado y Namjoon tomó asiento.

- ¿Daegu?

- ¿No estás contento? Mi promedio no es el mejor, pero aun así logré elegir un hospital.

¿Contento?

Claro que lo estaba, pero...

- Pero ya no hay más vacantes en Daegu, Minnie.

El rubio abrió grande los ojos.

- ¿Qué dices? Claro que sí. - Rio, y se veía tan lindo como siempre volviendo sus ojitos unas medias lunas, pero Namjoon no podía admirar esa sonrisa como solía hacerlo porque su cabeza estaba entrando en pánico.

¿Ahora qué haría?

Ya no había más vacantes en los hospitales de Seúl ni en los de Busán, y Jimin acababa de tomar la última vacante de los hospitales de Daegu.

Mierda.

Sin prestarle atención al rubio, sacó apresurado su celular y abrió el mapa.

De un saltó volvió a ponerse de pie y levantó su mano lo más arriba posible para que los directivos lo notaran.

El hombre con el micrófono rodó los ojos.

- ¿Ahora sí está listo, joven Kim?

- Si profesor, lo siento.

Pasó apresurado al frente y pidió los documentos para firmar.

- Namie, Goryeong está a solo 40 minutos de Daegu. Podremos vernos cada vez que queramos. - Intentaba consolarlo su novio. - Además, nos servirá estar separados, así nos extrañamos más y tenemos tiempo para hacer nuestras cosas. Tenemos que estudiar mucho para el examen de titulación y este tiempo nos vendrá muy bien.

Cabizbajo, el moreno asintió.

Goryeong había sido el pueblo elegible más cercano a Daegu y hacer su pasantía en un centro de salud comunitario podía ser una buena experiencia, así que intentaba animarse y pensar positivo.

Jimin tenía razón, eran solo 40 minutos de distancia y aprovecharía para prepararse para el examen. A pesar de todas las bondades que su novio mencionaba, no podía evitar sentirse terriblemente triste.




(...)




El día llegó por fin y por primera vez tuvo que despedirse de sus padres y hermana para ir a vivir lejos de casa. Jimin había partido a Daegu un día antes y ambos se habían dado una muy buena "despedida", así que, dándole un último abrazo a su familia en la estación, subió al autobús cargado de maletas.

Se lamentó todo el camino e intentó pasar las cuatro horas del recorrido mensajeando con su novio, pero este estaba ocupado con su mudanza y no podía darle toda su atención.

Trató de entretenerse viendo la película que reproducían en las pantallas del autobús y sin darse cuenta cayó dormido.

- Disculpe. - Dijo una mujer a su lado, sacudiéndolo suavecito por el hombro. - Joven, despierte.

- ¿Mh? - Parpadeó intentando orientarse.

- Joven, usted baja en Goryeong, ¿no es así?

Namjoon se reincorporó en el asiento asustado al darse cuenta de lo que pasaba. No sabía cuánto tiempo había dormido ni si había pasado ya el pueblo al que viajaba.

- S-sí, sí. Voy a Goryeong. - Dijo acelerado.

La mujer le sonrió amable.

- Lo escuché decírselo al chofer cuando subimos y lo vi tan dormido que quise avisarle que ya llegamos.

Namjoon cerró la boca y reverenció profundamente.

- Muchas gracias. - Dijo antes de ponerse de pie y salir a buscar sus maletas.

Fuera de la estación de autobuses, varios hombres le ofrecieron llevarlo en taxi y luego de elegir uno, subió al maletero todas sus pertenencias con ayuda del conductor.

Buscó en el mapa de su celular la ubicación del pequeño estudio que él y sus padres habían encontrado en renta en internet y se la mostró al hombre, quien de inmediato supo a donde debían ir.

Para su sorpresa, Goryeong resultó ser un pueblo colonial muy pintoresco. Sus calles adoquinadas y las casas con grandes puertas de madera antigua y ventanas con balcones llenos de flores lo remontaron a la antigüedad y no podía negar que aquello le resultaba bastante lindo.

No tardaron ni diez minutos en llegar a su destino, el pueblo era pequeño, así que nada quedaba demasiado lejos.

El taxista había sido igual de amable que la mujer del autobús y le ayudó a subir todas sus maletas por la angosta escalerilla que llevaba al pequeño departamento/estudio del segundo piso dejándolas en la entrada.

Pagó el viaje y bajó a tocar el timbre de la casona del primer piso.

Los Lee, la pareja de ancianos con los que solo había hablado por teléfono, lo recibieron gustosos. Vivían solos desde hacía años en la antigua casa y habían decidido convertir en departamento la que solía ser una vieja bodega, que era donde ahora viviría él. Por suerte, le habían construido una entrada independiente, así no molestaría a los ancianos cada vez que quisiera entrar o salir.

Le hicieron entrega oficialmente de las llaves del lugar y después de resguardar sus pertenencias dentro, bajó a aceptar la invitación que le habían hecho para comer.




(...)




Nervioso, había asistido a su primer día en el centro de salud y conocido a sus compañeros. Eran solo cuatro chicos haciendo sus pasantías en todo el lugar, dos médicos y dos enfermeros. Conforme los pacientes comenzaron a llegar, el trabajo se encargó de ocupar su mente, y el dolor por extrañar a su novio y a su familia fue disminuyendo.

Día a día tomaba un poco más de confianza respecto a sus habilidades y había descubierto que no tenía que preocuparse mucho por no saber cocinar porque casi todos los días alguien le regalaba algún platillo hecho en casa.

Los fines de semana los dedicaba a salir corriendo a primera hora de la mañana para tomar el autobús a Daegu y pasarlo con Jimin en su departamento, regresando en el último autobús de los domingos.

Jimin le contaba sobre su pasantía en el hospital y sobre sus compañeros. Su lindo novio estaba siendo muy aplicado y aunque casi no tenía tiempo para él, sabía que era porque estaba ocupado estudiando.

Así pasaron los días y todo parecía ir bien, hasta que un fin de semana Jimin le pidió posponer su visita. "Los doctores me pidieron dar una clase para todos mis compañeros y necesito concentrarme en eso", le había dicho, y aunque un tanto deprimido, lo entendió. Ya podría verlo el siguiente fin de semana. Aunque para su mala suerte, el siguiente fin de semana, Jimin había vuelto a tener otro trabajo importante que entregar.

Así pasaron los meses. Su trabajo en el centro de salud iba bien y por las tardes se dedicaba a estudiar en su departamento, pero la tristeza que llevaba dentro comenzaba a ser demasiado obvia para todo el que lo rodeaba.

Los fines de semana en que veía a su novio eran cada vez menos, hasta que un día en que Jimin le dijo que no podía verlo porque estaba exhausto y debía estudiar para una prueba del hospital, decidió sorprenderlo.

Por la tarde compró una botella de vino, la pasta favorita de Jimin y un ramo de rosas, se arregló más de lo habitual y tomó el autobús a Daegu. Solo cenaría con su lindo novio, lo consentiría un poco para relajarlo y a la mañana siguiente regresaría a Goryeong.

Emocionado, se plantó frente a la puerta del departamento y tocó el timbre.

Oh.

La sorpresa terminó volteándosele cuando la puerta fue abierta por un chico alto y castaño.

- Nam. - Pronunció Jimin, corriendo a la puerta para hacer que el castaño se apartara. El moreno frunció el ceño. - ¿Q-qué haces aquí? - Cerró la puerta tras de sí, quedando ambos en el pasillo del edificio.

- Quería sorprenderte. - Confesó sin quitar el semblante oscuro del rostro, con las manos ocupadas por las flores y la comida.

- Oye... n-no es lo que piensas. Taehyung es... es mi compañero en el hospital y estamos estudiando juntos.

- Dijiste que dormirías porque estabas cansado y que mañana estudiarías.

- S-sí, pero... Taehyung propuso estudiar desde hoy y...

- Nunca mencionaste a ningún Taehyung, Jimin.

- Bueno... es que...

Los ojos de Namjoon denotaban profunda tristeza e ira.

No era ningún estúpido.

Jimin no estaba estudiando y ese tal Taehyung no era solo un compañero.

- ¿Es por él que no quieres verme? - Jimin lo miró a los ojos sin poder decir palabra, su barbilla temblaba, pero no podía abrir la boca. Sin poder contenerse más, Namjoon le entregó con brusquedad las flores y luego el bolso con la pasta y la botella de vino. - Soy un completo imbécil. - Murmuró enfurecido contra sí mismo. - Que disfruten la cena. - Gruñó sarcástico, dando media vuelta para alejarse lo más rápido posible.

- ¡Nam, no! Espera...

El moreno detuvo sus pasos y regresó hasta el rubio. Jimin tuvo la esperanza de que éste le dejara explicarse, pero en lugar de un abrazo, solo metió la mano a la bolsa que le acababa de entregar y sacó la botella de vino para volverse a largar.

- Esta me la quedo yo. - Dijo rabioso y salió del edificio.












27/04/23


Llevaba escribiendo esta historia como un año, y aquí esta el primer capítulo.


Le voy a confesar que todo lo que sucede aquí tiene algo de autobiográfico jajaja

No voy a decir hasta que punto es real o no, obviamente esto es ficción y las cosas que sucedieron en la vida real están alteradas.

Tal vez en cada uno de los capítulos les vaya contando un poco del chismecito de lo que sí sucedió en realidad.


Cuéntenme qué les va pareciendo.

Ya saben que me gusta mucho leer sus comentarios.


Gracias por leer, por votar y compartir.

Les mando un abrazo y...

¡Empezamos con historia nueva!


Disfrútenla mucho ♥


-Tannieinlove

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