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▪ Capítulo 36 ▪ Paz perturbadora

Beatriz.

Al llegar a la casa de Dimitri, me acerco a uno de los sofás y me siento. Lía se sienta a mi lado, entrelaza sus dedos con inquietud.

—Eso estuvo cerca —suspira aliviada, Karin.

La miro de reojo, hay algo en ella que me hace desconfiar. A Lía también, lo he notado, la conozco tan bien, que sé cuándo desconfía de alguien.

Se tensa, no habla mucho, observa a esa persona por mucho tiempo. Típico de Lía Martínez, alias, mi hermana de otra madre.

—Dimitri qué bueno que llegast... —habla una mujer con un notable acento ruso y se interrumpe a si misma al notar nuestras presencias—. ¿Qué hablamos, Dimitri?

—Mamá, son mis amigos. Los invité a pasar el rato —se excusa él, rascando su nuca.

La mujer le da una mala mirada, cruzada de brazos.

—Podrías haber avisado —le regaña su madre—. Lo siento chicos, Dim se olvidó de avisarme.

—No pasa nada, señora, es entendible —le hago saber, en un tono amable—. No molestaremos, hablaremos un rato y nos vamos.

—Oh, no, no. Quédense, hagan de cuenta que no existo —nos sonríe en un tono dulce, observa a Dimitri y le lanza una mirada de "Hablaremos después" antes de marcharse.

Qué linda madre que tiene, la mía ya los hubiese echado a todos. Y sin ningún tipo de educación.

—No vamos a poder hablar acá —se lamenta Jarel, de brazos cruzados.

—Vamos chicos, hablaremos por WhatsApp, ¿No les parece?.

La mayoría asentimos, mientras Selena se mantiene con la mirada perdida. Sé que perder a Marie, Carolina y Lara le afectó mucho, al igual que la muerte de Álex.

Ellos eran cercanos, a mí también me afectan tantas muertes, es doloroso ver como pierdes a compañeros que conoces desde hace años y todo por un maldito juego.

—Sel, sí necesitás hablar de algo, podemos hacerlo —le sugiero en un tono amable. Ella parpadea unos segundos y asiente.

Dirijo mi mirada a Lía, ella me mira de la misma forma. Sí, lo más probable es que estemos pensando en lo mismo:

Ariana tiene mucho que ver en esto. Es más que la simple cómplice de Weit.

Nuestros celulares suenan, esto se está volviendo muy típico.

Weit: Vaya, ¿Les gustó encontrar cuchillos, destornilladores y más cosas? Muy interesante, ¿No es así?

Weit: Tranquilos, no hay ninguna huella en las cosas que oculté.

Weit: Oh, casi me olvido, ¿También les gustó la escenita con Álex? Pobre chico, ya debe estar muerto.

Weit: Estaré pensando si darles un juego más.

Ariana: Asesinaste a mi novio! Vas a morir.

Weit: Tranquila querida, el juego aún no comenzó. Relájate.

Selena: Voy a destruirte, me arrebataste lo que más quería.

Weit: UPS! Qué pena.

—Tiene el descaro de reírse de nosotros —se molesta Lía—. Maldita sea, voy a encontrarlo y...

—Que hipocresía hay por acá —comenta Karin con una falsa sonrisa jocosa—. ¿Qué no estabas feliz, Lía?La señorita no quiere que toquen a su amiguita, pero el resto le importa una mierda. ¿O me equivoco?

—Karin, no te metás en esto —la detengo con firmeza—. Si vamos a sacar trapitos al aire, también saquemos los tuyos. ¿Te parece?

Weit me ha estado hablando, me ha dicho varias cosas sobre su familia y ella. También he visto ese periódico en la casa abandonada.

¿Habrá sido bueno que me guarde todo esto?

Lo dudo.

Lía.

No hemos cumplido el juego en su totalidad, de todas formas, no creo que Ariana lo haya dicho en serio en aquello de que me diría quién Weit.

En un principio sí le creí, pero ahora es como, ¿En serio creí esa basura? Ella es leal y cuando es leal a alguien, dudosamente le traicionará.

Decepcionada de mí misma.

Abro la puerta de mi casa y veo a mamá en el sofá.

—¿Mamá?Hola —saludo intentando sonar simpática. No lo soy tanto y ella lo sabe, no suelo estar de buen humor.

—Lía, ya te dije que no podés salir —dice en un tono molesto.

Tierra, tragame...

Mamá, de todos los días en los que no estás, tenías que aparecer justo hoy.

—Bueno, mamá, tampoco es para tanto. Salí un rato —me excuso sin titubear—. Sé cuidarme, sé que te preocupás por mí, pero tu trabajo es más importante. Voy a estar bien.

Suspira y no responde, subo a mi habitación a pensar. Supongo que volverá a prestarle atención a su trabajo.

Mamá siempre ha estado ocupada con su trabajo. Nunca tuvo tiempo para mí, ni siquiera asistía a mis actos escolares. Lo mismo pasaba con papá.

Suspiro y me siento en mi cama.

Si Weit me hablase en este momento para encontrarnos, ¿Qué le diría? "Claro, ya voy".

No. Rotundo no.

Cierro mis ojos por un momento, estoy demasiado cansada de esto.

Sé que en un momento dije que no me importaba que los demás mueran, pero creo que ya está yendo demasiado lejos.

...

Han pasado varias semanas, nos encontramos a 20 de junio. Un mes después de la muerte de Marie.

O bueno, eso dice su lápida.

Estas semanas ha estado todo tranquilo, hablamos lo necesario y nada más. Me quedé más con Beatriz y Jarel, el resto por su lado.

En los recreos, Ben y yo compartíamos miradas, entendiéndonos perfectamente sin decir nada. Vamos a cumplir eso de conocernos mejor luego de que termine todo esto.

Supongo que debo darle una oportunidad al amor, aunque pueda ser un arma mortal. Supongo.

Merezco tratar de ser feliz, ¿No?

Mi celular suena y lo prendo, pensando que es un mensaje de mi madre. Me tenso al darme cuenta que no, no es de mi madre.

—¿Lía? —pregunta, confundida, Beatriz.

—Hay que juntarnos en alguna casa y hablar —anuncio y ella entiende el mensaje, puesto que se va a avisarle al resto.

No tengo miedo, ya me han pasado estas cosas. No hay lugar para la cobardía aquí, dónde está mi corazón.

Ya he recibido mensajes de este estilo antes, puedo con esto.

—Que sorpresitas nos dá la vida, ¿No? —comenta Ariana a mi lado. No sé cuándo llegó.

Dirijo mi mirada a ella y la escrudiño en silencio, traga saliva, algo incómoda por mi mirada.

—No tengo miedo, decile que no tengo miedo. No soy alguien fácil de asustar —hablo, seria.

...

—Muy bien, entonces ¿Weit te ha enviado mensajes? —pregunta Dimitri mientras escribe en su pizarra.

—Sí y no son muy bonitos si les soy sincera.

—¿Entonces podemos llamar a la policía? —pide Ámbar, veo un brillo de miedo en su mirada.

Esta mierda los está asustando a todos.

—No —niego rápida—. No podemos, no ahora. Weit dijo que mataría a nuestras familias si lo hacíamos, ha matado a la familia de Marie. Bueno, supongo que fue Weit.

—Hay algo que no me está quedando claro... —murmura Jarel—. ¿La policía no revisa los celulares de los muertos o qué? Está el grupo ahí en WhatsApp.

—Tal vez cuando salen del grupo, éste desaparece o Weit usa hacks y elimina el grupo en los celulares de los muertos —argumenta Ben—. Tiene sentido, ¿No creen?

—No está mal lo que pensás —apoyo su teoría. Es lo más probable que pase con los grupos.

Me detengo a mirarlo por unos segundos, estoy siendo disimulada, pero él parece darse cuenta por lo que dirige sus ojos color miel hacia mí. Siento como si se me cortara al aliento ahora mismo.

—Dejemos de dar vueltas, ¿Qué dicen los mensajes? —se impacienta, Karin.

Aclaro mi garganta y me preparo para leer los mensajes que Weit envió, siento un pequeño temblor en mis manos, pero sé que no es miedo.

Mercink~

Capítulo un poco largo y tranquilo, pero intrigante. Lamento tardar en actualizar.

¿Por qué será que Weit desapareció por casi un mes, por así decirlo?

¿Qué serán esos mensajes que le envió a Lía?

¿Será que Lía siente miedo por primera vez en mucho tiempo?

¿Quién será la próxima víctima de Weit?¿Quién es Weit?¿Mateo?

Muchas preguntas y pocas respuestas.

Nos vemos en la próxima actualización ❤️

Se viene un poco fuerte el próximo capítulo.

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