▪Capítulo 33 ▪ Séptimo juego
Lía.
Trato de calmar mi respiración intranquila, han pasado dos días del sexto juego, dos días del incendio.
Dos días desde que Weit dijo "Comienza el séptimo juego"
¿Qué estará planeando que aún no ha dicho nada?
—Listo, creo que ya tengo una teoría coherente —murmura Dimitri frente a su pizarra de corcho, la cual está pegada en su pared blanca.
Está llena de fotos, lugares, un mapa del pueblo, flechas, preguntas.
Dimitri parece oficial de policía, sé que le encanta leer novelas policiales o de misterio. Es nuestro Sherlock Holmes.
Y parece ser más eficaz que la policía. Me sorprende.
—¿Se han dado cuenta que los asesinatos ocurrieron cuando los chicos estuvieron solos? —señala la foto de Joaquín en un movimiento suave. Se enseria—. Él fue asesinado estando solo en su casa, sus padres habían salido a ver uno de sus negocios más cercanos. El o la psicópata sabe cuando están solos.
—Significa que se habló con los fallecidos... —deduce Karin con temor-—. Es alguien de aquí.
—Es por eso que no invité a Ariana... —trata de explicar el pelinegro ruso. Se rasca la nuca, nervioso—. Es mi principal sospechosa. Hay muchas actitudes de ella que no me cierran, perdón.
Lo observo sin poder creerlo, Ariana sería incapaz de dañar a alguien. Bueno, al menos la Ariana que yo conocí.
¿Y desde cuándo la defiendo?
—Imposible que sea ella —niega Lara, su expresión está cargada de horror puro—. Ella no haría algo así.
—Dije que es sospechosa, no que es ella —recuerda él mientras mueve su dedo a la foto de Angie—. Weit mencionó algo de que ella era una mentirosa, al igual que creo que con Carolina... Entonces, ¿Qué quiere decir con eso?
—¿Podés ser más más claro, por favor? —pide, cansada, Selena—. Las vueltas me están hartando, Dimitri.
—Weit sabe cosas de nosotros, debe ser alguien que conocemos del pasado. Y ahí entra mi segundo principal sospechoso —indica la foto de Mateo—. Sabe cosas de nosotros, estuvo en el curso hace unos años... Lo que no me cuadra es, ¿Por qué lo haría?¿Qué motivos tiene para organizar asesinatos? No entiendo
Ben acaricia mi cabello castaño, no lo detengo. Realmente odio que me toquen el cabello, pero no estoy en posición de discutir ahora mismo.
El recuerdo de los periódicos que ví en la casa abandonada, invaden mi mente. Tiene sentido la teoría de Dimitri ahora que lo pienso, sospeché de Mateo desde que regresó.
Él es muy cálido con nosotros desde su regreso, a pesar de lo que ocurrió en el pasado.
Y sobre todo: el apellido de su familia aparecía en el periódico, Schud.
Podría ser una posible venganza hacia los González, la familia de Marie, ¿Verdad? Lo que no comprendo es, ¿Por qué el resto?¿Qué sentido tiene?
Ahí es cuando mi teoría se derrumba. Sin los pilares, no se puede construir.
Beatriz chasquea sus dedos frente a mis ojos, regreso a la realidad.
—¿Qué pasó? Te quedaste callada
—Estaba pensando... —musito algo avergonzada, fijando mi mirada en otra parte—. Tiene sentido lo que decís, Dimitri.
Él me guiña un ojo, orgulloso. Sonrío un poco, es un buen chico y muy inteligente.
Ámbar parece querer decir algo, pero el sonido de nuestros celulares la interrumpe.
Ya se estaba tardando.
Weit: Me estuve tardando esta vez, pero prometo que será super divertido. Habrá dos muertes, así que atentos a lo que diré ahora sobre cómo evitarlas.
Weit: Actúen con normalidad.
Weit: Beban un trago, por favor, parecen unos muertos andantes.
Weit: Y háganse un corte en la mano, veremos quién duda al final.
Weit: Es simple, pero aquí lo que vale es su valentía. Luego entenderán porqué.
—Que actuemos con normalidad, dice —bufa Álex, se cruza de brazos—. Es un maldito chiste, ¿No?
Evalúo su expresión. Él también me parece un poco sospechoso, pero bueno, cuadra más la teoría de que es Mateo.
—Yo no quiero que nadie más muera —
—admite Ámbar. Su admisión me sorprende—. Buscaré un cuchillo, seré la primera en hacerlo.
—¿Y el trago? —le recuerda Álex, burlón—. ¿O acaso no lo quieres?
—Me vale mierda el trago. No quiero que nadie muera —repite ella con molestia y seriedad.
—Buscá uno para mí también —digo fría—. Yo también lo voy a hacer primera.
—¿Qué van a decir nuestros padres?¿Se pusieron a pensar en eso? —nos recuerda Karin, la observo, no confío en ella. No después de que ayudó a Weit.
Vaya, hay varios sospechosos.
—¿Pensás que yo les importo? Quieren volver a Rusia, están más ocupados en eso —confiesa Dimitri, su mirada se llena de pesadumbre—. Ellos no tienen porque saber de Weit y el grupo, ya lo dijo, actuemos con normalidad. La policía cree que es un asesino en serie, tal vez no están tan equivocados.
—¿Qué pensás? —inquiero, examinando su rostro. Sus cejas están ligeramente fruncidas—. Sé que algo acaba de pasar por tu mente. Siempre fruncís las cejas así cuando se te ocurre algo.
—Sos bastante observadora —reconoce él con una sonrisa, antes de volver a estar indiferente—. Los asesinos en serie suelen tener un patrón, Weit parece no tenerlo. Tal vez Weit se atribuye muertes que no fueron provocadas por él o ella.
Suena coherente, todos murieron por causas diferentes por lo que se puede apreciar. Cortes, decapitación, electrocutados, etc.
...
Ámbar me pasa el cuchillo y suspiro antes de hundirlo en mi mano y cortar un poco. No es tan profundo el corte, bastante superficial.
Sangra y arde, pero nada que no pueda soportar. La verdad que no sé ya si creer en la promesa de Weit de que no tocará a Beatriz o no.
Ella es importante para mí, la única amiga que tengo, mi hermana de otra madre. Ella es inocente, pura, un ángel.
No dejaré que muera.
Tampoco dejaré que Ben muera.
Ben me quita el cuchillo lentamente y procede a realizar el corte. Luego Beatriz se lo quita y, temblando, hace lo mismo.
Tiene miedo, pero igual lo hace. Sonrío leve. Ella es valiente, aunque la mayoría del tiempo no lo parezca.
—¿Estamos todos? —inquiere Ámbar.
Selena niega, no quiere hacerlo. Vamos, no se va a morir desangrada por un corte superficial, si es que no tiene ninguna enfermedad.
Finalmente lo hace y suspiro aliviada antes de enviarle un mensaje a Weit de que ya hemos cumplido con el séptimo juego.
Weit: Perfecto, no hay muertes.
Weit: :)
...
Ariana.
¿Esa era toda la sorpresa que tenía? Weit sí que está siendo atacado por el aburrimiento.
—Soy una persona bastante divertida —se burla como si leyera mis pensamientos—. Dale, ¿No creés que fue emocionante ver a todos en acción?
—¿A quiénes vas a matar? —voy directo al grano, no me gusta ser tan directa, pero está dando demasiadas vueltas.
—A nadie, ya lo dije —responde con seriedad—. ¿No estarás pensando en traicionarme? No te conviene, Ari.
—¿Por qué te traicionaría? No hay nada que me interese en ellos como para ponerme de su lado y revelar que vos sos Weit —respondo con tranquilidad. Espero convencerle con eso.
Asiente, con una sonrisa satisfecha. Ruedo los ojos. Me siento en la mesa del centro del comedor.
Se acerca a mí y pasa de largo antes de agarrarme del cuello. Presiona algo frío contra este y yo me estremezco.
—Llegás a decir una palabra de esto y te asesino —susurra cerca de mi oído, su voz es más grave—. A mí no me podés engañar. Yo soy muy capaz de todo.
Besa mi mejilla y se aleja. Tomo bocanadas de aire para recuperar el aliento, acaricio mi cuello al notar algo escurrir de el.
Pequeñas gotas de sangre manchan mis dedos.
Maldición, esto se está yendo muy lejos.
...
Lía.
Ben, Karin, Bea y yo decidimos quedarnos a dormir en la casa de Dimitri. Jarel iba a hacerlo también, pero al final desistió.
Me acomodo mejor en el sofá. Tomamos la decisión de quedarnos en la sala de estar.
Nuestros celulares suenan y agarro el mío, confundida.
—¿¡No era que no mataba a nadie más?! —exclama, alterada, Karin.
Abro el chat del grupo y me encuentro con que:
Weit ha enviado una foto.
Weit ha enviado una foto.
Weit ha cambiado el nombre del grupo.
Weit ha cambiado la descripción del grupo.
—Que en paz descanse mi informante... —lee Dimitri en un murmullo. Sus dientes se aprietan.
Hay dos fotos, una de Lara. En esta, ella aparece sin las manos y un cuchillo clavado en el torso. Ella era la informante de Weit...
Y la otra, es de Jonan. Tiene un cuchillo clavado en el cuello.
Sonrío un poco, él fue uno de los que más daño me hizo en el pasado. Fue bastante duro con sus burlas y críticas hacia mi persona.
Mi sonrisa se desvanece al recordar que era el "crush" de Beatriz.
—Weit mató a su informante... —susurra Beatriz, parece normal—. ¿Eso qué significa?
—Significa que ya no le importa nada —respondemos yo y Dimitri al unísono.
Aparentamos estar normales, pero creo que por dentro más de uno está nervioso.
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