▪ Capítulo 14 ▪ Tercer juego.
Lía.
Acomodo mi cabello hacia un lado y me coloco unos aretes pequeños y discretos. No me gustan mucho los aretes, pero mi tía me obliga a utilizarlos ya que ella me los regaló para mí cumpleaños.
No son feos, me gustan un poco.
Observo mi apariencia en el espejo. Creo que me veo bien.
Para ir a clases, obviamente.
Jeans azul claro, una camiseta negra con una campera de color azul. Creo que voy bien.
...
Nos reunimos en un salón vacío, Weit nos ha enviado una carta a cada uno antes de que saliéramos de nuestras casas. Por suerte nuestros padres no las vieron o nos caería un buen reto.
Al menos a mí.
-Bienvenidos, queridos compañeros de cuarto año sección A. Reunidos en algún lugar donde no tengo idea o quizá sí sepa, comenzará el tercer juego o reto. Como quieran llamarlo -lee Ben, de manera pausada. Su voz me hace sentir viva.
Toma aire para continuar leyendo.
-¿Quién es un asesino?¿O un mentiroso?¿Quién es capaz de matar a otro para no morir?No lo sabrán porque aquella persona no dirá nada. O quizá sí, porque se nota a leguas que son todos unos hipócritas. Van a jugar a la búsqueda del tesoro. Y si no lo completan en 12 horas, uno de ustedes muere -Ben mantiene un semblante serio. Los demás estamos igual.
Al parecer ya no hay nada más en ese papel blanco. Él dobla el papel como estaba y lo guarda en su bolsillo.
-¿Y ahora qué? -inquiere una pelinegra de ojos algo celestes, mejor conocida como Marie.
-Supongo que debemos esperar un mensaje de su parte -concluyo, dando por terminado el tema de conversación.
Karin me observa con sorna, dirijo mi mirada hacia otra parte. Puedo sentir como se acerca a Ben sólo para darme celos o quizá no, no tengo idea.
Y tampoco quiero saber.
Poso mis ojos en el rostro de mi mejor amiga, y única, Bea. La suspicacia se nota en su rostro, en su pálida tez, en sus ojos marrones, en sus facciones.
Pero sé que también tiene miedo. Deberá estar pensando que ella tal vez vaya a morir.
Sí cree que eso va a pasar, está muy equivocada. Jamás dejaría que le pase algo.
-Karin -llama Dimitri.
La nombrada dirije su atención a él, y después, puedo observar como le susurra algo al oído. ¿Qué cosa?
Nuestros celulares suenan. Reviso la hora. 9:43 am. Ya sonará en cualquier momento el timbre del recreo.
Y como buen jueves, tendremos unas lindas horas de Química.
Porque sí, los días más pesados son los jueves y los martes. En donde respectivamente tenemos matemática y química en uno e Inglés, física y una hora de literatura en otro.
Debo admitir que matemática es de mi agrado. Creo que soy una anti-sistema.
Hoy es 12 de abril. No sé ni para que lo digo, pero ahí se queda.
-Lía -nombra y a la vez chasquea los dedos para llamar mi atención.
-¿Qué? -mascullo mientras salgo de mi ensimismamiento.
-Te quedaste parada sin decir nada. Vamos -el rostro de angustia de Bea se alivia.
-Estaba pensando -me excuso-. Entonces, ¿Vemos en el otro recreo lo del tercer juego?
Nadie emite palabra alguna para responder a mi cuestionamiento. Suspiro con pesadez y forzo una sonrisa que más que sonrisa es una mueca.
Weit quiere verme destrozada. O desmoronarnos a todos.
...
La hora del segundo recreo llegó volando. Y bueno, con eso, que la profesora de Química tenía mesa y no llegó para antes del recreo.
Las clases con ella no son tan aburridas, pero suele hablar demasiado y explicar a fondo el tema asignado para X clase. A veces algunos se duermen. Y luego no entienden nada.
Sí algo tienen las profes de Química y Física, es que son las más temidas del colegio. No entender un tema es como no comprender nada de lo que viene después. O la materia entera incluso.
Me tomo un momento para respirar aire fresco sola.
Beatriz me llama para que vaya con ellos. Miro un momento al suelo y luego la sigo.
Realmente no me interesa esto... ir con ellos... Parar esto... Ya simplemente no me importa en lo absoluto. Sólo quiero que no me afecte. Y a Beatriz. Quizá Ben también...
-¿Dónde estabas? -inquiere Ben. Sus ojos color miel me examinan rápidamente.
-Tomando algo de aire -respondo desinteresada-. ¿Y?
-Weit nos pidió que busq... Lo tenés en el grupo, Lía -me recuerda. Cierro un momento los ojos y los abro para buscar el mensaje en el grupo.
-¡Yo no quiero que siga muriendo gente!¡Entiendanlo! -grita Lara. Hoy parece que está bien histérica.
Veo un atisbo de sonrisa maliciosa en el rostro de Marie. La observé por el rabillo del ojo.
-Bueno, entonces Weit nos pidió que busquemos algo irreal. ¿No? -hablo de manera sarcástica-. Algo que posee un mentiroso, pero no es Carolina. Color lavanda. Tiene una nota escrita. Pista de la próxima víctima... Que tal vez no viva.
-Ajá, ¿Y cómo sabemos quién mierda tiene eso? -retruca Selena.
-Paciencia, querida Selena, porque quizá ese objeto no está en una persona. Tal vez en un lugar -sonríe cínica Marie.
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