"El amor no se mira, se siente y aún más cuando ella está junto a ti"
Pablo Neruda.

~

Desde el día que se mudaron a la capital, Aidán le dijo a sus padres que quería visitar el pueblo el 23 de agosto del 2020.

Sus padres nunca imaginaron que era tan en serio, hasta que el 23 de agosto de cada año, Aidán se los recordaba.

La madre del joven Aidán de disisiete años sacó los boletos de avión para el viaje. Llevó a su hijo a una tienda a comprarse la ropa de verano, ya que en el pueblo en el que nacieron usualmente las estaciones se presenciaban con más intensidad que en la capital. Todo estaba perfectamente planeado para el viaje, donde Aidán se reencontraría con su Alice de quince años, pero no se dió.

Estaban los tres integrantes de esa familia guardando las maletas en el maletero del taxi que los llevaría al aeropuerto cuando el padre de Aidán empezó a sangrar por la nariz.

—Lo siento, hijo—expresó el hombre cuando le dió al taxista la dirección del hospital que les quedaba más cerca.

El padre de Aidán tenía la costumbre de ingerir alimentos ricos en sales, por tal motivo el médico le diagnosticó Hipertensión arterial.

—Este problema puede ser grave si usted no cambia sus hábitos alimenticios. Debe comer más saludable. Por su salud se lo recomiendo—dictó el especialista.

Mientras, estaba Aidán en el pasillo del hospital consolando a su madre, que la preocupación la estaba destruyendo poco a poco. Aidán controlaba interiormente sus nervios.

Pensaba que ese día no podía ser peor de lo que estaba siendo.

Rompería la promesa que le hizo a Alice y su padre empezó a manifestar una grave enfermedad, según les informó el médico que estaba a cargo de atenderlo.

Al joven Aidán no le quedó más remedio que marcharse a su casa en la noche y encerrarse en su habitación a componer una nueva canción. Cuando volviera a ver a Alice se la cantaría para que supiera que el motivo por el cual no se presentó a su planeado encuentro no fue que la dejó morir en el olvido.

~