III
No sabés la cantidad de pensamientos
que esquivo día a día.
No sabés
porque no te cuento
y a veces me pongo fastidiosa
pretendiendo que los aprendas.
No soy un libro abierto,
no sabés leerme,
no podés hacerlo:
debo contártelos.
Pero antes, dame un abrazo sincero.
Vos cargás tus traumas
y yo los míos;
penurias, malos ratos,
odios ajenos y mismos.
Te amo
(socorreme).
Sos la fusión de mi alma,
pero
no me conocés.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro