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Capítulo 2

¡Maldita sea!, ¡me he quedado dormida! Me preparo rápidamente y acelero por las calles concurridas de Nueva York. Si llego tarde, Claire me matará.

Mi teléfono emite un bip avisándome de la llegada de un mensaje precisamente de ella:

"Eh, cielo, te he reservado sitio en primera fila. Cuando llegues, busca el asiento con tu nombre. Besos"

Meto el teléfono en el bolso y me concentro en la carretera. ¿Hay algo peor que esto? Llego con retraso, estoy conduciendo temerariamente y, por si fuera poco, ¡he usado el teléfono al volante! A veces mi avergüenzo de mí misma. Tal vez debería organizar mejor mi vida, pero no lo consigo. El orden me crea ansiedad, me ahogo pensando en tener todo bajo control como hace Claire.

Llego ante el edificio donde tendrá lugar el desfile y camino como una loca hacia la entrada.

«Malditos tacones, ¿cómo puede la gente caminar con ellos? Son una tortura».

Entro en el edificio despotricando para mis adentros, he empezado la velada con mal pie. Después de pasar 10 minutos buscando el asiento con mi nombre, ya me he cansado. Sin embargo, como una luz al final del túnel, la veo: ahí está mi silla. ¡Por fin! Tengo un fuerte dolor en los pies. No me he puesto jamás unos zapatos tan incómodos.

Me siento mirando a mi alrededor, hay mucha gente. Todos vestidos de punta en blanco, como me imaginaba. Qué le vamos a hacer, este mundillo no me gustará nunca. A mi derecha se sienta un señor de mediana edad, me sonríe y dirige la mirada hacia la pasarela. Mientras echo un vistazo, mis ojos se clavan en la persona que se sienta enfrente, al otro lado de la pasarela. Vaya, qué hombre tan interesante. Lo observo atentamente mientras habla con una mujer, probablemente sea su mujer por el modo en el que le acaricia la mano. Debería dejar de mirarlo, no es propio de mí. Pero por algún extraño motivo no puedo evitarlo. Nunca he visto a un hombre tan guapo, salvo en las revistas. Ni siquiera los modelos con los que trabaja Claire están a su altura. Tiene un aire misterioso, algo que siempre me ha atraído del sexo opuesto. Observo sus labios mientras se mueven y me quedo hipnotizada.

Me coge por sorpresa cuando dirige su mirada hacia mí. Sus ojos me examinan cuidadosamente, como si me estuvieran estudiando y me quedo fascinada por esa mirada magnética. Una descarga eléctrica me recorre el cuerpo cuando su mirada se hace cada vez más intensa. No sé explicarlo, pero siento que nuestros ojos se comunican, algo extraño y hasta cierto punto mágico. En mi interior crece la curiosidad de descubrir quién es y es algo fuera de lo común ya que no me ha pasado hasta ahora. Su seria mirada carente de emociones se dirige hacia la mujer que está a su lado. Ella le susurra algo y desde ese momento no se vuelve más.

Por supuesto está prometido, un hombre como él no se queda libre ni un segundo. Tiene todas las cualidades físicas que se pueden desear, por lo menos desde mi punto de vista. Sin duda sabe lo que quiere, solo hay que mirar a la mujer que está a su lado. Parece una modelo, físico perfecto. Suspiro frustrada y centro mi atención en la pasarela, pero mi mente no puede parar de pensar en esa mirada desconocida, y no entiendo el por qué de tanta importancia.

El desfile inicia y desde ese momento intento con todo mi ser no mirarlo. Pruebo a concentrarme en las modelos que desfilan orgullosamente con los vestidos de alta costura. Claire ha hecho un excelente trabajo, no debe ser fácil organizar todo esto. La música es perfecta y los vestidos maravillosos, aunque tengo ciertas dudas sobre su comodidad. El tiempo corre lentamente y estoy deseando que acabe.

Después del desfile, voy detrás del escenario en busca de mi amiga. Sé que no tengo permiso para estar aquí, pero ella me ha dicho que podía entrar. Camino intentando no llamar la atención del personal y entro en la parte posterior.

«¿Claire?» la llamo, viéndola a lo lejos. Se acerca más radiante que nunca, quiere decir que todo ha ido bien.

«¿Te ha gustado?» pregunta.

«Maravilloso. Has estado estupenda».

«¡No puedes imaginar lo importante que es este evento! Estoy contentísima de que todo haya ido bien».

Algunas personas se acercan para felicitarle por su trabajo. La observo mientras habla con orgullo de lo que ha hecho.

«Vamos, nos espera una fiesta» grita en voz alta. ¡Dios nos ayude! Una fiesta con ella en este estado. Será mi fin. La sigo mientras nos dirigimos a otra planta del edificio. Entramos en una gran sala preparada para la ocasión. Luz tenue, música comercial y muchas personas presentes. Un lugar demasiado abarrotado para mi gusto. Algunos camareros pasan entre la gente con bandejas, y de lejos veo que hay un bufé. Nunca he estado en una fiesta de este tipo, me siento como un pez fuera del agua. Dejo a Claire ocupaba hablando con el personal y me acerco como un lobo hambriento al catering. Tengo hambre, no he comido nada en todo el día. Cogeré cualquier cosa. Mientras mordisqueo un pastel me siento observada. Alzo la mirada para tropezarme con dos ojos azules y profundos. Casi me atraganto reconociendo al hombre misterioso del desfile. Sin embargo, no se acerca, permanece donde está. Un comportamiento bastante extraño.

Tal vez reacciona así porque está prometido o porque no le intereso... quién sabe si le hago gracia. Está bien, esta situación es absurda y antes de acabar sonrojándome decido marcharme. Me doy la vuelta dándole la espalda y me encamino hacia una dirección desconocida incapaz de hacer nada más. Habría podido saludarlo, pero después no habría sabido qué decir. Después de haber pasado el rato dando vueltas y bebiendo champán, voy donde mi amiga que continúa hablando con otras personas. Esta noche ha sido un éxito para ella, tengo que reconocerlo.

«Ven, tesoro, ¡Vamos a bailar!» exclama agarrándome del brazo. ¿Bailar? Ni hablar. ¿Cómo demonios se supone que puedo bailar con estos tacones? Sin mencionar el vestido extremadamente corto.

«No creo que sea una buena idea» digo, intentando detenerla. No hay nada que hacer, continúa caminando. Me sorprende cuando en vez de detenerse en la pista va hacia el DJ. La veo susurrarle algo al odio y después se vuelve hacia mí. ¿Qué tendrá entre manos? La música se para durante unos segundos, veo que el disyóquey aprieta algunos botones. Está cambiando de canción. Me vuelvo hacia ella sorprendida.

«¿Qué tipo de fiesta sería sin nuestra canción?» pregunta arrastrándome a la pista. No me lo puedo creer, ¡Ha hecho que pongan nuestra canción! Sabe que esa música me levanta siempre la moral, no consigo quedarme de brazos cruzados. La melodía de Travesuras comienza y desde ese momento todo lo demás no importa. Me muevo al son de la canción junto a mi amiga que mueve las caderas sensualmente.

Continuamos bailando sin preocuparnos de las miradas de la gente. Levanto la mirada y alguien que se encuentra detrás de ella llama mi atención. "Ojos azules" me está mirando, mejor dicho, creo que me está comiendo. Por alguna razón, encuentro todo esto muy divertido. Con la mirada fija en él continúo moviéndome sensualmente.

La canción dice: Mami, ¿qué me estás haciendo? Yo no te estoy mintiendo, no hay un detalle que a mí se me escape de tu cuerpo.

Se pasa la mano por el pelo. Parece frustrado. Nunca he provocado a ningún chico en mi vida, y mucho menos a un desconocido. Su presencia saca mi parte traviesa y no consigo detenerme. Estoy esperando una reacción por su parte, pero él mantiene las distancias y no entiendo el porqué. Puede que no le guste.

«¿Qué estás mirando?» pregunta Claire.

Quiere girarse pero se lo impido agarrándola por los hombros, el corazón me bate a mil por hora y la adrenalina corre por mi cuerpo.

«Nada, pensaba que había visto a una persona, pero estaba equivocada» miento.

No quiero que se haga ideas raras. En el fondo no es nada importante, pero ella exageraría. Prefiero evitarlo. Echo un vistazo para buscarlo de nuevo pero ya no está. Qué pena, me gustaba ese extraño juego de miradas. Aunque sigo bailando un poco decepcionada, tengo la sensación de que me están observando. Seguramente será una paranoia. Vamos, ¿Quién gastaría su tiempo observándome? Qué tontería.

Paso las siguientes tres horas esperando poder encontrarlo de nuevo, pero no hay señal de él. Parece que ha desaparecido por completo. Puede que sea la hora de concluir la velada e ir a dormir. Desde luego ha venido la pena venir.

Me despido de Claire, prometiéndole que nos llamaríamos al día siguiente, y me marcho. Estoy cansada, estoy deseando llegar a casa, quitarme el vestido y estos tacones infernales y caer entre los brazos de Morfeo. Después de todo, ha sido una gran noche, posiblemente el desconocido ha tenido algo que ver.

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