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Depresión y Desesperación

A veces, después de un largo camino lleno de ardo trabajo consigues un resultado favorable, resultado que puede ser truncado en cuestión de segundos, eso fue exactamente lo que les pasó a Franco y a Zooey, quien se encontraba más calmada.

Después de haber subido las maletas al auto amarillo, Franco y Zooey se pusieron en marcha hacía otro hotel.

De camino, se quedaron atorados en el tráfico provocado por un desfile que pasaba cerca. Lo más conveniente para los conductores era apagar sus vehículos, ya que, esto parecía ir para largo.

En esos largos e interminables momentos de espera, un extraño sonido alertó a Franco y a Zooey.

- ¿Qué fue eso? - Interrogó Zooey.

Por instinto, se podía pensar que fue un choque, por lo que Franco regresó su vista hacía la parte de atrás y pudo como una persona de complexión delgada, vestida de pies a cabeza (a excepción de una abertura a la altura de los ojos) de negro, con una palanca en la mano izquierda tomaba una de las maletas que se encontraban en la cajuela del auto amarillo.

En cuanto las miradas de Franco y el ladrón se cruzaron, este último se echó a correr como alma que lleva El Diablo.

Franco intentó agarrarlo, pero, en lo que abría la puerta, bajaba del vehículo y se pasaba entre los escasos centímetros que había entre un auto y otro, el ladrón se encontraba muy lejos.

Desganado y derrotado, Franco regresó para cerrar la cajuela y ver que maleta había sido robada, tristemente, la maleta que había sido robada era en la que se encontraba la mayor parte del dinero obtenido a lo largo de casi ocho días de una racha de apuestas ganadas. Al cerrar la cajuela, Franco notó que no embonaba bien debido a que fue forzada con lo que parecía la palanca del ladrón.

Parecía ser el fin, todo el dinero que habían conseguido se lo llevó un ladrón, lo peor de todo era que no tenían nada. El poco dinero que tenían estaba en las carteras de Franco y de Zooey, pero no sería suficiente para una habitación un hotel lujoso, gatos en comida, arreglar la marca de la palanca sobre la cajuela y regresar a Glendale.

- ¿Qué sucedió? - Preguntó Zooey.

- Nos robaron la maleta con el dinero. - Respondió Franco.

Dicen que no hay más mal que por bien no venga, tal vez hayan perdido la mayor parte de su dinero, tal vez no tengan lo suficiente para seguir adelante, pero al menos, están tan tristes que las apuestas ya no pasan por su mente, su etapa ludópata estaba quedando atrás.

La pareja de casi ex-ludópatas decidieron que era más importante salir de Las Vegas cuanto antes, dándose así cuenta de que nunca debieron ir a ningún casino. El plan era simple: buscar algo para comer, reparar el daño del auto, recuperar el auto del padre de Franco, conseguir algo de dinero e irse de Las Vegas. Simple.

Conseguir comida fue sencillo, en una cafetería pudieron comer muy bien y barato. Pero, al salir, se dieron cuenta que era de noche, por lo que se volvieron a hospedar en el motel “Sleeasy".

- ¿Sabes?, todo esto no hubiera sucedido si me hubieras escuchado en primer lugar. - Empezó a decir Zooey.

- ¿A qué te refieres?

- ¡A que por tu culpa estamos así!, tú me metiste en esto, ahora la situación se descontroló y ahora mira lo que conseguiste, estamos sin dinero, prácticamente peor que antes. - Zooey empezó a llorar, haciendo que se le corriera el maquillaje.

- Tú también tienes parte de culpa, ¿¡por qué me escuchaste!? estamos mal, Las Vegas nos convirtió en unos ludópatas y más a mi. Yo te arrastre a esto. - Lamentaba Franco avergonzado. - Lo siento mucho.

- Tienes razón... yo tengo mi parte de culpa... pero tú... - Las lágrimas impedían a Zooey hablar bien. - Pero... miranos.... a este punto... no resolverás nada con un simple lo siento.

- Al menos estamos haciendo algo para remediarlo. - Replicó Franco. - Cometimos errores, bueno más bien, yo cometí un error en arrastrarnos a esto, pero lo importante es aprender de nuestros errores y corregirlos.

- Pero íbamos tan bien y mira como... resultó todo, ¡nos robaron!... nunca me había sentido tan mal y miserable.

Franco abrazó a Zooey para tranquilizarla.

- Descuida, Zooey. Todo estará bien, verás como mañana se resolverá.

Esa promesa que Franco le hizo a Zooey se cumplirá...¿o no?

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