Canción 3.
Género: Drama romántico.
Pairing: RL.
Canción: Mariposa Traicionera.
Palabras: 1136.
Mariposa de amor.
"Soy ratón de tu ratonera, trampa que no mata pero no libera."
—¡Reborn!
El azabache emergió de la bañera con el agua, ya tibia, escurriéndose por sus cabellos. Miró a su hermano menor, al cual no se parecía ni en el blanco de los ojos.
—¿Qué quieres, Dame-Tsuna? No entres cuando estoy en el baño.
El chico hizo un puchero.
—Pero Reborn, llevas una hora duchandote y ya no se escuchaba el agua, ¡creí que te habías muerto o algo!
—Más quisieras. En serio, ¿qué quieres? No tengo todo el día.
«Claro que lo tienes, llevas ahí una hora, tienes tiempo para todo.»
—Anda, sé buen hermano y acompáñame.
Ese tipo de peticiones nunca eran convenientes.
—¿A dónde? Dile a Xanxus que te acompañe o algo, yo no soy tu niñera. Yo era el que te cambiaba los pañales y él quien te llevaba a los sitios, por tanto le pertenece este gusto.
—Si Xanxus estuviera aquí no habría venido a pedirte ayuda, es obvio.
Era cierto, Tsunayoshi no podía entender cómo los mellizos podían ser tan diferentes. Ambos azabaches eran igual de irritables y secos, sin embargo Xanxus era amoroso con él... Mientras que Reborn siempre lo torturaba.
—¿Y dónde está ese holgazán?
—Con Squalo-nii... Reborn, no es holgazanear, Xanxus merece estar con su pareja un rato... Y tú también deberías de pasar tiempo con la tuya.
«Pareja»
Reborn estaba cansado. Siempre tenía que fingir que tenía pareja frente a su hermano menor, no lo quería decepcionar.
—¿Cuándo me la presentarás?
—Nunca, ahora vete, voy a terminar y te llevo donde sea.
De hecho no es como si no pudiera conseguir a alguien. Tanto hombres como mujeres iban tras él todo el tiempo, si quisiera podría tener una para cada día del mes o incluso más. Sin embargo, no podía corresponder a alguien cuando el destino se la había jugado, cuando el destino le había puesto a cargo de aquel ser de su corazón.
Salió del baño y se vistió rápido. Llevaba un elegante traje, como de costumbre. Entró al salón caminando con gracia y su hermano lo admiró con ilusión.
—¡Vas tan guay como siempre!
El azabache ignoró a su hermano y salió a coger el coche.
—¿Dónde tengo que llevarte?
—¡Al bar de Aria-obasan!
Una vez llegaron Tsuna entró con libertad y su hermano mayor lo siguió. Para su desgracia, Tsuna no podía hacer quedadas con las lindas Kyoko-chan y Haru. Él era masoquista y se reunía con sádicos como Hibari o Rokudo.
—Tsuna, vámonos.
—Si hombre, yo me quedo aquí.
Cuando era pequeño hizo la promesa con Xanxus de que serían buenos hermanos mayores, y como tal, no tuvo más remedio que sentarse junto a su hermano menor para cuidarlo de aquellas bestias.
—Vaya Reborn, ¿intentas que se te pegue algo de juventud?
El de patillas rizadas miró hastiado a su amigo más tranquilo, Fon, que trabajaba en el bar con Aria. Simplemente lo ignoró, pues no tenía ganas de ser objetivo de sus burlas. Se concentró en su café, intentando olvidar todo a su alrededor.
"Eres como una mariposa..."
Un fuerte olor sustituyó al de su espresso.
—Oh, ¡Lambo! Ven aquí.
El de cabello afro entró al bar atrayendo todas las miradas. Llevaba unos pantalones de pinza ajustados y una camisa con estampado de vaca remangada. Las gafas de sol lo hacían parecer mayor, si no supiera que tenía un par de años menos que su hermano menor no lo creería.
—Tsuna-nii, ¿qué tal?
Los jóvenes comenzaron a hablar. Era común que el niño vaca –como lo llamaban en su infancia– pasara de los demás. Siempre le tuvo miedo a Hibari, Mukuro también lo torturaba.
Sin embargo, ¿por qué pasaba de él? Ese niño siempre fue muy astuto.
"...vuelas y te posas, vas de boca en boca."
Sus miradas se conectaron. Reborn sacudió la cabeza como saludo, esperando respuesta. Lambo sonrió coquetamente.
Tan falso, tan convenido.
"Fácil y ligero de quién te provoca."
Entonces comenzó a caminar como si estuviera desfilando para un pase de modelos. Todos paraban de beber o de charlar para mirarlo. Todos parecían desearlo, sin embargo sus ojos jade solo estaban posados en un hombre.
Un hombre que no era él.
"Ay, niño, qué fácil eres"
Se levantó y se excusó diciendo que iba al baño.
"abres tus alitas"
No necesitó el permiso de nadie para entrar al staff del lugar.
"muslos de colores"
Un beso apasionado, lleno de vida, de deseos ocultos.
"donde se posan tus amores."
El de patillas rizadas no pudo evitar imaginarse en la posición de su amigo chino. Ese niño lo traía loco.
Había sido usado.
Lo había engañado.
Se había aprovechado.
Y aún así volvería a perder su orgullo mil veces para volver a probar sus labios con sabor a uvas.
Fon dejó los labios del menor a un lado para besar con delicadeza su mejilla e ir bajando hasta llegar al cuello. Lambo jadeaba con la boca semiabierta hasta que lo vió bajo el umbral. Entonces sonrió, cerró los ojos y fingió un gemido.
Lo estaba provocando.
El chino se excitó con aquel sonido y volvió a sus labios de forma lasciva. Reborn no lo soportó, tomó al más joven del brazo y lo arrastró fuera del lugar.
No le importaba perder la amistad que tenía con el mediano de los Hibari, sus deseos eran más importantes.
"Soy raton de tu ratonera, trampa que no mata pero no libera."
Tsuna lo llamó desde la mesa, sin embargo, haciendo oídos sordos, salió y lo alejó del lugar. Llegaron a un callejón y lo acorraló en la pared.
"Vivo muriendo prisionero."
Y él parecía disfrutarlo.
—Me has traído aquí a la fuerza, ¿sabes que esto es delito, Reborn?
—El único delito en este lugar son tus labios, vaca estúpida —le agarró el mentón y lo besó de forma lenta—, que están llenos de pecado.
El azabache menor rió enganchandose en el cuello de Reborn incitándolo a volverlo a besar, pero antes de que esto sucediera le tapó la boca con su dedo.
El mayor lo miró molesto por la interrupción, sin embargo el chico no estaba atento a eso. Miraba con deseo a un joven peliverde que pasaba por allí.
No le daba miedo jugar con su corazón, era una mariposa valiente, libre y traicionera.
"Ay, mariposa de amor, mi mariposa de amor, ya no regreso contigo."
Lo vio correr hacia el joven con disfraz de rana como si hubiera encontrado lo que más necesitaba en la vida.
"Ay, mariposa de amor, mi mariposa de amor, nunca jamás junto a ti."
—Lambo.
El chico se detuvo al oír su nombre y se volvió a mirar atrás, sorprendido. Nunca pensó ver al orgulloso azabache derramar una lágrima.
—Vuela amor, vuela dolor... qué tengas suerte en tu vida.
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