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Capítulo 38

Maratón 3/?

(•••)

Bulma

Luego de aquella noche que nunca llegamos a un acuerdo final pero al parecer sí, muchas cosas entre nosotros cambiaron, nuestra relación cambió. 

No iba a negar que la pasaba bien, incluso si él no sentía nada por mí, literalmente me daba igual, con tal de tenerlo cerca mío me bastaba. 

No pierdo las esperanzas de que algún día se fije en mí. No sé cuándo, ni cómo lo haré, pero de alguna forma lo lograré. 

Y sí, gracias a esas noches y verlo de tal forma conmigo solo ha hecho que me sintiera mucho más unida a él. 

Aunque a veces era un poco molesto ya que, según él, con sólo pensar en mí le era suficiente para excitarse. 

Por una parte, me dije, "Oh mira, él sí piensa en mí" pero la otra dice, "Ya parece un perro en celo".

Hasta en la misma preparatoria quería hacerlo, pero tuve que ponerle un pare porque con todos los chismosos que hay, en menos de un día ya toda la escuela se enteraría que estuvimos teniendo relaciones. 

Agradezco que ya no molesten como lo hacían antes. Las cosas estaban más calmadas. Pero nunca falta un estúpido o estúpida que quiera sobrepasarse verbalmente. 

Pero estoy más tranquila. Puedo lidiar con todas esas cosas. 

A mi papá no lo he vuelto a ver por más que dijo que vendría más seguido debido a cómo nos encontró a Vegeta y a mí la última vez. En el fondo si lo extrañaba, al fin de cuentas es mi padre y lo único que me queda en términos familiares. 

Ahora, había salido un rato a comprar algo para comer. No sé cocinar muchas cosas y sé que Vegeta ya se está cansando de comer lentejas, tallarines, y sopa instantánea. Al igual que yo. 

Entonces, como él se fue con Raditz decidí ir yo misma a comer algo, total ellos dos ya comerán. 

— Mmm… sushi. — la boca se me hizo agua al ver la imagen de la comida como portada en un restaurante. 

Sin esperar entré al restaurante. No había mesa para uno solo, entonces decidí irme a la que casi nadie puede ver a excepción del mozo. 

Me senté en la mesa de dos. Sobre la mesa ya habían dos tarjetas con el menú. Solo agarré una y comencé a leer. 

Pasado unos segundos. El mozo llegó. 

— ¿Tiene listo lo que desean? 

— Ahh sí. Yo deseo Makizushi con un jugo de naranja, por favor. — dije sin despegar mi vista de la hermosa foto de la comida en el menú. 

— ¿Y para el joven? 

— Si.. yo deseo lo mismo. 

Espera.

¿Joven? 

— Anotado. Su comida vendrá en 15 minutos. — a paso rápido se fue llevando ambos menús. 

Alcé mi mirada para ver al intruso en mi hermosa velada con el sushi. 

— ¿Qué haces aquí? — pregunté con asombro y fastidio.

— Pues.. me parece triste ver a una sola persona comer en una mesa que es básicamente para dos. — dijo de forma burlesca.

— No te invite a venir. — dije con disgusto. 

— Me invité yo solo. — apreté mis puños. 

— Goku.. ¿Puedes por favor dejarme en paz? En serio quiero estar sola. — le dejé en claro.

— Muy tarde. Ya pedí la comida. — sonrió. 

Maldecí en voz baja. Como si él fuera a pagar todo. Literalmente es un metiche. 

— En serio quiero estar sola. Solo vete y le digo al mesero que te atropelló un carro. — su sola presencia me irritaba. 

— Para el sexo que tuviste en la mañana deberías estar relajada, ¿No crees? — cruzó sus brazos. 

Abrí mis ojos con sorpresa. 

— ¿A.. a qué te refieres? — sentí mis manos comenzar a sudar. 

— No creas que no me entero de todo. Es mi deber saber todo de ti. Sé que ya llevas semanas follando con Vegeta. — rodó los ojos — Sabía desde la vez que me dijo que ustedes sí se acostaban era mentira. — volvió a sonreír — Pero al parecer se cumplió finalmente su fantasía. 

— Cállate, eso no es cierto. Nosotros jamás nos acostamos. — odiaba su actitud.

— ¿Quieres oír un audio? — alzó una de sus cejas divertido, sacó su teléfono y comenzó a rebuscar en el mismo. 

Sentí todo mi ser congelarse ante lo que dijo. 

¿Me había grabado? 

— Te voy a denunciar por violación de privacidad. — chanqué la palma de mi mano contra la mesa. 

Por suerte nadie lo escuchó. 

— Tienes suerte que no maté al hijo de puta por meterse entre tus piernas. — pasó sus brazos detrás de su cabeza. 

— ¿Por qué lo harías, eh? Yo no soy nada tuyo si eso piensas. 

— Lo eres. Sí que lo eres. — su mirada se tornó posesiva. 

— No. No es cierto. No le pertenezco a nadie. 

— No te preocupes, cariño. Pronto el idiota te dejará de usar como su juguete sexual y estarás con quién si te valora. — sin decir más se levantó de la silla y con la misma salió del restaurante.  

Sentí mi cuerpo entero temblar. ¿A qué se refería con eso? 

Quede estática donde estaba analizando sus palabras una y otra vez. 

El mozo llegó con la comida y la puso sobre la mesa. 

— ¿Y el joven? — preguntó curioso. 

Yo aun no salía de mi trance. — Lo atropelló un carro.. — dije sin despegar mi vista de la puerta donde salió. 

El mozo alzó una ceja confundido, pero no le dio muchas vueltas al asunto, agradecí eso interiormente, y se fue. 

Miré ambos platos de comida. Mi apetito se había ido por completo. 

— ¡Mozo! — grité, el mismo que me atendió volteó a mirarme — Lo quiero para llevar por favor. — señalé los platos. Él asintió y volvió a irse, no tardó mucho cuando trajo unas cajas y echó la comida dentro de estas. 

(•••)

— Me está acosando.. — dije — El idiota me está acosando. — quise llorar en ese instante. 

¿Qué planeaba hacer este psicópata conmigo?

¿Quién rayos se cree en primer lugar? 

Estaba en mi habitación sobre mi cama. Mis brazos rodeaban mis rodillas y mi cabeza estaba entre ellas. 

La noche ya había llegado. Y no he parado de pensar en aquello y repetir ciertas cosas. Pero no podía dejar de pensar sobre eso. Me ponía inquieta. Me asusta. Me lastima aunque no sea físicamente. 

— Sólo quiere asustarme. — trataba de mantenerme positiva de alguna forma — Si.., solo está jugando. — dije.

— ¿Quién está jugando? — una voz proveniente del marco de la puerta de mi habitación habló. Era Vegeta. 

— Hola. — saludé mientras sonreía falsamente. 

— Hola. — se acercó a mí hasta quedar a mi lado en la cama — ¿De qué hablabas sola? — preguntó de pronto.

No sabía si era correcto comentarle sobre esto, lo más probable es que se enoje y lo busque y cuando lo encuentre se hará una guerra y lo que menos quiero ahora es tener más problemas. 

— De nada.., solo estaba comentando sobre una serie que estaba viendo. — mentí. 

Él asintió tragandose la mentira.

— ¿Qué tal te fue con Raditz? — pregunté para evadir el tema anterior.

— Normal. Hablamos de cualquier cosa. — volteé a mirarlo — Pero quiero hacer otra cosa — acercó su rostro a mi cuello para luego comenzar a depositar castos besos sobre el. Solté un suspiro.

Para ser sincera, no me sentía con ganas de esto ahora, mi cabeza estaba en otro mundo y no sé si seré capaz de concentrarme. 

Pasé mis manos por sus brazos para intentar separarlo. Pero él más se pegó a mí logrando tenerme debajo de él. 

Sujetó mi cintura y rozó su erección contra mí.

Ay no..

De repente, un fuerte e irritante sonido llamó nuestra atención. Rápidamente me separé de él y me fijé que era mi teléfono timbrado. 

Salí de la cama y me dirigí a mi tocador para poder agarrar mi teléfono. 

— ¿Launch? ¿Qué sucede? — pregunté. 

— Bulma… tienes que ayudarme por favor.. — soltó un quejido. 

Me alertó — ¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien? — me preocupé al instante que oí su tono de voz. 

— Mi vientre me duele.. Bulma no sé que le va a pasar al bebé pero me duele mucho.. — oí que soltó un jadeo. 

— Estoy en camino. — dije y terminé la llamada. Miré a Vegeta. — Tienes que llevarme a casa de Launch. — le dije mientras agarraba un saco para poder cubrirme. 

— ¿Está todo bien? — preguntó él detrás de mí. 

— Algo le está pasando a su vientre. — dije una vez cuando salimos de la casa — Espero que no sea lo que estoy pensando. — entramos en su auto. Sin más prendió el motor y arrancó hasta allá. 

No tardó mucho. Cuándo llegamos toqué la puerta varias veces, pero luego traté de abrir la puerta por la manija, y en efectivo, estaba abierto. Así que no dudé en entrar. 

— ¡Launch! — grité una vez estuve dentro. 

— ¡Bulma! — oí su voz desde su habitación. Corrí hasta ella. 

— Oh por dios.. — susurré cuando la vi en su cama con un hilo de sangre resbalando desde debajo. 

— Ayúdame, por favor.. — volvió a soltar un quejido mientras sujetaba su vientre. 

— Tenemos que llevarte a emergencias. Ven, yo te ayudo. — pasé su brazo por mi cuello y comenzamos a caminar hasta afuera. — ¡Vegeta abre la puerta de atrás! — él al toque nos abrió la puerta y entramos ambas — Al hospital por favor. 

Una vez en el hospital, pedimos atención de emergencias. Rápidamente trajeron una silla y se llevaron a Launch, quien se retorcía del dolor al pasar los segundos. 

Solo espero que no pierda a su bebé. 

¿Qué le habrá causado eso? 

— Llama a Raditz. — le dije a Vegeta. 

— ¿Raditz? 

— Es el padre, y tiene que saber lo que le pasa. Se tiene que hacer cargo por más que le sea un dolor en el trasero. — dije con la poca paciencia que tenía. 

No podía dejar de pensar en Launch y en su bebé que espero que estén bien. 

Vegeta

— ¿Qué? 

— Lo que te dije, sordo. Launch llamó a Bulma y le dijo que no se encontraba bien, algo con su vientre. Ahora estamos en el hospital. Estaba sangrando. Tienes que venir. 

— ¿Y por qué tengo que ir yo? — se quejó adormilado. 

— Porque eres el que la embarazó, por lo tanto tienes que hacerte responsable. 

— Que flojera. 

— Levanta tu culo y ven aquí de una vez. 

— Bxiwognxuwnqalcow.

— ¿Qué? — quería reírme. 

— Que ya voy. — y colgó. 

En cierta parte me enfada que no se quisiera hacerse cargo. Es claro que él tampoco se daba cuenta de sus acciones y pasó lo que pasó. Él jamás se llevó bien con niños, usualmente él los espanta o los niños se espantan de él. Por el simple hecho de que les desagrada y lo irritan. 

Él jamás se vio como una figura paterna. Cuando tocábamos estos temas él siempre decía que jamás sería un buen padre. Y yo entendía eso. Él no tiene una imagen paterna al igual que yo. En pocas palabras estábamos jodidos y tener un descendiente no está en nuestros planes de vida. 

Cuando llegó se acercó a mí.  

— Oye. — me dijo como si tratara de esconderse. 

— ¿Qué tienes? 

— Tu novia me está mirando raro desde que llegué. — digo como si acabara de cometer una travesura. 

¿Novia?

— No sé de qué me hablas. Yo no tengo novia. — crucé mis brazos mirando a otro lado. 

— ¿Entonces qué son? 

— Hermanastros. — dije así de simple. 

— ¡Hermanastros que tienen sexo! — gritó. Del enojo lo golpeé y empujé. 

— ¡¿Quieres callarte?! — susurré con molestia. 

Bulma se acercó a nosotros enojada. Raditz temió por su vida en ese instante. 

— ¿Se puede saber por qué tanto escándalo? — me miró buscando una respuesta. 

— ¿Por qué me miras? Él comenzó a hablar mierda. — señalé a Raditz, quien se sobaba el cachete luego de que lo golpeé. 

— Sólo trato de quitar este ambiente de tensión que me da escalofríos. — dijo. 

— Entonces te recuerdo que esta situación es delicada porque los que están en riesgo son mi mejor amiga y tu hijo. A ver si así entras en tus cinco sentidos. — escupió. 

— Mira azulada. En primer lugar, yo me deshice de cualquier relación Launch desde hace unos días. Yo no estoy en condiciones, ni les estaré para ser padre. ¿Qué les puedo ofrecer a ambos? Nada, porque no trabajo, y en la escuela me va de culo. 

— Hubieras pensando en eso antes de haberte acostado con ella sin protección, ¿No crees? Solo buscas satisfacerte a ti mismo y no piensas en lo que puedes causar en otras, como por ejemplo, esto. — dio por terminado cuando se alejó de ambos. 

Cielos.., hasta a mi me dolió. 

— Me vale un comino. — cruzó los brazos — Además, ¿Qué les puede pasar? 

Vimos como el doctor salió de la habitación donde Launch entró. Bulma se acercó a él con rapidez. Nosotros nos quedamos alejados sin oír nada. 

Ella se encontraba de espaldas, por lo que no podíamos ver su reacción ante lo que decía el doctor. Lo último que vimos que ella corriendo dentro de la habitación. 

— ¿Qué fue lo que dijo el matasanos? — preguntó Raditz. 

— Habrá que averiguarlo. — mencioné mientras nos acercabamos al mismo doctor que él le habló.

— Disculpe doctor, ¿Cómo se encuentra la paciente Launch? — preguntó Raditz. 

— ¿Ustedes son algún familiar de ella?  — nos miró. 

Raditz y yo nos miramos. 

— Yo.. yo soy el hermanastro de la acaba de entrar. — dije. ¿Podría eso importar? 

JAJAJ CASUAL. 

— Yo.., soy el papá de la criatura. — vi como agachó la cabeza sonrojado. 

Quise reírme y no sé por qué.  

— En ese caso. Lamentablemente la señorita Launch acaba de tener un aborto instantáneo. — dijo — Algo dentro de ella no andaba bien, suponemos que fue el alto nivel de estrés que tenía, además del desorden alimenticio. Lo sentimos mucho. — dio por terminado. 

Oh shit. 

Volteé a ver a Raditz quien miraba el suelo con la mirada perdida. 

— Gracias doctor. — agarré a Raditz de los hombros y lo guié a los asientos y lo hice sentarse. 

No sabía qué decir o hacer. Esto era algo muy delicado de tratar y jamás he estado en una situación similar. 

— Lo siento Raditz. — dije en casi un susurró. 

Él seguía sin decir nada. 

Interesante. 

— ¿No vas a decir nada? — pregunté curioso. 

— ¿Qué debería decir? — alzó la mirada. 

Mordí mi labio inferior. 

— Debería… Debería estar.. debería estar feliz de que por fin no tendré ni un cargo encima. — dijo — Pero no entiendo porque me siento así. — bajó la mirada mostrando arrepentimiento. 

— ¿Cómo te sientes? 

— Como si hubiera perdido parte de mi.

— Básicamente sí perdiste algo que es parte de ti. 

— Sí pero, se suponía que no tenía que importarme. — dijo — Literal, hace unos minutos estaba maldiciendo a ese bebé. — su respiración se volvió pesada — Pero ahora que recibí esta noticia.., yo.., yo.., 

— Hey, hey, hey. Tranquilo. — la gente a nuestro alrededor comenzaba a mirarnos. Lo cual hacía este momento incómodo — ¿Por qué no mejor nos vamos? — di la idea.

— Pero- 

— Te mantendré al tanto si eso te preocupa. 

Lo hice levantarse y lo llevé hacia la salida. Le escribí a Bulma diciendo que llevaría a Raditz a descansar y que cuando estén listas las podría llevar. 

Cuando llegamos me dispuse a acompañarlo. Su rostro seguía pálido y seguía sin decir nada. 

Una vez dentro, se sentó mirando hacia la nada. 

— ¿Y si es mi culpa? — preguntó de repente. 

— ¿Qué? 

— ¿Y si es mi culpa? O sea.., el doctor dijo que el aborto fue por el estrés y falta de alimentación. ¿Y si fui yo quien provocó ese estrés con nuestras peleas sobre el niño? — paró unos segundos — Yo.., Vegeta, es mi culpa, todo esto es mi culpa. 

No iba a decir "Claramente". Sólo lo vería como si no entendiese. 

— Yo.., yo abusé de ella, literalmente la secuestré en mi propia casa y la tuve encerrada por semanas como si fuera un maldito bicho. — apretó sus puños mientras apretaba los dientes y mentón con furia — Y terminó embarazada. Y como yo me rehusaba a hacerme cargo probablemente la enfermó y.., se sintió miserable. Y… — su mirada con tristeza regresó. 

Se había dado cuenta de sus errores. Cosa que no es muy común en él. Pero muy en el fondo me alegraba que haya reaccionado de este manera como quizá lo haya hecho en otro mundo. 

Pero lastimosamente ya era muy tarde.

— Soy un monstruo. — se dijo a sí mismo — Merezco pudrirme en la cárcel. — se levantó de la cama decidido. 

— Espera. ¿A dónde vas? — lo detuve. 

— ¿A dónde más? Obviamente voy a la comisaría a entregarme. 

— ¿Perdiste la cabeza acaso?

— ¿Acaso eres tú quien perdió la cabeza? No viviré tranquilo con la conciencia así. Necesito entregarme. — sonaba desesperado. 

— Escúchame por un segundo. — tomé aire para hablar — No puedes solamente irte. 

— ¿Pero como quieres que viva con esta conciencia? Dime. Perderé la cabeza si…

— Mira. Todo va a estar bien. Te apuesto que hasta ni ella quería el bebé. 

— ¡Pero la secuestre! ¡La secuestre y la mantuve encerrada en mi sótano por semanas! ¡¿Qué acaso no es ilegal?! — comenzaba a alterarse. 

— Hablemos de esto mañana. Ahora es muy tarde. Y tengo que recoger a Bulma y a Launch del hospital. 

Él no dijo más. Solo se echó en su cama cubriendo su cuerpo con una de las sábanas como si de un niño pequeño se tratase.

"Me hacía recordar a mi cuando huía de las discusiones de mis padres"

— Vendré mañana, pero no cometas ni una locura sin antes decirme. 

— ¿Por qué? — preguntó.

Solté un suspiro.

— Porque la tienes que hacer conmigo idiota. — él rió ante mí comentario, reí también. 

— Entonces iremos los dos a la cárcel. 

— Eso ya lo veremos. 

Salí de su casa y prendí rumbo al hospital. 

¿A la cárcel? Claro que no. Nadie se irá a la cárcel. Lo que hizo Raditz fue impulso. Se dio cuenta de sus errores y eso es más que suficiente. Ya se sabrá que no lo volverá a hacer. 

Estacione, entré al hospital y busqué la habitación en la que estábamos.

Cuando llegué vi a Bulma hablando con el doctor aún. Me acerqué quedando al lado de ella. 

— Ahí estás. — dijo mirándome — Muchas gracias por todo doctor. La vendremos a recoger mañana. 

— Él placer fue mío. Buenas noches. — le sonrió. 

"Ese doctorsito con cara de ángel le acaba de sonreír" me dijo mi interior. 

Gruñí cuando se fue. Espero no volverlo a ver. 

— ¿Y qué fue? — pregunté curioso — ¿De qué hablaron? 

— Bueno, al parecer Launch se tendrá que quedar hasta mañana, pasará la noche aquí en lo que hacen exámenes. — dijo mientras comenzábamos a caminar hacia la salida. 

— Ya veo. ¿Hablaste con ella? 

— Algo así. 

Llegamos al auto y entramos. Comencé a conducir. 

— Estaba destrozada. No lo podía creer al principio — comenzó a contar — Me dio mucha pena verla así. — escuché un sollozo. 

— Oh no. No vayas a llorar.. — odiaba verla así.

— Perdón.., es que.. — limpió una de sus lágrimas. — Ella realmente quería a Raditz, y lo que la tenía mal era que se enamoró equivocadamente y lo peor es que aún embarazada, él la quería lejos. Raditz es una bestia. — lo último dijo con odio — Por cierto. ¿Cómo está ese estúpido? 

— Aunque no lo creas. También destrozado. 

— ¿Qué? 

Le conté todo lo que había pasado. Sobre sus palabras de arrepentimiento. Sobre que quería ir a la cárcel y demás. 

Habíamos llegado. No sabía qué hora era. Y ni me importaba. 

Ella se sentó en el sillón soltando un suspiro frustrado. Me acerqué y pasé mis manos por sus hombros. 

— ¿Qué planeas hacer? — preguntó. 

— Sé puede decir que soy un buen masajista. — presumí empezando a mover mis manos en círculos. 

— Mmh~ 

Mierda. ¿Tenía que realmente hacer ese sonido? 

— Estás muy tensa. — dije mientras se me ocurría una idea. 

— Los masajes me quitan el peso de encima. — dijo con los ojos cerrados disfrutando de la sensación. 

Me acerqué a su oído pasando mi lengua por su óvulo, suspiró — Conozco otra forma para quitarte esa tensión — sonreí. 

— Pero yo quiero masajes — hizo un puchero. 

— Está forma te gustará más. 

(•••)

El chocar de nuestros cuerpos se oía por todo el comedor. Y apuesto que sus gemidos llegaban hasta el segundo piso. 

— ¡Ah! — gemía ella mientras daba saltos sobre mí y yo sujetaba su cintura. 

Con mi boca atrapé su pezón y comencé a succionar del mismo. Cosa que al parecer la prendió más porque los saltos se hicieron más salvajes. 

Rodeó sus brazos alrededor de mi cuello sin detenerse. 

Carajo. Se sentía muy bien. Demasiado bien. Podría estar así con ella todo el día. 

— Vamos.. — gruñí. Sentía el orgasmo cerca. 

Mis manos bajaron a su trasero, el cual apreté y no evité nalguear. 

— ¡Oh si! ¡N-No pares..! — sin soltar lo que me pertenecía, hice las embestidas más profundas. Sus senos rebotaban con más intensidad lo cual me excitaba aún más. 

Lo sentía.., estábamos cerca. 

— Mírame, Mírame a los ojos. — ella estaba hundida en el placer, con los ojos entreabiertos me encaró. Sin esperar la besé con fervor sin detener las embestidas. 

Pero justo apunto de llegar, con una de mis manos la sujete fuertemente y la alcé dejándola separada por la punta de mi miembro, el cual sujetaba con mi mano libre. 

— Vegeta.. no.  — las palabras no salían de su boca. Estaba extasiada. 

— Implorame. — demandé — Dime que me quieres dentro. Di que solo me quieres a mí dentro. 

Ella se movía tratando de meterme. Pero no podía. Rozaba la punta de mi miembro con su húmeda entrada. 

— Hazlo.. — ya hasta a mi ni el habla me daba. 

— Vegeta.. — su pecho subía y bajaba — So-solo te quiero.. a ti. Hazme tuya ya, por fa..

No la dejé terminar porque de una sola estocada me volví a adentrar en ella.  Logrando hacerle dar un grito el cual me fue suficiente para correrme dentro y completo. Ella se corrió al mismo tiempo. 

— Mierda.. — gruñí sintiendo como nuestros fluidos corrían por nuestras partes, era muy excitante. 

Ella besaba mi cuello aun. Al parecer tenía energías todavía. 

— ¿Cansado Ouji? — preguntó seductoramente. 

— ¿Desde cuando lo estoy? — acaricié sus labios, los cuales estaban tibios. Fue que otra fantasía pasó por mi mente. 

Ella sonrió al ver mi distracción. 

— ¿Qué traes en tu retorcida mente, eh? — acarició su mejilla para después hacer lo mismo pero con mis labios. 

— Tengo otra idea y sé que te va a encantar. — sus ojos brillaban de lujuria. 

— ¿Así? — jugó con su cabello — ¿Cuál es? 

Aun seguíamos en el sillón, lo bueno de este es que era grande. 

Y así fue como terminamos haciendo un delicioso 69. 

Simplemente todo iba yendo de maravilla. A pesar de lo del otro, claro.



Hola!
Gracias por llegar hasta aquí 💜

Sé que volví a tardarme :) Pero aquí esta el capitulo al fin y cuentas xd.

Me he estado enfocando más en el último capitulo + Epílogo de Mi Primera Vez Con Mi Enemigo.

Cuando acabe con ello. Estaré más activa por aquí!

Y como siempre. Si tienen ideas sobre alguna historia, siéntanse libres de contármelo!

Muchas gracias por seguir apoyándome 💕 En serio lo aprecio mucho 💙💙

¡Nos leemos! 🌌

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