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Capítulo 14

Cuando desperté procure hacer el desayuno para mi y mi padre.

No fue la gran cosa. Jugo de naranja con huevos revueltos y tocino.

Cuando él bajó ni se molestó en comer.

— Gracias por preparar. Pero no era necesario. — dijo, raramente ya estaba cambiado, le dio un solo sorbo a su jugo.

— ¿Por qué?

— Iré a desayunar con Soledad.

Uh. Bueno, más para mi.

— Me hubieras avisado.

— Perdón. — dio otro sorbo a su jugo mientras se arreglaba la corbata.

Esta era mi oportunidad.

— Am.. papá. — digo pasando atrás de él, me miró por el espejo.

— ¿Qué? — dice recuperando su concentración en hacerse la corbata, que ya de sí, no le salía bien.

— ¿Puedo ir a una fiesta hoy? — pregunto con los nervios por los cielos. Muerdo mi labio sabiendo su respuesta.

Bah, ni preguntar debí.

— ¿Una fiesta? — hace una mueca mirándome a través del espejo.

— Si.. — lo digo en voz baja.

— Si, pero tienes que regresar antes de las diez.

¿Oí bien?

¿Mi padre sobreprotector me acababa de dar permiso de salir a una fiesta con gente que ni conozco?

— ¿De.. verdad? — hablo aún sin creerle — ¿No me vas a mandar a ningún guardaespaldas o un rastreador para vigilarme? — sé que algo debe haber, esto es un milagro del mismísimo Dios.

— Creo que ya estás en edad para salir. Te lo voy a permitir con tal que respondas bien con mis condiciones. — dijo volteando su cuerpo para verme.

Dentro mío tenía un baile, uno muy raro por cierto.

— ¡Gracias! — me lanzo a abrazarlo, para que al instante separarme.

— Bueno, me voy, estoy tarde. De paso iré al trabajo, luego volveré a salir con Soledad. Y lamento no poder llevarte, también pienso que ya estás en edad de ir por tu propia cuenta a la escuela. Procura llegar antes de la hora que ya te dije.

— Si, si, si padre lo que tú quieras. Y será mejor que ya te vayas, no quieres llegar tarde a tu cita. — lo empujo hacia la puerta, él sonríe y se va. Cierro la puerta aún con la emoción por los cielos.

Di unos cuantos brincos de la alegría.

¿Será que esa mujer le hizo cambiar su forma de pensar también?

Creo que en verdad se enamoró. Estoy muy feliz por él, pero más por mi que por fin saldré de mi zona de confort.

Terminé mi desayuno más rápido de lo que esperaba. Tal vez más tarde me daría hipo, pero no me importaba.

— Vamos Bulma, aún es en la tarde, faltan horas, primero tienes que ir a la escuela. — digo calmando mis ánimos.

Llamo a Launch para preguntarle si podríamos ir juntas a la escuela. Pero no respondió. Me pareció muy extraño eso, siempre está conectada no importa la hora que sea.

La vería en la escuela. Quizás se quedó sin batería.

Agarré mi mochila y salí, aún tenía tiempo, por lo que no iría a paso rápido.

(•••)

Había olvidado por completo lo que le había pedido de favor a Launch. Mi pregunta ahora era, ¿Lo habría conseguido?

Siento que fue un error haberla metido en esto. Digo, la cosa es conmigo, no debí meterla e ir a hacer algo que ni yo misma tendría el coraje de hacerlo.

Le debo unas disculpas. Hablaré con ella cuando la vea.

Habla do de ella, ¿Dónde se metió? Las clases están a diez minutos de comenzar y no ha aparecido.

Camino por los pasillos hasta llegar a mi primera clase, la cual era Biología.

— Y.. ¿Te dejaron?

Doy un pequeño brinco y golpeo a la persona que estaba a mi lado.

— ¡Diablos! ¡¿Qué te pasa?! — le grito a Vegeta quien se agarraba el ojo con exageración.

— ¿No puedes ser.. un poco más delicada, dedos de palo? — me dice mientras talla su ojo golpeado gracias a mis dedos.

— Lo siento, pero ya sabes para lo próxima.

— Ya me di cuenta. — dijo dejando de hacer su dramático espectáculo — No respondiste mi pregunta.

— Si, si me dejaron. — sonrío.

— Chévere. Y aún más que sé dónde vives. Iré hoy por ti a las ocho, ¿Te parece? — dice.

— Bueno, aunque mi padre me dijo que tengo que llegar antes de las diez. — recalco lo que él me dijo.

Si quiero que así sea hora, tengo que seguir sus instrucciones.

— ¿Antes de las diez? Nadie se va antes de esa hora, a esa hora apenas todo comienza.

Ush.

— No lo sé. Pero hazme ese favor y llévame antes, por favor. — digo.

— Claro.

Llegué a mi salón y dejé mi mochila colgando de mi asiento.

— ¿Esta es tu primera vez? — pregunta poniéndose a mi lado.

— Aunque no lo creas, si, lo es. Y no sé como sentirme. — digo mirando hacia otro punto que no sea él.

— Verás que no pasará nada malo. Te vas a divertir.

— Eso espero.

— Yo estaré, por lo que no tienes por qué temer. — dijo antes de irse, debido a que la campana sonó, indicando el comienzo de clases.

(•••)

Mi padre no estaba en casa. Por lo que la tenía solo para mi.

Hoy estoy viviendo tantas cosas que siempre esperé y todo sin mi mejor amiga.

No se presentó a clases, la pasé casi sola todo el día, claro, si no fuera por Vegeta, la hubiera pasado todo el día sola.

Me contó que el maestro pospuso su examen para lo próxima semana. Lo que le daba más tiempo para estudiar. O mejor dicho, "Para que yo le ayude".

No sabia que ponerme, ya me había bañado y todo. Pero no había elegido el vestuario y cómo me arreglaría el rostro y pelo.

Saque casi medio ropero fuera. No tenía buena ropa para estas ocasiones, no iría a una fiesta de gala, es sólo de estudiantes. Así que descarte la idea de usar el mismo vestido que usé el día que conocí a Soledad.

Debí preguntarle a Vegeta sobre cómo podría ir vestida, sin duda él tenía mucha más experiencia que yo.

— Veamos.. — agarro un vestido, el cuál solía usar mi madre. Me lo regaló cuando tenía cinco, pero nunca lo usé debido a que era grande. Decía que lo usaba cuando salía con mi papá, y que a él le gustaba verla usarlo.

Tal vez este no estaría mal.

Me lo puse y me miré en el largo espejo.

Era un vestido color guinda, sin hombreras, la falda era algo suelta. No me quedaba mal. No estaba aún muy acostumbrada a usar faldas casi cortas. Pero qué más da.

No sabia si usar zapatillas o bailerinas, por que tacones ni pensarlo.

Preferí bailerinas, unas negras para que hiciera algo de juego.

Me vi ahora en el espejo de mi tocador, necesitaba arreglar mi cabello y rostro. Pero.. ¿Cómo?

Mi cabello la había recién terminado de secar, lo peine y lo dejé así suelto, normalmente uso mi coleta alta para que mi rebelde cabello no me moleste la cara, pero sólo por hoy será la excepción y la dejaré suelto. Para acompañarlo me puse una tiara blanca, así no me molestaría por lo menos.

¿Maquillarme? Aún no estoy del todo dentro en ese mundo. Pero algo si me enseñó Launch. Por lo que puse lo poco que sabía en mi rostro.

Lo que era igual a sólo los pintalabios, el rizador, y un poco de ese extraño polvo para aplicar en las mejillas que siempre se me olvida el nombre.

Literalmente, esa no era yo. Ni yo misma me reconocía, me sentí muy rara usando esta ropa y el poco maquillaje aplicado en mi rostro. He visto varios videos y como de te malogra la cara cuando usas estos cosméticos.

Cuándo el reloj marcó las ocho y diez supe que estaba algo tarde. Mi celular vibró, me estaban llamando.
Me acerqué a ese mismo y contesté, era Vegeta.

— ¿Por qué tanta la tardanza? ¿Estás atorada en el baño o qué?

— Ya bajo, lo siento. — cuelgo mientras ruedo los ojos.

¿Con abrigo o sin abrigo?

No, ¿Para qué si haría calor?
Aunque admito que si me sentiría algo extraña.

Que más da. Agarro una cartera pequeña en donde metería mi teléfono y llaves. Bajo las escaleras con prisa y fue en ese momento que agradecí el momento que negué usar tacones.

Antes de salir, mantengo mi mano en la manija, le doy vuelta y abro un poco a verificar que Vegeta si estuviera ahí. Y si, estaba recostado en su auto mientras encendía un cigarrillo, para luego ponérselo en la boca, después de segundos, lo aleja y suelta el humo que tenia.

Trago saliva nerviosa. Se le veía malditamente bien en ese traje. Casual  pero tampoco elegante.

Pensándolo mejor.. me pondré unos pantalones.

Ahg, que difícil es esto.

Salgo tímidamente de la casa. Siento su mirada encima mío, alzo la cabeza encontrándome en su mirada encima mio sorprendido.

— ¿Qué tanto miras? ¿Acaso nunca vistes a una mujer o qué? — digo sintiendo mis mejillas arder por la vergüenza.

Él sonríe.

— No es eso, veo miles a diario. Pero.. — me mira de arriba para abajo. Me acerco a él y le giro la cabeza.

— Sólo vamos. — lo hago a un lado y entro al asiento del copiloto.

Luego de segundos, entra él al asiento del conductor.

— Ni siquiera me dejaste terminar.

— Sé que dirás algo obsceno. — digo mientras comienzo abrochar el cinturón de seguridad a igual que él.

— No exactamente. Sólo te iba a decir lo hermosa que te ves ésta noche. — sonríe viéndome, yo lo miro unos segundos luego desvío.

— Bueno.. gracias. — agacho la cabeza avergonzada.

— ¿Y yo? ¿No me vas a decir lo precioso que me veo esta noche? — mueve el espejo que había entre nosotros para verse.

— ¿Para que decirte si ya te lo dijiste?

— Estamos empezando mal. — me ve.

— Como sea, sólo vamos.

(•••)

Cuando estuvimos en frente de la gran mansión. Mi cuerpo tembló, no estaba preparada para esto, quería regresar.

— Am.. ahora que recuerdo, tengo un trabajo de ciencias que tengo que terminar y es para mañana. — me aferro al cinturón de seguridad.

— ¿En serio? — dice.

— Oh si, es muy importante y no lo hice. — lo miro con esperanzas que creyera mi pequeña mentira piadosa.

— Mentir no te sale. — dice — Es más, mañana es Sábado.

Tierra, llévame contigo.
Sonrío nerviosa mirando hacia todos lados buscando una salida. Olvidé que mañana era fin semana.

— Mira — comienza — Sólo por hoy, sólo por esta noche, olvídate que eres: una buena estudiante, intolerante al acohol, una chica cerrada, incapaz de hacer algo, literalmente de todo. Sólo disfruta esto que quizás no se vuelva a repetir. — dice. Lo vuelvo a mirar dudando de lo que dijo. — Una fiesta es para divertirse y olvidarse de los problemas. Yo no frecuento por que tengo otros tipos de distracciones — sonríe 

Definitivamente no quería saber cuáles eran esos otros tipos de distracciones.

— ¿Y si acabo mal?

— No lo creo, yo voy a estar ahí cuidando tu trasero de que ningún baboso se te pegue. — sonríe.

— ¿Prometes cuidarme? — le pregunto, asegurándome que sea cierto eso dicho.

— Bueno, obviamente también estaré con mis amigos. Pero si, estaré echándote el ojo a cada momento. — guiña un ojo coqueto.

Hago una mueca insegura.

— Está bien. Vamos. — me quito el cinturón y salgo luego de haber estacionado. Él imita mi acción.

Las luces de colores sobrepasaban las ventanas, las cuales estaban por todos lados. La música ni que decir, se escuchaba desde que llegamos a la calle.

— ¿Lista? — me pregunta él.

— No.. — susurro.

— Perfeto.

Pasa su mano por mi cintura y me obliga a caminar. Entramos a la casa y mágicamente aparece Raditz con una dona en la mano.

Launch..

— ¡Por fin llegas! — exclama él a acercándose a nosotros. Él se detiene, y me ve. — ¿Quién es ella? — me señaló.

— ¿En serio no la reconoces? — dice Vegeta sonriendo.

— Ni idea. — me mira de arriba hacia abajo, hizo la misma mirada que Vegeta hizo cuando me vio. — Pero no está mal. — me miró a los ojos, y se veía el brillo de picardía en sus ojos.

— Idiota, soy Bulma. — le digo.

Él al instante abre los ojos. Me vuelve a mirar de arriba hacia abajo como si estuviera confirmando que era cierto.

— Mierda. No te reconocí. Estás.. estás muy cambiada.

— Estuve igual que tú. Por un momento pensé que era gemela de Marron y que le encargó a ella ir conmigo a la fiesta envés de ella misma.

¿Marron? ¿Quién es esa?

— Bueno, los dejo solos. Disfruten la noche.— le guiña un ojo cómplice a Vegeta. Y él sonríe.

— ¿A dónde quieres ir ahora? — me pregunta él.

— No lo sé. Tú mandas aquí. — en verdad, me importaba poco ahora todo lo demás, ese hombre fue el último con el que estuvo Launch, necesito hablar con él.

— Bien.. podemos comenzar con las bebidas. — sin despegar su mano de mi cintura me guió hasta la sección de bebidas, fue la única vez en la que vi bastantes bebidas con alcohol en un solo lugar. — ¿Preferencias?

— Agua. — me apresuro en decir.

— ¿Agua? — dice mientras una mueca de disgusto aparece en su rostro.

— ¿Qué acaso nunca tomaste agua? — le digo volteando mi cabeza a verlo.

— Obvio que si. Pero.. no creo que encontremos agua aquí.

— Pero siento mi garganta seca. — finjo toser.

— Entonces puedes tomar esto. — agarró una botella y me la enseñó, no lo conocía, y ni siquiera podía notar el nombre por el tipo de letra exagerada.

— ¿Qué es eso?

— Te va a gustar. — dice mientras lo deja a un lado. — Yo quiero un poco, ¿Y tú?

— Bueno. — digo, si él toma, yo también, después de todo, él va a manejar y no creo que lo haga ebrio, ¿O si?

— Ya regreso, no te muevas por nada en el mundo, ni si Shawn Mendes esté afuera dando autógrafos ¿Oíste? — me dice tomándome por los hombros.

— Si, ya escuché.

— ¿A si? Quiero que lo repitas.

¿En serio?

— Que no me mueva por nada en el mundo, ni si Shawn Mendes esté afuera dando autógrafos ¿Oíste? — digo imitando su voz.

— Bien. Ya vuelvo.

Y se fue.

Me quedé viendo las bebidas sin moverme como dijo.

También era por mi propio bien, si no quería terminar violada o algo.

— Hola. ¿Cómo te llamas?

Me volteo a ver de quién se trataba. Era Pares.

— Hola. — saludo algo tímida.

— Nunca te vi en la escuela, dime ¿Vienes de otro sitio? — me interroga. Su demás grupo de amigas estaban a pocos metros de nosotras.

— Soy Bulma. Bulma Briefs.

— ¡¿Bulma Briefs?! ¿La chica cerebrito? — dice viéndome de arriba para abajo.

¿Porqué tanto con verme así?

Otra cosa, ¿También me conocen así?

— Si.

— ¡Dios santo! ¿En serio eres tú? — sonríe, asiento con la cabeza. — ¡Genial! Pero.. ¿Qué haces aquí sola? Ven con nosotras. — señala su grupo de amigas, las cuáles sonrieron y saludaron con un ademán con sus manos.

— Pero.. es que, estoy esperando a alguien.

— No te preocupes por esa persona. Te diré una cosa, todos usan la misma excusa cuando no quieren estar con una persona. Te dicen que esperes y nunca regresan, créeme, a mi me pasó lo mismo. — dijo mientras movía su cabello — Me dijeron que irían por un vaso para ambos y nunca volvió.

¿Será eso cierto? ¿O solo lo hace para molestarme?

— Ven con nosotras y te vas a divertir. — me sujetó del brazo invitándome a seguirla.

Vi atrás mío, dónde se supone que vendría Vegeta. Pero no lo veía, y la verdad, se estaba tardando para traer dos vasos.

Solté un suspiro resignada.

Si iba a disfrutar mi primera fiesta, lo haría como quisiera, no iba a esperar por un hombre que ni siquiera viene.

— Bien, vamos. — acepto. Ella sonríe y me jala hasta sus demás amigas. Por arte de magia la música sube más de volumen, dejándome casi sorda, me guiaron hasta no sé dónde. Pero todos estábamos haciendo un círculo, y en medio, habían tres mesas largas y dos personas avanzaban hasta la mitad de la mesa con medida que bebían unos pequeños vasos llenos de no sé qué.

— Este es un juego, ahorita nos toca a nosotras competir. — dice.

— ¿Qué es lo que contiene el vaso?

— Licor. — suelta como si nada.

¿Qué?

Oh no, ya me arrepentí de esto. ¿dónde está Vegeta cuando lo necesito?

— ¡Vas tú Bulma! — ella me empuja el extremo de la tercera mesa. No sabia que hacer, pero lo que me incitó en beber el primer vaso fue la bulla de la gente y su alentamiento en hacerlo. Entonces actúe rápido. Bebí el primero, el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto, y así hasta llegar al décimo vasito y tocar una campana.

Todos alrededor gritaron, habíamos "Supuesta mente" ganado. Pares y su grupo de amigas se me acercaron y aplaudieron.

Me tuve que hacer a un lado, sentía mi garganta ardiendo. Hice una mueca de desagrado. No debí tomarlas toda de una sola. Y lo peor que era mi primera vez probando este tipo de acohol.

Pero, luego de calmarme del todo, pude sentir el dulce sabor, algo caramelizado. Y eso me gustó. Costó acostumbrarme a eso.

— ¡Lo hiciste muy bien Bulma! — me animó Pares estando a mi lado. — Jamás creí que fueras capaz de hacer eso. Tengo que admitir que me quedé sorprendida ésta vez.

— ¡Vamos a otro! — la acompañó otra de sus amigas.

— ¡Si! — la apoyaron todas.

— ¿Lista para otro juego Bul? — me dijo Pares.

— Si.. — dije sin pensarlo — ¡Sigamos! — grito escandalosamente mientras una sonrisa aparecía en mi rostro.

Había perdido completamente la conciencia.

(•••)

Me moví incómoda de mi cama, no encontraba la posición perfecta para dormir aún. Ni siquiera dé cuánto tiempo llevo buscándolo.

Después de segundos me rendí. Sentí mis ojos muy pesados, y mi cuerpo lo sentía como si me hubiera tragado un elefante entero y que ahora no me puedo levantar gracias a eso.

Me volví a mover dejando mi cuerpo abajo y mi rostro a un lado mientras mis brazos y piernas estaban extendidas libremente. Fue lo más cómodo que estaba, pero mi cuerpo ya rogaba levantarse.

Pero yo no quería.

Abrí y cerré la boca perezosa. Fue que sentí el feo sabor que tenía, hice una mueca de asco.

De poco a poco comencé a abrir mis ojos. La luz de la mañana entró en ellos, provocando que vuelva a cerrarlos.

Volví a moverme, quedando ahora boca arriba, sentí el viento pasar, lo extraño fue lo sentí chocar contra mi piel, como si no portara nada encima.

Abrí lentamente mis ojos esperando no volver a encontrarme con los rayos del sol de la mañana.

Oí el sonido de una puerta abrirse. Mis ojos se mantenían en el techo, mi mente estaba en completo blanco.

Fue que sentí un peso encima de la cama en la que estaba.

Me tardé unos segundos para darme cuenta que está no era mi habitación.

— Bienvenida de nuevo. — me sonríe mientras me mira estando encima mío.

Espera.. ¿Qué?

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