Capítulo 13
Launch
En parte lo que decía Bulma era cierto. Conociendo a Vegeta, sabiendo como es normalmente con la gente, puede que trama algo con ella, y eso no lo voy a permitir.
Solo espero que no la este pasando mal. Ouji si es que un verdadero jodido.
Pero, ¡Menuda suertuda! Jamás oí que él llevase alguna chica a su casa, era muy reservado en ese aspecto. Y con su vida personal.
Bueno, ahora tengo una misión que cumplir. Era Jueves, la semana aún es joven.
Era el último receso, no sabia bien que iba hacer, normalmente me juntaba con Bulma, y ahora que no estaba, es raro.
Siento como tocan mi hombro. Me volteo a ver de quien se trataba, era Pares.
— ¡Hola Launch! — me saludó ella sonriente.
— ¡Hola! ¿Qué sucede? — pregunto de la misma manera.
— Ten. — me entregó una tarjeta morada. — Es la invitación para mi fiesta de cumpleaños, espero verte mañana.
— Oh, bueno, gracias. Ahí estaré. — afirmé guardando la tarjeta dentro de mi bolsillo.
— Nos vemos. — se despidió y se fue a su grupo de amigas porristas.
Por mi parte, me fui directo a la cafetería. Cuando llego pido lo que comería, luego, me dirijo a la mesa donde estaban mis amigos, todos hombres para ser exactos. Me juntaba con ellos muy amenudo, pero la mayoría de veces era con Bulma.
— Hola Launch, ¿Qué tal? — me saludó Krillin, quien estaba tenía la cabeza recostada en la mesa, él era muy buena gente y pasivo a la misma vez, algo torpe. Me llevaba muy bien con él.
— Bien. Gracias. ¿Y ustedes? — respondí tomando asiento frente a Ten Shin Han, era otro parecido a Krillin, pero él era mucho más inteligente que nosotros, generoso y honesto. Era muy conversador también. Él estaba bien sentado bebiendo su jugo de naranja.
— Aburridos. Ya ni te juntas con nosotros. Que egoísta. — me recriminó Yamcha mientras estaba con los brazos detrás de su caeza y sus piernas encima de la mesa sin que nadie lo mirase, relajado como siempre. La mayoría eran amables y respetuosos, él era casi todo lo contrario, tiene buen corazón y eso, pero a veces es un poco fresón.
Este es el único grupo que lo soporta completamente. Para su suerte.
— Lo siento. Han estado pasando cosas raras últimamente. — comento.
— ¿Cómo cuáles? — quiso saber Puar, quien comía una empanada a gusto.
— Es una larga historia.
— Todos pensamos que tienes algún extraño romance con Raditz Miller. — habló Ten rodando los ojos mientras sonreía.
— ¡Es cierto! — lo interrumpió Yamcha. — La última vez te vimos entrando a un baño con él. ¿Tienen algo? — meneó las cejas divertido si quitarme la mirada de encima.
— Ash. — cubro mi cara avergonzada. — No.. no es nada serio, es solo pasar el rato.
Hablando del Rey de roma.
¡Es cierto! Había olvidado lo que Bulma me había pedido. Tonta.
— Sabemos que él es otro igual que su amiguito Ouji. — habló Krillin con disgusto.
Todos los de aquí habrían pasado por alguna estúpida broma de Vegeta. No muy agradables para sus gustos.
— No me agrada. — escupió Ten. Ignores aquello.
Podría drogarlo o algo.
Piensa Luanch. Piensa..
El fuerte sonido de la campana provocó que despertara de mis pensamientos. Todos se paparon, incluyéndome. En todo el camino desde la cafetería hasta mi penúltima clase, la cual era Artes, me la pase pensando. Yo también quería saber aquello, por algo estaba cooperando.
La idea de drogarlo no estaba mal, pero.. odio cualquier cosa que tenga que ver con ese polvo, por eso, lo descarto.
Podría beber alcohol, sin duda prefería más esa que la anterior.
Fue que de pronto siento como unos grandes brazos me rodearon la cintura. Pegué un pequeño brinco debido al susto que me llevé.
— Hola bombón.
— Carajo Raditz. Me diste un tremendo susto.
— Perdón dulzura. Pero es que no puedo esperar más, en la mañana me dejaste muy prendido. — sentía su tibio aliento chocar contra mi cuello. Sentí como de pronto manchaba mis bragas gracias a que empecé a excitarme.
Diablos, este hombre conseguía hacerme sentir así en tan solo segundos. Pero, podía controlarlo.
— No ahora Raditz. Tenemos clase. — muerdo mis labios al sentir como presionaba su ya erección contra mis glúteos, estaba logrando hacerme ceder.
— Que se vayan a la mierda las clases. Te necesito. — usó su ronca voz, habló cerca de mi oído. Cosa que hizo sentir mis mejillas arder. Apuesto que estoy sonrojada.
— No. — intenté separarme de sus brazos. Pero eso solo provocó que me haga sentir más su dura erección. — Raditz..
— Vamos a un baño. — pero me aparté.
— ¿Te parece después de clases? — sonrió pícara mientras camino hacia atrás con intenciones de marcharme.
— ¿Me vas a dejar así? — habló.
— Así es. ¿En tu casa? — luego de haber obtenido una buena distancia, me quedo quieta esperando sus respuesta.
— Me las vas a pagar muy caro maldita. — sonrió perverso. Eso daba a indicar que era un sí. Extiendo mi sonrisa y me voy corriendo esperando que no haya sido haya tarde aún.
(•••)
— ¡Raditz! — grito su nombre cuando alcancé el orgasmo.
— Mierda. — gruñe él llegando a su punto límite igual, da unas cuantas estocadas más antes de correrse dentro del condón.
Relajo mi cuerpo entero cuando siento esa rica sensación de liberación. Espero a que me desate las manos, las cuales estaban atadas a una de las barras de su cama. Él las quita por completo, las acaricio un poco antes de acostarme a su lado.
Habíamos, bueno, mejor dicho, él bebió antes de que tuviéramos relaciones justo como lo había planeado. Ahora necesitaba sacarle esa información.
— Soy una basura de persona. — dice él de pronto.
— ¿Qué? — me apoyo de mis codos para poder verlo mejor. Él mantenía los ojos cerrados.
— Lo soy. Una basura.
— ¿Por qué dices eso?
— No quieres saberlo. — se hizo a un lado. Agarro las sábanas y cubro mi cuerpo desnudo y me acerco a él.
— Dímelo. No te preocupes por lo feo que sea.
— Yo.. y un amigo hicimos una apuesta. — confiesa.
¿Me habrá leído la mente?
— ¿Sobre qué?
— Consistía que, él iba a enamorar a una chica. Solo tiene cinco meses para hacerlo y acostarse con ella. Digo, ¿Quién mierdas hace eso? Encima, le voy a pagar. Que estúpido suena, ¿No lo crees?
No sabia que decir. ¿Será de Bulma de lo que está hablando?
— Voy a pagar muy caro por eso. Esa chica no merece eso. Ni mi amigo merece hacer eso por mi culpa. ¡Que estupidez!
Golpeó el colchón de la cama con fuerza. Casi me hace rebotar.
— Joder. Estoy enfermo. Me espera un futuro lleno de malicia, pienso que lo llevo en la sangre. — sonrió.
— ¿Son de la escuela?
— Si.
— ¿Quienes son? Si se puede saber. — él me ve curioso.
— ¿En serio quieres saberlo?
No se que era exactamente. Pero si quería saberlo.
— Si.
Él se dio vuelta hasta quedar en frente de mi.
— Tú amiga, Bulma Briefs, es por la que estamos apostando. — confesí sin pelos en la lengua.
¿Qué acababa de decir?
— ¿Qué?
— Lo que oíste. Aposté con Vegeta que si no lograba enamorar a Bulma en cinco meses, iba a hacer algo ridículo, y él obviamente prefirió la primera. Además, que le voy a pagar para que lo siga haciendo. — calló unos segundos. — ¿Qué clase de persona hace eso? ¿Ahora lo ves? Soy una mierda.
Aún no salía del shock. Estaba más que sorprendida. ¿Mi amiga siendo parte de una sucia apuesta?
Definitivamente se iba a enterar de esto.
— Tengo que irme.
Me levanto de la cama aún con la sábana enrollada en mi cuerpo. Pero él me sostiene del brazo y me vuelve a tumbar a la cama con brusquedad.
Pasó su mano por mi cuello, y lo apretó. Comencé a forcejear al sentir que me faltaba aire.
— Espera.. Raditz.. ¿Qué estás..?
— Escúchame bien maldita perra. Ninguna palabra de esto a nadie ¿Oíste? — sentí apretar su agarre. Empecé a dar patadas al aire desesperada.
— Ra..ditz.. — no podía articular bien cualquier palabra, este hombre me estaba lastimando.
— ¿Oíste? — acercó su rostro al mío amenazador. Sentí mi cuerpo erizarse, pero no de excitación, sino de miedo.
— S..si. — intenté quitar sus manos de mi cuello. Pero no podía, él tenía mucha más fuerza que yo.
— Si le cuentas a alguien sobre esto te va a ir mucho peor, ¿Entendiste? — asentí como pude. — Por que no sabes de lo que soy capaz.
— Suélta.. me.
Me empujó bruscamente fuera de la cama, haciéndome caer al piso. Toqué mi cuello y comencé a toser con desesperación.
— Eres un maldito. ¿Cómo pudiste amenazarme? — me levanto con mi ropa en manos. — Nunca más me vuelvas a buscar.
Jamás había visto esa faceta de él. Nunca antes, mucho menos ebrio. Y daba miedo.
Jamás me había lastimado de esa manera. ¿Será que me habré excedido un poco en darle bastante alcohol?
— No me importa. — sonrió. — Y ya sabes, te estaré vigilando.
— Idiota. No me importa.
Salgo de ahí y entró al baño, siento sus pasos acercarse, me cambio lo más rápido que puedo.
Iba a volver a hacerme daño. Lo podía sentir.
— ¡Que te haya quedado bien en claro estúpida! ¡Ni una sola palabra!
— ¡Eres un imbécil! ¡No me importa! ¡Ella se va a enterar, ella tiene que saberlo! — abrí la ventana para poder escapar.
— Abre la maldita puerta. — oí como pateaba. Estaba con seguro. Por lo que se le iba a ser difícil.
Logro abrirla. Pero para mi mala suerte la caída era alta. ¿Porqué rayos tenía que estar el baño en el segundo piso?
— ¡Mierda Launch!
No me quedaba de otra que saltar, escuché sus pasos irse pero luego volver, comenzó a golpear la puerta con lo que parecía ser un bate. Me alarme, estaba rompiendo la puerta e iba lograr entrar en cualquier momento.
— Ahora si.. — logró hacer un agujero, donde metió su mano y buscó la manija.
No tenía más opción, tenia que saltar.
Subí encima del borde y me preparé. Oí como quitaba el seguro, y entró. Tomé impulso y salté.
— ¡Launch!
Fue tan fuerte la caída que quedé inconsciente. No supe caer con mis dos pies. Toda mi vista se tornó negra.
(•••)
Bulma
— ¡Diablos! ¿Qué hora es? — digo levantándome del sillón alarmada. No contaba con un reloj de mano para esos instantes.
— No lo sé.. — dijo aún tirado en el piso.
Busqué un reloj cerca. Hasta que vi uno colgando en forma de gato.
— ¡Las cuatro y media! — corro hacia su habitación y busco mi mochila. La encuentro y bajo las escaleras con rapidez.
— Oye, oye, ¿A dónde con tanto apuro? — dijo deteniendo mi paso hacia la puerta.
— ¿Con tanto apuro? ¡A mi casa animal! Ya pasó más de las tres, mi padre va a matarme.
Vuelvo hacia la puerta. Pero él me detiene del brazo.
— ¿Por lo menos sabes en dónde estas? — pregunta él.
Cierto. No sabia donde estaba, ni como llegar desde aquí.
— ¿Dónde estamos?
— Lejos de la escuela.
— ¿Qué calle es esta?
— Condores Street.
Rayos. Estaba muy, pero muy lejos de mi casa.
— Yo te puedo llevar.
— ¡No! — me ve confundido — Yo.. puedo tomar un bus.
— Te vas a tardar más tiempo. Si quieres llegar más temprano, déjame llevarte y te ahorras dinero.
La idea de que este desconocido me lleve a mi casa, era retorcida. ¿Por qué? Porque mi padre seguramente estaría ahí y si lo ve a él, lo iba a lastimar.
Pero..
— Está bien. — no me quedaba de otra si quería llegar ya.
Agarra unas llaves y salimos de su casa. Se dirigió a un auto estacionado cerca, entré como copiloto y él como el conductor.
Insertó las llaves, el motor encendió y comenzó a manejar.
Mis nervios subían a cada segundo que veía las calles pasar.
— ¿Nerviosa? — pregunta son una sonrisa.
— ¿Cómo no? Me pasé la hora. El chiste era hacerle creer que fui en verdad a la escuela y luego decirle la otra historia.
— No es así cuando te acostumbras.
— ¿A que te refieres?
— Esa misma fue mi primera vez. Reaccioné como tú. Pero luego, ya dejó de ser así y comenzó a ser más fluido y no me preocupaba sabiendo que a mis padres no les iba a importar.
¿Sus padres?
— ¿No les importas?
Abrió los ojos como si acabara de decir algo erróneo.
— Nada. — cambió su mueca a una seria.
No insistí, en lo que quedaba de camino seguimos sin decir nada. Pero raro fue que se estacionó frente a una tienda de bebés, era una guardería de bebés.
— ¿Qué hacemos aquí? — pregunto temerosa al ver como sonreía él.
— Vamos a adoptar un bebé. — dijo aún sonriendo.
— ¡¿Qué?! ¡¿Acaso estás loco?!
Él se echó a reír.
— Obvio que no. Solo te estoy jodiendo a ver como reaccionabas.
— Se me iba a salir el corazón.
Miré el lugar de reojo por las transparentes ventanas amplias que habían.
— ¿Por qué me trajiste aquí? — él iba a hablar, pero lo detuve — No voy a soportar otra más de tus tonterías.
Él dio un bufido, le arruine la broma a tiempo.
¡Ja!
— Has olvidado un pequeño detalle.
— ¿Qué cosa?
— Que no sé donde vives. — habló divertido.
Oh rayos, era cierto.
— Kennedy Street.
— No estamos tan lejos. — volvimos a la pista.
Y así fue que comenzamos otra ronda de quien aguanta sin decir alguna palabra.
— Cierto.. casi lo olvidaba. — dijo él de repente sin dejar de manejar.
— ¿Qué cosa?
— Mañana es la fiesta de Pares. ¿La conoces? — asiento.
— Sé quién es, pero nunca intercambiamos palabras.
— Ella me dijo que podía invitar a alguien.. — me miró.
Volteo a mirarlo también. El semáforo estaba en rojo.
— ¿Piensas invitarme a mi?
— Bueno, sé que a Raditz ya lo habrá invitado, y no lo sé, es como.. para que salgas de tu burbuja rutinaria. ¿Qué dices?
— No lo.. sé. No creo que mi padre me deje salir, y mucho menos a una fiesta. — sentí mis mejillas ruborizarse.
— Te escribo más tarde para que guardes mi número, me avisas como quedaron al final.
— Bien.
Sin darme cuenta ya habíamos llegado a la calle, avanzó pero lento.
— Es en ésa casa. — señalé la casa roja.
Él siguió hasta llegar ahí. Se detuvo en frente y yo baje rápidamente.
— Hasta aquí. Nos vemos mañana, y gracias por todo. —digo a través de la ventana.
— No hay de qué. Nos vemos. — sin decir más, arrancó y lo perdí de vista.
Caminé con pasos temerosos a mi casa. Inserte las llaves en el cerrojo y se abrió la puerta.
Pero grata fue mi sorpresa no encontrar a nadie. Fue un gran alivio, me salvé de ese regaño, pero ahora queda pensar en como decirle la verdad sin decir que estuve con un chico.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo trasero. Lo sujete y saqué, me había llegado un mensaje.
— Hola :)) Es Vegeta. Guarda mi número, me avisas en la noche o mañana como quieras. Adiós :p
✔✔5:14pm
Sonreí.
— Claro ;)
✔✔5:15pm
G
uarde mi teléfono y me encamine a mi cuarto. Me di una ducha y me dedique a escribirles a todos los maestros a contarles sobre lo que pasó y si me podrían ayudar a ponerme al día en mis deberes.
Mi padre no llegó hasta altas horas de la noche. Lo bueno es que solo se metió a su habitación y no entró a mi habitación a ver si estaba.
Supongo que salió con esa mujer.
Mi celular volvió a vibrar, haciendo que mis sueños se vayan en esos momentos a ver que era.
Era nuevamente Vegeta. Volví a sonreír.
— ¿Estás ahí?
✔✔ 11:57pm
— Me despertó tu mensaje, ¿Qué haces despierto tan tarde?
✔✔ 11:58pm
—Viendo porno ¿Y tú?
11:58pm
Casi se me salia una carcajada al leer eso.
— Que ascooo
11:59pm
— No es asqueroso, es sexo.
12:00pm
— Olvídalo, ya vete a dormir.
12:01pm
— No puedo >:(
12:01pm
— ¿Entonces?
12:02pm
— ¯\_( ͡❛ ͜ʖ ͡❛)_/¯
12:03pm
— ( ͡❛ ͟ʖ ͡❛)
12:03pm
— ( ͡° ₃ ͡°)
12:03pm
—( ͡• ᴗ ͡•)
12:04pm
— Hasta mañana ツ Mis padres me van a ver con el teléfono :((
12:05pm
— Xd, esta bien. Chaito ♡
12:05pm
— ¿Fue un coqueteo? 😏
12:06pm
— Fue un "Que no te den una paliza por ver porno, compadecida :))
12:06pm
— Vale la pena soñar. Adiós (¬‿¬)
12:07pm
—JAJA Nos vemos
12:07pm
Apagué mi teléfono y lo deje en la mesita de noche que estaba a mi lado. Me cubrí con las sábanas y me dormí con una sonrisa en mi rostro.
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