🌹Capítulo 6- Aroma🌹
Jimin abrió los ojos y lo primero que miró fue el cuerpo desnudo de Rose a su lado. Ella ya estaba despierta, una sonrisa se dibujaba en sus labios cuando hizo contacto visual con el enigma.
—¿Qué haces desnuda? —preguntó al ponerse de pie.
Su vista borrosa a causa del té que había bebido, miró su ropa tirada en el suelo y a Jungkook en la cama, sin mostrar algún cambio.
—¿Por qué estoy desnudo?
—¿No recuerdas nada...? —preguntó Rose tomando su ropa del piso y vistiéndose lo más rápido que podía.
Jimin también se vistió, mientras lo hacía sentía el olor de Rose por todo su cuerpo, se sorprendió al sentirlo en su pene y en sus dedos.
—Rose. ¿Qué diablos hicimos anoche?
—Anoche me quité el supresor de feromonas para cambiarlo y enloqueciste ante mi aroma —susurró fingiendo vergüenza.
—¡¿Qué?! ¿Cómo que enloquecí? —Tragó saliva, a ese punto ya tenía los pantalones puestos.
—Me tomaste, me follaste y me anudaste... —Lo miró directo a los ojos—. Anoche hicimos el amor.
—¡No me salgas con tonterías, jamás haría algo como eso y mucho menos frente a mi esposo dormido!
—¡Pues lo hiciste! —Rose gritó, ella ya había terminado de abrocharse los últimos botones de su camisa—. ¡Anoche me hiciste el amor!
—No. —Jimin apretó la quijada—. En todo caso te follé, al único que le hago el amor es a mi alfa.
—Jungkook ya no es un alfa, tal vez verlo tan asqueroso te hizo desearme.
—¡Cierra la puta boca, Rose! —Jimin gritó furioso con su voz de mando, después le soltó una fuerte cachetada dejando la marca de sus dedos en las mejillas de la que hasta hace unas horas consideraba su amiga—. Quiero que te largues.
Rose contuvo las lágrimas a causa del dolor a medida que avanzaba hacia la puerta, fingiendo que no podía mover con sus brazos frágiles el sofá que obstruía el paso.
—Ayúdame, tú bloqueaste la entrada.
Jimin arrastró el mueble con facilidad y abrió la puerta.
—No emitas ninguna palabra de esto a nadie y lárgate del castillo. Si te vuelvo a ver aquí arrancaré tu cabeza, te haré pedacitos y te daré de comer a los perros.
—Eres cruel, Jimin. —Lo miró de reojo porque no podía sostenerle la mirada—. Primero me haces tuya y luego me deshechas como basura.
—Jamás te tomaría en mis cinco sentidos, fue ese té que me diste y...
El monitor de Jungkook comenzó a pitar, y Jimin se giró para verlo. Los ojos del rey estaban abiertos y desorbitados. En ese momento, varios médicos entraron rápidamente en la habitación, respondiendo a la señal de alerta que emitía la máquina. La tensión en el aire era palpable mientras intentaban estabilizarlo. Rose, sin embargo, aprovechó el caos para salir corriendo por el pasillo, ignorando el saludo de Yoongi, Hoseok y Minho, quienes apenas iban a saludar a los Reyes. Jimin sintió una mezcla de preocupación y frustración. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué todo parecía estar fuera de control? ¿Por qué incluso él estaba fuera de control? ¿Por qué no recordaba nada acerca de la noche anterior? Se suponía que Rose era su amiga más fiel, más querida y ahora la había echado del castillo como una vez lo hicieron con él... La única diferencia era que Jimin la corrió sin estar bajo la influencia de algún enigma porque él era el enigma.
Sacudió su cabeza apartando los pensamientos acerca de Rose y su desliz de la noche que había olvidado. Aunque pudiera recordar lo que pasó revisando en la mente de Rose y ver sus recuerdos no lo haría porque no quería saber nada. Quería enterrar eso, quería mantener esa noche en el olvido porque al único que quería recordar en intimidad era a su esposo, a Jungkook. Y él ahora se encontraba siendo atendido por los médicos. En medio del caos pudo ver la esperanza pues le quitaron el tubo metálico de la garganta y en su lugar colocaron una mascarilla de oxígeno.
Jungkook tenía sus ojos abiertos.
Si le ponías mucha atención notarías que son grises, pero como sus pupilas estaban siempre dilatadas pareciera que eran negros, por las mejillas de Jimin resbalaron un par de lágrimas silenciosas e invadidas de felicidad porque su amado lo veía con una sonrisa ligera dibujada en sus labios.
En ese momento se miró las manos sintiendo el aroma de Rose, si Jungkook se enteraba acerca de lo sucedido se enfadaría, o mucho peor, su corazón saldría herido. No quería lastimarlo porque lo amaba, así que salió corriendo empujando a Yoongi y Hoseok que estaban del otro lado de la puerta. Los dejó ahí parados viendo como se marchaba, sabía que su esposo estaba mejor y aprovecharía ese lapso de esperanza para ducharse y eliminar todo rastro del aroma de la omega.
Le ordenó a un par de sirvientes que lo guiaran a cualquier baño del castillo porque no quería dejar ningún rastro de Rose en la habitación real, también les pidió que le llevaran ropa y jabón. Obviamente obedecieron de inmediato.
Jimin abrió la regadera ajustando la temperatura a una extremadamente caliente, tanto que dolía. Tomó el jabón que le llevaron los sirvientes colocándolo en la esponja tallando una y otra vez, enrojeciendose de tal manera que pequeños puntos carmesí comenzaron a emerger de la piel. Mezclando jabón con sangre, estaba furioso consigo mismo, decepcionado y triste.
—¡MIERDA! —Rugió golpeando la pared del baño con el puño y cuarteando el concreto.
Siguió tallándose el cuerpo con violencia hasta que todo el aroma de Rose desapareció de su sistema. Dejó que el agua caliente mojara su espalda y con la vista en los dedos de sus pies lloró.
Mientras el enigma terminaba de ducharse, Rose empacaba sus pertenencias en una enorme maleta, lista para abandonar el castillo. Su plan no había salido como esperaba, pero aún tenía una carta bajo la manga: manipular a Jimin desde la distancia. Lo obligaría a mantenerla y cumplirle sus caprichos a cambio de su silencio. Era un juego peligroso, pero Rose estaba decidida a ganar porque no tenía absolutamente nada que perder.
Y en la habitación de Jungkook celebraban Hoseok, Yoongi y Lee Minho porque había despertado. Este último salió de la habitación en búsqueda de Jimin porque el rey quería verlo.
Jimin se miró al espejo con arrepentimientos, su corazón acelerado y dispuesto a contarle a su esposo la verdad porque no toleraba mentirle, no sería infiel. Jamás haría nada que lastimara a Jungkook.
Salió de la habitación encontrándose en el pasillo con su amigo.
—¡El rey Jungkook quiere verte! —gritó acercándose a Jimin.
—Lo miré abrir los ojos y quise lucir presentable... —Intentó excusarse por haberse marchado sin decir nada.
—Creí que habías ido atrás de Rose —murmuró.
—¡¿Por qué iría atrás de ella?! —cuestionó en un grito de indignación.
—Porque son amigos... Somos amigos los tres.
—Oh eso.
—Voy a pedirle que sea mi omega —dijo Minho—. Me gusta y...
—Deberías buscar otra omega —murmuró Jimin mientras avanzaban juntos hacia la habitación de Jungkook.
—¿Po-por qué?
—Porque le he pedido que abandone el castillo.
—¡¿Qué?! —cuestionó confundido.
—Rose... —Jimin suspiró—. Hizo algo indebido y no puede permanecer en mi castillo, si te interesa ve y ayúdala a encontrar un lugar para hospedarse.
—¿Pero qué pasó? Jimin, no puedes correrla, es tu amiga y...
—¡Soy el rey! —Jimin gritó—. Puedo hacer lo que me plazca.
Al decir eso avanzó más rápido dejando a Minho en medio del pasillo, viéndolo alejarse. Estaba furioso, tanto que su cuerpo humeaba a causa de la furia, sus feromonas incontrolables ahuyentaban a los miembros de la servidumbre que estaban en los pasillos, incluso los alfas de la guardia real agachaban la cabeza con miedo ante su paso porque era tan fuerte su presencia que no podían resistirla.
Cuando llegó a la habitación de Jungkook escuchó su débil risa del otro lado de la puerta, bastó ese hermoso sonido para que toda la furia desapareciera de su cuerpo más rápido que el humo en campo abierto.
Abrió la puerta y avanzó directo al dueño de su corazón arrodillándose ante él, tomando su frágil mano con fuerza y besándole los nudillos con ternura.
—Mi rey, estoy feliz de que hayas despertado.
Hoseok y Yoongi sonrieron mirándose el uno al otro con complicidad mientras se codeaban y picaban las costillas con los codos.
—¿Tan feliz que huiste cuando viste que desperté de mi sueño? —preguntó con voz débil.
Jimin alzó la mirada, viendo los ojos inquisitivos de Jungkook. Sabía que sabía lo que ocultaba. ¡Lo sabía!
—Fui a ducharme, yo no me había duchado desde ayer en la mañana... —dijo al ponerse de pie y besando la frente de Jungkook con dulzura—: Te amo, me alegra que te encuentres mejor.
—Me dijeron que eres rey regente —dijo Jungkook mirando a Yoongi, pues él le contó.
—Sí, ayer fue un día difícil. Estaré al mando hasta que te recuperes. ¿Te parece bien?
—Me parece. —Jungkook sonrió con falsedad al decir eso, Jimin claramente lo notó.
—¿Y de qué hablaban? —preguntó al sentarse—. Los escuché reír antes de entrar.
—Hablábamos de ti —dijo Hoseok.
—¿De mí? —Alzó las cejas buscando la verdad en las palabras de sus amigos.
—Bueno, eres el destinado de Jungkook. —Yoongi se puso de pie al decir eso, estirando la mano para tomar la de Hobi, este la tomó poniéndose de pie—. Un destinado no puede esconderse del otro, tampoco guardarle secretos. ¿Verdad mi amor?
—Sip —contestó Hoseok—. Alfa, Omega, Beta, Zetta, Enigma o Gamma... El destinado siempre se entera.
—Tienen mucho por hablar, los dejamos solos —dijo Yoongi sonriendo de oreja a oreja—. Tranquilo, Jungkook es un gamma no puede herirte por más molesto que esté, incluso si siguiera siendo un alfa no podría hacerlo.
«Mierda». Pensó Jimin, sabía que sabía.
Ambos enigmas salieron de la habitación, se fueron a realizar sus deberes. Dejando a los Reyes en soledad y en un silencio extremadamente incómodo.
—¿Me vas a decir o tengo que hacer suposiciones? —preguntó Jungkook con voz débil.
—Primero dime tú... ¿Te duele algo? —preguntó Jimin preocupado.
—No me duele nada, como ves ya me quitaron el respirador. —Suspiró, luego presionó el botón del control de la cama que era eléctrica para sentarse.
Ambos se quedaron en silencio mientras Jungkook se acomodaba. En ese instante entró la enfermera con una charola de comida para el rey, también llevó otra para Jimin.
—Buenos días, majestad, majestad —saludó a ambos—. La comida blanda es para el rey Jungkook y el plato fuerte para el rey Jimin.
—Entiendo, puedes retirarte —dijo Jimin—. Y cierra la puerta con llave, por favor.
La enfermera obedeció.
—Uy, parece sopa de pescado —susurró Jungkook inhalando el aroma—. Mis fosas nasales parecen estar intactas, tan exactas y tan precisas como antes. Por cierto... —Tomó un poco de sopa con la cuchara y la metió a su boca haciendo gestos al sentir el delicioso sabor de la sopa de pescado en el paladar—... ¿Me veo tan asqueroso como dijo Rose?
—¿Qué? —Jimin parpadeó—. ¿Asqueroso? Eres precioso, el hombre más precioso que mis ojos han visto.
—¿Seguro? —Alzó las cejas al probar más sopa de pescado.
—Por supuesto, Rose no sabe de lo que habl... —Jimin cerró los ojos comprobándose a sí mismo que Jungkook sabía lo que había sucedido—. Jungkook te juro que yo no quería hacerlo, ni siquiera recuerdo lo que pasó. ¡Te lo juro!
—Lo sé, escuché todo, creo que por eso desperté. —Sonrió de lado al mismo tiempo que ponía la cuchara encima de la charola, a un lado del plato con sopa.
—¿De verdad?
Jimin se acercó a Jungkook, sentándose en la orilla de la cama, buscando su mirada. El rey no dudó en encarar al enigma. Aunque su cuerpo era débil, seguía teniendo el carácter fuerte de siempre.
—Sentí el aroma de Rose en tu cuerpo cuando saliste corriendo. Como dije, tengo mi sentido del olfato intacto. El médico me contó que mi cuerpo es débil, cada órgano, mis huesos, aun así mi olfato es riguroso, al igual que mi vista, pero estos se irán deteriorando con el paso del tiempo.
»También tengo el mismo carácter de cuando era alfa, no es que me hayan cambiado el cerebro. Por eso creo comprender tu actuar, aunque eres un enigma poderoso, por dentro, tu carácter es muy parecido al del omega que compré en la subasta. —Suspiró—. Me gustaría que dejes de ser un omega, me gustaría que a partir de ahora comiences a ser el enigma que eres.
—Jungkook. ¿Por qué me dices esto?
—Te dejaste dominar por una simple omega, Jimin. —Chasqueó la lengua molesto—. Mi corazón está hecho trizas.
—Oye... No quiero lastimarte, es lo último que deseo, prefiero morir antes de lastimarte. —Tomó las manos de Jungkook con fuerza.
—Contéstame una sola cosa... —Jungkook tragó saliva con los ojos invadidos de lágrimas.
—Pregúntame...
—¿Amas a Rose?
ME ASUSTA JUNGKOOK ASÍ DE CALMADO ¿QUÉ LE VA A DECIR A JIMIN?????
SI LO TERMINA VOY A LLORAR WEEEEYYYY😭😭😭😭😭😫😫😫😫😫
Yo preocupada por el Namjoon y la pinshi Rose haciendo discutir a mis bebés😫🤌🏻
Recordatorio: La Rose de esta historia NO es la Rose de Blackpink, se llama así porque Jimin le puso ese nombre ya que ella le decía "Rosita" en el orfanato.
Agripada y con fiebre, peroooo espero mañana estar mejor porque me voy a una fiesta, por eso adelanté el capítulo.
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