🌹Capítulo 3- Reconciliación🌹
El aire en la habitación real estaba cargado de tensión a causa de las feromonas que Jungkook emitía.
Las cortinas de terciopelo rojo oscuro apenas se movían, como si temieran perturbar el delicado equilibrio entre los dos hombres que se veían a los ojos. Jungkook de pie frente a la cama, se erguía tratando de parecer más alto, a pesar de que no necesitaba hacerlo porque sus músculos ya lo hacían ver imponente. Observó los ojos rosas de Jimin. Él vestía su pijama blanco, también estaba de pie, era más bajito que Jungkook, pero de todas maneras su aura imponía bastante, a pesar de no tener los músculos tan gruesos como los del alfa se notaba a simple vista que ya no era aquel omega tierno y débil, ahora tenía una mirada audaz que advertía peligros, además de una postura segura.
Habían discutido durante varios días y ambos estaban cansados de hacerlo porque su matrimonio iba bien, porque ambos se amaban. Ahora, en la privacidad de su alcoba, las palabras se habían agotado. Solo quedaba el silencio incómodo.
—Jimi...
—Jungk... —Ambos intentaron romper el silencio al mismo tiempo—. Tú primero —dijo Jimin.
—¿Alguna vez has hablado con tu lobo? —cuestionó el alfa buscando sincerarse.
Jimin no respondió de inmediato. Se aclaró la garganta, sus ojos rosas penetrantes.
—Sí... ¿Por qué preguntas? —Se acercó a Jungkook, tomando las manos del rey entre las suyas, necesitaba tocarlo o de lo contrario se volvería loco.
—Porque mi lobo ha dicho algo muy... Extraño. —Frunció los labios, su mirada luciendo todavía tensa y penetrante, ese gesto hizo que Jimin se relamiera los labios saboreandose al alfa.
El rey consorte sonrió débilmente.
—¿Qué te dijo? —Aprovechó la pregunta para acercarse más y deslizar la mano con sutileza posándola en la cintura de Jungkook.
Ese acto provocó el nerviosismo en el sistema del alfa, cada bello de su cuerpo se erizó al instante y sus ojos se suavizaron.
—Me ha dado a entender que la madre luna me dará un cachorro.
Las pupilas de Jimin engrandecieron, mirando a su alfa con un atisbo de lástima. ¿Tan empeñado estaba en tener un cachorro que ahora alucinaba ese tipo de conversaciones con su lobo?
—Amor... ¿De verdad quieres tanto un cachorro? Sabes que es imposible, para que eso suceda yo tendría que volver a ser un omega, o tú un gamma y nada de eso va a pasar. Lo acabamos de hablar y...
—Lo he aceptado, al fin comprendí tu punto y tienes razón. Pero lo que la madre luna le ha dicho a mi lobo es que seremos padres.
A Jimin le parecía ultra tierno ver a Jungkook con ese puchero, con las mejillas sonrojadas y ojos invadidos de esperanza. Por eso se acercó más al alfa, poniéndose en puntillas para depositar un dulce beso en su barbilla.
—Podemos adoptar, iremos en búsqueda de un cachorro, busquemos uno con un aroma que sea agradable para ambos y tratémoslo como si fuera nuestro.
Jungkook suspiró, pronto sus ojos se invadieron de lágrimas contenidas. Él soltó unas feromonas invadidas de tristezas y arrepentimientos, después murmuró con un nudo en la garganta:
—Perdiste a nuestro cachorro por mi culpa, yo quería volver a tener la oportunidad de tener a una criatura que sea sangre de tu sangre y carne de mi carne...
—Mi hermoso alfa... —Jimin atrapó las lágrimas de Jungkook con ambas manos, después lo abrazó con fuerza—. ¿Te has sentido culpable todo este tiempo? —Jungkook asintió en medio del abrazo.
—Sí porque yo... —Tragó saliva—. No pude protegerte y no pude protegerlo. Jimin, te fallé como alfa.
—No, no, no, no. No vuelvas a decir eso... —Jimin sintió un calor invadido de impotencia en todo su cuerpo—. No me fallaste, tú no podrías saber que todo eso pasaría, ni siquiera sabíamos que estaba embarazado.
—Aún así... Es lo que siento.
—Pues deja de sentirlo, que sucediera eso no estaba en tus manos. Obedeciste la voz de mando de un enigma para abandonarme, no podías negarte.
—De Yoongi, y no me dejas castigarlo.
—Porque se arrepintió genuinamente —masculló Jimin—. Él, aunque es mi primo de sangre, te ama porque creció creyendo que tú eras su familia. ¿No crees que es hora de que hagan las paces?
Jungkook negó con la cabeza, apartándose de Jimin.
—Yo no soy como tú, no tengo un corazón tan noble como para perdonar tanto insulto, ni la traición.
—Deberías arreglar las cosas con él. —Suspiró—. Yo tengo a mis amigos, también te tengo a ti, pero tú solo me tienes a mí. ¿No crees que deberías tener un amigo?
—Los amigos siempre terminan traicionando, paso.
—Entiendo. —Jimin colocó ambas manos en el pecho de su alfa, acariciando y sintiendo su firmeza—. Anoche extrañé dormir contigo —dijo cambiando el tema de conversación.
—No te debiste ir.
—Tú debiste ir detrás de mí.
Jungkook abrazó con fuerza a Jimin, apretando su cintura y arrojando feromonas que le decían a gritos "Me perteneces"
—No volveré a permitir que te apartes de mi lado, aunque no seas un omega me sigues perteneciendo.
—Sí, mi alfa.
—Perdóname, mi amor... Por todo —dijo Jungkook.
—No tengo nada que perdonar, nada de lo que tú hagas me lastima porque sé que todo es a causa del enojo o malos entendidos —susurró—. Y quiero que dejes de culparte por tus acciones del pasado porque nada de lo que nos sucedió estaba en nuestras manos.
—Hazme olvidar, yo sé que con tu voz de mando puedes hacerlo.
—No. Porque todo eso que has vivido son aprendizajes, mereces recordar lo bueno y lo malo porque eso te convierte en el sexy, apuesto e inteligente hombre que eres. Además utilicé mi voz de mando para que nadie, ni siquiera yo pudiera volver a controlarte.
—Pero también puedes revertirlo...
—Pero no quiero —contestó Jimin.
—Que bueno que no soy un enigma —susurró Jungkook.
—¿Por qué?
—Ya habría borrado cada mala memoria tuya, te haría vivir en un mundo color de rosa para que no conocieras la crueldad, traición y decepción.
—Pero la terminaría conociendo tarde o temprano y el golpe sería igual de duro que la primera vez, es mejor mantener las vivencias, de esa manera podemos evitar repetir ciclos.
—Tienes razón... —Jungkook suspiró—. Tienes un gran poder y me alegra saber que eres responsable al usarlo.
—Ya lo dijeron en la película de Marvel del hombre que lanza telarañas, un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
—¿Quieres verla de nuevo? —preguntó el rey y Jimin sonrió de oreja a oreja mientras asentía con la cabeza.
—Pediré palomitas al mayordomo.
—¡Estupendo! —dijo Jungkook más animado.
Habían hecho las paces, y esperaban no volver a discutir como lo hicieron esos últimos días. Ambos se dirigieron a la sala de cine dentro del castillo tomados de las manos, comieron palomitas y muchos bocadillos, vieron la película abrazados. Después jugaron, se hicieron cosquillas, rieron e hicieron el amor.
Ahí, en la alfombra de la sala de cine, con los post créditos en la pantalla, palomitas regadas en el piso, Jungkook encima de Jimin, embistiendo con fuerza en su interior al mismo tiempo ambos gritaban que se pertenecían, soltaban feromonas pesadas invadidas de autoridad, protección, deseo... Invadidas de amor.
El eco de sus suspiros invadía la sala de manera estremecedora y la alta dosis de feromonas descontroladas provocaba que el aire en el lugar fuera más pesado. La danza hermosa de los deliciosos aromas de alfa y enigma se escabullían por la rendijas de las puertas, recorriendo los pasillos hasta llegar a las fosas nasales de los sirvientes que se deleitaban y encendían sus sentidos lujuriosos al sentir la exquisitez de sus reyes. El aroma llegó incluso a la habitación de Yoongi y Hoseok, quienes sonrieron y brindaron, celebrando la reconciliación de sus amigos. Cuando el aroma llegó a la alcoba de Rose se relamió los labios saboreando las feromonas, ella tenía en sus manos un par de supresores porque había entrado en celo horas atrás, los dejó encima de la cama deleitándose con el delicioso aroma del alfa y del enigma, colocando una almohada entre sus piernas e imaginando que los reyes la tomaban. Algo impropio y vergonzoso.
Lee Min-ho, quien antes era noventa y cuatro iba entrando al castillo en compañía de Larimel. La jefa de la servidumbre real, quien llevaba entre sus manos una enorme canasta con telas nuevas e importadas que el rey Jungkook le había encargado pues esperaba cubrir a su cachorro con dichas telas. Era claro que Larimel llevaba una doble vida, porque servía a dos amos. Ambos con la misma sangre, pero ambos con corazones totalmente distintos pues uno amaba con sinceridad, mientras que el otro lo único que quería era poder.
—¡Uy! —gritó Larimel riendo—. El delicioso aroma de alfa y enigma invade mi nariz de manera inesperada.
—Me dijo Rose que habían peleado estos últimos días, me alegra que ya estén bien —dijo Minho.
—Lástima que no pueden tener cachorros... Serían hermosos —murmuró Larimel.
—Bueno, iré a saludar a Rose, con permiso y que descanse.
—Igual, descansa niño.
Minho recorrió los pasillos del castillo hasta llegar a la habitación de Rose. Tocó la puerta un par de veces, esta se abrió antes del tercer golpe y la omega en celo se abalanzó a sus labios al verlo pues anhelaba ser penetrada. El alfa, sintiendo el delicioso sabor cereza de su amiga sucumbió ante sus encantos, arrancándole la ropa y haciéndola suya.
Jungkook despertó primero, y se carcajeó al ver que se quedaron dormidos en el piso de la sala de cine. Pronto su mirada se enfocó en Jimin, él estaba dormido boca abajo, babeando, incluso un charco de saliva comenzaba a formarse en la alfombra.
El rey se puso la parte baja de la pijama, después cubrió al enigma con una camisa y lo cargó con facilidad para llevarlo a su habitación. Jimin se quejó por lo bajo apretando el cuerpo de Jungkook con las manos.
—¿Ya es de día? —preguntó con voz ronca sin abrir los ojos.
—Al parecer...
—¿Tenemos cosas en la agenda para hoy? —Seguía con los ojos cerrados.
—Creo que hoy iremos al pueblo a visitar la estatua que hicieron en nuestro honor, pero más vale que no me creas porque no recuerdo a la perfección —susurró bajito para tratar de no molestar a Jimin.
—¿Puedo dormir cinco minutos más? —cuestionó y Jungkook sonrió.
El rey caminaba por los pasillos del castillo, la servidumbre y miembros de la guardia inclinaban la cabeza a su paso.
—Puedes, mientras tanto me ducharé primero.
—Te amo —soltó Jimin con los ojos cerrados.
—¿Me amas porque voy a dejarte dormir cinco minutos más?
—No, te amo porque te amo.
Jungkook abrió la puerta de la habitación al mismo tiempo que sonreía soltando un suspiro invadido de amor por su enigma.
—Te amo mucho más, ojitos.
Después lo colocó en la cama con cuidado y se metió a la ducha. Jimin se hizo bolita aprovechando sus cinco minutos extras para dormir antes de iniciar con los deberes reales. Si bien no había guerras en planeta lunar, ni violencia, había muchos eventos sociales que terminaban cansando a Jimin, más porque no estaba acostumbrado a salir a fiestas ya que había crecido toda su vida en el orfanato. Aunque no era agobiante, todavía se sentía extraño al recibir buen trato de la gente, al trato adulador del pueblo. Sabía que ellos dependían de su palabra ya que todos querían obtener algún favor de la familia real, pero también sentía una presión en el corazón porque de verdad quería ayudar a todos. Admiraba a Jungkook porque él parecía tener un corazón más firme e impenetrable, no se dejaba llevar por sentimentalismos, actuaba según la ley, actuaba con frialdad y en ese aspecto lo admiraba como gobernante.
Jimin terminó yéndose en sus pensamientos, embriagándose con el delicioso aroma matutino de su alfa, tanto que al final no durmió. Mejor se puso de pie y se metió a duchar cuando Jungkook terminó. Ambos se vistieron con ayuda del sastre, desayunaron, y momentos más tarde ya estaban en camino a la inauguración de la estatua.
Cuando llegaron la multitud los aclamaba, escuchaban murmullos entre en pueblo, en su mayoría curiosos por ver al omega que se había convertido en enigma. La naturaleza de Jimin era fascinante, muchos querían cerciorarse con sus propios ojos de que era cierto aquello que se decía, algunos astutos que conocieron al rey consorte en el orfanato habían intentado en varias ocasiones ordenarle con voz de mando de alfa para asegurarse de que fuera cierto. Obviamente Jungkook terminó decapitándolos. Jimin tenía que trabajar bastante imponiendo respeto porque había vivido toda su vida siendo un omega, ahora que era la casta más poderosa debía actuar como tal y la manera despreocupada en la que vivía provocaba que algunos citadinos quisieran pasarse de listos con él. Aunque siempre estaba Jungkook para cubrirle la espalda.
El evento de la revelación de la estatua real terminó rápido, frente a ellos se erguía una estatua de Jungkook y Jimin sosteniendo un par de copas que derramaban agua en una cascada hermosa que se unificaba con el río que recorría el centro de la ciudad. Celebraron, después el rey dio un discurso al pueblo, y por último todos se fueron a las distintas estaciones de comidas y juegos que eran por ese día completamente gratis, patrocinados por la corona.
—¡Jimin! —gritó Hoseok corriendo entre la multitud.
Atrás de él iba Yoongi con pasos más tranquilos, lanzando feromonas para que la multitud se apartara de ambos y les abrieran el paso.
—¡Oh, Hobi! —Jimin lo saludó con la mano en el aire!
Cuando el enigma de ojos azules llegó ante ellos se inclinó con vehemencia.
—No es necesaria tanta formalidad, Hoseok —dijo Jungkook.
—¿Quién te entiende? —preguntó Yoongi—. Primero quieres que te tratemos como extraños y luego como si fuéramos amigos.
—Hablaba con Hobi, no contigo. —Jungkook apretó la quijada.
—Ustedes dos deberían ser los buenos amigos que eran antes —dijo Jimin señalando a Yoongi y Jungkook.
—No quiero. —Jungkook cruzó los brazos.
—El sabio de las montañas viene para acá, en un principio iríamos a visitarlo, pero como teníamos asuntos pendientes por acá preferí invitarlo al castillo. Ahora que ha terminado con todos sus deberes en la montaña, quiere verte —dijo Hoseok finalmente—. Él sabe muchas cosas de enigmas, puede mostrarte todo tu potencial.
—¿De verdad? —preguntó Jimin.
—¿Qué tan confiable es? —preguntó Jungkook.
—Es mi maestro —dijo Hoseok—. Muy sabio, muy viejo, muy bondadoso y su magia es poderosa.
—¿También es un enigma? —preguntó Jimin.
—No. Él es un beta, invadido de magia y conocimientos —dijo Yoongi.
—¿Cómo sabes? —preguntó Jungkook mirándolo con recelo.
—Hobi me dijo.
—Ya es en serio, ustedes dos vayan a comer calamar juntos o algo. Necesitan hacer las paces. —Jimin volvió a señalarlos.
—¿Vamos? —preguntó Yoongi mirando a Jungkook a los ojos.
El rey se quedó en silencio apretando la quijada.
—No me hagas usar mi voz de mando, Jungkook. —Advirtió Jimin.
—Dijiste que jamás la usarías para mandarme.
—Yo sé que quieres, anda ve. —Jimin acarició la mano de Jungkook y este suspiró con cansancio.
—Ya qué, vamos —le dijo a Yoongi.
Ambos se perdieron entre la multitud, dejando a Jimin y Hoseok frente a la estatua. Caminando uno al lado del otro, atrayendo miradas de los pueblerinos, se fueron directo al puesto de calamar frito, no fue necesario que hicieran fila pues al ser el rey le daban prioridad, una vez con la comida se recargaron en la pared del puesto a comer.
—¿Piensas casarte? —preguntó Jungkook.
—¿Con Hobi? —Yoongi casi se ahoga con el calamar.
—Ajá.
—Tal vez.
—Ya veo... —Jungkook inhaló por sus fosas nasales un aroma que se le hizo muy familiar—. ¿Hueles eso?
—¿Qué cosa?
—Por allá... —El rey se giró viendo parado entre la multitud a su padre—. ¡Hey, tú!
El rey corrió persiguiéndolo y Yoongi fue atrás de él, sin lugar a dudas se trataba de Jeon Namjoon. ¿Verdad?
YA VIENE EL SEÑOR SABIO A DECIRLE UNAS COSITAS A JIMIN QUE LO HARÁN QUEDAR🤡
PERO SPOILER: SERÁ DEMASIADO TARDE.
YO NADA MÁS LES RECUERDO QUE LOS PACTOS CON LA LUNA NO SE DEBEN DE HACER, RECUERDEN HIJO DE LA LUNA DE MECANO🤌🏻🫠🫨
LLEGA NAMJOON, REPITO, LLEGA NAMJOON.
LARIMEL TRABAJA EN EL CASTILLO, OTRO PROBLEMA.
ROSE ALBOROTADA CON LAS FEROMONAS DE LOS REYES, UN PROBLEMA MÁS.
DRAMA, DRAMA, DRAMA🥴🥴🥴🥴🤌🏻🤌🏻🤌🏻🤌🏻
Gracias por leer.💓
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